Abstract
[…] En América estamos los latinoamericanos. Y cuando nos referimos a los “latinoamericanos” no solamente estamos considerando el significado, el concepto, la idea, que habitualmente se tiene de “latino”, en América y en el mundo, es decir no solamente estamos considerando a “los descendientes del mestizaje racial que se produjo en Ibero-América entre amerindios o indígenas, europeos provenientes de España y Portugal y negros” en el transcurso de más de 5 siglos, descendientes que en su mayoría son hablantes de idioma español y, en el caso de los brasileños, de idioma portugués, y, en el caso de los haitianos y algunos dominicanos de la frontera con Haití, y otros grupos sociolingüísticos asentados en Canadá –Acadia, Quebec–, Estados Unidos –Luisiana–, Guayana Francesa, Martinica, Trinidad y Tobago, Santa Lucía, Guadalupe, etc., son hablantes de idioma francés, sino que estamos hablando de “todos los pueblos”, de todas las culturas, de todos los grupos sociales que son descendientes, en una u otra medida, de una u otra forma, de la cultura latina, es decir de los grupos sociolingüísticos descendientes del tronco lingüístico latino, del idioma latín, que son descendientes de la romanización que en su momento se produjo en Europa a partir de la gran invasión y conquista romanas por toda Europa, que son descendientes de las llamadas lenguas romances, a su vez descendientes del latín, y que son muchas […]
En América estamos los latinoamericanos. Y cuando nos referimos a los “latinoamericanos” no solamente estamos considerando el significado, el concepto, la idea, que habitualmente se tiene de “latino”, en América y en el mundo, es decir no solamente estamos considerando a “los descendientes del mestizaje racial que se produjo en Ibero-América entre amerindios o indígenas, europeos provenientes de España y Portugal y negros” en el transcurso de más de 5 siglos, descendientes que en su mayoría son hablantes de idioma español y, en el caso de los brasileños, de idioma portugués, y, en el caso de los haitianos y algunos dominicanos de la frontera con Haití, y otros grupos sociolingüísticos asentados en Canadá –Acadia, Quebec–, Estados Unidos –Luisiana–, Guayana Francesa, Martinica, Trinidad y Tobago, Santa Lucía, Guadalupe, etc., son hablantes de idioma francés, sino que estamos hablando de “todos los pueblos”, de todas las culturas, de todos los grupos sociales que son descendientes, en una u otra medida, de una u otra forma, de la cultura latina, es decir de los grupos sociolingüísticos descendientes del tronco lingüístico latino, del idioma latín, que son descendientes de la romanización que en su momento se produjo en Europa a partir de la gran invasión y conquista romanas por toda Europa, que son descendientes de las llamadas lenguas romances, a su vez descendientes del latín, y que son muchas, como se puede apreciar a continuación:
Lenguas o idiomas “naturales” derivados del idioma latín:
1. Aragonés.
2. Astur-leonés.
3. Español.
4. Catalán.
5. Dálmata (lengua muerta).
6. Francés.
7. Francoprovenzal o arpitano (hablado en Italia, Francia y Suiza. Lengua en peligro de extinción).
8. Friulano (hablado en Italia y en Rumania).
9. Gallego.
10. Istriano (idioma hablado en la península de Istria, que pertenece a Eslovenia, Croacia e Italia).
11. Italiano.
12. Ladino, lengua o idioma retorrománico o retorromance (hablado en Italia). También se llama ladino o judeoespañol o sefardí o sefardita a la lengua o idioma o dialecto del español hablado y escrito por judíos españoles o descendientes de judíos españoles, especialmente descendientes de los judíos expulsados de España en el siglo XV. Esta lengua o dialecto judeoespañol o ladino sefardita está ampliamente difundido, es decir que se habla y se escribe en muchos lugares del mundo en donde hay presencia sefardita, como es el caso de América.
13. Mozárabe (idioma formado por variados dialectos romances, es lengua muerta).
14. Normando (hablado en la Normandía francesa).
15. Occitano o lengua de oc (hablado en España, Francia e Italia).
16. Picardo (hablado en Bélgica y Francia).
17. Portugués.
18. Provenzal.
19. Romanche o rético o grisón (hablado en Suiza, en peligro de extinción).
20. Rumano.
21. Sardo (hablado en Cerdeña).
22. Siciliano (hablado en Sicilia).
23. Valón (idioma hablado al sur de Bélgica, en Valonia).
Lenguas o idiomas “artificiales” derivados del idioma latín:
1. Esperanto (lengua creada en 1887).
2. Interlingua (lengua creada en 1951).
Toda la latinidad comenzó en el Lacio, pequeño territorio adyacente a la ciudad de Roma, y fue creciendo en círculos concéntricos a lo ancho de la historia: primero hasta abarcar el conjunto de Italia, ampliándose luego a la parte de Europa colonizada por el Imperio romano, restringiéndose después a los países y zonas que hablaron lenguas derivadas del latín, y transportándose por fin al continente americano que esos europeos habían descubierto y colonizado. De ese modo, América Latina resultaría ser el cuarto anillo de esa prodigiosa expansión.
Entre las naciones que realizaron el descubrimiento, conquista y colonización del nuevo continente, tres eran lingüísticamente latinas: España, Portugal y Francia. La más vasta concepción histórica de la región, por lo tanto, debería englobar todas las tierras del nuevo continente que hubieran sido pobladas por esas potencias, opuestas en bloque a la América anglosajona, concentrada en el norte. “Ya en los finales del XIX –dice Estuardo Núñez– empieza a diferenciarse entre lo norteamericano y lo latinoamericano, a raíz de haberse producido el fenómeno político de la independencia del norte… Empiezan a usarse entre los escritores franceses sobre todo (y acaso entre todos los europeos) denominaciones nuevas para las cosas de América no sajona: états latins d’Amérique que luce ya en un libro en 1882, peuples latinoaméricains, démocraties latines de l’Amérique…” Estas nuevas expresiones remiten a un concepto que es a la vez racial, cultural y político. Pero ocurre, como lo hace notar el mismo Núñez, que vienen a sustituir a otras que tenían un contenido meramente geográfico: Amérique meridionale, Amérique septentrionale, Amérique du Sud, Amérique australe. Se crea así el primer equívoco sobre la latinidad de esta América: en el concepto geográfico, la expresión queda reservada al subcontinente meridional, básicamente iberoamericano (español y portugués); en el nuevo, caben también los franceses radicados en América del Norte (Fernández, 1996: 5-6).
Un poco acerca de nuestro pasado americano. En un principio:
Cuándo llegaron y quiénes fueron los primeros pobladores del continente americano ha sido campo de discusión y conjeturas tan viejo como la incorporación del continente a la geografía mundial.
En el momento del descubrimiento de América, y hasta unos años después, no existieron dudas acerca de que lo encontrado era un archipiélago interpuesto entre Catay (la China) y Occidente. Al darse cuenta cabal los navegantes de que se trataba de un continente, otro continente, se iniciaron las dificultades, pues sus habitantes no eran parte de ninguno de los grupos humanos identificados en el Antiguo Testamento, salvo que pertenecieran a las diez tribus perdidas de Israel[2] (Lorenzo, 1978: 28).
Durante el primer siglo de la dominación española [en América] la distinción entre las diferentes poblaciones que la integraban fue sencilla y su estratificación lógica: 1) conquistadores y pobladores españoles, 2) vencidos aborígenes y 3) negros esclavos importados (Aguirre, 1984: 153).
Luego de unas ciertas y desafortunadas “reflexiones”…, comenzaron los problemas de clasificación racial, de clasificación grupal: “Al observarse por primera vez en la historia del género humano la presencia de una cuarta raza, la americana, que ponía en crisis la tradicional creencia de un mundo rigurosamente jerárquico habitado también por la triple herencia, asimismo jerarquizada, del Padre Noé […], la jánica cara del nuevo ente histórico aparece primero como la del noble y buen salvaje, que casi de inmediato se trueca en su contrario: la del mal salvaje, no ya tan sólo bárbaro, mal menor, sino de naturaleza bestial” (Ortega, 1987:17). “Al verificarse el cruzamiento de estas tres poblaciones [indios, europeos y negros] se presentó el problema de colocar a los productos en alguno de los tres casilleros antecedentes, y en ocasiones esto no era fácil” (Aguirre, 1984: 153). También tenemos que destacar aquí que “la raza indígena”, que muchos grupos indios de América, fueron vistos como hermosos, como “de magnífica presencia”, y hasta fueron vistos “deificadamente”, con rasgos apolíneos (de Apolo) y venusinos (de Venus), y así lo hicieron constar muchos historiadores, pintores de la época de la Conquista, y ciertos códices posthispánicos (Ortega, 1987:20-21). Pero la realidad es que la dicotomía “salvajes de América” / “civilizados de Europa” nunca cambió en aquellas épocas, y que en la actualidad ¿han cambiado estos conceptos por allá por Europa, por España…? (Bitterli, 1982), ¿y hasta en los mismos Estados Unidos de América…?
