Abstract
[…] NADIE PUEDE DAR LO QUE NO TIENE, NADIE PUEDE ENSEÑAR LO QUE NO HA APRENDIDO. LOS VALORES POSITIVOS SE PUEDEN TRASMITIR SI SE CONOCEN. DE LO CONTRARIO, SE TRASMITIRÁN VALORES NEGATIVOS, VALORES TÓXICOS. ¡Y HAY MUCHAS MANERAS DE HACERLO! ¿CÓMO TRASMITIR EDUCACIÓN, HONESTIDAD, SINCERIDAD, LEALTAD, RESPETO, EQUIDAD, TOLERANCIA, SI NO LO HAS APRENDIDO EN LA CASA? ¿CÓMO PUEDES TRASMITIR CONOCIMIENTOS EN EL SIGLO DEL DESARROLLO CIENTÍFICO Y TÉCNICO SI NO LOS APRENDISTE EN LA ESCUELA, EN LA UNIVERSIDAD? CON PALABRAS, CON EL LENGUAJE VERBAL, SE TRASMITE MUCHA INFORMACIÓN; PERO MUCHO MÁS SE TRASMITE INFORMACIÓN CON LOS ACTOS, CON LOS GESTOS, CON EL LENGUAJE CORPORAL, CON LA COMUNICACIÓN NO VERBAL. ¡UNA IMAGEN DICE MÁS QUE MIL PALABRAS! […]
[…] La Calidad Personal es la base de todos los demás tipos de Calidad. Tener Calidad Personal significa alcanzar un nivel de Calidad con el cual puedan sentirse satisfechos usted y otras personas. La Calidad Personal es esencial para la autoestima, la cual determina sucesivamente el bienestar, la eficiencia, las actitudes y los comportamientos. Cuando un individuo entrega Calidad también satisface a su familia, amigos y colegas. Los mayores beneficios, sin embargo, tanto en el trabajo como en la vida privada, son sólo suyos. Ahora, no se tiene Calidad así por así, porque se quiera tener y ya. Son muchas cosas las que hay que tener para ser una Persona de Calidad: educación, instrucción, preparación, honestidad, moral, protocolos, etiquetas […] ¡Nadie puede dar lo que no tiene! ¡Nadie puede comunicar lo que no ha aprendido! Por esto es que destacamos en el aprendizaje de la Calidad Personal los papeles de la familia y de la escuela, y en algunas sociedades el de la iglesia o la parroquia o la sinagoga o la mezquita o el templo que no estén involucrados en “vergonzosos asuntos de pérdida de prestigio” […]
[…] Cada pueblo civilizado debe tener sus programas, sus manuales, sus compendios, sus leyes, que expliquen las cosas buenas y las cosas malas de ese pueblo y de todos los pueblos que conviven con él, para evitar encuentros desagradables con “el otro”, con “los otros”. Pero si un pueblo, una comunidad, un país o una persona no sabe ni quién es, si es incapaz de “encontrarse consigo mismo”, de una manera sincera y honesta, entonces el problema es grande, muy grande. Si en tiempos de civilidad un pueblo, una comunidad, un país o una persona se identifica con la barbarie –es decir esa situación social en la que impera el analfabetismo, la falta de cultura, el atraso científico, el atraso tecnológico, la involución social, la rusticidad, la crueldad, el terrorismo, el genocidio, la anarquía, la anomia, la falta o desconocimiento de los más elementales protocolos de respeto a la comunidad o comunidades, las violaciones a los derechos humanos, incluyendo los derechos humanos más elementales, las violaciones sexuales y en especial la pederastia…–, entonces, por más que ese pueblo o esa comunidad o ese país o esa persona intente demostrar “civilidad” –y ya conocemos cómo funcionan los “lenguajes de las apariencias” (Ruano, 2003a) y las máscaras–, “es” bárbaro y transmitirá a través de su lenguaje verbal y de su lenguaje corporal barbarie, incivilidad. ¡Eso está más que claro! […] ¡Ahí están las muestras, los ejemplos, en el mundo entero, a través de los lenguajes no verbales, de los lenguajes corporales, de los lenguajes verbales, de los discursos, es decir de los gestos y de las palabras! ¡Ahí están esos discursos verbales y corporales condicionados por las actitudes mentales básicas! […]
