VÉASE TAMBIÉN
LITERATURAS, ESCRITORES Y TRADUCTORES VISTOS POR DELANTE Y POR DETRÁS.
[…] La primer condición que debe poseer una persona que realiza un análisis literario, un estudio crítico de una obra escrita o hablada, de un texto de tradición escrita o de tradición oral, es la cultura –en el sentido en que la manejamos de manera general, ser una persona culta, conocedora de la historia y la tradición, de los hábitos socioculturales y las variantes lingüísticas, desde todos los puntos de vista: léxico, semántica, sintaxis, morfología, fonética y fonología, ser una persona que pueda distinguir, aunque sólo sea de manera elemental, las profundas barreras que separan al mito y al mitoide de la realidad, al mito y al mitoide de la verdad, al cuento de la historia, al autor, orador o escritor, comprometido y veraz del cagatintas…– en la que se registra la obra que se está analizando, conocer el contexto históricosocial del asunto que se aborda en esa literatura. La persona que desee realizar un análisis literario debe conocer la filosofía del autor de la obra, los fundamentos filosóficos sobre los cuales se ha construido la trama de la obra. De lo contrario, en el caso en que estos requisitos no se cumplan, ese análisis será un fracaso –parcial o total– porque, sencillamente, no se podrá entender el panorama expuesto en la obra.
Claro está que la mera lectura (Ruano y Makoviétsky, 1984; Ruano, 2002a; Ruano, 200b; Ruano, 2003h), sin ton ni son, de un texto o el escuchar accidentalmente, un día cualquiera, un relato, un poema, un cuento o una historia de tradición oral no es un análisis literario. El análisis literario es algo así como una disección del cuerpo humano, que nos permite conocer los resortes y recursos que conforman la totalidad del elemento analizado. Y de la misma manera que la disección del cuerpo humano –el estudio analítico del cuerpo humano– lo puede hacer únicamente un especialista en medicina, médico humano o médico animal, veterinario, o un biólogo, el estudio analítico de la literatura –el análisis literario– lo podrá hacer exclusivamente un individuo preparado en las técnicas correspondientes –cualquiera que sean, dado que son muchas y multidisciplinariamente entrelazadas.
El análisis literario que generalmente realiza el estudiante de las carreras de Periodismo o Ciencias de la Comunicación no es el mismo análisis literario que realiza el educando de la carrera de Letras, de Filología, de Lingüística, de Imagología o un especialista en Crítica Literaria. Los análisis literarios más importantes, más profundos, más completos, son los que hacen los filólogos, que son las personas que realizan los análisis críticos de los textos escritos en alguna lengua; por los historiadores de la literatura, personas encargadas de ubicar adecuadamente en el eje de la historia, por períodos, por épocas, por corrientes, etc., todo el acervo literario de la humanidad; por los lingüistas, que son las personas que realizan el estudio del lenguaje humano en general y de las lenguas en particular; por los críticos, personas encargadas de describir una obra literaria o un trozo de la literatura, un período, una época, etc.; por algunos periodistas, versados en cuestiones del periodismo cultural, en la esfera especial de la crítica o el comentario literario […]
Un análisis literario implica el descomponer en partes un escrito o un discurso oral, de manera tal que esas partes esenciales nos conduzcan a conocer mejor las ideas que ha querido expresar el relator, el autor, el discursante, el escritor, el emisor de la información. Ahora bien, estamos hablando de “conocer lo que piensa un escritor”, y más aún intentar conocer no solamente ya “lo que piensa” el escritor, sino todavía más complejo, “lo que piensa” a través de “lo que escribe”, y si en algo estamos todos de acuerdo, absolutamente todos, es que entre lo que pienso y lo que escribo hay distancias, que se hacen mayores o menores en dependencia de ciertas capacidades, de ciertas habilidades, de ciertas dotes, de ciertas virtudes […] del escritor, y después del traductor… ¿Y cuánto de lo que en realidad quiso decir el escritor y después quiso decir el traductor queda en el camino? Mucho, claro […] El original y la versión, o las versiones, son como la voz y el ruido, primero, y después el eco, el eco después […] se parecen pero claro que no son iguales; un “bun”, un “chac”, un “top”, un “plop”, y después muchos “buns”, muchos “chacs”, muchos “tops”, muchos “plops”, nada iguales, ni soñarlo, y podemos llegar a un casi casi, pero de ahí no pasa […] Y todos estos voces, ruidos y ecos se hacen mucho más complejos, difíciles, en ciertos tipos de discursos, en ciertos tipos de textos, porque no es lo mismo un eco en un lugar en donde hay tres o cuatro montañas que un eco en una región muy montañosa, la más montañosa, en el Himalaya, o aquí en Estados Unidos de América en la Cordillera de Alaska, en donde está el Monte McKinley […] Eso mismo pasa con los textos más complejos de traducir, más difíciles de traducir, de traducir y de interpretar, los textos más complejos imagológicamente (imagología) hablando, filológicamente (filología) hablando, lingüísticamente (lingüística) hablando, semióticamente (semiótica) hablando: los textos religiosos, las biblias, etc.: http://openlibrary.org/b/OL23576608M/La_traducción_y_la_interpretación_de_la_Biblia._Una_disquisición_filológico-lingüística […]
El escritor es un ser complejo, el traductor también; pero el escritor es un “ser complejo único”, y eso que ahí están los géneros y subgéneros de la literatura; pero el traductor es un “ser complejo mutante”, cambiante, es una máquina humana de adaptaciones, el traductor de literatura artística es como si fuera un golem talmúdico. Y si usted no recuerda qué es y para qué sirve un golem, por lo menos vea la versión cómica de Los Simpson o The Simpson acerca de este personaje que “hace lo que los demás quieren”, lo que los demás han “ideado, imaginado, inventado, creado”, como hace el traductor, que tiene que agenciárselas de mil maneras para que sus recreaciones y adaptaciones sean “bien recibidas en contextos”, “que tengan pegue”; por eso, vea este capítulo de esa exitosa serie: http://www.youtube.com/watch?v=f3Ehvtu9VAE . E inclusive así, siendo el traductor un artista que pinta las cosas “reajustadas” con palabras para las tan variadas culturas socio-dialectales, en la mayoría de los casos nadie los conoce, y hasta “la bola” de “universitarios” (?) e investigadores (?) que consultan mil informaciones ni ponen sus nombres en las bibliografías y notas de la inmensa mayoría de las porquerías que escriben hasta titularse (?), y en postgrado (?) todavía esto es peor […] ¿Pero qué ventajas podrían tener unos alumnos con unos profesores así, como la inmensa mayoría de los que tenemos? Como se dice en México: “Hijo de tigre, pintito”; como se dice en Cuba: “Hijo de majá sale pinto”. Con lo fácil y rápido, y por supuesto “respetuoso”, que sería poner el nombre de los traductores, del traductor, de esta gente maravillosa y decisiva en el desarrollo de la cultura universal. Pero todavía este asunto del empecinamiento de estas culturas estúpidas que quieren a fuerza mantener en el anonimato, en la inexistencia, en la irrelevancia, a los traductores se hace más evidente cuando queda claro, cuando aparece, en los textos consultados, en los libros, revistas, fichas bibliográficas, en Internet, etc., el nombre de traductor, y en primera página, ahí clarísimo, es un nombre que salta a la vista, a menos que se sea ciego, o también inculto o atrasado o hasta pendejo, y no lo ponen, no lo registran, en sus “diz que” investigaciones, en sus “diz que” trabajos científicos y académicos. ¿Qué es eso? ¿Dejadez? ¿Olvido? ¿Taradez? No, en el mundo intelectual y civilizado “de verdad” eso se llama estupiz, ignorancia, animalidad intelectual. Ya los tiempos han cambiado, y mucho, como para no estar llamando a las cosas por su nombre, como para estar, al decir de los mexicanos, “dando atole con el dedo”, o como dice mi suegra: “es bueno el ‘encaje’ pero que no sea tan ancho” […] También podríamos decir que eso se llama “educación en América”, por eso estamos como estamos, ¡y de futuro luminoso nada!, al contrario, para atrás y para atrás y para atrás, como los cangrejos. Si hasta en pleno siglo XXI, en pleno año 2009, tenemos nuestro golpe de estado militar en América Latina, en Honduras, ese país que es un verdadero desastre en absolutamente todos los sentidos, un país de pobres y analfabetos, y como este golpe de estado militar apareció en este subcontinente, en América Latina, una región con un historial tan grande de golpes de estado de todo tipo, como he comentado ya en http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/hablemos-un-poco-acerca-de-nuestras/19j6x763f3uf8/77# , y se produjo y pasó, y ahí sigue ese show, pues entonces segurísimo que por ahí hay ya algunos que están tramando, imaginando, inventando, ideando “cosas”, “¡a ver si es chicle y pega!”, como se dice en México. Ojalá y no se les ocurra a esos ciertos “algunos” intentar un golpe de estado en “ciertos países” de América Latina. Y sé muy bien lo que les estoy diciendo, porque no solamente vengo de una dictadura militar, sino que además fui militar, conozco el mundo militar. Ojalá y toda esa gente confundida y medio kamikaze piense muy bien esto, porque llevarían a esos “ciertos pueblos” a la debacle, al exterminio total, en caso de intentar un golpe de estado ahí, en esos “ciertos lugares” de América Latina. No quiero ni imaginar lo que pasaría, lo que seguro pasaría. Ahí, en esos “ciertos países” por supuesto que no pasaría lo que ha pasado en Honduras, lo que está pasando en Honduras, que por supuesto es mucho y es triste y es vergonzoso, ¡pobre gente!, pero nada que ver… De producirse en estos momentos un intento de golpe de estado en esos países, y sé muy bien que ustedes saben a cuáles países me estoy refiriendo, el desastre sería no solamente local, el desastre tendría los alcances que la mayoría de los latinoamericanos ni imagina, por el sencillo hecho de que son analfabetos o semianalfabetos, no tienen capacidad para medir los alcances de los problemas, y los efectos de esos intentos de golpe de estado no serían a corto plazo, sería una masacre interminable. Claro que es posible que ustedes no hayan pensado detenidamente en esto porque tal vez sean muy jóvenes y no hayan vivido lo que hemos vivido, lo que hemos pasado, algunas generaciones del mundo latino: América Latina, España, Portugal, Italia, Francia, Rumania…, y si es así, entonces deberían echarle una mirada más profunda al acontecer internacional, a todo lo que está pasando por allá por Asia, inclusive en ciertas partes de Europa, y no les digo que miren a África porque a ese continente ni Dios (¿o los tantos y tantos y tantos Dioses y Diosas que existen en todas las culturas del mundo, en esta América mestiza y sincrética?) lo ve, hasta Dios lo olvidó, y eso que ahí, en África, apareció por primera vez el ser humano:
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IMAGOLOGÍA DEL HORROR Y LAS MASACRES EN EL CONTINENTE AMERICANO. ¿QUIÉN SABE, “REALMENTE”, CUÁNTOS FUERON TORTURADOS, MASACRADOS, ASESINADOS, SECUESTRADOS Y DESAPARECIDOS EN EL LA TERRIBLE DICTADURA CHILENA DE AUGUSTO PINOCHET?