Después de varias conjeturas bíblicas y eurocentristas, obviamente hechas por los conquistadores “blancos” –que parece que olvidaron que ellos, a su vez, también fueron multiconquistados–, acerca de cómo fue que aparecimos en la tierra los “indios” de América, se generó una serie de historias fantásticas sobre el nacimiento de nuestra raza, sólo que ninguna de aquellas historias nos beneficiaba a los americanos. Muy por el contrario. Para ilustrar esta parte traemos, a modo de ejemplo, las palabras del filósofo prusiano Cornelius Paw en su libro Investigaciones filosóficas sobre los americanos, recogidas de manera crítica por Francisco Javier Clavijero:
Todos los de América son más pequeños, más deformes y más débiles, más cobardes y más estúpidos que los del Antiguo Mundo, y los que se trasladaron a ella de otra parte, inmediatamente degeneraron, así como todas las plantas de Europa trasplantadas a América.
Los hombres apenas se diferencian de las bestias; pero aun en ésta se descubren muchas señales de su degeneración: el color trigueño, la cabeza muy dura y armada de gruesos cabellos, y todo el cuerpo privado enteramente de pelo. Son brutos y débiles y están sujetos a muchas enfermedades extravagantes, causadas por el clima insalubre. Pero aun siendo así sus cuerpos, todavía son más imperfectas sus almas. Carecen de memoria, al punto que hoy no recuerdan lo que hicieron ayer. No saben reflexionar ni ordenar sus ideas, ni son capaces de mejorarlas, ni aun de pensar, porque en sus cerebros sólo circulan humores gruesos y viscosos. Su voluntad es insensible a los estímulos del amor y de cualquier otra pasión. Su pereza los tiene sumergidos en la vida salvaje. Su cobardía se manifestó en la Conquista.
Sus vicios morales corresponden a estos defectos físicos. La embriaguez, la mentira y la sodomía eran comunes en las islas, México, el Perú y en todo el Nuevo Continente. Vivían sin leyes. Las pocas artes que conocían eran muy groseras. La agricultura estaba entre ellos enteramente abandonada, su arquitectura muy mezquina, y más imperfectos todavía sus instrumentos. En todo el Nuevo Mundo no había más que dos ciudades: Cuzco, en la América Meridional, y México en la septentrional, y estas dos no eran más que dos míseras aldeas (Clavijero, 1987: 422-423).
Y ésta es solamente una de las tantas muestras de desprecio hacia América y los americanos.[3] Al respecto hay mucho más (Clavijero, 1987; Alexander, 2008; Moreno, 1977; Moreno, 1997; Aguirre, 1984; Moore, 2008).
La historia nuestra, de los americanos, es compleja. Veamos:
1. Población de América y particularmente la de México.
Apenas se encontrará en la Historia un problema de más difícil solución que el de la población de América, ni en cuestión en que haya habido una variedad más grande de opiniones. Puede decirse que son tantas como las de los antiguos filósofos en orden al Sumo Bien. No quiero examinarlas todas porque sería un trabajo infructuoso (Clavijero, 1987: 424).
Creo que a los cubanos en esto de la génesis a partir de la Colonia, nos fue peor. En una de las tantas y habituales “alucinaciones” de los “blancos” (?) conquistadores, se dice que cuando le preguntaban a los indios cubanos que de dónde ellos provenían, contestaban que “un viejo” había presentido que el mundo se iba a inundar porque Dios quería castigar los pecados de los humanos, y que entonces “el viejo” fabricó una “gran canoa” y ahí metió a la familia y a muchos animales (Clavijero, 1987: 427). Como no se cuenta en estas historias que los cubanos, que “el viejo”, echaran comida en la “gran canoa” –como hicieron los mexicanos–, imagino que con todo el tiempo que duró el diluvio y la “flojera”, la “güeba” o el “majaseo” por estar tanto tiempo en el mar, “el viejo” y su familia se habrán comido a los animales que estaban en la gran canoa, ¿o cómo fue que subsistimos entonces los cubanos?–. En esta historia sí aparece el cuervo y la paloma. No obstante, recuerdo aquí que tanto el cuervo como la paloma tuvieron mucha suerte al quedar vivos, porque en Cuba decimos que “todo lo que camina, vuela o nada va pa’ adentro”… ¿Se imaginan lo que pudo haberle sucedido al pobre cuervo y a la pobre palomita conviviendo con esos cubanos en la “gran canoa”, en medio del mar y con ese estrés…; pero sobre todo el hambre…?
Claro que hay más… También dicen que cuando “el viejo” logró desembarcar, y que vio que él y su familia se habían salvado, agarró “el pomo”, empezó a “chupar”, y “se puso hasta la madre”, “se encurdó”… –dicen que con “vino”. No sé cómo sería en aquellos tiempos, pero creo que debió haber sido con algún tipo de “guárfara”, de “alcolifai”, o “chispaetren”, que es lo que generalmente tomamos los cubanos en Cuba–. Dicen que “el viejo” estuvo borracho por varios días, cosa que creo totalmente –yo, luego de un diluvio así, si me salvo, pues me pongo también hasta las chanclas, me encurdo, y no por varios días, sino ¡hasta la eternidad!–. Finalmente, cuentan que como “el viejo” se emborrachó y se despelotó, es decir se quitó toda la ropa, pues se quedó totalmente dormido, y que entonces uno de sus hijos lo vio y se rió de él, y que otro hijo lo tapó con una ropa… Entonces “el viejo”, al despertar, bendijo al que lo tapó y maldijo al que se rió de él…
Creo que ya se han percatado de que esta historia es casi la misma que la de la Biblia, pero al estilo caribeño, en donde se narra el problema de Noé, el padre, con Cam, el hijo:
18 Eran pues los hijos de Noé, que salieron del arca, Sem, Cam, y Jafet: este mismo Cam es el padre de Canaán. 19 Dichos tres son los hijos de Noé: y de ésos se propagó todo el género humano sobre la tierra. 20 y Noé que era labrador comenzó a labrar la tierra, y plantó una viña. 21 Y bebiendo de su vino, quedó embriagado y se echó desnudo en medio de su tienda. 22 Lo cual como hubiese visto Cam, padre de Canaán, esto es, la desnudez vergonzosa de su padre, salió fuera a contárselo a sus hermanos. 23 Pero Sem y Jafet echándose una capa o manta sobre sus hombros y caminando hacia atrás cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros; y así no vieron las vergüenzas del padre. 24 Luego que despertó Noé de la embriaguez, sabido lo que había hecho con él su hijo menor, 25 dijo: Maldito sea Canaán, esclavo será de los esclavos de sus hermanos. 26 Y añadió: Bendito el Señor Dios de Sem, sea Canaán esclavo suyo. 27 Dilate Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su esclavo.
28 En fin, Noé vivió después del diluvio trescientos cincuenta años. 29 Y así todos los días que vivió fueron novecientos cincuentas años; y murió.
Es decir, que nosotros los nativos de América, que somos descendientes de asiáticos según las investigaciones científicas, no somos descendientes de Sem, que es el padre de los asiáticos según la Biblia, sino de Cam, que es el padre de los africanos, de los negros, de “la raza maldita”, según también la Biblia. ¡Qué contradicción! Veamos un poco más acerca de los descendientes de Cam y hasta dónde llegó esto, dado que ya no solamente eran los negros de África los descendientes del “maldito Cam”, sino también los indios de América. Y tanto indios como negros, es decir mongoloides y negroides, junto a los europeos, es decir caucasoides, conforman las raíces de la población americana, incluyendo la población de México (Aguirre, 1984; Rojas, 1990; Ruano, 2003a; Ramírez, 2008; Moreno, 1977; Moreno, 1997).
Pero los negros, mulatos e indios de América, los mestizos, no se quedaron con los brazos cruzados ante los insultos y las degradaciones de los blancos. Los negros respondieron a los blancos, “cuando se pudo”, por supuesto. Y esas respuestas en algunos casos pudieron haber sido más terribles que lo que cualquiera en la actualidad pueda imaginar:
El manco Mackandal, hecho un houngán [gran sacerdote de la religión o culto vudú o vuduismo] del rito Radá, investido de poderes extraordinarios por varias caídas en posesión de dioses mayores, era el Señor del Veneno. Dotado de suprema autoridad por los Mandatarios de la otra orilla, había proclamado la cruzada del exterminio, elegido, como lo estaba, para acabar con los blancos [de Haití] y crear un gran imperio de negros libres en Santo Domingo. Millares de esclavos le eran adictos. Ya nadie detendría la marcha del veneno (Carpentier, 1949).