[…] Creemos necesario recordar que, también y además, existen contextos sociales, grupos sociales, situaciones sociales, estratos sociales y hasta pueblos completos en donde las “alteraciones de la realidad” (?) son parte del modus vivendi habitual, cotidiano. Este es el caso de las culturas o sociedades utópicas y de las culturas o sociedades distópicas o cacotópicas, en las cuales, para bien o para mal –generalmente para mal–, la realidad siempre está alterada, siempre está distorsionada, y los lenguajes verbo-corporales no hacen otra cosa que expresar esa alteración, esa distorsión: Justamente por estas cuestiones anteriormente señaladas, es que tenemos que distinguir entre las imágenes sociales representadas en las culturas utópicas o “culturas con una vida tendiente al bien” y en las culturas distópicas o “culturas con una vida tendiente al mal”. Los términos utopía y distopía a veces se confunden, y ese es, justamente, un gran error imagológico […] De tal manera, mediante los análisis imagológicos, podemos hacer distinciones muy precisas entre “lo realmente bueno” a través de una imagen social, de una conducta comunicativa verbo-corporal, y “lo realmente malo” a través de una imagen social, de una conducta comunicativa verbo-corporal. Pasemos a ver estos detalles; pero ya en el plano de la literaturología, de la cinematografía, de la comunicología y de la producción televisiva en el continente americano, en donde se refleja “lo bueno” y “lo malo” de la historia y la actualidad de las tres grandes culturas en contacto en el área: mongoloides, caucasoides y negroides, además de la posible presencia australoide en nuestro continente, concretamente en la América del Sur, y más concretamente en el área del actual Perú y Chile (Ruano, 2007a) […] Los seres humanos no sólo somos un lenguaje verbal –un cerebro, una mente– y un lenguaje corporal –el cuerpo, con un lenguaje corporal interno y un lenguaje corporal externo–; somos también un ser inconsciente cargado de emociones –y no me refiero aquí a “modelos emocionales ideales”, sino de toda una variedad diversísima y compleja de emociones que regulan nuestras relaciones sociales y nuestro comportamiento en general (Dantzer, 1989)–, tenemos un comportamiento inconsciente, que constantemente se manifiesta en nuestra vida social, en nuestra vida laboral o especializada y, por supuesto, en nuestra vida de intimidad, en determinados casos sin control, no sabemos cuándo o cómo puede aparecer, porque las circunstancias sociales y ecosistémicas son muy variables, cambian con bastante frecuencia. En este sentido hay que señalar que esas emociones “resultan fundamentales en la toma de decisiones humanas, por mucho que se presenten como asépticamente lógicas y racionales. Puede afirmarse sin asomo de duda que una mente no influida por las emociones [un individuo, un cuerpo, que no refleja emociones] es la mente de un enfermo […]” (Gubern, 2000). Lo más que podemos hacer es educar al extremo nuestro cuerpo –algo prácticamente imposible para las personas normales, en condiciones normales– de manera tal que las demás personas no puedan “leer” los sutiles mensajes que a veces envía nuestro cuerpo cuando estamos en situaciones desajustadas, buenas o malas, nos referimos a los extremos del comportamiento, cosa que es prácticamente “lo normal” en el mundo occidental o civilizado. Aquí el verdadero inconveniente –¿o conveniencia?– aparecería cuando estemos en presencia de aquellos individuos –que no necesariamente tienen que ser los especialistas universitarios, científicos, en esas lecturas sutiles– que pueden decodificar esos mensajes con un nivel de perfección elevadísimo, mucho más si pertenecen a la cultura social, a la etnia, al grupo, la ciencia, la técnica, etc., del emisor […]
- El inspirado. Como es el caso del artista que no hace de la estima del público un principio del valor de su obra, o del militante político que no necesita justificar su acción y la de su organización.