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[…] ¡Pero si es que estamos negados a olvidar nuestro “glorioso pasado” de bochornos y atrasos! ¡Con la herencia tan degradante y penosa, tan sangrienta, que tenemos con las dictaduras militares de la región, y hasta en España: el Franquismo! ¡Mírenme ustedes este panorama de “bestias disfrazados de animales”! Como decimos en imagología: “¡Por el aspecto, deducimos las conductas!” Y ya empezaron, “otra vez”, los golpes de estado militares en América…, así que a prepararse, que ahí vienen los otros…, total, éste se produjo “¡y aquí no pasa nada!”, tararí-tarará; como se dice en el pueblo: “¡Abre que voy, cuida’o con los callos!” ¿Y ahora a quién le toca…? ¡Ahí va la rifa! ¡Ahí va la ruleta rusa!, más bien ¡ahí va la ruleta latinoamericana! […] Aquí en Estados Unidos es muy conocida la marmota Phil, es decir un animal que pronostica el tiempo, y al parecer a veces lo hace muy bien […] siempre me he preguntado por qué todos los pueblos de América no tienen su “animal” para pronosticar los tiempos políticos, para pronosticar qué tan malos serán los gobiernos y los gobernantes. Y no digo que busquemos nuestros “animales” en cada uno de nuestros países para pronosticar si los gobiernos serán malos o serán buenos, no, eso no lo digo, porque todos sabemos que aquí en América los gobiernos son o “más pior” o “menos pior”, y de bueno ¡nanay!…, con lo fácil que sería nada más estirar la mano y ya, se agarra facilito al “animal”, total si eso es lo que sobra en toda América. Entiendo que usted ahora estará pensando en los parecidos entre animales y humanos, tema que ya he tratado en http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/antropomorfismo-fitomorfismo-y/19j6x763f3uf8/16# . Sí, estamos totalmente de acuerdo en cuanto a esos parecidos, pero resulta que en la inmensa mayoría de los casos, en la inmensa mayoría de nuestros pueblos de América, nada de parecido entre animales y humanos en las clases dirigentes, entre los líderes, en cuanto a tigres o búhos o leones o marmotas o delfines o cisnes o pavos reales o quetzales o palomas […] es decir todos esos animales que en promedio tenemos como buenos, inteligentes, elegantes, distinguidos, honestos, virtuosos […] No, para nada; aquí en América, como también sucede en España, Portugal, Italia, Francia, Rumania, es decir otros países latinos http://knol.google.com/k/por-qu%C3%A9-nos-llaman-latinos-qui%C3%A9nes-son-los-latinos-y-cu%C3%A1l-es-su-origen-y-el# […] salvo rarísimas excepciones, los parecidos entre líderes y animales son de sabandijas, de ratas, de tejones, de auras, de carairas, de buitres, de grillos, de ciempiés (o “cienmanos”), de arañas, de serpientes, de hienas, de zorros, de cerdos, de gorilas, de perezosos, de “gatos”, de burros o asnos, de topos y de otros malolientes y repugnantes animalejos como el “cara de niño” (también llamado “niño de la tierra” y “bicho de la patata”, y que es familia de los grillos), que siempre está escondido y cuando aparece y uno lo ve es tan desagradable el impacto que hasta da deseo de vomitar […] También tenemos otros líderes que tienen mucho parecido con esos animales “sacatones” o miedosos o cobardes, animales sometidos, como el avestruz, que siempre anda todo espantado, y que cuando ve al “gran amo”, al “gran señor”, quiere meter la cabeza en el primer hueco que encuentra, ¡y qué bueno que estos líderes latinoamericanos que tienen ese complejo de avestruz tienen el cuello corto, que no pueden estirar el cuello y la cabeza!, porque entonces en sus apurillos por meter la cabeza en el primer hueco que encuentran cuando ven al “gran amo” igual y les daría por meter la cabeza en el culo, que en un final de cuentas es otro hueco disponible para tales efectos […] Y hablando de “mierda, mojón y cagao” (recordando la “frase célebre” del ser humano más ilustre, noble y bueno que he conocido en mi amplia vida: el muy brillante médico cubano Dr. Rolando Cisneros Ramírez), ¿por qué no tener también en cada país de nuestra América, en cada gobierno de nuestros pueblos, una planta carnívora gigante como la Nepenthes rajah de Borneo, que se alimenta de mierda? ¿Se imaginan qué maravilla? ¿Que llegó un politicastro y volvió a meter la pata?: ¡glu, glu, glu…!, ¿que subió este o aquel partido al poder y es pura cagazón lo que está haciendo?: ¡glu, glu, glu…! , ¿que este o aquel funcionario metió la mano “más de lo debido”?: ¡glu, glu, glu…!, ¿que este presidente y su mujer protegieron al cura pederasta mexicano Marcial Maciel Degollado?: ¡glu, glu, glu…!, ¿que estos papas y cardenales y curas son unos buenos cabrones y criminales pederastas y encubridores de pederastas?: ¡glu, glu, glu…! […] ¡Esas plantas carnívoras gigantes que comen mierda serían la solución perfecta para la gran limpia que necesitamos en América, en la OEA, en la ONU http://knol.google.com/k/si-consideramos-los-alcances-de-la-onu-y-la-oea-para-qu%C3%A9-sirven-en-realidad# , en el Vaticano…! http://knol.google.com/k/fernando-antonio-ruano-faxas/sexo-pederastia-paidofilia-pedofilia/19j6x763f3uf8/19# , http://knol.google.com/k/los-alcances-de-la-depravaci%C3%B3n-del-cura-mexicano-violador-de-ni%C3%B1os-marcial# […]
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FERNANDO ANTONIO RUANO FAXAS
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[…] Ahora, que habría que ver si esas plantas comedoras de mierda se quieren comer a toda esta mierda tan fétida, tan apestosa, tan jedionda, que tenemos por muchos lados, en la política, en los partidos, en la gobernación, en la administración, en los sindicatos, en la educación, en las organizaciones internacionales como la ONU y la OEA http://knol.google.com/k/si-consideramos-los-alcances-de-la-onu-y-la-oea-para-qu%C3%A9-sirven-en-realidad , en las cúpulas religiosas http://knol.google.com/k/fernando-antonio-ruano-faxas/sexo-pederastia-paidofilia-pedofilia/19j6x763f3uf8/19 , http://knol.google.com/k/los-alcances-de-la-depravaci%C3%B3n-del-cura-mexicano-violador-de-ni%C3%B1os-marcial , http://knol.google.com/k/acaso-alguien-puede-creerle-al-cardenal-mexicano-norberto-rivera-carrera , en las mafias que dirigen el deporte mundial http://knol.google.com/k/mil-felicidades-a-brasil-r%C3%ADo-de-janeiro-por-los-juegos-ol%C3%ADmpicos-2016-y-el , en la gran mafia que domina y controla al mundo http://knol.google.com/k/fernando-antonio-ruano-faxas/reflexiones-acerca-de-imagolog%C3%ADa/19j6x763f3uf8/172 […] porque igual y hasta la planta comemierda vomita cuando se trague a estos tipos y tipas […] ¿Qué literatura, qué periodismo, qué producción artística, cuáles traducciones, pueden crearse y recrearse en los estados de barbarie, en los pueblos bárbaros? […]
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BARBARIE Y BÁRBAROS
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[…] Para conocer qué es un golem también usted puede leer la buenísima novela Der Golem, del austríaco Gustav Meynrick, escrita en el año 1915, o vea el film o película El Golem, creada en 1920 por el director Paul Wegener: http://www.youtube.com/watch?v=5zag79w8eIQ&feature=related . Esas películas de antes siguen siendo mis favoritas: ¡qué maravillas de la imaginación y de la creación artística y científico-técnica! Las de ahora también son buenas, y ahí está, por ejemplo, Avatar: http://es.wikipedia.org/wiki/Avatar_(pel%C3%ADcula) , http://www.youtube.com/watch?v=_n2fPkpsjMo , que ha roto todo récord imaginable de taquilla, la película más vista en la historia mundial del cine, todo el mundo quiere ver esa película, niños y adultos, en todo el planeta, en todos los países; pero aquellas películas de antes se hicieron cuando no existían los adelantos de ahora, ahí había que ser mago para hacer todas esas cosas maravillosas y geniales, y sin recursos, y con tantos tabúes y prohibiciones, con una Iglesia tan perseguidora, inquisitoria y criticona. ¡Y cómo le ha jodido al clero mañoso y corrupto todas estas cosas, todas estas películas, videos (ahí está YouTube), libros, etc., de magia, de brujería, de esoterismo, de santería, de alquimia, de vudú, de sincretismos de todo tipo…! Claro, porque con todas estas películas se les sigue cayendo cada vez más su show barato y fraudulento. Todos estos temas de magia, esoterismo, brujería, alquimia, espiritismo, vudú, candomblé, chamanismo, nahualismo o nagualismo, etc., siempre les ha fascinado a todos, en todas las culturas, en todos los tiempos, como he comentado ya en mi texto http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/las-creencias-las-religiones-los-cultos/19j6x763f3uf8/90# […] Cuando les enseñaba esas películas a mis sobrinitos chiquitos, gritaban de terror y se aferraban a mí como monitos, sudaban de pánico, pero las vieron, pero vieron esas películas, pero pueden decir que no han olvidado a los clásicos, a esos genios, pueden decir que en su formación cultural globalizada está “la marca de la diferencia que hace tan grandes a unos y tan chiquitos a otros” […] Sólo una vez he visto que el traductor ha sido tan célebre, tan conocido, tan grandioso, tan multifacético, tan hombre-orquesta, tan nunca olvidado, “tan-tan”, que ha más que súper superado al escritor original, que ha superado en creces al creador literario, que cuando se menciona el texto, el libro, en este caso la novela, inclusive en su lengua original, casi nadie sabe quién fue el autor o la autora, el creador o creadora, casi nadie sabe quién escribió realmente ese libro. Me refiero al gran portento, al único, al arrasador, al incomparable en su tipo, al cubano José Martí, que vivió entre 1853 y 1895, que vivió nada más 42 años, que murió tan joven, como ese genio ruso de Aleksandr Pushkin, que vivió entre 1799 y 1837, que vivió nada más 38 años […] También tempranamente murió Sor Juana, a los 43 años de edad. A estos tres escritores los mataron. A Martí lo mataron tres balazos en la guerra, en el combate. A Pushkin lo mató un balazo en el medio del pecho, en un duelo. A Sor Juana la mató la Iglesia Católica, el clero envidioso, misógino, criminal, corrupto, ladrón, pederasta, tétrico y frustrado, que ya la había matado en vida, a Sor Juana la mató la Inquisición y esa España retrógrada, viciosa y corrupta, contrarreformista, fanática, inquisidora, intolerante, misógina, traidora y déspota (Martín, 2009), que decidió los destinos de toda Hispanoamérica desde 1492 hasta 1898, y en este caso de México cuando era la Nueva España, es decir entre 1521 y 1821, a Sor Juana la exterminó esa España que hoy, todavía, no ha podido “cerrar con siete llaves el sepulcro del Cid” (como decía Joaquín Costa: http://es.wikipedia.org/wiki/Joaqu%C3%ADn_Costa ): ahí está gritando, llorando, la historia mora de España, la historia árabe de España, por el ataque a Iraq, un Iraq que es tan árabe como una gran parte de las entrañas de España […]
Veamos este asunto en absolutamente todos sus sentidos y recovecos […] a Sor Juana la liquidó esa España que tanto daño ha causado a tantos y tantos y tantos artistas y escritores y científicos y filósofos, hombres y mujeres, aquí en América y allá en España, y conste que no solamente a judíos y árabes y otros grupos humanos “non gratos” para ciertas élites confundidas de España, sino a cristianos, a católicos, no solamente a “extranjeros”, sino a españoles y españolas de la más pura cepa […] A Sor Juana la saquearon en vida y en muerte, y la saquearon espiritualmente y materialmente, y la saquearon españoles y mexicanos […]: “[A Sor Juana] la destruían lentamente y en secreto [principalmente el arzobispo de ese entonces, Francisco de Aguiar Seijas y Ulloa, y el cura Antonio Núñez de Miranda, quien fuera por gran desgracia el confesor de Sor Juana] de la forma más infame y cobarde, de modo que nunca nadie supiera lo acontecido hasta que perdiera la vida de muerte natural […] La mataban. La mataron. La doblegaron. La descoyuntaron […] La mutilación era total. Se ahogaría en sus propias emociones al no poder vaciarlas, describirlas y consagrarlas […] Sor Juana moriría en la asfixia […] [Literalmente hablando, a Sor Juana la desangró la Iglesia, el Catolicismo, el Vaticano, la Inquisición, cuando la obligaron a que con su misma sangre escribiera su “arrepentimiento” (?). ¡Cuánto morbo y perversidad y cobardía hay en esta corrupta, avorazada, gandía, gandida, golosa Iglesia católica!, ¡hasta dónde pueden llegar estos curas antropófagos de monjas ilustres!] Existen muchas formas de matar [y a Sor Juana] la mataron cuando la privaron de sus libros, de sus plumas, de su tinta y de su papel […] Claro que Sor Juana no renunció en forma voluntaria a sus libros, sino que [el arzobispo] Aguiar Seixas se los incautó […] ¡Cuántos volúmenes de Sor Juana aparecieron después en la reducida biblioteca de este bárbaro [ladrón], de este salvaje arzobispo de extracción cerril [Francisco de Aguiar Seijas y Ulloa]! […] la mayoría […] de estos libros fueron a dar [como botín del asqueroso saqueo que le hicieron a esta divina mujer] a la ridícula biblioteca de este prelado tan asesino como ladrón y fanático [por eso nadie recordará nunca a estos dos cerdos piojosos, nigüeros y pulgosos disfrazados con sotana, por eso nadie recordará nunca a Francisco de Aguiar Seijas y Ulloa y a Antonio Núñez de Miranda, los que mataron directamente a Sor Juana, y si se recuerdan alguna vez es para ratificarles sus títulos de] cómplice en el asesinato de Sor Juana Inés de la Cruz [por eso estos dos asesinos de mujeres exclusivamente celebérrimas han ido a parar] a la fosa común de la historia […] Cuatro mil ejemplares [los libros que tenía Sor Juana] hablan de la inagotable curiosidad y talento de esta monja sin par, sin igual y sin comparación alguna… ¿Si los cerdos no comen margaritas, para qué iba a desear Aguiar contar con instrumentos mágicos que estimulasen un intelecto del que él carecía? ¿Libros para un marrano? […] Una gran cantidad de escritos, poemas místicos, ensayos y obras de teatro inacabadas que Juana guardaba y que siguió produciendo, secuestradas por el arzobispo, fueron quemadas en la chimenea de su palacio […] la Iglesia católica [es] la única responsable de este siniestro crimen que enlutó a las letras universales [la Iglesia católica y el arzobispo español Aguiar y Seixas asesinaron lentamente a Sor Juana, lo que constituye] su propia vergüenza y la de la Iglesia católica, esa institución maldita enemiga de los más caros valores del género humano ” (Martín, 2009). No olvidemos que durante 200 años, a partir de la muerte de Sor Juana, esta célebre pensadora y escritora fue borrada de la memoria de la gente […]