Es así que, por ejemplo, un jamaiquino negro, Marcus Garvey, quien fuera un gran líder de su época, funda la UNIA, Universal Negro Improvement Association o Asociación Universal para el Adelanto del Negro, y entre sus escritos, especialmente en Philosophie and Opinions, aparecen interesantes comentarios y notas en donde plantea que los blancos sabían perfectamente que los egipcios eran “negros” y que habían sido célebres en la historia de la Humanidad, no obstante esos blancos callaban esto a su conveniencia, para rebajar a los negros en su condición humana y social, y que, además: “En la época en que Europa estaba habitada por una raza de caníbales, una raza de salvajes odiables y paganos, África estaba poblada de hombres negros cultivados que dominaban las artes, las ciencias y la literatura, de hombres instruidos y refinados, de hombres que parecían dioses”.
En Europa hasta el siglo XVII no existe un marcado desprecio por los negros. La imagen del negro se desvalora en el Viejo Continente en ese siglo. ¡Había que buscar una explicación funcional para legitimar la esclavitud! Bastaba con el hecho de que Noé sentenciara en la Biblia que los descendientes de Cam serían los “servidores de servidores”, los “esclavos de esclavos”, y que los estudiosos (?) del cristianismo dijeran, posteriormente, que esos “esclavos de esclavos” eran los africanos, y de paso los indios, dos grupos marcados con el estigma de naturaleza. Lo que no nos queda claro –o, más bien, ¡nos queda más que claro!– es si, a partir de ciertos discursos sociales, políticos y religiosos, “ahora ya” se tendría que suponer que las cosas cambiaron en este mundo tradicionalmente racista, escisionista, apartheidista, y que los negros y los indios –además de, por supuesto y de paso, muchos asiáticos, australianos y europeos–, “ahora ya” no viven una condición de esclavitud física, esclavitud moral, esclavitud sexual y esclavitud intelectual: ¿qué acaso se nos olvidó esta vergüenza internacional llamada “trata de personas”, “tráfico humano”, “tráfico ilegal de migrantes”, “explotación infantil”, “trabajo infantil”, “trabajo esclavo”, “taller de trabajo esclavo o taller de explotación laboral”, “explotación de grupos desplazados”, “mercado negro o economía subterránea”, “limpieza étnica”…?:
La esclavitud no es un horror felizmente relegado al olvido, sino que sigue existiendo en todo el mundo, incluso en países desarrollados como Francia y Estados Unidos. A lo largo y ancho del planeta, los esclavos trabajan, sudan y sufren. Probablemente, los zapatos que llevas puestos y la alfombra que estás pisando han sido fabricados por esclavos en Pakistán. Probablemente, los esclavos del Caribe han puesto el azúcar en tu cocina y los juguetes en las manos de tus hijos. En la India, probablemente han confeccionado la camisa que luces y han pulido el anillo que llevas en el dedo. Su trabajo no es remunerado.
Los esclavos influyen también indirectamente en tu vida. Ellos fabricaron los ladrillos para la empresa que fabricó tu aparato de televisión. En Brasil, los esclavos elaboraron el carbón vegetal que templó el acero que se utilizó para fabricar los amortiguadores de tu coche y las cuchillas de tu cortacesped. Los esclavos cultivaron el arroz con el que se alimentó la mujer que tejió la hermosa tela de tus cortinas. Tu cartera de valores y tu fondo de pensiones poseen acciones en compañías que utilizan esclavos en los países en vías de desarrollo. Los esclavos hacen posible que tus gastos se reduzcan y que aumente el valor de tus inversiones. La esclavitud es un negocio floreciente y el número de esclavos va en aumento. La gente se hace rica utilizando esclavos. Y, cuando ya no les hacen falta, los echan a la calle. Ésta es la nueva esclavitud, que se basa en los grandes beneficios y las vidas baratas. No se trata de poseer personas en el sentido tradicional de la antigua esclavitud, sino de controlarlos por completo. Las personas se convierten en herramientas desechables para hacer dinero […]
Se podría decir que la esclavitud es una cuestión de propiedad, pero eso depende de lo que entendamos por propiedad. Antiguamente, la esclavitud consistía en que una persona poseía legalmente a otra, pero la esclavitud moderna es diferente. Hoy en día la esclavitud es ilegal en todas partes y ya no existe la propiedad legal de seres humanos. Cuando se compran esclavos en la actualidad, no se pide un recibo o un documento de propiedad, pero se adquiere el control sobre esos esclavos y se utiliza la violencia para mantenerlo. Los propietarios de esclavos disfrutan de todas las ventajas de la propiedad sin asumir ningún deber. De hecho, la falta de propiedad legal es un privilegio para los propietarios de esclavos, quienes, adquiriendo el control absoluto de lo que poseen, quedan exentos de cualquier responsabilidad (Bales, 2000) […]
Reconociendo la importancia de la radio y las posibilidades que tenían de generar simpatías en nuestro continente [América], el aparato de inteligencia nazi tomó la decisión de utilizar a México como plataforma para la penetración ideológica de Latinoamérica. Nuestro país contaba con una ventaja fundamental: sus estaciones de radio cubrían casi todo el continente, sobresaliendo por su cobertura la XEW.
Durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial la propaganda alemana se centró en diatribas antisemitas y en la urgencia de lograr la “higiene racial”. Para los seguidores del Führer la raza aria representaba lo mejor de la humanidad, por su parte, los teóricos del Partido Nacional Socialista, aseguraban que la decadencia de la civilización era resultado de que los arios se hubieran mezclado con otros grupos raciales. La contraposición a los arios eran los gitanos y los judíos [nada más y nada menos que el pueblo y la raza del “Jesús” o “Cristo” que tanto invocaban los nazis] Desde que Adolfo Hitler arribara al poder, convirtió a estos pueblos en el enemigo número uno de Alemania, culpándolos de todos los males económicos, políticos y culturales […]
[Y en México, los Camisas Doradas, que eran resultado de Acción Revolucionaria Mexicanista, tenían como consigna] “Sangre judía, sangre judía y cada día más sangre judía debe fluir si deseamos salvar a nuestra patria amada [México], por esta razón deben llevarse a cabo campañas de exterminio contra los 30,000 judíos de México [en los años de 1930-1940] […]
[…] Los servicios de inteligencia de los países del Eje [es decir los aliados de la Alemania hitleriana] utilizaron diversas posiciones en la frontera de México con Estados Unidos […] A partir de 1940 […] los agentes nazis y japoneses profundizaron sus acciones en nuestro territorio [en México] Una de las estrategias que recibió mayores impulsos y recursos económicos fue la dirigida a fortalecer el movimiento sinarquista mexicano.[7] Los nazis consideraban a esta organización [es decir a la Unión Nacional Sinarquista, de México] como su aliada, por el corte fascista de la misma […] Durante mucho tiempo, el sinarquismo [mexicano] fue controlado por una organización secreta denominada La Base, que impuso como dirigente principal, hacia los años cuarenta, a Salvador Abascal [Infante][8]
La campaña eugenésica promovida por los nazis también recorrió el país [de México] alcanzando su punto más alto en 1941, cuando Alfredo Saavedra, uno de los fundadores de la Sociedad Mexicana de Eugenesia[9] recomendó al gobierno crear el Departamento de Higiene Racial. Aunque Saavedra argumentara la necesidad de que “se estudiara medidas socialmente benéficas” para el país [de México], la verdad era que su propuesta pretendía replicar a los Tribunales de Sanidad Hereditaria que operaban en Alemania desde 1934 y que eran los responsables de esterilizar, obligatoriamente, a todos los retrasados mentales, incapacitados, enfermos congénitos, alcohólicos, esquizofrénicos y cualquier otra persona que sufriera alguna de “las doce enfermedades”, determinadas por los médicos nazis como adversas al desarrollo de la raza aria […]
[Y en México, a los alemanes “tibios” que en su momento no querían colaborar con los nazis se les intimidó con un] “terrorismo en frío” […] (Cedillo, 2007).