- El doméstico. En el caso de las relaciones privadas entre la gente y las dependencias personales.
- El de opinión. En este caso, la grandeza de una persona es independientemente de la estima que puede tener de sí misma, y depende exclusivamente de la opinión de los demás o de la notoriedad.
- El cívico. En este caso se sacrifican los intereses personales para servir a las causas públicas. La ley sería la expresión de la voluntad general.
- El mercantil. El valor está ligado a la riqueza y a la competición.
- El industrial. El valor está relacionado con la productividad, la capacidad y el conocimiento de los expertos.
[1].
4.1 ZIG ZIGLAR Y LA “RUEDA DE LA VIDA”.
Zig Ziglar, autor de muchos libros que tratan la superación personal y familiar, fundamenta su teoría en lo que él llama “La Rueda de la Vida”. Todos sus argumentos están conjuntados en siete grandes áreas de desarrollo humano:
-Educación.
-Espiritualidad.
-Familia.
-Autoestima.
-Social.
-Condición física.
-Emotividad.
[…] La importancia de los estereotipos es tremenda, tanto al nivel de las supuestas sociedades o grupos desarrollados, civilizados, como al nivel de los grupos tercermundistas, cuartomundistas, en estado de barbarie y presocialidad. Con frecuencia se ha considerado que el uso de las palabras “estereotipar”, “estereotipismo” y “estereotipo” en cuestiones de tratamientos sociales y su aplicación en la práctica relacional es negativo, que no es bueno, porque son clichés que pueden denotar problemas en el sistema de valores, de clase, de sociocentrismo o etnocentrismo, de sexocentrismo o generocentrismo, de discriminación, de racismo, de escisionismo, tensiones sociales, conflictos sociales, especialismo […]
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¿QUÉ CREES QUE PASARÍA SI ANTES DE HABLAR MAL Y EVALUAR MAL A LOS DEMÁS TE EVALÚAS HONESTAMENTE A TI MISMO Y A TU GRUPO?
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CUANDO TE ANALICES Y TE EVALÚES SINCERAMENTE A TI MISMO APARECERÁN MUCHAS MÁS COSAS QUE LAS QUE IMAGINAS. ASÍ APRENDERÁS A RESPETAR A LOS DEMÁS.
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RECUERDA NO ENGAÑARTE A TI MISMO, SÉ SINCERO CONTIGO MISMO, MÍRATE BIEN EN EL ESPEJO. RECUERDA LO QUE PASA CON LA MENTIRA Y CON LOS TIPOS DE MENTIROSO http://knol.google.com/k/fernando-antonio-ruano-faxas/por-qu%C3%A9-la-gente-no-se-acepta-y-se/19j6x763f3uf8/73#
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LA RUEDA DE LA VIDA (WHEEL OF LIFE), DE ZIG ZIGLAR
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Es decir, el desarrollo de nuestra vida debe ser armónico; habrá algunos ejes que tengamos que desarrollar o vigilar o cuidar más que otros, pero eso es una decisión personal. Lo importante es buscar un equilibrio entre todos esos ejes, ya que entre más áreas desarrollemos armónicamente más fácil y exitosa será nuestra vida. Por ejemplo, si nos dedicamos exclusivamente a desarrollar el eje del trabajo, estaremos descuidando el familiar o el de la salud, lo que traerá como consecuencia un desequilibrio en la rueda.