[…] ¿¡Qué Sor Juana “se arrepintió”!? ¿Pero de qué? ¿Cuándo? Pero bueno, “ésa es otra historia” (Martín, 2011:333). ¿Qué otra cantaleta, sino ésa, podría repetir, siglo tras siglo, “la bola” de disfuncionales mentales y sociales, ignorantes, fanáticos, muertos de hambres, sometidos y confundidos, aparte de endófagos? http://knol.google.com/k/fernando-antonio-ruano-faxas/endofagia-y-endocanibalismo-modernos/19j6x763f3uf8/179 […]
Toda esta terrible historia de que a Sor Juana se le obligó a escribir su “arrepentimiento por los pecados cometidos” con su propia sangre, como si fuera tinta, me recuerda una canción, una canción del puertorriqueño Benito de Jesús, que la mayoría de la gente piensa que es del ecuatoriano Julio Jaramillo, una famosa y muy triste canción que ha escuchado o que ha cantado todo el mundo, “Nuestro juramento”: http://www.youtube.com/watch?v=IkrHakpw02w&feature=related […] Y esta canción la recuerdo en este caso porque siempre me pregunto: “¿Qué pacto tan terrible hizo Sor Juana Inés de la Cruz con Cristo para que éste haya permitido, y al parecer creado, todos los terribles sacrificios y sufrimientos de esta mujer?” […] Aquí no tengo otra explicación que la más lógica: el ejemplo de los padres siempre es copiado por los hijos, como he comentado ya en http://knol.google.com/k/familia-mexicana-familia-educación-y-cultura-social-en-el-méxico-contemporáneo# . Cristo o Jesús no podía comportarse de otra manera con Sor Juana habiendo tenido como padre a un dios, Yahvé o Jehová, que lo sacrificó, que lo torturó en una cruz y que le hizo tantas heridas. Basta con tomar en cuenta esa crucifixión de Jesús teniendo a un Dios como padre: http://es.wikipedia.org/wiki/Jesús_de_Nazaret . ¡Inconcebible! Y si el padre hizo eso con él, por qué entonces no habría de repetirse la terrible historia, por qué entonces no habría de hacerlo él con una de sus “hijas”, con su hija “la más ilustre de la historia de las mujeres escritoras”. ¿Acaso no dice el dicho popular “hijo de majá sale pinto” o “hijo de tigre pintito” o “de tal palo tal astilla”? Quien oye o lee esto de que la Iglesia, la Inquisición, el Vaticano, un arzobispo, obligaran a una mujer, a Sor Juana, a escribir “con sangre”, podría pensar que esto es mentira, que esto es más bien una historia de terror salida de cuentos de vampiros, de brujos, de ñáñigos, de monstruos, de ataques extraterrestres, etc. Pero quien conoce un poco acerca de la historia de la Biblia: http://es.wikipedia.org/wiki/Biblia , acerca del Dios de la Biblia, es decir Yahveh, Yahweh, Yahvé, Yavé, Jehovah o Jehová: http://es.wikipedia.org/wiki/Jeoba , de la diosa Asherah, tal vez su esposa o mujer: http://en.wikipedia.org/wiki/Asherah , del primer hombre creado por Dios, es decir Adán: http://es.wikipedia.org/wiki/Ad%C3%A1n , de la primer mujer creada por Dios, es decir Lilit o Lilith: http://es.wikipedia.org/wiki/Lilith , de todos los sufrimientos que han pasado los humanos, generación tras generación, según la creación y la historia judeo-cristiana, entonces sabe que en el mundo de la religión judeo-cristiana todo, y mucho más, es posible, y el que lo dude que le pregunte a los judíos […] Por eso siempre he comentado, para que nunca se nos olvide, las atrocidades que en nombre de Dios y de la religión, del Cristianismo, del Catolicismo, han cometido la Inquisición y muchos sacerdotes, el Vaticano, y especialmente en lo tocante a las persecuciones, a los crímenes y a la quema y destrucción de libros, de bibliotecas enteras […] En mi texto http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/as%C3%AD-andamos-entre-secretos-falsedades/19j6x763f3uf8/64# digo lo siguiente al respecto: […] Dentro de las grandes tragedias de la desaparición de la historia escrita de la Humanidad están: la Biblioteca Real de Alejandría,[16] la Biblioteca de Pérgamo,[17] la Biblioteca de Constantinopla.[18] Claro está que aquí no podemos dejar de mencionar la destrucción de los textos prehispánicos y de algunas otras destrucciones de todo tipo de material que no fuera del agrado o conveniencia del catolicismo europeo del tiempo de la Conquista de América. Claro está que en este sentido fue México el más ultrajado, y con México toda América y el mundo. En lo que respecta a la destrucción de materiales escritos no convenientes a la “fe” católica, ahí aparece en primer lugar el nombre del inquisidor español Tomás de Torquemada (1420-1498). En realidad, yo no tengo palabras para denominar a esta “persona” y las acciones que él realizó en su época. Yo, repito, no tengo palabras para expresarlas aquí, conste que sólo aquí; pero tal vez usted sí las tenga si conoce un poco su historia. Aquí nada más mencionaré que por algo la palabra “torquemada” ha permanecido en la historia como sinónimo de fanatismo y crueldad.[19] […] En América nunca se olvidarán los asquerosos nombres de dos curas del siglo XVII, de dos abortos de la naturaleza disfrazados con sotana. Uno fue el arzobispo de la Nueva España, es decir México, Francisco de Aguiar Seijas y Ulloa, y el otro es el cura Antonio Núñez de Miranda, quien fuera “por gran desgracia” confesor de la sublime escritora mexicana Sor Juana Inés de la Cruz […] estos dos gusanos con sotanas, estas dos ratas de alcantarilla de la cristiandad, fueron quienes “principalmente” mataron en vida a Sor Juana y quienes hicieron que se perdiera una de las bibliotecas personales más selectas, más exclusivas, de aquellos tiempos, la biblioteca de Sor Juana Inés de la Cruz, ¡cuánto daño le hicieron a Sor Juana y todo el patrimonio cultural de la Humanidad estos dos escupitajos bubónicos del catolicismo (Martín, 2009)! […] También se destaca aquí el nombre de un hombre colérico, de un verdadero sociópata, cruel: Gian Pietro Caraffa, quien fuera el Papa Pablo IV: ¿Qué maldad no hizo este hombre indigno? ¿Qué libros no mandó a quemar este engendro? ¿Qué acto vil no cometió este criminal contra cualquier heterodoxo o judío y sus discursos hablados o escritos, contra los libros más avanzados del pensamiento de la época y de la historia de la religión judeo-cristiana? Todo lo malo imaginable y no imaginable se relaciona con el nombre de Pablo IV. Y, finalmente, mencionamos el Index Auctorum et Librorum Prohibitorum o Índice de autores y libros prohibidos o Index Expurgatorius, creado por la Iglesia Católica Romana en 1559 y que existió con carácter regulatorio hasta el año de 1966. Hasta algunos de los curas inquisidores y conquistadores se lamentaron por la brutal quemazón de los libros, códices, pinturas y textos en general prehispánicos, como es el caso de fray Diego Durán […]
Y en el mismo momento en que la Iglesia Católica, el clero, la Inquisición y España, ultrajaron y despojaron a Sor Juana de su más preciado tesoro, que era su creatividad artístico-literaria, en ese mismo momento también estaban ultrajando a toda la Humanidad, porque la estaban despojando de su patrimonio cultural. ¿Cuántas cosas dejó de escribir Sor Juana? ¿Cuánto patrimonio cultural y científico perdió la Humanidad? Recordemos que hoy por hoy Sor Juana sigue siendo la más célebre escritora, mujer, de todos los tiempos, muy superior a muchos escritores hombres famosos, e igual en prestigio, por muchas razones ya más que analizadas, a los tres grandes: Homero, Shakespeare y Cervantes […] Solamente el recordar la nauseabunda historia de la Inquisición española:
http://es.wikipedia.org/wiki/Inquisición_española nos da una idea de los terrores que habría tenido Sor Juana, y muchos, pero muchísimos, otros hombres y mujeres en México ante este sanguinolento monstruo del fanatismo creado por el Catolicismo en Francia en el año de 1184 y que se extendió como pulpo voraz, con todos sus asquerosos tentáculos y con una rapidez vertiginosa, a toda Europa y América […] Lo que hizo durante tantos siglos, y sigue haciendo en cierta medida en la actualidad, en pleno siglo XXI, la Inquisición es la mancha más negra, triste y vergonzosa de la historia del pensamiento artístico y científico-técnico a nivel mundial:
http://es.wikipedia.org/wiki/Inquisición […] E inclusive todavía en pleno siglo XXI esa España convulsa, rara, traicionera, mentirosa e hipócrita, y no “la España que sabe a caña, tabaco y brea”, ha intentado meter sus narices negativamente en asuntos exclusivamente regionales de América Latina, en asuntos que en lo absoluto le competen a España por muy variadísimas razones […] en este sentido la historia es larga:
http://knol.google.com/k/la-xvii-cumbre-iberoamericana-en-chile-8-9-y-10-de-noviembre-de-2007-el-caso# […] Acerca de la vida de Sor Juana véase la película
Yo, la peor de todas:
http://www.youtube.com/watch?v=FCJJnA-sKyc […] Y para considerar la biografía escrita cierta, veraz, creíble, bien investigada y argumentada, de Sor Juana hay que remitirse obligatoriamente a Francisco Martín Moreno (2009). “Sor Juana Inés de la Cruz. El tintero y la hoguera”, en
Arrebatos carnales. Las pasiones que consumieron a los protagonistas de la historia de México. México, Planeta, 450 páginas, pp. 357-432 y a Octavio Paz (1982).
Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. México, Fondo de Cultura Económica, 658 páginas […] En el sentido de lo que comentaba yo más arriba acerca de José Martí y su labor traductológica, me refiero al libro, a la novela,
Ramona. La escritora de ese libro es la estadounidense Helen Hunt Jackson, que vivió entre 1830 y 1885, y el que lo tradujo fue José Martí. Helen era una buena escritora, para mi gusto encantadora, pero jamás ese libro en su original, en inglés, tuvo el súper éxito de la traducción de Martí: ¡arrasó!, y arrasó antes y sigue arrasando ahora. Claro, Helen escribió ese libro con su mente y con su corazón; Helen fue una de las primeras protectoras y defensoras de las comunidades indígenes, de los pueblos indígenas, de América; pero Martí le puso a la traducción de esa novela
Ramona la marca de los dioses, esa marca que sólo pueden poner “los escogidos”. ¿Qué cosa no habría puesto Martí en la traducción de esta novela al español, si por dar este hombre dio hasta su vida por esta América, sometida antes y sometida ahora? Cuando se habla de la novela
Ramona, la mayoría de la gente sigue diciendo: “Ah, sí, la novela de Martí” […] Imagino que si existe “el más allá”, “la otra vida”, “el otro mundo”, todavía Helen le estará dando las mil gracias a Martí, porque de no haber tocado con sus manos, su mente y su corazón este Midas-Literario, este Midas-Traductor, a esa novela, a
Ramona, nadie o poquísima gente conocería esta bonita, esta magnífica novela […] ¿¡Cuántas cosas nos habrían legado estos genios, Martí y Pushkin, de haber vivido unos añitos más, sólo unos añitos más, si eran unas maquinarias perfectas de la creación artístico-literaria, de la imaginación!? ¿¡De cuántas maravillas nos perdimos!? Si con lo que nos dejaron, que ya es muchísimo, pero muchísimo, todavía seguimos embelesados… Pero así sucede con algunos “dioses de la literatura”, se van rápido a sus edenes para no vernos. A veces creo que les da asco vivir en esta mierda de mundo tan disparejo y conflictivo, tan tóxico. Es lo que también siempre he dicho acerca de la “muerte rara” de Ikram Antaki en México:
http://knol.google.com/k/panorama-de-m%C3%A9xico-en-el-siglo-xxi-los-principales-problemas-de-m%C3%A9xico-parte-i# […] A Sor Juana Inés de la Cruz, esa célebre mujer de las letras y las ciencias, la mató el mismo catolicismo, el mismo cristianismo, que también asesinó a la brillante científica griega Hipatia o Hypatia […]
[…] Si dentro del Vaticano se matan entre ellos mismos, si en el Vaticano asesinan hasta a los mismos papas, entonces cómo no van a matar, a asesinar, a masacrar, a los demás, a los menos influyentes, a todo el que “les puede crear problemas”, a monjas y mujeres científicas indefensas […] ¿Y cómo se llama esto? Esto se llama “cobardía”, esto se llama “abuso”, esto se llama “viles mariconerías” de viejos putos criminales, pervertidos y corruptos […] ¿Cuántos papas y altos jerarcas del Vaticano y el Catolicismo han muerto de manera rara y dudosa [….] ? El escándalo más reciente de intento criminal del Vaticano es el de Juan Pablo II […] ¿Y quién ordenó y planeó meticulosamente, punto por punto, el fallido atentado en contra del papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro, en donde el turco Mehmet Ali Agca disparó e hirió a Juan Pablo? […] No, quien ordenó y planeó ese atentado no fue ni la Unión Soviética, ni la KGB soviética, ni la CIA estadounidense […] como han querido que se crea el Vaticano y sus jerarcas […] Ese atentado, ese fallido magnicidio en contra de Juan Pablo II, lo diseñó, lo planeó, lo calculó y lo llevó a cabo el mismo Vaticano, y concretamente a través del ya muerto y muy conflictivo Agostino Casaroli, quien fuera Secretario de Estado de la Santa Sede entre 1979 y 1990 […]: http://www.proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/85235 […]
La pregunta de que si los traductores pueden devenir en escritores […] Miren, hace mucho ya que la gente puede hacer lo que le dé la gana […] hemos visto en muchos países, en muchas regiones, en muchos sistemas, en donde hay muchos cagatintas y guatacas:
http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/qu%C3%A9-es-la-adulaci%C3%B3n-lambisconer%C3%ADa-o/19j6x763f3uf8/27# , que los gobiernos, que las políticas, que las dictaduras, que las religiones, que los grupos convenencieros, han elevado al rango de “distinguidos escritore del pueblo”, “distiguidos escritores religiosos”, “distinguidos escritores del sistema” […] y eso no está mal, que cada pueblo y que cada gobierno hagan lo que les dé la gana, que cada pueblo aguante lo que quiera aguantar y lo que pueda aguantar, siempre ha sido igual, en todos los tiempos, nada nuevo […] y como dije anteriormente: “¡que los compre quien no los conoce!” […] pero ahí está Internet […] ¿quieres ser escritor o periodista? ¡Adelante! Ya no tienes que pasar por miles de traumas y pendejadas para una edición […] Si quieres, puedes, y que te lea quien quiera, y si no te quieren leer, pues entonces te lees tú. ¿No te basta con quererte tú mismo, autovalorarte tú mismo y leerte tú mismo? ¡Escribe para ti! […] Ahora viene la otra: ¿pueden escribir todos y escribir lo que les dé la gana? Sí, claro… ¿Y si las dictaduras los agarran y los matan? Sí, también es verdad; pero en cierto sentido […] ¿No fue igual con la Inquisición, con la Inquisión de antes y con la Inquisición de ahora? ¡Qué no hicieron y siguen haciendo esos curas “hijos de su santa madre”, bola de pederastas y delincuentes, en estos periodos pasados y presentes de la Inquisición, que no se han acabado por supuesto, con tantos y tantos y tantos escritores, y escritores de verda, con tantos pensadores, y pensadores de verdad, con tantos científicos, y científicos de verdad, con tantos y tantos periodistas, y periodistas de verdad!:
http://en.wikipedia.org/wiki/Inquisition ,
http://en.wikipedia.org/wiki/Censorship_by_religion […] Recordemos también que no solamente existen los traductores, y separados de los intérpretes, ¡para nada! Los que hemos trabajado la traductología recordamos aquellos tiempos en los que se hacía de todo, aquellos tiempos en los que había que hacer de todo: traducción e interpretación, juntas, aquellos tiempos en los que había que traducir, interpretar y hacer mucho más, hasta redacción y revisión de textos y corrección de estilo, etc., nada de eso de que yo hago esto y no hago lo otro, y lo hacíamos, y lo hacíamos muy bien, por eso sabemos mucho más que la inmensa mayoría de los traductores e intérpretes de ahora, sabíamos mucho más y cuando comparemos las edades, los tiempos, seguiremos ganando los traductores e intérpretes de aquellos tiempos esta competencia; además, no había opciones, eran “órdenes”, había que hacer lo que fuera necesario en esos tiempos: “¡o lo haces o lo haces!” E inclusive en la actualidad así es en muchos lugares. En muchos lugares del mundo se sigue haciendo en una buena cantidad de casos las dos cosas, traducción e interpretación. ¿Y qué era lo que nos aterrorizaba en la interpretación? Sin duda alguna: “los dialectos del infierno”. Así llamábamos a las “formas de hablar” (?) de muchos hispanohablantes, de algunos países, en donde prácticamente no les entiendes nada, ¡ni ellos mismos se entienden entre ellos! ¿Que a cuáles dialectos del español les teníamos más pánico? ¿Usted qué cree? A los del cono sur: Chile, Argentina… Ellos decían que no entendían el dialecto del español caribeño, el dialecto de nosotros: Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo, Venezuela, Panamá, ciertas partes de Colombia […] Pero finalmente reconocían, de alguna forma, que entre “nuestro barullo” lingüístico y “su barullo” lingüístico, nosotros, los del Caribe, éramos más directos y por eso nos dábamos a entender mejor, no necesitábamos una hora para decir esto es bueno o esto es malo, esto está bien y aquello está mal, esto me gusta y aquello no, esto es mal olor y aquello es peste, esto está sucio y aquello está hecho mierda, y ellos se pasaban tres días o más para decir la cosa más sencilla, mil rodeos, y a eso es a lo que Isabel le llama “manera modesta de hablar” (2003:175) y “estar acostumbrados a los eufemismos” (2003:195) […] En cuanto a la forma de hablar de los mexicanos, era y sigue siendo terrible la manera “mañosa” de hablar de una inmensa cantidad de políticos en México, de diplomáticos, de ejecutivos, de gerentes, de intelectuales, que se creen “los muy creativos” lingüísticamente hablando. A esta gente que vivía y sigue viviendo del bla, bla, bla de quinta les teníamos terror, porque nos metían en tremendos apuros traductológicos e interpretativos, con sus inventos y pendejadas lingüísticas, con sus malformaciones educativas, con sus bajísimos niveles culturales, con sus evidentísimos analfabetismos y analfabetismos funcionales:
http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/analfabetismo-funcional-analfabetismo/19j6x763f3uf8/6# , con sus ínfulas de seres de primer mundo cultural. Como estos tipos y estas tipas, e inclusive los “híbridos” y las “híbridas”, siempre estaban despistados, pues ahí iban las metidas de patas, de las dos patas, y los inventos lexicogenésicos, los “lapsus” según ellos, los “ñoc-ñoc” o los “oink-oink” (onomatopeya, gruñido del cerdo) y los “oih-oih” (por los burros o asnos) según nosotros […] Y lo más interesante de todo esto es que ellos mismos, y entre ellos mismos, se las daban y se las siguen dando de “súper oradores”. A esta bola de animales y de “animalas” (para seguirle el juego lingüistico al ex presidente mexicano Vicente Fox:
http://www.youtube.com/watch?v=sy5V3zRHbeo ,
http://www.youtube.com/watch?v=c4Ozb5RhO-4&feature=related ) les teníamos pánico. A esta bola de burros y burras rústicos y buenos para nada les llamábamos “los metafóricos” (de metáfora), “los similadores” (de símil) […] Sin duda alguna, los mexicanos instruidos de verdad, cultivados de verdad, no solamente hablan muy bien, sino que hablan muy bonito, de manera muy grata, tal vez el problema esté, en ciertos casos, en el poco fondo léxico para nominar sus realidades tan diversas y las realidades elementales de la nueva globalización, lo que está relacionado directamente con la ya tan conocida, comentada y publicada en todo tipo de medio masivo de comunicación “educación defectuosa de los mexicanos en absolutamente todos los niveles educativos”, y principalmente, en lo que respecta al ámbito universitario, en la inmensa mayoría de las instituciones educativas particulares o privadas […] Mi esposa es mexicana, chilanga, y aunque se incomode, aunque se altere, habla bonito y claro, por eso le aguanto tanto. Y habla bonito y claro inclusive hablando con los cubanos y con los españoles, y eso ya es mucho decir, porque en realidad el macrodialecto del español del Caribe y el macrodialecto del español de España se hablan muy rápido, son macrodialectos complejos en un cierto sentido oral, en la forma hablada del idioma […] Hablar bonito, en un dialecto bonito, agradablemente pronunciado, es un arma muy eficaz para desarmar al contrincante y para atraer a los demás “en todos los sentidos” […] Interpretar a Fidel Castro Ruz no era un problema: siempre ha sido muy claro y tajante, al pan pan y al vino vino, dictador pero cultísimo, y aquí como se dice en México “de los males el menor pior”; traducirlo sí era tremendo problema, claro, eso lo hacían solamente “los escogidos”. Solamente “la élite” político-cultural de los traductores-intérpretes podía trabajar con Fidel Castro […] Tal vez el problema más complicado en la historia de la traducción y la interpretación político-diplomática en todo este periodo de la Revolución Cubana, es decir desde 1959 a la actualidad, haya sido el tener que interpretar o traducir a Osvaldo Dorticós Torrado:
http://en.wikipedia.org/wiki/Osvaldo_Dortic%C3%B3s_Torrado , quien fuera presidente de Cuba entre 1959 y 1976, un hombre brillantemente fuera de serie, con una cultura pocas veces vista, con una variante lingüística envidiable, y con unos protocolos comunicativos finamente exclusivos, para nada populares o salidos del pueblo, un hombre muy querido y respetado por el pueblo cubano, inclusive respetado por muchos contrarios al castrismo, llamados “contrarrevolucionarios” […] ¿Qué cómo se desestresan los intérpretes del área político-gubernamental-diplomática? Pues como todo el mundo estresado en extremo, como todo el mundo poliestresado, y aquí nada de pastillitas para los nervios y la depresión y nada de libritos intelectuales y románticos, sino tirarle a lo duro, a lo que de verdad te deja todo desconchinfladón y sabroseado: 1. lo primero que recomendamos es un buen revolcón, es decir una buena templada, es decir una buena cogida, de ser posible un día entero en ese “asunto”, y remedio santo; otras opciones son: 2. unos “palitos”, y aquí no me refiero ahora a “más de lo primero”, sino a unos traguitos, unas copitas, también unos bailongos, una buena música, al gusto del consumidor, 3. nadar…, y en aquellos momentos era siempre necesario 4. unas cachadas, unas cachaditas, es decir unas fumadas, como le decíamos en aquel tiempo “una patada”, “una patadita”, y de ser posible, sobre todo para los hombres, un buen tabaquito, un buen puro, ¡qué delicia…!, y si se juntaban las cuatro cosas, algo así como un cuatro en uno, es decir traguito, purito o tabaquito, nadadita y templadita o cogidita o palito, pues ya la hacíamos para toda la semana, ¡el paraíso terrenal! Y otra vez a la faena…
[…] Nunca pensé que yo aguantaría tanto a los niños, y a mis sobrinitos mexicanos, en especial a tres de ellos, les he aguantado todo. ¿Qué por qué? Pues por como hablan, además de que son muy bonitos, porque hablan el sociolecto grato, dulce y meloso de la clase culta del español mexicano del Distrito Federal. No hay una sola cosa que haya querido la Cucusa que yo no le haya dado, y en mi presencia absolutamente nadie, ni sus padres, se han atrevido nunca a regañarla, aunque ha habido intentos serios. Creo que habría sido “su último día vivos en este Planeta” si la hubieran regañado estando yo presente, o mi esposa, que los quiere mucho más que yo, ¡eso es adoración! […] no puedo negar que el mexicano del Distrito Federal, el mexicano “chilango”, el instruido, educado, cultivado, habla un dialecto social o sociolecto del español inmejorable, excelente, magnífico, a veces muy floreado, poco directo, evasivo, pero magnífico, a veces sin fondo léxico variado, considerando el amplísimo polimorfismo del español de México, al que me he referido en
http://knol.google.com/k/qui%C3%A9nes-somos-los-mexicanos-por-dentro-y-por-fuera# , es decir que no tienen la palabra adecuada para nominar su mundo circundante, algo así como un cantinfleo, cantinfladas, como si cantinflearan:
http://knol.google.com/k/fernando-antonio-ruano-faxas/qu%C3%A9-significa-cantinflear-y-cantinfleo/19j6x763f3uf8/157# ,
http://knol.google.com/k/c%C3%B3mo-hablan-y-qu%C3%A9-hablan-los-pol%C3%ADticos-de-am%C3%A9rica#
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RUANO FAXAS
DIPLOMADO
EL IDIOMA ESPAÑOL QUE SE HABLA Y SE ESCRIBE EN MÉXICO
DIALECTOS GEOGRÁFICOS O GEOLECTOS Y DIALECTOS SOCIALES O SOCIOLECTOS
DEL ESPAÑOL MEXICANO
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[…] por eso dicen “la desa” o “el dese” cuando se refieren a algo, como sucede en los demás dialectos, un poco más o un poco menos, dependiendo del nivel cultural de los hablantes, dependiendo de las políticas educativas, de las políticas culturales, de las políticas lingüísticas, dependiendo de la educación de los usuarios de los lenguajes, pero ese idioma español de “la clase instruida de verdad” del Distrito Federal y la zona metropolitana de México es magnífico, el mejor: se entiende perfectamente. Inclusive, y aquí lo aclaro, es el mejor para los doblajes, sin ninguna duda al respecto. ¡Imagínese usted una película rusa de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, doblada al español por argentinos o chilenos o cubano o españoles…: nada, que con un doblaje así se armaría entonces una tercera guerra mundial, nadie entendería nada. ¿Y qué me dice de una película gringa de guerra de galaxias o del Oeste y que uno se la tenga que disparar con un doblaje de caribeños o colombianos? ¡Terrible! Los doblajes que se hacen de las telenovelas brasileñas también son perfectos. Nada más que aquí usted tiene que tomar en cuenta lo de siempre, los ismos lingüísticos, las variantes semánticas, en este caso los mexicanismos:
http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/mexicanismo-o-mejicanismo-o/19j6x763f3uf8/5# . Si usted quiere entender a los mexicanos entonces tiene que tratar de entender los mexicanismos, y los mexicanismos en sus contextos, como pasaría con los otros ismos de los otros dialectos y de las otras lenguas. Y si no los quiere considerar, entonces jódase y no entienda nada. Así es este juego comunicativo. La conversación con un mexicano instruido del Distrito Federal es una delicia. Imagine una conversación con escritores como Carlos Fuentes o con la ya finada Elena Garro. Con Octavio Paz creo que habría sido muy difícil conversar, muy complejo el señor, demasiado. Imagine una conversación también con periodistas como José Gutiérrez Vivó y Carmen Aristegui, o con un científico como Mario Molina […] ¡Una delicia!, ¡un bizcochazo! Siempre recuerdo las encantadoras conversaciones con los doctores mexicanos, chilangos, Alfonso Aguilar Guerrero y José Antonio Aguilar Guerrero, dos hermanos médicos que nacieron con ese don de ser amados y respetados por absolutamente todos, en todos los niveles. Nunca en mi vida había visto yo a dos hermanos “tan idénticos” y “tan diferentes”. A estos dos señores la cultura, la elegancia, la finura y la bondad se les sale por los poros. No puedo recordar a México sin que enseguida ellos aparezcan en mi memoria. Aquí podría decir que lo que más les agradezco es haber tenido en ellos dos, y siempre, un puerto seguro para atracar cuando mi barco espiritual estaba en grandes tormentas, cosa que sucedió en México con cierta frecuencia. De imaginar nada más que un día yo no pueda contar con estos dos “como santos”, me da el telele, el soponcio, el tramafat, el patatún o, como se dice en Cuba, el “perendengue”, y para que no me quede yo luego con la espinita de que nunca les dije lo importante que siempre han sido para toda mi familia, esto siempre se los digo a ellos, cada vez que puedo, siempre les digo cómo los queremos y cómo los necesitamos […] Claro que también hay mucha otra gente en México que ha nacido y que ha vivido fuera del Distrito Federal, en los estados o provincias, pero que se han educado ahí en el Distrito, de alguna forma, y han adoptado de cierta manera la variante culta del idioma español “chilango”, con esa gente también es muy grato conversar, es agradable oírlos hablar, como es el caso del científico Rodolfo Neri Vela, nacido en el estado de Guerrero, en donde está Acapulco, que es muy claro cuando habla, es todo un académico, un científico, desgraciadamente, “y para variar”, no muy tomado en cuenta en México, o el caso de la deportista mexicana Ana Gabriela Guevara, que es del estado de Sonora, y que cuando habla, “habla”, toda una saeta lingüística…, así de directa es, como se dice en México: “a lo que te truje, Chencha”. El que no entiende a Ana Gabriela es o porque no quiere o “porque no le conviene”, y casi siempre lo que sucede es esto último: “a muchos no les conviene oír y entender a Ana Gabriela”. ¿Por qué usted cree que será…? Recordemos que en México el racismo y el segregacionismo también están a la orden del día, en muy variadas formas, y las personas del Distrito Federal, los llamados “chilangos”, inclusive aunque sean pobres, aunque sean “nacos”, consideran que la gente de provincia, de los demás estados, son sencillamente individuos periféricos, algo así como que medio campesinos o burdos, que no pertenecen a las élites étnica y social mexicanas, y en el lenguaje popular esto está muy bien registrado, a través de los dichos populares como el siguiente: “Saliendo del D. F., toditito es Cuautitlán” […] Hay otras variantes lingüísticas registradas en la capital de México, como es el caso de la “variante fresa” o forma e hablar de algunos grupos de la clase socioeconómica alta: ¡terrible!, ¡insoportable!, ¡ridículo!, sobre todo cuando la emplean los nacos con ínfulas, los prietos feos y pobres y los politiqueros varatos […] Hay una periodista y escritora mexicana, Guadalupe Loaeza, que habla este sociolecto “fresa”:
http://www.youtube.com/watch?v=Fu3i2_Yycgs ; pero en ella está muy bien, porque ella habla “el fresa original”, y no “el fresa copia”, es algo así como si ella hubiera inventado este sociolecto. En Guadalupe Loaeza el sociolecto fresa es brisa suave, y no atropello de papas en la boca. En Guadalupe Loaeza todo es original, nada es copia, todo es exclusivo, porque ella es la diva del periodismo de las élites encumbradas mexicanas, de las élites “pipirisnais” de México, que por cierto le tienen terror. Y si ella dice algo, pues así es. Claro que muchos no la entenderán, porque ella es una ella-ella, como ella hay una, y como los demás hay muchísimos más, ella es “una ella de arriba” que hace algo así como que darle empujoncitos a “los demás de abajo” para que suban, para ver si se espabilan, para ver si se acaban de civilizar, para ver si dejan un poco lo animal y lo naco por ahí, y no solamente a los demás de “abajo-abajo”, es decir a los pobres que quieren llegar, sino a los de arriba que al lado de ella son de abajo, por lo que todos sabemos: ¿y la imagen qué? “¡Genio y figura hasta la sepultura!” […] Y lo de Elena Poniatowska pues ni se diga, ¡es tan rico oírla!, todos sus libros deberían aparecer en audio-libros, que servirían para todo, desde adormecer a un bebé hasta hacer el sexo (bueno, hacer el sexo en México, en Mesoamérica; en el Caribe no, ahí lo que se emplearía sería salsa y salsa y salsa; salsa para “la salsa”); servirían hasta para contar las historias de terror de nuestra América Latina, porque por lo que parece nuestros niños y jóvenes olvidan muy rápido lo que leen en esos libros raros de nuestra historia; pero tal vez con la voz tan linda, suave y segura de Elena, la historia se les quede un poco más en la memoria y les pueda servir de algo, les pueda servir para reflexionar un poco si es que un día llegan a decidir los destinos de nuestros pueblos, en la política, en la economía, en la cultura, en la religión o en lo que sea. Otros mexicanos también son muy propios en sus discursos, exclusivos, magníficos, son ejemplos: Denisse Dresser, Cristina Pacheco, Carlos Monsiváis (que su voz es hartante con frecuencia; pero lo que dice es ley y es verdad), Lorenzo Meyer (con su voz de pito, pero perfecto y sincero) […] Magníficos también son en sus polifacéticos discursos en las polimórficas variantes lingüísticas del español de México, al nivel popular y al nivel culto, Víctor Trujillo, Héctor Suárez […] Hay algunos y algunas en México que de veras se han creído que son todo un modelo de comunicación oral, que se creen que son unos “estuchitos de monerías” en el discurso, en el lenguaje hablado, los he visto, los he oído, he hablado con ellos, he trabajado con ellos, y, desgraciadamente, por años […] Vea la televisión, vea a esos politiqueros y politiqueras varatos, corruptos y todo desconchinflados […] Acerca de las formas floridas, enmascaradas, rebuscadas, simuladas, cantinflescas e hipócritas en el discurso político-gubernamental-administrativo mexicano ya se ha hablado bastante y muy claramente:
http://www.reporteindigo.com/reporte/video/codigo-dresser-el-laberinto-de-la-soledad-del-presidente […] Aquí diré una frase que se emplea mucho en México cuanto ya estás “hasta la madre” de este tipo de gente y de este tipo de discursos: “¡Me cagan…!” […] Entre las cosas más cómicas que he escuchado en mi vida está el oír a un cubano o a una cubana que vive en México intentando hablar como un fresa, intentando aparentar ser fresa, sobre todo si ese cubano o cubana es un negro o una negra, es para cagarse de la risa. Señores, ¡lo que son los traumas! […] Hay otro dialecto del español de México, que es la forma de hablar de la gente del pueblo, de la clase baja, que es muy variado por regiones del país y por zonas del Distrito Federal. Este sociolecto popular o “como hablan los nacos” puede ser impactante para la los mexicanos cultivados; pero en ese dialecto se dice todo, es directo, es mordaz, juega mucho con las palabras, lo que se llama “albur”, se hacen los comentarios y las críticas más fuertes a los cabrones y a las cabronas que desangran al país y refleja la realidad de la inmensa mayoría de los mexicanos, porque inclusive en muchos mexicanos universitarios, ejecutivos, gerentes, directivos, intelectuales, líderes, etc., aparecen elementos de este “lenguaje de nacos” en sus discursos diarios, como es, por ejemplo, el empleo de la -s final en la conjugación de segunda persona del tiempo pasado o pretérito: en vez de viniste, vinistes; en vez de comiste, comistes; en vez de dijiste, dijistes; en vez de trabajaste, trabajastes, etc., y esto lo oyes en donde quiera, inclusive en las universidades, al nivel de postgrado, y hasta en boca de profesores y directivos de centros de educación superior: ¡toda una epidemia! […] Si tuviera yo que escoger entre el dialecto fresa y el dialecto naco, por supuesto que me quedo con el dialecto naco; en cuestiones de comunicación funcional no hay como la sinceridad y la claridad […] El dialecto del ruso que mejor se entendía era el dialecto del ruso de Leningrado, hoy dialecto del ruso de San Petersburgo; muy fino, elegante, distinguido, exclusivo, también con mucha historia, e historia grandiosa, hablada y escrita, dialecto célebre tanto por su literatura artística como por su literatura periodística y su literatura científico-técnica. Los “dialectos del infierno” en lo referente al idioma ruso eran los dialectos hablados por los usuarios de las repúblicas y regiones del Asia, menos el ruso hablado por los armenios, desde mi particular punto de vista, como traductólogo y filólogo, que siempre me parecieron gente preciosa, elegantísima, cultivadísima. Armenia fue una de las primeras cunas de la civilización humana: ¡qué gente tan encantadora!; pero hoy es un desastre ese país, casi todos los armenios se han ido de ahí; hay más armenios y descendientes de armenios afuera que en Armenia. Muchos dicen que ahí en Armenia estaba el famoso Edén de la Biblia. Además, muchos dicen que en el Monte Ararat, que antes era de Armenia pero que ahora pertenece a Turquía, está la también famosa Arca de Noé […] ¡Tremendo el problema de la interpretación con los hablantes de esa parte de la ex-Unión Soviética de Asia; pero ahí nos íbamos, de sudores en sudores! El dialecto del ruso de Moscú siempre fue fácil, no complicado, muy popular, algo así como campestre, bucólico, campesinón, koljoziano, sovjoziano, porque a Moscú fue a dar todo tipo de personas de la ex URSS, como capital al fin, gente de pueblo, gente venida de los confines de esa región que todavía nadie puede explicar bien que se llama Eurasia, por eso su forma de hablar el ruso era tan llana y con todas las mezclas lingüísticas habidas y por haber, es decir, dialecto de Moscú sí, pero también dialecto de Moscú “con mil formas”. Los rusismos y sovietismos en la lengua hablada y escrita, no solamente en el español de Cuba, sino también en muchas otras lenguas del mundo entero, eran cientos, y miles:
http://knol.google.com/k/rusismo-o-rusismos-y-sovietismo-o-sovietismos# […] Y como siempre digo, si he conocido a un pueblo bueno, noble, cariñoso y en extremo cultivado, científica y técnicamente hablando, ese era el pueblo soviético […] Siempre he creído que el pueblo mexicano y el pueblo ex-soviético tenían cosas en común, principalmente que eran pueblos muy sufridos y muy buenos, con unas historias terribles y al mismo tiempo grandiosas, célebres, gente en extremo cariñosa y servicial; pero los tiempos cambian […] Hoy Rusia y toda esa parte de la ex-Unión Soviética son bombas de tiempo, y van explotando por turno: sustos, sustos y más sustos […] ¡Y ojalá y no se le ocurra a “algunos países despistados” intentar retar, otra vez, al Gran Oso Ruso, es decir a Rusia! Que primero, antes de retar a Rusia, revisen un poquito la historia: ¡terrible el asunto!, y que si no la pueden leer, por lo menos que la oigan en CD o DVD o lo que sea, ¡más nos vale a todos!, ¡más le vale a todo el planeta! […] México también era una bomba de tiempo, y ya explotó […] Los rusos y los mexicanos han cambiado mucho: estrés, desasosiego, miedos, amenazas, delincuencias, mafias, narcotráficos, hartazgos “hasta la madre” […] Pero a estos dos pueblos siempre los amaré, a tal punto que hay un pueblo que, “se suponía”, yo debía tener en mi corazón, o algo así, lo que siempre se dice en estos casos, pero que ya hoy casi ha desaparecido de mi vida, como que no me interesa ya […] y en este punto siempre digo lo mismo, debido a las apuros de vivir esta vida globalizada y traqueteada, de lugar en lugar, como se dice en México: “correteando la chuleta”, mi pueblo es aquel en donde están mis impuestos. ¡”Ni modo”, como se dice en México! Fueron muchas, y siguen siendo muchas, las cabronadas, “¡tanto va el cántaro a la fuente, hasta que se jode!” O como dice Pablito Milanés: “El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos […] Pasan los años, ¡y cómo cambia lo que yo siento!”:
http://www.youtube.com/watch?v=xBq9Q6nL3R0 […] y conmigo sí no iba a pasar eso de “Dónde estarán mis amigo de ayer”:
http://www.youtube.com/watch?v=NU7kstqVFIs , ¡ni amigos ni nada del pasado!, ésas son las reglas de la migración, ésas son las reglas del exilio, del autoexilio, o se paga demasiado caro, “¡y era mucho para un sólo corazón!” La nostalgia mata. No podía darme el lujo de vivir en el limbo: ni aquí ni allá ni acullá. ¡Por supuesto que no! Y además, ¿por qué no hacerlo?, ¿qué me ataba al pasado que yo no pudiera sacudirme de arriba, y sacudirme-sacurdirme, así, sacudirme a lo perro cuando está mojado, de arriba a abajo, hasta el “rabo”? Cuando salí de Cuba dije en ese avión: “Fernando, escúchame bien, carajo, esto es textualmente ‘abajo y de un sólo tajo’, se acabó, o lo vas a lamentar toda la vida” […] Esto es como dijo el Martín mexicano que dijo el Vasconcelos mexicano: “¿Qué hacía yo en un país en donde nadie me comprendía? Por todo ello […] y harto, grité […]:
«Yo no sé qué estoy haciendo aquí. ¡Mi reino no es de este mundo!». Y así lo hice, “para atrás ni para coger impulso”, y lo resolví, y lo resolví tajantemente, ni reunioncitas con “la élite” para recordar, ni el congricito, ni el mojito, ni el tostoncito, ni la malanguita, ni la ayaquita, ni nada eso […] Teníamos reuniones muy exclusivas, muy íntimas y sinceras, entre verdaderos hermanos a donde no iban todos, reuniones de matrimonios, en donde podíamos hablar libremente, “sin los espías encubiertos”, “chacoteábamos” de lo que nos daba la realísima gana, a gusto […] Y eso del espionaje es algo que nunca se nos quita de arriba, inclusive los que no son cubanos por nacimiento, los que son hijos de cubanos, pero nacidos en otros lugares, se siguen agarrando de eso del espionaje cubano cuando cometen por ahí sus fechorías, cuando hacen sus trastadas […] Ése es el ejemplo de este cura, de este sacerdote, o más bien ex-sacerdote, ahora resulta que “Cuba lo estaba espiando”, cuando, después de lo que hizo, debería tener los cojones para decir “a un gustazo un trancazo” […] ¡Qué cara más dura la de este curita cabrón Alberto Cutié:
http://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Cutié ! Y nosotros los cubanos todo esto nos lo pasamos por los güebos. ¿Qué le puede importar a un cubano con quién se acuesta quién? Importaría si alguien no se acuesta con alguien; pero ¿que se acueste?, ¡claro que no!, ¡para nada! Si el lema nacional cubano es: “A templar que el mundo se va a acabar”. Hasta se le compuso su cancioncita y todo al “curita calentón”:
http://www.youtube.com/watch?v=kMkF6CFSB4s y ha salido caricaturizado en varios programas:
http://www.youtube.com/watch?v=HpKWT3yFAqY&feature=related […]
[…] a los llamados “amigos” si los veía, pues bien vistos, ¿tienes un problema?, pues te ayudo, si puedo; pero lo que pasa es que a veces se convertían en verdaderas garrapatas, chupándote cada gota de sangre, si te dejabas, ¡y no hablemos ya de la pedidera de dinero “prestado” (?)! En el exilio, en el autoexilio, en la migración, siempre hay de todo, como en botica, y hay gente magnífica, gente muy buena, pero la inmensa mayoría está muy dañada por muchas cosas, cosas de todo tipo, ¡son tantas las frustraciones de los exiliados! Y hay algunos ahí que son la personificación viva de la tiña, de la sarna, y eso se pega, entonces, en estos casos, no hay como una buena dosis de profilaxis, o te contaminas, y eso es irreversible, si se te pega ya lo cargas para el resto de tu vida […] Mucha gente de esa, con castrismo o sin castrismo, habría tenido las mismas frustraciones, porque ya traen la frustración en su ADN, son personas genéticamente frustradas, la frustración es su marca […] Estos temas aparecen detalladamente en dos libros míos que están ahora en revisión, en corrección, uno con esa parte de la historia en México y otro con este tema aquí en Estados Unidos […] Con respecto al idioma alemán, pues claro, la diferencia de partida en aquellos momentos, la diferencia de siempre: “alemán del este”, es decir el alemán que se hablaba en la República Democrática Alemana, y “alemán del oeste” o alemán de la Alemania Occidental, ¡muy diferentes! […] Pero sí era simpático oír hablar alemán, el idioma de los “blancos” europeos, a los negros y negras cubanos, dándole al alemán la entonación, la pronunciación, el sonsonete, el dejo, del español popular de Cuba, del español revolucionario cubano, ¿se imaginan lo que salía de esta mezcla de alemán con español popular revolucionario? […] y aquí recuerdo el caso de una cubana que era vicerrectora o algo así, que estaba casada con un obeso al que le llamaban “El Siete Potencias”, “El Marañas” y quién sabe cuántas cosas más, ¡un verdadero bólido de manteca! […] aquella mujer tenía una cara chistosísima, ridícula, y siempre se estaba riendo, ¿¡quién sabe por qué!?, se decían muchas cosas acerca de su risita, y entonces su cara parecía con aquellas muecas que hacía un “bollito de chivita ruina”, como dicen en mi pueblo, como decíamos “en el núcleo”, ¡y hablando alemán! (confieso que nunca he visto a una “chivita ruina”, mucho menos un “bollito de chivita ruina”; pero los cubanos son tan imaginativos y creativos como los mexicanos, y eso es lo que decían, ése era el símil. Y de ser cierta la comparación que hacían los cubanos entre la cara de aquella mujer y el famoso bollito, entonces el “bollito de chivita ruina” debe ser algo horriblemente impactante). Los traductores e intérpretes de alemán, y hasta los de ruso, búlgaro, inglés y francés, la alucinaban, y creo que hasta Alemania la quería demandar porque una vez tuvo la desfachatez de mandar a traducir un texto alemán, de un autor alemán, y mandarlo a traducir con una de nuestras colegas traductoras, y ella publicó con su nombre aquel texto, o sea tremendo plagio, a lo descarado, a lo “quítate tú pa’ ponerme yo”. La gente de Relaciones Internacionales huían cuando la veían […] No sé en qué habrá terminado ese “show literario” del plagio de “La Dama Risueña”; pero lo que sí recuerdo muy bien es que aquella mujer tenía la tremenda capacidad, en cuerpo y alma, para que la gente la aborreciera […] Imagínense, una “cara de bollito de chivita ruina” hablando alemán. Y los asesores alemanes, inclusive hasta los soviéticos, siempre comentaban que no entendían por qué aquella mujer era tan sumisa con ellos, por qué era tan “guataca” con ellos:
http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/qu%C3%A9-es-la-adulaci%C3%B3n-lambisconer%C3%ADa-o/19j6x763f3uf8/27# […] No sé si alguna vez se enteró de lo que decía de ella el gran Repilado: “A esta mujer lo que le hace falta es un buen revolcón con un negro mandinga para que se le quite esa risita pendeja” […] Lo que comentábamos todos, incluyendo a los asesores soviéticos, era que aquella ridícula y guataca mujer, aquella “estúpida mujer”, como diría el magnífico René François Artois, lo que buscaba era que la mandaran a Alemania para así conseguir los trapitos y las cositas que tanto necesitaban ella y su familia, porque en Cuba, como todos sabemos bien, absolutamente todo estaba y sigue estando más que racionado […]
Es verdad que hoy, ahora, en estos momentos, por ejemplo, México tiene el primer lugar en escritores, periodistas o no, muertos, asesinados, desaparecidos:
http://www.youtube.com/watch?v=L4g38P7V8os&feature=related y siguientes videos […] ¡Terrible! ¡Horrible! ¿Pero cómo puede pasar esto? ¿En dónde carajo tienen los ojos metidos los que mandan en este mundo? Bueno, eso lo sabemos, sabemos en dónde tienen los ojos metidos estos “gitanos señorones”, estas “gitanas señoronas”, estos cabrones y cabronas […] ¿Y Dios? ¿En dónde tiene los ojos puesto Dios? No sé, y si usted sabe le agradeceré que me informe, y que le informe al Mundo también, que nos informe en dónde tiene los ojos metidos “su” dios, porque recuerde que son muchas las religiones, son muchas las creencias, y que cada grupo y que inclusive cada persona tiene “su” dios y “sus” santos y “sus” vírgenes, inclusive dioses y vírgenes con doble caras, con doble imágenes, una para la sociedad, para el qué dirán, y otra para sí mismo y los suyos, para la intimidad, para “lo oscurito”:
http://knol.google.com/k/las-creencias-las-religiones-los-cultos-y-los-mitos-y-su-relaci%C3%B3n-con-las# […] Pero lo que sí queda más que claro es que Dios, o ese dios, porque hay muchos, no quiere a esos periodistas, a esos escritores, y parece que sí quiere, y mucho, a los que los matan y los desaparecen, a los que los persiguen […] ¿No cree usted? ¿O ahora van a venir muchos con el cuento de que lo que pasa es que Dios llamó a todos esos periodistas y escritores asesinados a “su reino”? ¡No jodan con ese cuento, que ya es viejo y nadie se lo despacha…! ¿Qué también llama ese dios o el dios que sea a su reino, todos los días, a cada segundo, “solamente”, a los niños pobres que se mueren de hambre y a los niños que mueren en los atentados, en las guerras, en Irak, en Afganistán, aquí en esta América miserable […] y en África? Bueno, nos estamos basando en las evidencias, y nada más… No sé cuáles serán “sus” evidencias; pero tampoco me importan […] Pero en Cuba y acerca de Cuba el que quiere escribir, escribe […] ¿Y los riesgos? Todos, absolutamente todos, hemos tenido y seguimos teniendo muchos riesgos, y en muchos sentidos […] ¿Y por qué entonces aquél o éste no van a tener riesgos, inclusive muchísimo menos riesgos que otros que “ya pasaron a la historia” o que otros que están en otros lugares muchisísimo más peligrosos? Como dicen los mexicanos: “¡O todos coludos o todos rabones!” (algo que en México nunca ha sido verdad. En México hay “coludos en extremo” y “rabones en extremo”, ¡y aquí nunca ha pasado nada, ni pasará). Así ha sido el mundo siempre, y si no puedes hacer esto o aquello en tal o más cual lugar, pues vete a otro lugar, lárgate de ahí, como puedas […] ¿Y los riesgos? Bueno, pregúntenle lo que es de verdad riesgo a los más de medio millón de mexicanos que cada año atraviezan esa frontera, esos desiertos, ese Río Bravo o Río Grande, infectado, contaminado, hasta la raíz, a esos mexicanos, a esos latinos, que son cazados como conejos en Estados Unidos de América, que o se van de México o se mueren de hambre, necesidad y miseria en su país. Y entre esos migrantes que pasan mil penurias muchos logran “el sueño americano”, llegan hasta a ser astronautas, cosmonautas […] pero en México, en América Latina, qué tienen que hacer para “triunfar” (?): ¿politiqueros?, ¿narcos?, ¿presidente vitalicio del sindicato nacional de trabajadores de la educación? […] Y ya, ya no hay más opciones. ¿O sí? ¿Usted qué cree? […] Pregúntenle a los cientos que han sido devorados o mutilados por tiburones tratando de salir de su país, de su “patria” […] ¿Y las minas qué? […] ¡Eso es riesgo! Claro que muchos escritores, periodistas, “gente intelectual” (o por lo menos así se denominan ellos mismos a sí mismos, ellos “entre ellos”) quieren seguir viviendo del cuento, del mitote, del show, de la historia de “la opresión” […] Eso de patria es el cuento mejor hecho a los pueblos. Las patrias son como los trajes, te pruebas y te pruebas y te pruebas, y cuando te quede el traje, un traje, pues ése es tu traje, tu traje a tu medida, un poquito más grande, un poquito más chiquito, pero a tu medida, o pregúntenle a los exiliados, a todos: británicos, españoles, chinos, judíos, árabes, rusos, cubanos, mexicanos, chilenos, yugoslavos, irakíes, africanos, ahitianos, colombianos […] Repito, pregúntenle a “todos los exiliados”, y no solamente a los “exiliados del mitote”, a los “exiliados del tremendo show” […] ¿Denominar “patria” a la tierra que te margina, que te oprime, que te ahoga, que te persigue, que te liquida…? ¡Cuentos…! ¿Qué usted piensa diferente? Bien, ok, ¿y a mí que me importa? […] Escriba usted sus libros, dicte usted sus conferencias, y a ver quién lo lee y quien lo oye, quién la lee y quién la oye […]
Tal vez una de las ideas que mejor nos describen la imagen de un escritor es la que nos ha dado esta sensacional mujer y brillante escritora llamada Isabel Allende, que no diré aquí que es la mejor escritora de Iberoamérica […] claro, eso no lo diré, no lo puedo decir […] las sombras de las divas siempre estarán ahí […] las Sor Juanas, las Gertrudis, las Gabrielas, las Dulce Marías, las Elenas […] pero en la actualidad Isabel es la más conocida internacionalmente […] pero sí puedo asegurar que es la más vendida en toda Iberoamérica, la que ha acaparado inteligentemente, talentosamente, con mucho trabajo y evidentemente con mucha pasión el mercado del libro en lengua española como mujer, ha roto todo récord de venta imaginable; también puedo decir, y repito, que de las escritoras, mujeres, vivas, de lengua española y portuguesa, ella es la más universalmente conocida. Y también supera en trascendencia y ventas, en traducciones, a casi absolutamente todos los escritores varones, vivos, de América Latina, y a muchos muertos también […] Los datos no los conozco exactamente, no los tengo aquí […] Pero si nos referimos a los escritores de lengua española y de lengua portuguesa de aquí de América, sé que no supera a García Márquez: ¿quién va a superar a ese portento? […] pero igual y sí supera fácilmente a todos los demás escritores varones del área […] Ahora, claro que en este mundo de la literatura, o más bien de las literaturas, hay muchas cosas que la inmensa mayoría de las personas no sabe, incluyendo aquí a los que se consideran intelectuales o muy intelectuales. ¿Quién sabe, por ejemplo, que Jame Patterson
http://en.wikipedia.org/wiki/James_Patterson es el escritor más vendido en el mundo, que es el que más gana en todo el mundo con los libros, con sus novelas?: 84 millones de dólares al año […] La mayoría no sabe que, en realidad, Isabel Allende, por nacimiento, es peruana, y no chilena […] La mayoría no sabe que Isabel Allende es la escritora de lengua española más leída en estos tiempos, y algunos hasta dicen que “de todos los tiempos” […] La mayoría no sabe que Isabel Allende llegó a la literatura, se convirtió en escritora artística, a partir del periodismo […] Lo que pasa es que las fronteras, si es que las hay “en realidad”, entre la literatura artística y la literatura periodística nunca han estado claras, ni antes ni ahora […] Pero sí podemos considerar algunas de las diferencias, claro […]
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FERNANDO ANTONIO RUANO FAXAS
DISTRIBUCIÓN ARBÓREA DEL TEXTO ARTÍSTICO O LITERATURA
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FERNANDO ANTONIO RUANO FAXAS
DISTRIBUCIÓN ARBÓREA DEL TEXTO PERIODÍSTICO O PERIODISMO
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[…] Por supuesto que ya sabemos lo de siempre […] Ese triunfo arrasador, vertiginoso, Isabel Allende, que me parece que es, según la clasificación familiar de nosotros los cubanos, prima segunda del asesinado y magnífico Salvador Allende, porque éste era primo del papá de Isabel, y según la clasificación familiar de los mexicanos, sobrina de Salvador Allende (en México, los hijos de tus primos son tus sobrinos, o lo que es lo mismo, los primos de tus papás son tus tíos) por nada de este mundo lo habría tenido si se hubiera quedado en Chile, en ese “Chile de ficción y mentiras”
http://knol.google.com/k/la-experiencia-del-terremoto-de-chile-de-2010# […] y ella mismo lo ha dicho: “No, definitivamente la literatura no era un camino razonable en un país como Chile, donde el desprecio intelectual por las mujeres aún era absoluto. Mediante una guerra sin cuartel, las mujeres hemos logrado ganar el respeto de nuestros trogloditas en ciertas áreas, pero, apenas nos descuidamos, el machismo levanta de nuevo su peluda cabeza” […] América Latina castra, liquida, ahoga, pudre, o por lo menos hace los intentos […] ¿Sí se entiende el significado terrible de lo que ella misma dice?: “Además crecí en Santiago de Chile, donde cualquier tendencia natural hacia la autocontemplación es cercenada en capullo” […] Y sí, quién no conoce a los chilenos no entiende tal vez lo que dice Isabel, lo que realmente quiere decir Isabel; pero quien conoce a los chilenos sabe muy bien lo que está diciendo Isabel […] Quien no ha analizado bien, quien no ha reflexionado bien, lo que sucedió ahí en Chile y “el cómo” sucedió no entiende bien sus palabras, el alcance de esas palabras […] Por otro lado, la inmensa mayoría aunque quiera entender, no puede, no están preparados para entender […] y todavía no existe eso de trepanar el cráneo e implantar ahí el chip o la cosita esa de la inteligencia […] eso todavía no existe […] y cuando llegaron todos decían que eran intelectuales, que todos eran “muy leídos y escribidos”, que todos habían estudiado en la universidad […] pero eso sí, ni una sola alusión a “esas intelectualidades” sacadas de la manga, ni una nota en una revista que dijera el licenciado tal o más cual o la licenciada tal o más cual, o el doctor tal o más cual o la doctora tal o más cual, egresado de la universidad tal o más cual, con las publicaciones tales o más cuales, es decir lo que siempre sucede en “situaciones claras y normales” […] Pero sí se leían revistas y documentos, que entraban clandestinamente al país, o que entraban a las bibliotecas y centros de información en calidad de “secretos”, y “alguien” se encargaba de sacar de contrabando, sacarle mil copias y distribuirlas a todo el pueblo, y ahí aparecían sus nombres, que si éste fue un traidor, que si aquélla delató a éste o a aquél, que si éstos nunca estuvieron amenazados de nada y aprovecharon el golpe de estado para “buscar nuevos horizontes”… En fin, lo que siempre pasa, y todo el mundo se enteró porque el latino ama más al chisme que a su propia madre y que a Dios […] pero claro, esas revistas y todos esos documentos en donde se decían mil cosas de “los fantasmas” no se quemaron, no se destruyeron […] ¿Coincidencias de esta vida? Unos papeles se quemaron y otros no, “a discreción” […] ¡Vaya usted a saber! “Que ‘diz que’ todos los papeles, de absolutamente todos, se habían quemado…”, y decíamos nosotros: “¿pero qué país es ése entonces en donde todo el mundo es intelectual? ¿Utopía o qué carajo…?” “¿En un país en donde todo el mundo es tan intelectual puede aparecer así, de un día para otro, un golpe de estado de ese tipo, así, arrasador…? ¡Coñoooooo!” […] y se les creyó a todos, así no más […] ¡Puros cuenteros y falsificadores, “infladores de información”…!, y esas mentiras, esos cuentos, todos esos inventos de una gran cantidad de esos “exiliados” y “medio exiliados” y “autoexiliados”, y desfachatados, afectó grandemente a mucha gente, porque llegó un momento en que ya sabíamos que estaban diciendo mentiras antes de que hablaran, cero confianza en ellos, ¿cómo creerle a esos cabrones que intentaban vernos la cara de pendejos a los demás?, pero se les entendía en parte porque nada más había que verlos, se notaba que venían de la nada, hasta la forma en que comían los delataba, como les decíamos: “campesinos cepillados” […] todo el descrédito que en torno a ellos se formó afectó a muchos exiliados y autoexiliados que decían la verdad, pero que de nada les valió: “No pude emplearme como periodista [en Venezuela]. Lo que antes había hecho en Chile servía de poco, en parte porque los