I. COLECCIÓN RIVA PALACIO.
1. De español e india mestizo
2. De mestizo y española castizo
3. De castiza y español español
4. De española y negro mulato
5. De español y mulata morisco
6. De morisca y español albino
7. De español y albina torna atrás
8. De indio y torna atrás lobo
9. De lobo e india zambaigo
10. De zambaigo e india cambujo
11. De cambujo y mulata albarazado
12. De albarazado y mulata barcino
13. De barcino y mulata coyote
14. De coyote e india chamiso
15. De chamiso y mestiza coyote mestizo
II. COLECCIÓN LARRAURI MONTAÑO.
1. De español e india mestizo
2. De español y mestiza castizo
3. De español y castiza español
4. De español y negra mulato
5. De español y mulata morisco
6. De español y morisca albino
7. De español y albina torna atrás
8. De español y torna atrás tente en el aire
9. De indio y negra cambujo
10. De chino cambujo e india lobo
11. De lobo e india albarazado
12. De albarazado y mestiza barnocino
13. De barnocino e india zambaigo
14. De mestizo y castiza chamiso
15. De mestizo e india coyote
III. COLECCIÓN DEL MUSEO NACIONAL DE MÉXICO.
1. De español con india mestizo
2. De mestiza con español castizo
3. De castizo con española mulato
4. De español con negra mulato
5. De mulata con español morisco
6. De morisco con española chino
7. De chino con india salta atrás
8. De salta atrás con mulata lobo
9. De lobo con china gíbaro
10. De gíbaro con mulata albarazado
11. De albarazado con negra cambujo
12. De cambujo con india zambaigo
13. De zambaigo con loba calpa mulato
14. De calpa mulato con cambuja tente en el aire
15. De tente en el aire con mulata no te entiendo
16. No te entiendo con india torna atrás (Aguirre, 1984: 175-177).
1. Mexicanos.
2. Anglosajones.
3. Latinos.
4. Estadounidenses –para considerar las particularidades geográficas y socioeconómicas en los Estados Unidos, véase: Eva S. de Kras, op. cit., XII-XIV–.
5. Quebequenses.
establecen líneas divisorias que no pueden pasarse por alto. Estas divisiones pueden resumirse de la siguiente manera:
1. La que separa a México de los otros países y de las otras culturas.
2. La que separa a los anglosajones de los latinos.
3. La que separa a los Estados Unidos de los otros dos países y de las otras tres culturas.
4. La que separa a Canadá francoparlante de los otros dos países y de las otras tres culturas (Zavala, 2001:51-60, 376-403).
cuando te dicen negro bembón,
si tiene la boca santa,
negro bembón?
tiene de tó;
Caridá te mantiene, te lo dá tó.
negro bembón;
sin pega y con harina,
negro bembón,
majagua de drí blanco,
negro bembón;
sapato de dó tono,
negro bembón.
tiene de tó;
Caridá te mantiene, te lo dá tó.
preferido de Victor Hugo.
y que quién era Sucre,
–¿Ah, Siñol Andlea?
–¿Ah, Siñol Tomé?
–¿Tenemo guitarra?
–Guitarra tenemo.
–¿Sabemo tocaya?
–Tocaya sabemo.
–¿Qué me contá?
–Lo que ve.
–Pue vamo turu a Belé,
y a lan Dioso que sa yorando
le cantemo la salabanda.
–Paléceme ben.
–Y a mí tambén.
–Toca, plimo, pol tu fe.
–¡Así, así, que lo pe se me anda!
–¡Así, así, que me buye lo pe!
–Cantémole al Redentole
la bienvinira y yegara.
–Sando ronca y resfriara,
cantalemo mal, siñole.
–Récipe de la mendole
porque tengamo voz clara:
de botica un cucharara
cuanto baste a su mecé.
–Paléceme ben.
–De los branco nos guardemo,
que tosemo a lo billaco.
–Debe de tomal tabaco,
pue tanto a neglo tosemo.
A lo Pesebre yeguemo
y a lo són de trumentiyo,
guitarriya y panderiyo,
hagamo fiesta en Belé.
–Paléceme ben.
–Y a mí tambén.
–Toca, plimo, pol tu fe.
–¡Así, así, que lo pe se me anda!
La Negrita Cucurumbé
se fue a bañar al mar
para ver si en las blancas olas
su carita podía blanquear.
La Negrita Cucurumbé
a la playa se acercó
envidiando a las conchitas
por su pálido color.
Quería ser blanca
como la Luna,
como la espuma
que tiene el Mar.
Un pescado con bombín
se le acercó,
y quitándose la bomba
la saludó:
¡Pero válgame Señor!
¿Pues qué no ves
que así negra estás bonita,
Negrita Cucurumbé?
Un pescado con bombín
se le acercó,
y moviendo la colita
le preguntó:
¡Pero válgame mujer!
¿Pues qué no ves
que bonita es tu carita,
Negrita Cucurumbé?
[…] Creo que la gran controversia de nosotros los hispanoamericanos radica en nuestras raíces, en nuestros orígenes étnicos, en nuestros mestizajes, en nuestros traumas raciales, poblacionales, culturales, lingüísticos y dialectales, y de aquí una vida de contraposición histórica entre hispanófilos e hispanófobos. ¡Qué empeño de replicantes alterados! ¡Ese afán por ser lo que nunca has sido ni nunca serás, por ser parte de aquello que inclusive desconoces, algo a lo que no perteneces! ¡Ese afán de no ser lo que en realidad eres, por no ser parte de tu verdadero mundo! ¿Qué es lo que racialmente le preocupa a un latinoamericano común: ¡el “ser” o el “no ser”!? Pero si los españoles son tan mestizos como nosotros los americanos: “Los españoles son desde el punto de vista antropológico la resultante final de un complicadísimo proceso de mestización entre distintas razas: los iberos, los semitas fenicios, los romanos, los godos de origen germánico, los moros –árabes y negros–, etc., de tal modo que la mezcla de tan distintos elementos raciales dentro de la nación –el mestizaje interior– no había llegado todavía a un grado que permitiera considerar al español como un grupo étnico homogéneo” (Siegfried Askinasy [1939]. México indígena. México, Cosmos, 147). ¡Qué gran pena y cuánta confusión! ¡Pero así siempre ha sido, así es y… así será! Para tratar más detalladamente los problemas de la hispanofilia y la hispanofobia en América, véase, por ejemplo: Manuel Gamio (1916). “España y los españoles”, en Forjando Patria. México, PORRÚA […] España hoy persigue, furiosamente, y menciono aquí en especial el nombre del magistrado Baltazar Garzón Real, a los “criminales” de América: Augusto Pinochet, Henry Kissinger, Adolfo Scilingo…; pero pregúntenle a los familiares de las víctimas del franquismo qué ha hecho, realmente, España para lavar esta afrenta: ¡nada! Al respecto véase, por ejemplo: P. Aguilar (1996). Memoria y olvido de la Guerra Civil española. Madrid, Alianza […] ¿Y ahora qué van a hacer en España para “acallar”, para “borrar”, al reconocido internacionalmente abogado Baltasar Garzón Real: http://es.wikipedia.org/wiki/Baltasar_Garz%C3%B3n_Real ? ¿Lo van a matar, lo van a desaparecer, como hacían Francisco Franco y sus “cómplices” cuando alguien no les agradaba? ¡Otra vergüenza para España y los españoles!: http://www.elpais.com/articulo/espana/Mendez/Estamos/verguenza/historica/elpepuesp/20100413elpepunac_3/Tes . ¿No le basta a España con los escándalos que tiene en Europa, en la Eurozona, en este año 2010, porque no ha podido pagar sus deudas? Este caso del enjuiciamiento de Baltasar Garzón da asco. Como dice el genial José Saramago: “Las lágrimas de Garzón son hoy mis lágrimas” ( http://www.publico.es/espana/312793/lagrimas/garzon/hoy/lagrimas ). ¿Y ahora en 2010, con todos los escándalos que están saliendo en todos los medios masivos de información, también le va a gritar este reyezuelo a WikiLeaks “por qué no te callas”? ¡WikiLeaks arroja todavía más vergüenzas, más mierda, sobre España y los españoles! ¡Y eso que muchas cosas no se saben en España!, porque ahí, en España, “los periodistas que hablan de verdad y que escriben de verdad” corren peligro de muerte, son perseguidos y amenazados, como en cualquier asquerosa dictadura. ¿Qué también este “rey mataosos” va a mandar a callar a Reporteros sin Fronteras – http://es.wikipedia.org/wiki/Reporteros_Sin_Fronteras –, que dice que en España “periodistas se ven amenazados físicamente” – http://www.rsf.org/es-classement1002-2009.html , http://www.rsf.org/es-rapport101-Espana.html –, que dice que “España está a la cola de la libertad de prensa en Europa” – http://www.lne.es/sociedad-cultura/2009/10/20/sociedad-cola-europea-libertad-prensa/823499.html –. ¡Por supuesto que es asqueante que en Venezuela no haya libertad de prensa – http://www.rsf.org/es-rapport195-Venezuela.html –!; pero Venezuela no es el país latinoamericano que está a la cola de la libertad de prensa en estos países de América que dicen tener una “democracia” (recordemos que en Cuba hay una dictadura), sino que los peores aquí (como es el caso de España al nivel de toda Europa), en América, en este sentido de las constantes amenazas a la libertad de prensa, amenazas de todo tipo a los periodistas, en el sentido de “censura y persecución periodísticas en ‘democracias’ (?)”, son México, Honduras y Colombia – http://www.rsf.org/es-classement1002-2009.html –. Y justamente por eso, por los constantes “¡por qué no te callas!” que les imponen a la prensa y a los periodistas de estos países tercermundistas, atrasados, analfabetos, enfermos, involucionantes, es que esos pueblos están como están…, y “de mal en peor”. ¿A quién se supone que “le quieren ver la cara de pendejo” estos monigotes “rayadillos” o “gachupines”? […]
Único entre los pueblos de Occidente, el español se rige, en cuanto al conocimiento de su pasado y de sí mismo, por una historiografía fundada en nociones fabulosas. El español se considera casi como una emanación del suelo de la península Ibérica, o por lo menos tan antiguo como los moradores de sus cavernas prehistóricas […] Según las vigentes creencias, la esencia del español cruzó incólume e inafectada a través de las varias gentes y de todo lo acontecido en la Península desde que existe tradición de ella [tal parece que los españoles a través de su historia y en su comportamiento habitual, especialmente los españoles (?) que tuvieron que emigrar a América, siguen creyendo en la imaginería popular y tradicional de que] Túbal, hijo de Jafet, fue el primer hombre que vino a España […] No tendría sentido gastar tiempo en calificar de quimérica tal forma de concebir al español y las dimensiones historiables de su vida pasada […][24]
Mas ese afán de grandeza, ese huir de la realidad buscando una realidad superior, dificulta, creo yo, la solución de los problemas prácticos que España tiene planteados. Puestos los ojos en el infinito, es claro que ante la idea del trabajo necesario para lograr un progreso material surge, inevitablemente, la pregunta: «¿Y para qué?». Y no es que los españoles todos tengan siempre sus ojos puestos en lo infinito. Muchos, la mayoría, como en todas partes, los tienen puestos sobre todo en los bienes materiales que desean. Mas ese deseo que el individuo aislado tiene de satisfacer sus necesidades, no basta para mover una nación. Se necesita alguien que dirija, y se necesita la convicción profunda, arriba tanto como abajo, en los que dirigen tanto como en la masa del pueblo, de que la consecución del bienestar material es, por sí misma, un digno objetivo, una meta nacional suficiente. Y esto es lo que, me parece a mí, en España no ocurre. La consecución de la felicidad en este mundo nunca ha sido, y probablemente nunca será, en España, una idea nacional […]
[…] Y volviendo ahora, para acabar, […] observemos que, a la crítica de los extranjeros corresponde casi exactamente la que desde dentro los propios españoles hacen de su país (Sánchez Barbudo, 1980: 194-200).