4.2 STEPHEN R. COVEY Y LOS “SIETE HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA” (
THE 7 HABITS OF HIGHLY EFFECTIVE PEOPLE).Para Stephen R. Covey los hábitos son el resultado de la intersección del conocimiento, la capacidad -habilidad- y el deseo -actitud-. Dentro de sus argumentos acerca de la efectividad de la gente están:
1. El conocimiento tiene que ver con saber qué hacer y por qué hacerlo.
2. La habilidad tiene que ver con saber y tener los medios para el cómo hacerlo.
3. La actitud tiene que ver con el querer hacerlo, estar motivado para lograrlo.
Estos tres elementos, que de alguna manera se asemejan a los conceptos de autocontrol de Juran, son necesarios para poder lograr adquirir un hábito y así, por consecuencia, dar un paso hacia la excelencia personal.
Covey maneja tres etapas fundamentales en la vida del hombre para alcanzar la madurez emocional:
l. Primera etapa: la infancia, con una total dependencia.
2. Segunda etapa: hay una independencia con el crecimiento gradual físico, emocional, mental y económico.
3. Tercera etapa: existe la interdependencia al darnos cuenta que formamos parte de un gran sistema con el cual se conectan todos los subsistemas y que tenemos responsabilidad sobre la Calidad de Vida de los demás.
“Las personas dependientes necesitan de otros para conseguir lo que quieren, las independientes consiguen lo que quieren gracias a su propio esfuerzo. Las personas interdependientes combinan sus esfuerzos con los esfuerzos de otros para lograr un éxito mayor”
[3]. Estas palabras de Covey nos reflejan, sin duda, el concepto de trabajo en equipo llevado a la vida personal. Covey recomienda que cultivemos los siguientes siete hábitos en nuestra vida diaria, ya que según él son los que poseen las personas altamente efectivas:1. Ser proactivo. Nuestra conducta debe estar en función de nuestras decisiones y acciones, no de nuestras condiciones. Dejar de ser pasivo o reactivo.
2. Empecemos por tener un fin en mente. Definamos nuestros objetivos; sepamos hacia dónde queremos ir.
3. Establezcamos “primero lo primero”. Autoadministrémonos, demos prioridades, actuemos nosotros y no que otros actúen por nosotros.
4. Pensemos en ganar/ganar. Ganas tú y, en consecuencia, gano yo y los demás; liderazgo interdependiente.
5. Procuremos primero comprender y luego ser comprendidos. Seamos empático, pongámonos en el lugar de los demás.
6. Sinergia. Unir las energías de todos; trabajo en equipo.
7. Afilemos el hacha. Démonos un momento para mejorar, crecer. Busquemos la mejora personal continua
[4]. 4.3 CALIDAD PERSONAL SEGÚN CLAUS MØLLER.Claus Møller es el fundador y el Director Ejecutivo de Time Manager International (TMI), institución que posee diversas oficinas en más de 35 países. TMI es, sin duda alguna, una de las compañías más importantes del mundo en el campo de la formación de altos funcionarios. La trascendencia de este autor ha llegado a los niveles de la Comunidad Económica Europea y el Soviet Supremo de Rusia. En México TMI ha impartido importantísimos cursos de Calidad y de Superación Personal. En 1990 el Departamento de Comercio e Industria de Gran Bretaña (DTI) designó a Møller uno de los nueve gurús de Calidad del Mundo.
Møller define la Calidad Personal como: “la respuesta a las exigencias y expectativas ‘tangibles’ e ‘intangibles’ tanto de las otras personas como de las propias”
[5] y también como: “Satisfacer las grandes y pequeñas (hard & soft) demandas y expectativas de uno mismo y las de los demás”[6]. De la misma manera, establece que hay tres supuestos en cuanto al comportamiento personal:-Puede haber una inmensa diferencia entre lo que una persona es capaz de hacer y lo que hace realmente.
-La actuación de una persona puede variar significativamente en diferentes situaciones.
-Personas diferentes actúan distintamente cuando hacen lo mejor que pueden
[7].Para desarrollar la Calidad Personal es necesario entender estos tres criterios. La Calidad Personal empieza con el estándar de Calidad de cada individuo.