exiliados solían inflar sus credenciales y al final nadie les creía mucho; había falsos doctores que apenas habían terminado la secundaria y también doctores verdaderos que terminaban manejando un taxi” (Allende, 2003) […] Fueron tantos los ejemplos de este tipo […] conocí muchos casos de estas “infladas de credenciales”, de estas mentiras de los exiliados chilenos, en Cuba, en México y hasta aquí en Estados Unidos. Como ejemplos les cuento algunos de pseudodoctores, de matasanos, que terminaron siendo traidores, que creo que por ahí siguen escondidos, “en las tinieblas”, y de “diz que” especialistas y de maestros y de investigadores y de antropólogos y de dios sabe qué tanto […] Claro que no solamente los exiliados chilenos han mentido y siguen mintiendo en cierta medida, todos mentimos, en todos los exilios, en todas las diásporas hay de todo: ahí están esas “famosas diásporas” de delincuentes que andan por ahí haciendo de todo, todo tipo de transa, de trampas, de cosas chuecas, de robos famosos, y hasta ventas de órganos humanos amparados en sus religiones, hasta que los agarran […] hace muchos años que estoy fuera de Cuba, y en mi país antes de Fidel Castro sólo habían unos 160 ó 170 centrales azucareros o ingenios, y ahora resulta que yo ya llevo contados más de 1000, porque los cubanos me dicen “es que mi familia tenía un ingenio”, ahora resulta que no entiendo cómo y para qué fue que se dio una revolución como la castrista, si había tantos ricos en Cuba […] y con este asunto de las profesiones y las especialidades pasa igual […] y volvemos a lo mismo, en qué revista, en qué material científico, en qué actas académicas se habla de ti, se habla de tu currículum, ¿no hay una sola publicación, la que sea, que respalde lo que dices? […]: como dice el dicho popular, “o somos o no somos, o estamos o no estamos”, y tanto aquí como en otros países a nosotros los migrantes, exiliados, autoexiliados o lo que sea, nos piden mil papeles, para revalidar, para justificar, para comprobar o para lo que sea, y todos esos trámites duran un buen tiempo, pero si hay algo que compruebe lo que dices, se resuelve, con tiempo, penas, trámites miles, pero se resuelve […] sabemos que en muchos países cualquiera puede comprar en un minuto los documentos que quiera, desde actas de nacimiento hasta títulos, tarjetas de crédito, propiedades, pero todos sabemos que eso en Cuba es imposible, todo allí está más que controlado, con mil números y mil códigos y mil cuños o sellos, y solamente hay un Ministerio de Educación Superior, no mil instituciones y dependencias de este tipo, sólo levantas el teléfono y ya, todo controlado […] pero el gobierno “les creyó” (?) y eso hicieron no solamente en este país sino en muchos otros a donde fueron a dar […] pero ahora parece que tienen “nostalgia” por “aquellos tiempos” […] como dice el dicho popular: “¡Quien no los conoce que los compre!” […] ¿después de todo lo que pasó esa gente, y todo el cono Sur junto a ellos, porque esa vez se llevaron a buena parte de América Latina entre las patas, con todo el descuajeringamiento que se armó en ese país […] y todavía hoy están “confundidos” (?) con sus tendencias políticas (si es que se le puede llamar así a “eso” que ellos dicen que es “cosa de la política”)? […] Y cuando la mitad de Chile no está clara, cuando la mitad de Chile parece que todavía quiere regresar al pasado […] cuando “parece” que la mitad de Chile no ve claramente todo lo grandioso que ha hecho esa mujer magnífica que se llama Michelle Bachelet […], porque Chile, como todos los países de América, ha tenido y tiene de todo, y hasta más, si tomamos en cuenta que es la región más sísmica de toda América y una de las más sísmicas de todo el mundo, que Chile ha tenido 3 de los sismos o terremotos o movimientos de tierra más grandes y devastadores de la historia conocida:
http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/la-experiencia-del-terremoto-de-chile/19j6x763f3uf8/115# , y confieso que de Chile no sé prácticamente nada, conozco sus 6 ó 7 escritores grandes, esas dos historias de Lautaro y Caupolicán, porque me las enseñaron en la escuela primaria, y como yo era tan grande y gordo, en comparación con los demás muchachos de mi clase, una vez representé a Caupolicán, tenía yo como 6 ó 7 años, y todo fue un problema porque era muy blanco y me tuvieron que medio pintar, como Caupolicán era un indio, pero lo que importaba era que yo podía cargar a los otros niños, que me veía mucho más alto y fuerte que ellos, y finalmente se armó tremendo desbarajuste en la representación porque sucedió algo así como que me la creí de verás, como que me tomé muy a pecho la presentación de Caupolicán, y descalabré de unos trancazos a otros niños que hacían de españoles o rayadillos, en fin, que nunca más me pusieron a representar a nadie y a nada, pero eso de Caupolicán nunca se me olvidará, ¡qué indio tan bravo!, ¡ése sí era un líder! […] 4 ó 5 cantautores, el pisco, eso de que Chile, Pinochet, apoyaron a Gran Bretaña cuando el destimbalamiento de las Islas Malvinas (y después, ¡oh, sorpresas de esta vida!, Gran Bretaña, “en agradecimiento a su servil posición”, detuvo al Pinocho allá mismo en el año 1998, y “¡ahí mismo se cagaron el mono y la jaula completa de simios!”), lo que fue un tremendo escándalo y una gran vergüenza: Chile, el único país latinoamericano que hizo eso […] y creo que ya, no recuerdo más cosas de Chile […] a ver si al rato recuerdo otra cosa, con esta memoria tan mala que tengo yo “para lo que me conviene” […] he oído hablar de Chile porque Cuba también fue invadida por los “exiliados” chilenos, bueno, exiliados y no exiliados, más bien colados, porque ahí entró de todo, como ha sucedido con los otros exilios del mundo, y como ha sucedido también con nosotros los cubanos: “entre col y col, lechuga”, pero “pa’ fuera”, “a correr, que aquí espantan”, o como dicen en México: “Más vale que digan ‘aquí corrió’ que ‘aquí murió'”, como aquello estaba en candela […] y esos exiliados chilenos padecían de su verborrea habitual e insípida y aburrida, eso a lo que Isabel le llama “su manera modesta de hablar”, cosas que a nosotros los cubanos nos entraban por un oído y nos salían por el otro, o más bien nos entraban por un hueco y nos salían por otro cualquier hueco, incluyendo “el que fuera”, ¡háganme el favor, venir a bailar en la casa del trompo…! […] Pero nunca olvidaré a ese señorazo que fue Salvador Allende, ¡qué chilenazo tan magnífico!, que si quieren conocer ustedes la historia de verdad, la versión corta pero clara, no el rollo interminable, estelar y confuso, de los historiadores chilenos, de lo que pasó con Allende y el golpe militar del Pinocho, perdón, del Pinochet, lean ese capítulo del libro de Isabel Allende,
Mi país inventado, que se llama “Un soplo de historia” […] ¿¡Y dónde me dejan a esta súper señoraza de Michelle Bachelet!? ¡Qué persona tan genial, tan especial, tan fina, tan educada, tan excelente presidenta, tan líder de verdad! ¡Y lo que tiene que haber sufrido esa mujer! ¡Y lo que tiene que haber pasado al tener que analizar todos estos líos con su vecino, el “buena pieza” de Alan García! ¡Qué aguante el de esta dama tan protocolar! ¡Lo que van a perder los chilenos ahora que Bachelet se vaya! […] ¡Qué coincidencia la de Allende y Bachelet!: los dos médicos, los dos grandes, siempre serán recordados por nosotros los latinoamericanos, y con mucho cariño y respeto […] Y no sabíamos de qué se trataba, no lo conocíamos, y ya estaban ahí las elecciones presidenciales de Chile del 2005, pero ahora que hemos visto el desastre de José Miguel Insulza en la OEA lo conocemos muy bien, sus metidas de pata y ¡sus discursos…! (como dice Isabel, “su manera de hablar modesta”), y claro que decimos ¡de lo que se salvó Chile y América Latina! ¿Se imaginan lo que hubiera pasado si este señor hubiera sido presidente de Chile? ¿Y que quiere reelegirse en el cargo de Secretario General de la OEA? ¡A ver qué dice Estados Unidos…!, porque, como sabemos muy bien, “en donde manda capitán, no manda soldado”, y muchos en América Latina tampoco lo quieren, “pero para nada”:
http://www.elheraldo.hn/Ediciones/2010/02/12/Noticias/Chavez-y-Ortega-no-dan-apoyo-a-Miguel-Insulza ,
http://www.laprensa.com.ni/2010/02/11/internacionales/15895 […] quien conoce a “la bola” de los llamados “intelectuales” quedados por allá, quien conoce perfectamenente a la clase de “intelligentsia” que anda por allá, sabe muy bien lo que está diciendo Isabel y más, mucho más […] Tal vez “esos” que hoy quieren volver al pasado “enmascaradamente” creen que el mundo, que toda América, que América Latina, que sus vecinos, olvidaron lo que sucedió ahí en todos esos años, tal vez para “refrescar la memoria” deban ir al Museo de la Memoria:
http://www.rnw.nl/es/espa%C3%B1ol/article/chile-ya-tiene-su-museo-de-la-memoria ,
http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20090616/pags/20090616234244.html ,
http://www.youtube.com/watch?v=LaCSSLqHzzY ,
http://www.youtube.com/watch?v=v1LzluEbs9g […] Aquí tenemos otro ejemplo de las terribles secuelas que dejan las dictaduras, secuelas que atrofian el cerebro y que “parece” que hacen perder la memoria […] Las dictaduras, todas, pero en especial las dictaduras militares y religiosas, dejan secuelas tan terribles que hacen que en generaciones las conductas sean imprevisibles, inconcebibles, degradantes […] ¿No recuerdan ustedes lo que decía otra mujer sensacional, toda una celebridad, algo sin comparaciones en el ámbito intelectual, también ahogada, matada, liquidada, en América Latina, en México: Ikram Antaki? “En un pueblo verde, nadie puede tener un color diferente” […] Es como una maldición que ha atrapado a esta América tan atrasada, inculta, envidiosa, traicionera, fanática, mitotera, mitómana, entreguista […] Aquí en este subcontinente los escritores importantes se van de sus países […] a la corta o a la larga, en materia o en espíritu, en vida o en muerte, pero se van, se alejan, o los alejan mediante diversas formas, sobre todo por el olvido y la indiferencia […] Pero si de aquí, de este subcontinente, de esta América Latina, se van hasta los escritores que no valen un comino, la pelusa, la escoria intelectual, imaginemos entonces qué no pasa con “los meros meros” […] Y no se va el que no puede, el que sabe que ya no hay espacio para él o para ella “en el más allá”, es decir “el aquí” o “el otro lugar” […] Se va todo el que puede, la inmensa mayoría que puede […] Muy pocos de los verdaderamente grandes de América Latina se quedan hoy ahí […] No todo el mundo es “La Incomparable de la América Independiente”, “La Guan” (del inglés “one”), como le dicen en Cuba a Dulce María Loynaz […] No todo el mundo es y tiene el talento universal, el prestigio universal, de la exclusiva Elena Poniatowska, que sigue ahí, al pie del “cañón”, de un cañón que la ha tenido sancionada y sentenciada, y que la sigue teniendo sancionada y sentenciada; pero ella sigue ahí, tan inteligente, tan fina, tan bonita, tan elegante, tan políglota, tan multicultural, tan globalizada, tan fiel a sus ideales, tan princesa de los sueños y tan princesa de la realidad, y hoy también “La Guan en México”, entre las escritoras vivas, mujeres, porque “La Otra Guan”, “La Guan del México Independiente”, se fue, se cansó de vernos, como que se hartó del lenguaje de rebuznos de “La Gran Granja”, se fue a un paraíso, a “un paraíso color Elena Garro”, se fue porque fuimos incapaces de adorar a una reina como ella […] Eso de adorar a una reina de las mil y una noches, como Elena Garro, no se nos da, no sabemos cómo se hace, porque somos analfabetos, no por malos, sino por analfabetos:
http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/analfabetismo-funcional-analfabetismo/19j6x763f3uf8/6# , por burros, y en los países de burros los únicos protocolos comunicativos que conocemos son los protocolos de los rebuznos […] y eso nunca lo conoció Elena Garro, por eso se quiso ir de una vez y por todas […] Tal parece que “hay que abandonar a los contagiados para no contagiarse y morir infectado o para no rebuznar” […] En fin, que como les comentaba hace un rato, esta mujer, Isabel Allende, desde mi punto de vista, ha descrito muy bien la vida de un escritor: “La raíz de mi problema siempre ha sido la misma: incapacidad para aceptar lo que a otros les parece natural y una tendencia irresistible a emitir opiniones que nadie desea oír […] Una vez oí decir a una famosa escritora afroamericana que desde niña se había sentido extraña en su familia y en su pueblo; agregó que eso experimentan casi todos los escritores, aunque no se muevan nunca de su ciudad natal. Es condición inherente a este trabajo, aseguró; sin el desasosiego de sentirse diferente no habría necesidad de escribir. La escritura, al fin y al cabo, es un intento de comprender las circunstancias propias y aclarar la confusión de la existencia, inquietudes que no atormentan a la gente normal, sólo a los inconformistas crónicos, muchos de los cuales terminan convertidos en escritores después de haber fracasado en otros oficios. Esta teoría me quitó un peso de encima: no soy un monstruo, hay otros como yo […] No olvido que el libro no es un fin en sí mismo. Igual que un periódico o una revista, es sólo un medio de comunicación, por eso procuro atrapar al lector por el cuello y no soltarlo hasta el final. No siempre lo logro, por supuesto, el lector suele ser evasivo […] cada libro es un mensaje lanzado en una botella al mar con la esperanza de que arribe a otra orilla […] de una cosa estoy segura: no sería escritora sin haber pasado por la experiencia del exilio […] Soy escritora porque nací con buen oído para las historias y tuve la suerte de contar con una familia excéntrica y un destino de peregrina errante. El oficio de la literatura me ha definido: palabra a palabra he creado la persona que soy y el país inventado donde vivo.” (Isabel Allende,
Mi país inventado, 2003) […]
Pero quien piense que descomponer en partes un escrito artístico es fácil está en un gran error. Si hay algo difícil, complicado, que requiera de mucho cuidado y talento, es, precisamente, el valorar o criticar un autor o una obra, sobre todo en nuestros días, en la actualidad, cuando por todos lados borbotea la incultura y a cada paso vemos individuos que, carentes de capacidad, se atreven a expresar públicamente, a través de la televisión, a través de las revistas, de los periódicos, los criterios más inconcebibles sobre literatura.