[…] la gran lacaya de [la Iglesia Católica Romana] […] [es] España la cerril. La cerril, la prepotente, la obtusa, la cabra tumbamontañas y el país más bruto de Europa y el más cruel con los animales incluyendo a las cabras que desbarrancan por escarnio. Raza perseguidora de judíos, de moros, de herejes, de brujas, de protestantes, de indios americanos, dispuesta siempre a abrazar las causas más innobles de sus reyezuelos zánganos en el nombre de Dios en quien (al menos de palabra, que no de obra pues como su nombre lo indica el Altísimo les queda muy arriba en el cielo) de cuando en cuando se cagan. Porque además de zafia y cerril esta raza patipuerca es blasfema. La llamada raza hispánica no son en última instancia sino los criados de Fernando e Isabel, de Carlos V, de Felipe II, de los Borbones, una chusma arrodillada capaces de gritar, como cuando los franceses los estaban liberando del tirano Fernando VII, “¡Vivan las cadenas!” De este monstruo de maldad y cerrazón mental desciende el actual cazador furtivo Su Majestad Don Juan Carlos, don bellaco, don Borbón, un hombre frívolo y casquivano que se divierte matando osos a mansalva. En estos zánganos reales, en sus principitos e infantas y en tauromaquia se agota la hispanidad, que nos hincha de orgullo el alma (Vallejo, 2007).
Philologist and Image Consultant Fernando Antonio Ruano Faxas
Филолог и консультант Фернандо Антонио Руано Факсас
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Hacia la calidad integral sin fronteras
http://openlibrary.org/a/OL807084A
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http://openlibrary.org/a/OL6500100A/Ruano-Faxas%2C-Fernando-Antonio-y-Paulina-Rend%C3%B3n-Aguilar
[1] En este sentido pueden verse, por ejemplo, los siguiente videos: Las grandes culturas americanas, disponible en http://www.youtube.com/watch?v=6J-yl9Ba7zw&feature=related y Áreas culturales de América, disponible en http://www.youtube.com/watch?v=OF2-28FH3dE&feature=related .
[2] Como también plantea fray Diego Durán en su Historia de las Indias de Nueva España e Islas de la Tierra Firme.
[3] Todo parece indicar que entre los conquistadores-escritores de América, el más acérrimo enemigo de los indios fue Gonzalo Fernández de Oviedo. En su obra Historia general y natural de las Indias se refleja el crudo rechazo a la raza indígena, la segregación racial y la abominación por la cultura indígena.
[4] Recomendamos la lectura de estas génesis mesoamericanos. Estos textos que tratan la creación del mundo y del hombre, según la visión de los prehispánicos del área, son sencillamente fascinantes. Para los antiguos mesoamericanos el mundo era rectangular, y fue creado después de varios intentos de creación, por ensayo-error. Los límites del mundo estaban establecidos por la salida y el ocaso del sol. Si observamos con deteniendo, podremos apreciar que a imagen de “su” mundo, es decir rectangular, se construyeron los pueblos, las milpas, los templos, los altares domésticos y muchos vestidos o ropas, todos rectangulares. También había colores importantes en esta cosmogonía mesoamericana. Así, por ejemplo, los mayas distinguían el norte con el blanco, el este con el rojo, el sur con el amarillo y el oeste con el negro. Para los antiguos mayas, los monos descienden de unos hombres de madera –criaturas amarillas, secas, sin sangre, sin expresión, ingratos, irrespetuosos con los dioses y de inteligencia limitada– que habitaban los árboles.
[6] ¡Ay, América Latina, paraíso de la desigualdad…! Una América Latina llena de negros, de prietos, de mulatos, de jabados, de indios y de blancos venidos a menos, es decir los descendientes de aquellos “supuestos blancos”, pobretones y rústicos, que vinieron desde España y Portugal a América en busca de fortuna, de estos descendientes de peninsulares que nacidos en América intentan por todos los medios “zezear”, es decir hablar como se habla el idioma español de Castilla, para “diferenciarse de ‘la otra raza americana fea, sucia y maloliente’”, y que lo único que crean en realidad es todo un teatro ridículo y comiquesco con ese intento pendejo y burlesco de zezeo, que más que zezeantes son dislálicos… Claro que, a discreción y según las “conveniencias y exigencias de lugares, tiempos, adaptabilidad, desempeños y nacionalidades…”, tanto al nivel de niños como al nivel de adultos, se puede zezear o no:
Mucho se debate sobre la auténtica nacionalidad del secretario de Gobernación. Lo cierto es que a sus 25 años aún hablaba con un marcado acento español, zeseaba [aunque vivía en un estado de México llamado Campeche, en la península de Yucatán] Así lo demuestran los tres audiocasetes relacionados con el secuestro del ahora secretario de Gobernación que tengo en mi poder. Las cintas forman parte de las más de siete mil grabaciones que se encontraron en 1998 en el interior de una casa de espionaje montada en la ciudad de Campeche por orden del gobernador del estado […] la cual funcionó hasta 1997 […] (Hernández, 2008:98).
[7] http://es.wikipedia.org/wiki/Uni%C3%B3n_Nacional_Sinarquista y http://es.wikipedia.org/wiki/Sinarquismo_mexicano . Véase además: Anne-Marie de la Vega-Leinert (1975). Historie du Mouvement Sinarquiste, 1934-1944, Contribution à L’histoire du Mexique Contemporain. Francia, Universidad de París; Jean Meyer Barth (1979). El sinarquismo, ¿un fascismo mexicano? 1937. México, Joaquín Mortiz y Jean Meyer Barth (2003). El Sinarquismo, el Cardenismo y la Iglesia. México, Tusquets.