Este autor establece dos estándares de Calidad personal:
-Nivel A (por Actual): Nivel de Calidad actual de actuación en una situación determinada. Está influido tanto por lo que se espera de sí mismo como por las exigencias que los demás tienen de su actuación. Es una expresión de lo que una persona está realizando actualmente.
-Nivel I (por Ideal): Nivel ideal de actuación. Es una expresión de los deseos, expectativas y exigencias más íntimas de una persona con respecto a su actuación.
Una persona no está verdaderamente satisfecha con sus esfuerzos hasta que el Nivel A está cerca del Nivel I. La diferencia entre los dos niveles es una señal de cuánto un individuo puede mejorar su Calidad Personal.
Møller propone que para poder lograr estar en un Nivel I debemos empezar por evaluar la situación actual de nuestro comportamiento y el de los demás, y sugiere llevar a cabo los siguientes pasos:
-Evaluación del Nivel A: Determinar su Nivel A evaluando la Calidad de su actuación en diferentes situaciones. El Nivel A puede cambiar; no es estático, cambia constantemente; puede también cambiar de manera espectacular de un minuto a otro; puede cambiar de una situación a otra; uno está constantemente sujeto a las influencias cambiantes que pueden incrementar o disminuir el Nivel A. Hay algunos factores externos que pueden influir más en el nivel de actuación de las personas, como son:
-Reconocimientos/recompensas.
-Conocer el objetivo.
-Éxito/fracaso.
-El entorno físico.
-El entorno psicológico.
-Experiencia y habilidades.
-La naturaleza de la tarea.
-Tiempo disponible.
En lo tocante al Nivel A de los demás, el autor señala que la mayoría de las personas hacen grandes esfuerzos, y de este modo consiguen un elevado Nivel A, cuando empiezan algo nuevo: un nuevo trabajo, una nueva relación, una nueva amistad, un nuevo socio, etc. En la fase inicial de cualquier relación, nuestro Nivel A no está tan afectado por los Niveles A de los demás. Más tarde, cuando pasa la novedad, nuestro Nivel A será influenciado más fácilmente -tanto negativa como positivamente- por los Niveles A de los demás. La influencia es especialmente importante si el Nivel A de los demás se desvía considerablemente del nuestro.
Apunta más tarde que cualquier persona estará influenciada especialmente por el Nivel A de:
-Sus colegas más cercanos.
-Su familia y amigos.
-Su jefe.
-La gente que usted admira.
En cuanto al Nivel I, nos comenta que las personas que tienen este nivel elevado tienden constantemente a intentar elevar su nivel A. Cuanto más altos son sus ideales, más alto es el nivel de Calidad de su actuación en cada situación.
El Nivel Ideal de Actuación puede ser definido como: el ideal de la propia Calidad Personal. El Nivel Ideal expresa los deseos internos, las expectativas y demandas hacia el nivel de actuación. El Nivel Ideal está en estrecha relación con la personalidad. El individuo no estará realmente satisfecho con sus esfuerzos hasta que no viva de acuerdo con su propias demandas y su Nivel A esté cerca de su Nivel I. Entonces será cuando el individuo se sienta orgulloso; su conciencia estará tranquila y estará contento. La persona habrá alcanzado su Nivel I cuando sienta que:
-No pueda hacerlo mejor.
-Está orgullosa de su actuación.
-Firma con satisfacción su trabajo.
Las actitudes fundamentales del hombre hacia la vida, incluyendo su sentido ético, su sentido de lo que está bien o mal, se forman durante las primeras etapas de la vida. Las personas llevan consigo estas actitudes o valores a medida que avanzan hacia las siguientes etapas de su vida y empiezan a afrontar nuevos retos y toman responsabilidad respecto de sus actos. Así, el estándar de Calidad ideal es uno de los valores más importantes que el hombre posee. Este estándar de Calidad ideal evalúa la Calidad tanto de su propia acción como la de los demás.