[10] ¿Quién es quién en América? Como quién es quién en cada uno de los países y grupos del continente y del mundo. Hemos llegado a tal estado de enmascaramiento del racismo a través del racismo cordial y del racismo oculto (Montañez, 1993; Combesque, 2001; Roman, 2007) que en muchos casos hasta negamos que exista el racismo en países como Cuba, Santo Domingo, México, Puerto Rico, Canadá, Venezuela, Brasil, Chile, Argentina, etc., por ejemplo. ¡Nada más lejos de la verdad! El racismo está ahí, presente, en toda nuestra América, en las múltiples esferas de la vida nuestra de cada día, y cada vez pone de manifiesto una de sus tristes y amañadas caras. Se debe suponer que en América los indios son indios y deberían considerarse “racialmente” y “orgullosamente” indios; que los negros son negros y que deberían considerarse “racialmente” y “orgullosamente” negros; que los blancos son blancos y que deberían considerarse “racialmente” y “orgullosamente” blancos. Sí, se debe suponer…, pero sabemos que esto no es así. Cualquier otra consideración nos hace o ignorantes o ciegos o pendejos. Y ninguna de las tres categorías es grata en la cultura de Occidente. ¡Los problemas de identidad, de pertenencia, de clases, de castas, y también de tintes, de siempre! ¿Qué es mejor o qué es peor? ¿Es mejor ser el “menos prieto” de los negros, el “menos prieto” de los indios o el “menos blanco” de los blancos? ¿Se puede ser negro o indio o mulato y querer ser blanco? ¡Hasta se puede ser “menos blanco” y querer ser “más blanco”!:
En Hispanoamérica, la única forma para el negro [y para el indio, y para el mulato] de subir en la escala social era «blanquearse». El ascenso económico sólo se lograba renegando del pasado africano [e indio]. La importancia del blanqueo se muestra en Cuba, por ejemplo, donde la más importante sociedad cultural negra se va a llamar Club de Atenas y la sociedad de recreo negra, Jóvenes de Waltze, y donde los universitarios negros en 1902 consiguieron que se prohibiera la formación de comparsas y otras manifestaciones negras (Rojas, 1990: 66-69).
Hablar de los latinoamericanos es hablar de algo más que lo que habitualmente consideramos. En América, como hemos visto ya, se nace con una raza, pero también la raza se compra con dinero. En América y en el mundo, “latino” no es solamente el que desciende de una cultura hispanoamericana. En el mundo del “latinoamericano” también entran los individuos nacidos y criados en América de base cultural portuguesa, francesa, italiana… Y cuando hablamos de Haití, de qué se supone que hablamos. Y cuando hablamos de Bolivia, de qué se supone que hablamos. Y cuando hablamos de México, de qué se supone que hablamos. Y cuando hablamos de Perú, de qué se supone que hablamos. Y cuando hablamos de Venezuela, de qué se supone que hablamos. Y cuando hablamos de Brasil, de qué se supone que hablamos…:
[…] A pesar de que Brasil es una de las naciones con mayor diversidad racial, la gran mayoría de las modelos que desfilan por estas pasarelas son blancas y parecen casi europeas.
Brasil tiene más personas de ascendencia africana que cualquier otro país fuera de África, la mitad de la población se considera de raza negra o mestiza [algunos especialistas consideran que más del 80% de la población de Brasil tiene la marca genética negra]; y la ausencia de maniquíes de tez oscura en las pasarelas es un tema que ha sido planteado por algunas voces influyentes [según http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_7196000/7196883.stm ]
Pero también, y cuando hablamos de España y Portugal, de qué se supone que hablamos. En mi libro El lenguaje corporal humano abordo este tema acerca de los verdaderos dominios étnicos de la Península, y recomiendo, en una de las notas a pie de página, los siguientes textos: Acerca de los grandes problemas de la interpretación del origen y la vida de los peninsulares ibéricos, pueden consultarse los siguientes materiales: Américo Castro (1982). La realidad histórica de España. México, PORRÚA; María Luisa Ruiz-Gálvez Priego (1990). Prehistoria de España. México, REI; Rafael Lapesa (1991). Historia de la lengua española. Madrid, Gredos, especialmente las páginas 13 a la 52, en donde se plantea que en España hay “nombres de multitud de pueblos y tribus de diverso origen, que pulularon en abigarrada promiscuidad”; Antonio Sánchez Barbudo (1980). “Sobre España y los españoles: una visión desde fuera y desde dentro”, en Ensayos y recuerdos. Barcelona, LAIA.
Y cuando hablamos de Cuba, de qué se supone que hablamos. ¿Quién es quién en Cuba?:
Había un privilegio que estaba dado por una cédula Real de Carlos IV que se llamó ‘Gracias al Sacar’ de 1795 que en uno de sus artículos dispensaba por una suma de dinero de la calidad de pardo, cuarterón o quinterón al solicitante. Si un padre español quería prebendar a su hijo tenido con una negra, una mulata o una india, y darle la calidad de blanco, le compraba los papeles y legalmente era blanco, aunque fuera del color de nosotros (…). Contrario a los anglosajones, en estas zonas de acá, de las colonias hispanas, por una gota de sangre de blanco, ya eres más blanco que negro.” Según Marta Rojas, este es el origen del blanqueamiento en las antiguas colonias españolas del Nuevo Mundo y, por supuesto, Cuba, al igual que Santo Domingo, Venezuela o Colombia, no escapa a este trauma que la escritora ha escogido como tema de su segunda novela, titulada, precisamente, Papeles de Blanco o La Santa Lujuria. “Por ejemplo, en la Cuba revolucionaria, cuando se realiza el censo o se elabora el carnet de identidad, el enumerador te mira… y si dices blanco, él o ella pone blanco, y ni averigua si la madre es una negra o una mulata. Ahora los papeles de blanco no hay que comprarlos, se obtienen al gusto del consumidor. Yo creo que esa anomalía no se va a corregir nunca, porque ya forma parte de la cultura de la América hispana. ¡Yo no considero a nadie blanco en Cuba!” […] Entonces ¿qué está ocurriendo en Cuba? ¿Cuán lejos o cercana está la mayor de las islas antillanas, a sólo 90 millas de las costas de la Florida, del concepto de democracia racial? A lo largo de su historia los cubanos han sido protagonistas de una serie de divisiones raciales -primero, debido a la colonización española y a la esclavitud de los negros africanos; luego, a finales del siglo XIX, por la importación de mano de obra barata china y, durante las primeras décadas del siglo, de la proveniente de otras islas antillanas, y por la copia de la segregación al estilo sureño norteamericano en algunas regiones de la isla, como el norte de las antiguas provincias de Camagüey y de Oriente. Se calcula que la actual población de la isla está compuesta por una tercera parte de blancos, una tercera de negros y otra tercera mestiza. La lucha de reivindicación racial de los negros ha sido larga, sin excluir la confrontación armada de 1912 que enfrentó a los partidarios negros de Evaristo Estenoz y Pedro Ivonet con las fuerzas armadas del presidente de la República, general José Miguel Gómez. En 1959 la Revolución dio pasos osados para eliminar el racismo institucionalizado. Fue entonces cuando se implementaron amplios programas de redistribución para las capas más desposeídas, especialmente en lo concerniente a la educación y la salud. Hoy Cuba ostenta uno de los más bajos índices de mortalidad infantil del mundo (9.3 por cada mil nacidos vivos) con una esperanza de vida de 75 años. Los afrocubanos son gentes “bien leídas y escribidas”, como dicen los negros viejos. Hemos obtenido títulos en profesiones que antes de 1960 nos estaban proscritas de hecho. Por ejemplo, cuando matriculé por primera vez la carrera de Lengua y Literatura Clásicas en la Universidad Central de Las Villas, en mi ciudad natal de Santa Clara, resulté ser el único estudiante negro en mi curso. Hemos alcanzado igualmente un nuevo sentido de dignidad y orgullo del cual no nos será fácil renunciar. Encima de todo ello, la revolución cubana, con todos sus defectos, nunca ha estado divorciada del discurso y del simbolismo africanos. Cuba, que nunca ha perdido su sentido surrealista antillano ante la vida, está hoy mucho más orgullosa de sus raíces africanas que hace 37 años, y se muestra como una celosa guardiana de este legado cultural. Sin embargo, con todo ello, no debe suponerse que el racismo en todas sus manifestaciones haya sido eliminado, y mucho menos en lo personal y social, así como en lo concerniente a las relaciones culturales. Debido a la presente crisis en Cuba –en parte por motivos internos, pero en gran medida debido a los agudos efectos del descalabro de los aliados del Este europeo a partir de 1989 y del endurecimiento del embargo y las hostilidades por parte de EE UU– el racismo ha brotado nuevamente en diversas formas. Pienso que al paso de todos estos años, los cubanos no hemos sabido romper el paradigma blanco y que, por consiguiente, es menester que nosotros, los intelectuales cubanos negros, brindemos mucha más atención a este fenómeno. Quizás, al igual que ocurre con los brasileños que están atrapados en las mismas incertidumbres, los cubanos hemos sido demasiado cautelosos, por no decir temerosos, en lo que se refiere al impacto que la composición racial pueda ejercer en nuestra nación/alismo/alidad. (Rojas, 1996: 44-46).
[11] El tema del querido, simpático, muy inteligente y travieso Memín Pinguín, que puede consultarse en detalles en http://es.wikipedia.org/wiki/Mem%C3%ADn_Pingu%C3%ADn y en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=Sjvp8tEY6Bw&feature=related y otros videos, ya se ha tornado enfermizo y patológico en los Estados Unidos, en especial en estos tiempos en donde aparece un negro como, primero, candidato a la presidencia de Estados Unidos, y ya después como presidente número 44 de la nación más poderosa del mundo, U.S.A: Barack Hussein Obama – http://es.wikipedia.org/wiki/Barack_Obama –. En este sentido, puede consultarse, por ejemplo, la información que aparece en el periódico El País, en: http://www.elpais.com/articulo/cultura/comic/Memin/Pinguin/vuelve/abrir/polemica/racismo/EE/UU/elpepucul/20080710elpepucul_5/Tes :
[10 de julio de 2008] El cómic Memín Pinguín vuelve a abrir la polémica por racismo en EE UU.
La cadena Wal-Mart retira el tebeo después de que varios usuarios denuncien a la publicación por reproducir clichés racistas.
Primero irritó a la comunidad negra y al gobierno de George W. Bush por sus “estereotipos raciales ofensivos”; ahora, Memín Pinguín, célebre personaje de cómic mexicano, ha visto cómo le retiraban sus viñetas en los Wal-Mart estadounidenses. Memín Pinguín, creado en la década de 1940 por Yolanda Vargas y objeto de burla de los personajes blancos en las tiras cómicas en las que aparece, es un niño de raza negra, retratado con rasgos exagerados, como unos labios muy gruesos y orejas de soplillo, que ayuda a su madre vendiendo periódicos y limpiando zapatos. El nombre se explica así: Memín (diminutivo de Memo, de Guillermo) y Pinguín (travieso o pillo, en el español de México).
Se trata de un personaje muy similar a otro que creó en la misma época el historietista estadounidense Will Eisner, llamado Ebony White, para las páginas de The Spirit. White también provocó cierto revuelo cuando acusaron a su autor de reproducir estereotipos racistas sobre la negritud, como los rasgos simiescos y el habla zumbona.
Pinguín ya abrió la polémica en 2005. El entonces portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, indicó que imágenes así no tenían “cabida en el mundo moderno”. Ahora el personaje topa de nuevo con las fronteras culturales. Si entonces la discusión surgió por la emisión de unos sellos en México (los 700.000 puestos a la venta se agotaron en una semana), ahora el cómic ha sido eliminado de la cadena de supermercados debido a la reclamación de un cliente en Houston (Texas).
Una denuncia más
“Pensé, ¿esto es un mono o un niño?”, dijo al canal de televisión CNN Shawnedria McGinty, de 34 años y de raza negra, la mujer que interpuso la queja formal. “Para mí era un insulto. Estamos en 2008”, subrayó. A esa petición se sumó el activista local Quannel X, que consideró el cómic como un ataque racista contra la cultura afroamericana y la gente de color. “Es una vergüenza. Esto es reírse de los rasgos físicos de toda una población”, declaró a medios estadounidenses.
“Fijaos en cómo dibujan a su madre, con unos enormes labios étnicos, tez oscura, haciéndola pasar por un gran gorila y a él como el pequeño mono”, explicó en un discurso ofrecido a escasos metros del centro comercial donde McGinty vio el libro por primera vez. La última edición del cómic, Memín, presidente, estaba disponible en ciertas tiendas de Wal-Mart con un amplio número de consumidores latinos, según explicó el portavoz de la empresa, Lorenzo López.
Wal-Mart retira a Pinguín de sus locales
Sin embargo, la decisión tomada el miércoles por la compañía obligará a todos los establecimientos de la cadena a no dejar ni rastro del personaje en sus estanterías. “Entendemos que Memín es una figura popular en México”, señaló la empresa en un comunicado. “Pero, dada la imagen negativa que puede tener Memín en algunos, sentimos que lo mejor era retirarlo de nuestras tiendas. Pedimos disculpas a aquellos clientes que se hayan sentido ofendidos por las imágenes del libro”, reza la nota.
Para unos la indignación está justificada. Pero otros creen que los críticos deberían lanzar su mirada más allá y entender las historias del personaje. “Así llevarían una sonrisa a su cara”, dijo a la CNN Javier Salas, locutor de radio de la cadena WRTO, en Chicago (Illinois).”Le respetamos (a Memín), le queremos. Y por eso es tan absurdo para nosotros escuchar quejas de gente que no le conoce ni le comprende”, añadió.
Malentendido cultural
“Crecimos leyendo, aprendiendo y educándonos con muchos de los asuntos que trataba (el cómic), como la honestidad, la justicia y la tolerancia”, agregó Salas, para quien “es un personaje único”. En 2005, tras las declaraciones de McClellan, el por entonces ministro de Relaciones Exteriores de México, Luis Ernesto Derbez, aseguró que la postura de EE UU significaba “una falta total de conocimiento y de respeto” hacia la cultura de su país. Algo que corrobora Raúl Ramos, profesor de Historia méxico-americana en la Universidad de Houston.
“En el cómic, él (Memín) es el héroe. Es una figura como Charlie Chaplin, el granuja que logra sobreponerse a situaciones difíciles”, dijo Ramos en declaraciones al Houston Chronicle. Parece claro que, como se comenta en el vídeo de la CNN y parafraseando a Sofia Coppola, a veces, lo más importante, queda “lost in translation” (“perdido en la traducción”).
¿Y cómo será el mandato de este primer presidente negro de Estados Unidos? ¿Y cómo será la relación de su gobierno con “la otra América”, en especial con América Latina? Todos sabemos que Barack Obama tiene demasiados problemas trascendentales dentro de Estados Unidos como para prestarle mucha atención a América Latina, una atención que, por cierto, nunca ha tenido América Latina por parte de Estados Unidos:
[ese] vastísimo público no acostumbrado a escuchar el punto de vista del otro (Real Academia Española (2008). La región más transparente. Edición conmemorativa. México, Alfaguara, p. XXXVII).
[…] No, nunca como ahora la frase de don Porfirio Díaz es más certera: «Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos».
De ahí que las y los mexicanos sintamos coraje hacia los gringos, pero también tanta atracción. Vamos al otro lado y no dejamos de maravillarnos con su cultura tan práctica y seductora. No dejamos de hacer nuestro shopping y no dejamos, no obstante, de exclamar: «Pinches gringos».
Basta con que a un típico mexicano dizque muy patriota se le pasen las copas, para que de inmediato les pregunte a sus amigos totalmente borrachos: «¿Saben, pendejos, que dependemos cien por ciento de Estados Unidos? Por eso nos tratan como nos tratan. Somos su traspatio, como decía Aguilar Zínser. Por eso sucedió lo del María Isabel Sheraton, por eso quieren construir una barda en la frontera, por eso nos tratan tan mal. Por eso Bush ya no le toma el teléfono a Fox.
»Pero vamos a acabar con ellos. Ahora ya somos más de 10 millones de compatriotas que estamos viviendo en su tierra, que es la nuestra. ¡La vamos a recuperar! Faltaba más… Además, ellos nos necesitan más que nosotros a ellos. ¿Qué harían sin nuestra mano de obra? Y, por todo esto, voy a vender el condominio que tengo en Miami.» ¡Faltaba más! (Guadalupe Loaeza, en El ABC de las y los mexicanos, pp. 58-60).
[…] la oposición entre los Estados Unidos y América Latina no es una oposición entre civilizaciones sino que pertenece al subgénero de contradicciones dentro de una misma civilización. Hecha esta salvedad, agrego que se trata de diferencias radicales, como me he esforzado en mostrar en muchas páginas de El laberinto de la soledad. Es verdad que esta relación de oposición podría ser fecunda si la fuerza de uno de los interlocutores y la angustia del otro no empañasen y viciasen el diálogo. De todos modos, el diálogo es difícil: apenas se rebasa el nivel informativo y cuantitativo, la conversación entre norteamericanos y latinoamericanos se convierte en un arriesgado caminar en círculo entre equívocos y espejismos. La verdad es que no son diálogos sino monólogos: nunca oímos lo que dice el otro o, si lo oímos, creemos siempre que dice otra cosa (Octavio Paz, El laberinto de la soledad).
Y, al parecer y por lo que estamos viendo ya desde el mismo inicio del gobierno de Obama, las cosas no pintan bien para América Latina…: “Hugo Chávez es un obstáculo para el progreso de América Latina, dice Obama”, según periódico mexicano La Jornada, en http://www.jornada.unam.mx/2009/01/19/index.php?section=mundo&article=025n1mun . Y meterse hoy, en la América Latina de hoy, con Hugo Chávez y Venezuela es, como todos sabemos muy bien, meterse también con una muy buena parte de América Latina…, en especial con Cuba, con Bolivia, con Nicaragua… ¡Los tiempos han cambiado…, y mucho!
[12] Para escuchar este poema en la voz del cubano Luis Carbonell, consúltese la siguiente página en Internet: http://www.youtube.com/watch?v=ZcvCjW9gaw0&NR=1 .