El Nivel I también es influyente al establecer los límites de la propia capacidad y tiene un efecto decisivo sobre:
-El propio desarrollo.
-La propia eficacia.
-Las relaciones con el mundo que le rodea.
-Las oportunidades futuras.
El entorno también influye en el Nivel I. Este nivel toma forma durante los primeros años de la vida del hombre, al mismo tiempo que se van formando las actitudes y valores. Las personas que tienen una mayor influencia sobre el Nivel I de los individuos son aquellas que están más cerca de ellos durante los primeros años de la vida. Esas personas son:
-Padres.
-Hermanos.
-Amigos.
-Maestros.
Por otro lado, y según nos comenta Møller, el Nivel I está influenciado por la exposición de las personas a los medios: radio, televisión, periódicos, películas, libros y revistas. El Nivel I es especialmente moldeado por la experiencia que tiene el hombre con el mundo que le rodea.
En cuanto a la Calidad Personal y la autoestima, este autor nos comenta, con toda razón, que la Calidad Personal influye -y creo que decisivamente- en la autoestima del propio individuo. Sabemos que el hombre se siente orgulloso de su actuación cuando existe poca distancia entre su Nivel A y su Nivel I. El nivel de autoestima de cualquier individuo está determinado por la satisfacción que tenga de su propio comportamiento. Claro está que en lo tocante a la Calidad Personal y la autoestima del mexicano habría que considerar con mucho cuidado estudios no sólo de este tipo, sino más variados: sociológicos comparados, psicológicos, psiquiátricos, antropológicos, etnológicos e industriales, cuestiones muy poco investigadas en México.
El sentido de bienestar, la eficacia y el completo desarrollo están en gran parte determinados por las actitudes hacia la vida: cómo se ve el individuo a sí mismo, cómo ve a las personas que le rodean y, finalmente, cómo ve los diferentes aspectos de la vida. Ejemplos de diferentes actitudes hacia la vida:
-Positiva/ negativa.
-Comprometida/no comprometida.
-Responsable de su propia vida/víctima de las circunstancias.
-Los demás están bien/los demás no están bien
[8].La actitud hacia sí mismo y el valor que uno se otorga es lo más importante:
-Estoy bien/no estoy bien.
Esta actitud básica influye en todas las otras actitudes hacia la vida. Es muy importante pensar y sentir “yo estoy bien” -aunque sepamos, a veces, que no es así-. Esto es autoestima. La autoestima tiene una influencia esencial sobre muchos otros parámetros, como son: comportamiento, desarrollo, sentido del bienestar, eficacia, nivel de actuación y relaciones con los demás. La autoestima está siendo constantemente influenciada, tanto positiva como negativamente. El método más eficaz para mantener y desarrollar la autoestima es producir un elevado nivel de Calidad Personal.
Para mejorar el Nivel A tenemos que tomar en cuenta que las personas que están a nuestro alrededor constantemente nos juzgan por nuestra actuación y, a su vez, nos comparan con el modelo ideal de lo que ellos esperan de nosotros. Nosotros también juzgamos nuestra propia actuación y la comparamos con lo que esperamos de sí mismos. La capacidad para vivir con arreglo a las propias expectativas y a las de los demás es esencial para el “adecuado” funcionamiento de la vida. Debemos trabajar constante-mente para mejorar nuestro Nivel A, principalmente por nosotros mismos y, también, por la gente que nos rodea.
-Porque nuestra capacidad para evitar errores afecta mucho el cómo los demás y nosotros mismos juzgamos nuestra Calidad Personal.
-Porque nuestros errores pueden infligir altos costes y ser fuente de decepción, frustración y otros desagradables efectos posteriores, tanto para nosotros mismos como para los demás. Cuanto antes descubramos nuestros errores, más fácil será corregirlos y limitar el daño. Algunas sugerencias para reducir o eliminar el número de errores que cometemos pueden ser:
-Evitar equivocaciones por descuido.