[13] El tratamiento del color en todos sus aspectos y temas puede hacerse a través de: Rosa Gallego y Juan Carlos Sanz (2001). Diccionario del color. España, Akal; Eulalio Ferrer (2000). Los lenguajes del color. México, FCE. Para los especialistas en Ingeniería en Imagen de México recomiendo, en especial, los siguientes capítulos de Los lenguajes del color: capítulo II: “El color en la historia de México”, 49-73 y el capítulo XI: “El color en la moda”, 313-368.
[14] Mark. L. Knapp (1999). La comunicación no verbal. El cuerpo y el entorno. México, PAIDÓS, 151-165.
[15] Carlota Solé (1995). Prevenir contra la discriminación. Actitudes y opiniones ante la inmigración extranjera. España, Consejo Económico y Social. Para considerar las particularidades de la discriminación en México, véase Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México: http://www.sedesol.gob.mx/subsecretarias/prospectiva/subse_discriminacion.htm# .
[16] Teun A. van Dijk (2003). Racismo y discurso de las élites. España, Gedisa.
[17] J. H. Griffin (1960). Black Like Me. Boston, Houghton Mifflin, 121-122, apud Mark. L. Knapp, op. cit., 159.
[18] Creo que la gran controversia de nosotros los hispanoamericanos radica en nuestras raíces, en nuestros orígenes étnicos, en nuestros mestizajes, en nuestros traumas raciales, poblacionales, culturales, lingüísticos y dialectales, y de aquí una vida de contraposición histórica entre hispanófilos e hispanófobos. ¡Qué empeño de replicantes alterados! ¡Ese afán por ser lo que nunca has sido ni nunca serás, por ser parte de aquello que inclusive desconoces, algo a lo que no perteneces! ¡Ese afán de no ser lo que en realidad eres, por no ser parte de tu verdadero mundo! ¿Qué es lo que racialmente le preocupa a un latinoamericano común: ¡el “ser” o el “no ser”!? Pero si los españoles son tan mestizos como nosotros los americanos: “Los españoles son desde el punto de vista antropológico la resultante final de un complicadísimo proceso de mestización entre distintas razas: los iberos, los semitas fenicios, los romanos, los godos de origen germánico, los moros –árabes y negros–, etc., de tal modo que la mezcla de tan distintos elementos raciales dentro de la nación –el mestizaje interior– no había llegado todavía a un grado que permitiera considerar al español como un grupo étnico homogéneo” (Siegfried Askinasy [1939]. México indígena. México, Cosmos, 147). ¡Qué gran pena y cuánta confusión! ¡Pero así siempre ha sido, así es y… así será! Para tratar más detalladamente los problemas de la hispanofilia y la hispanofobia en América, véase, por ejemplo: Manuel Gamio (1916). “España y los españoles”, en Forjando Patria. México, PORRÚA.
[19] España hoy persigue, furiosamente, y menciono aquí en especial el nombre del magistrado Baltazar Garzón Real, a los “criminales” de América: Augusto Pinochet, Henry Kissinger, Adolfo Scilingo…; pero pregúntenle a los familiares de las víctimas del franquismo qué ha hecho, realmente, España para lavar esta afrenta: ¡nada! Al respecto véase, por ejemplo: P. Aguilar (1996). Memoria y olvido de la Guerra Civil española. Madrid, Alianza.
[20] Acerca de los mitos de España y los españoles véase: Fernando García de Cortazar (2003). Los mitos en la historia de España. España, Planeta. Para tratar las diferencias entre “mito” y “mitoide”, consúltese: Francisco Miró Quesada (1993). “Ciencia y técnica: ideas y mitoides”, en América Latina en sus ideas. México, Siglo XXI, 72-94.
[21] Como he comentado en otro de mis trabajos (Ruano, 2007b), hasta la Iglesia española hoy se deslinda de Franco y del franquismo:
La Iglesia española pide perdón por su papel en la Guerra Civil. El titular de la Conferencia Episcopal solicitó disculpas por “actuaciones concretas” de la institución hace 7 décadas. Es un significativo cambio ya que entonces la cúpula eclesiástica era aliada del dictador Franco […] La Iglesia española fue un firme apoyo de los militares sublevados contra la República que originó la Guerra Civil. Encabezada por el cardenal Primado arzobispo de Toledo, Isidro Gomá, la jerarquía proclamó su apoyo a la “Cruzada Nacional” del dictador fascista Francisco Franco, aliado a Adolf Hitler y Benito Mussolini […] El apoyo eclesiástico se convirtió además una presencia en los poderes del estado franquista. En las Cortes de 1943 eran procuradores (diputados) los arzobispos de Sevilla (Segura), Toledo (Pla y Daniel), Granada (Parrado), Santiago de Compostela (Muñiz), Burgos (Castro) y los obispos de León (Ballester) y Barcelona (Mondrego). También estaban presentes altos prelados en el Consejo de Estado, supremo órgano consultivo del régimen. El Cardenal Primado, Isidro Gomá, fue el principal ideólogo del apoyo irrestricto de la Iglesia a Franco. Una foto lo muestra haciendo el saludo fascista junto al tirano. El Cardenal recibió la “espada vencedora” que Franco ofrendó a Dios y ordenó que fuera custodiada en el Tesoro de la Catedral Primada de Toledo […] En el seno de la jerarquía católica española existen dos visiones para afrontar el pasado y el presente: por un lado, la liderada por Blázquez, que aboga por la reconciliación entre españoles y por asumir íntegramente el espíritu del Concilio Vaticano II, que proclama la separación de la Iglesia de cualquier poder político y económico. El segundo grupo, mayoritario y que tiene como principal exponente al cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, se niega a reconocer su responsabilidad en la guerra fratricida y en la dictadura, además de que apuesta por una abierta pugna con el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
En Alejandro Gutiérrez (2007). “Memoria convulsa. España se dirige hacia sus elecciones generales en medio de una intensa polémica por el contenido de su llamada Ley de Memoria Histórica […]”, en Proceso, No. 1626:46, se lee lo siguiente:
Contradicción eclesiástica.
En medio de la polémica por el desmantelamiento del franquismo, una declaración cimbró a la Iglesia católica, acusada de colaboracionismo con la dictadura franquista: El Presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez Pérez, sugirió que la Iglesia debía pedir perdón […] fueron los curas los que dieron los nombres de “los rojos” en cada pueblo, los que inmediatamente fueron fusilados por el ejército franquista. Y teniendo en cuenta este último aspecto, la Iglesia bien podría callarse o pedir perdón, y no parece que tengan esa actitud.
[22] Jesús de Andrés Sanz (2006). Los símbolos y la memoria del Franquismo. España, Fundación Alternativas, en http://www.falternativas.org/base/download/9372_31-01-07_EP%2023.2006.pdf .
[23] Silva, E. y S. Macías (2003). Las fosas de Franco. Madrid, Temas de Hoy; J. Rodrigo (2005). Cautivos: campos de concentración en la España franquista, 1936-1947. Barcelona, Crítica.
[24] Américo Castro (1982). La realidad histórica de España. México, PORRÚA, 1-4.
[25] José Ortega y Gasset (1990). Meditaciones del Quijote. Madrid, Cátedra. Véanse también: La realidad histórica de España, de Américo Castro; La sociedad española en el siglo XVIII, de Antonio Domínguez Ortiz; El individualismo español, de Miguel de Unamuno; El español y su tradición, de María Zambrano, entre cientos de textos que tratan los temas de la tradición, el carácter y el individualismo de España y los españoles. El individualismo español ha llegado a ser considerado en estos términos: “El individualismo es, en efecto, la nota dominante en todos los aspectos de la historia española. La Conquista de América, por ejemplo, no fue obra de España como nación, sino una hazaña de aventureros individuales que obraban por propia cuenta. Ya en los iberos primitivos que vivían en tribus, se señalaba, entre los individuos, un gran orgullo contrario a toda unión o disciplina. Lo curioso de España es que allí se puede ser individualista hasta lo extremo sin dejar de ser español. Parece que en aquel país, mientras más exaltado es el individualismo, se es más profundamente español. La inestabilidad de la vida española […] es el efecto de la fuerza centrífuga de los individuos que dificulta toda acción colectiva uniforme […] Cada español parece un átomo rebelde cuyo movimiento tiende a separarlo de su centro natural de gravitación […] «El español de ultramar –dice Madariaga– era tan individualista como su hermano europeo» […] Cada una de las colonias tendía a convertirse en otras tantas Españas. No obstante que la revolución de independencia enarbolaba la bandera contra España al grito de «mueran los gachupines», en esta misma actitud de negación se revelaba la psicología hispánica. No hacíamos otra cosa que emanciparnos de España a la española” (Ramos, 2001: 31-32).
[26] Véase este simpático libro de Julio Derbez (2005). La fábula de Amatlán. México, Grijalbo.
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