-Revisar nuestro propio trabajo.
-Anticiparnos a las equivocaciones y evitarlas.
-Corregir los errores y aprender de ellos.
6. Realizar las tareas con más eficacia. La capacidad para realizar las tareas adecuadamente es una parte esencial de la Calidad Personal. Las oportunidades de que nos sean asignados trabajos emocionantes, desafiantes y estimulantes y las oportunidades de promoción dependerán en gran parte de la capacidad que tengamos para realizar tareas delegadas satisfactoriamente. Delegar el trabajo con eficacia es responsabilidad tanto del jefe como del empleado.
7. Utilizar bien los recursos. No malgastar tiempo, dinero, materiales y otros recursos. Planificar a largo plazo los trabajos que tenemos que iniciar si nos sobra tiempo. Planificar el orden y el tiempo, de modo que los demás no tengan que esperar por nosotros; no malgastemos el tiempo de los demás; no hagamos esperar a los demás; no gastemos más de lo necesario: papel, luz, agua, etc. Utilicemos los recursos sabiamente en trabajos que se lo merezcan.
8. Involucrémonos. Nuestro sentido del compromiso o la carencia del mismo determina más que ninguna otra cosa cómo las demás personas perciben nuestra Calidad Personal. Intentemos responder a las demandas y expectativas de las demás personas en cada situación. Si podemos, entonces sobrepasemos sus expectativas.
9. Aprendamos a terminar lo que empezamos; reforcemos nuestra autodisciplina. La acumulación de muchas tareas inacabadas sobrecarga nuestra mente, reduce nuestro nivel de actuación y disminuirá nuestro deseo de iniciar nuevos proyectos. Fijemos prioridades, pongamos fechas límite para completar cada tarea; habituémonos a hacer una tarea cada vez y continuar con ella hasta haberla terminado; tomémonos en serio los acuerdos que establecemos con nosotros mismos, de la misma manera que tomamos en serio los acuerdos que establecemos con los demás.
Hacia la calidad integral sin fronteras
[1] En torno al problema de la Calidad Personal puede consultarse a Guajardo Garza, Op. cit., pp. 91-94.
[2] Más información acerca de las reflexiones de Zig Ziglar podemos hallarlas en: Ziglar, Op. cit. y Guajardo Garza, Op. cit., pp. 94-95.
[3] Apud Guajardo Garza, Op. cit., p. 99.
[4] Para considerar con mayor profundidad la teoría de Stephen R. Covey véase: Covey, Op. cit. y Guajardo Garza, Op. cit., pp. 97-100.
[5] Cf. Claus Møller, 1992, p. 18.
[6] Cf. Claus Møller, 1993, p. 93.
[7] Cf. Claus Møller, 1992, p. 20 y Claus Møller, 1993, p. 93.
[8] En las áreas pluriculturales, como es el caso de México, es difícil establecer los parámetros “adecuados” de actitud ante la vida. Las clasificaciones en torno a este asunto variarán a partir del núcleo geográfico, el mestizaje, el nivel económico, el nivel cultural, las variantes caracterológicas, etc. Al respecto se puede consultar, entre otros materiales: Díaz-Guerrero, Op. cit., especialmente los capítulos que tratan sobre tipos de mexicanos: pp. 11-33; sobre las relaciones interpersonales de los mexicanos: pp. 48-51 y sobre el “yo” de los mexicanos y la pirámide: pp. 195-241. En otros grandes países, como Brasil, Estados Unidos de América, Canadá, etc., pasa lo mismo. Inclusive en ciertas áreas industriales, muy cercanas a determinados centros de desarrollo económico y cultural, la actitud de las personas puede parecer “rara” a los ojos de un individuo “civilizado de verdad”. ¿De qué estamos hablando? ¿De zonas rurales y atrasadas dentro de zonas “supuestamente” urbanas y civilizadas?
[9] Cf. Claus Møller, 1992, p. 84.