Toda obra literaria tiene un doble fondo. Cada texto artístico expresa aquello que “nosotros” hemos entendido, donde para “mí”, para “aquél” o para “éste” lo dicho, lo expuesto, puede tener un sentido diferente. Pero, aparte de eso, aparte de lo que supuestamente es, existe “aquello” que en realidad quiso decir el autor. Por supuesto, nada fácil. Es por eso que el trabajo de la crítica requiere de personas extremadamente cultas, en todos los sentidos, personas conocedoras de la lengua, de la historia, pero también de la sociología, de la psicología, de esa manera especial que adoptan los hombres en los diferentes estratos en los que se mueven. Si recordamos la famosa Caja de Pandora,[1] entonces podríamos decir que en cierto modo la obra literaria artística es una caja de Pandora; si la abres, no se sabe cuántas cosas pueden aparecer ante ti. Con esto queremos decir que el ser hablante de lengua española o de lengua inglesa, de lengua china o rusa, etc., no nos brinda la posibilidad de ser “críticos” de la literatura. Una cosa es que esa literatura me guste o no me guste; otra cosa es que la entienda, que la comprenda, y que pueda yo en calidad de “crítico” expresar públicamente, ante un determinado grupo de gente, mis consideraciones.
No podemos olvidar que los textos artísticos son polisemánticos; es decir, de ellos se desprenden muchas significaciones “en contexto”. Estas significaciones serán trabajadas por la mente del lector a partir de la cultura, de la preparación, de la disposición mental, del nivel intelectual y de las experiencias que ese lector haya tenido. De ahí que los diferentes lectores sacarán diferentes conclusiones de las lecturas que realizan de textos literarios artísticos –esto, en teoría, no debe suceder, generalmente, con la literatura científica y el periodismo común–. En lo tocante al lector, hay que destacar que no todos los lectores son iguales. Esto lo sabemos por nuestra experiencia personal respecto de la lectura a través de los años de estudio en la primaria, en la secundaria, en la preparatoria o bachillerato, y ya, en estos momentos, como personas mayores y universitarios. Los lectores son diversos. La más sencilla clasificación de los lectores, de las personas que leen, nos dice que la división de los lectores está en dependencia del objetivo que se persigue con la misma lectura:
1. Objetivo: Estudiar. El lector estudia un libro o un texto para su curso, examen, para preparar un tema.
2. Objetivo: Criticar. Se refiere al estudio crítico que hace un especialista en la crítica para reseñar o comentar una obra.
3. Objetivo: Determinar históricamente el texto que se lee. Se refiere al trabajo del historiador de la literatura, que se encarga de ubicar ese texto en el tiempo y el espacio adecuado.
4. Objetivo: Placer. Se refiere al lector aficionado que lee por placer.
5. Objetivo: Entretenimiento. Se refiere a la persona que lee porque no tiene otra cosa que hacer, para distraer su aburrimiento o su ocio.
6. Objetivo: Información. Se refiere al lector que busca información en la lectura. Este lector lee aquello que puede ampliar su conocimiento en el área que le interesa (Ruffinelli, 1995:30-31) […]
Nunca podré explicarme esta cuestión de que haya personas que se atrevan a hacer análisis críticos de autores y obras evaluadas a través de traducciones. ¿Y las verdaderas trampas léxico-semántico-sintácticas, entre muchas otras trampas del lenguaje, entre muchas otras trampas sociolingüísticas, qué? Inclusive para los traductores bilingües y diglotas “perfectos (?)” esas traslaciones, esas volcaduras, de ideas, de palabras, y de escrituras, son un problemototote y también son sustos. Las traducciones de obras literarias existen para que los pueblos, la gente, la mayoría, de cualquier lengua, pueda deleitarse, pueda cultivarse, mediante todo ese legado maravilloso de obras de otras culturas y épocas. Las traducciones existen por esa necesidad que tenemos los hombres que vivimos en sociedad de comunicarnos nuestros patrimonios culturales […] Y hoy todo el mundo traduce, todo el mundo puede traducir, ahí están esos magníficos sistemas de traducción de Internet que en segundos te permiten ver y descifrar lo que han escrito miles de personas en miles de idiomas, de dialectos […] Pero el que pretenda hacer análisis críticos de la literatura tendrá obligatoriamente que conocer el mundo del autor, la lengua del autor, los sentimientos del autor, la época del autor, etc. Esto, claro está, no se alcanza a través de un curso de idiomas de tres o seis años. Para esto se requiere más, mucho más. Y, por otro lado, salvo casos muy específicos, contados, no creo que se puedan hacer valoraciones de autores foráneos, de textos foráneos, en una lengua extranjera, cuando “tú” como adulto, a través de tu formación educativa y cultural, no has logrado entender tu cultura, tu pueblo, en tu lengua materna, en tu dialecto.
Es más, dentro de un mismo país, como es el caso de México, precisamente debido a su extensión, precisamente debido a la variedad étnica y cultural de este país, la velocidad de los cambios dialectales es tal que si no existe una sólida formación educativa y estrictos hábitos de lectura desde las aulas, desde el hogar, dudo mucho que ciertas generaciones puedan entender el patrimonio literario legado por sus antecesores. Entonces, pensemos detenidamente en las implicaciones de “hacer crítica”. Esto no es nada nuevo. Ya Polibio (Griego. Megalópolis c. 200-c.125/120 a. J.C.), el ilustre historiador griego, hablaba de la incomprensión del latín por parte de los romanos más instruidos, y Horacio (Latino. Venosa, Apulia, 65-8 a. J.C.), el genial poeta latino, confesaba que los poemas salios[2] eran para él, sencillamente, un misterio inaccesible.
Encontrar una caracterización de qué es literatura –una caracterización que permita distinguirla con nitidez de otros tipos de realizaciones textuales– ha sido, y sigue siendo, uno de los objetivos centrales de la filología, de la teoría literaria, de la literaturología, de la lingüística, de la semiótica…[3]
Nosotros aquí, entre comunicólogos, periodistas, imagólogos y traductores e intérpretes, diremos que la literatura es un tipo particular de uso del lenguaje; que llamaremos literatura a los discursos o textos importantes que el hombre ha creado a través de la historia. Estos discursos, textos o producciones literarias pueden aparecer de manera oral o de manera escrita. Si nos referimos a los textos orales, entonces hablamos de una literatura oral u oraliteratura. Si nos referimos a los textos escritos, entonces hablamos de la literatura escrita. Generalmente, cuando empleamos la palabra literatura consideramos la lengua escrita, textos escritos, producción escrita; pero no debemos olvidar que todo pueblo, en sus orígenes, tuvo una expresión literaria oral; de ahí que se considere esta importante parte de la historia de las literaturas del mundo. Es imposible que haya existido una sociedad que en sus principios no tuviera una literatura oral. Los pueblos empezaron a escribir su literatura, su historia, luego de que conocieron alguno de los tantos sistemas de escrituras que han existido a través de la evolución de la humanidad. Si tomamos en cuenta la existencia de una literatura oral en todo pueblo, en toda comunidad, como punto de partida de la literatura en general, veríamos, por ejemplo, que entonces se puede plantear que en la península Ibérica han existido tantas literaturas orales como lenguas ha habido allí, o que en México ha sucedido lo mismo, que si a la llegada de los españoles a este país existían unas 150 ó 170 lenguas, pues entonces existieron unas 150 ó 170 literaturas orales. Recordemos que una cosa es literatura oral y otra literatura escrita, aunque no están separadas del todo. La diferencia principal sería aquí la escritura.
Cuando hablamos de literatura podemos pensar en muchas cosas. Todo dependerá de la esfera o las esferas en la que trabajamos, de la esfera o las esferas con la que nos relacionamos, de nuestros macrocontextos situacionales y de nuestros microcontextos situacionales. De tal manera, cuando se habla de literatura el pueblo, la gente común, piensa rápidamente en la literatura artística: cuento, novela, poesía, teatro, etc.; los escritores y periodistas también pensarán en esto; pero bien pudiera suceder que entre ellos el alcance del concepto de literatura sea mayor, debido a que existen ciertos tipos de textos en el periodismo que entran en la esfera de la literatura artística, como es el caso de algunos ensayos y el epigrama. Por otra parte, si se habla de literatura entre los científicos y los técnicos podría pensarse, además, en toda la producción escrita –textos– que existe sobre ciencia y técnica. Y, de esta manera, el concepto se irá ampliando o especializando en la medida en que se use el término entre editores, correctores de estilo, autores de libros especializados, informatólogos, etcétera.[4]
Es difícil encontrar, inclusive dentro de una misma lengua y de un mismo macrodialecto (como es el caso del español de México, del español de España, del portugués de Brasil, del inglés de Estados Unidos, etc.), propiedades formales o fenómenos lingüísticos comunes a todo tipo de obras literarias, especialmente cuando el idioma se encuentra esparcido en toda una inmensa variedad geográfica y se ha visto sometido, antes y ahora, a las más variadas influencias sustráticas y étnicas, a controles políticos, religiosos, culturales, ideológicos, gregarios, manipulatorios múltiples, ya sean estos controles evidentes o encubiertos, a polimórficos fenómenos lexicogenésicos: no hay ni palabras, ni construcciones, ni tipos de estructuración particulares que puedan considerarse exclusivos del lenguaje literario y que sirvan para caracterizar inequívocamente la literatura frente a lo demás. Dicho de otro modo, ningún rasgo lingüístico aislado puede convertirse en una condición necesaria o suficiente para determinar de manera automática la literariedad de un texto. Sabemos que las palabras –al menos muchas de ellas–, cuando se utilizan insertas en un enunciado concreto, poseen la propiedad de tener “referencia”. Ahora bien, si –como ocurre en la comunicación literaria– ese enunciado está desligado de una situación comunicativa concreta, entonces la manera de asignar referente a las “expresiones referenciales” tendrá que utilizar mecanismos diferentes.
La literatura está estrechamente relacionada con la sociedad, con el tipo de sociedad. La literatura nos viene dada por nuestra sociedad: una obra se ofrece ante nosotros como literaria, y entonces nosotros realizamos los ajustes cognoscitivos pertinentes. La manera en que una sociedad como la actual informa a sus miembros de que algo es literatura incluye a las editoriales (tanto a las antiguas, viejas y tercermundistas editoriales, como a los modernísimos sistemas de impresión de libros, conocidos con nombres como “Book-On-Demand”,[5] “Instabook”, “Print on Demand”, etc.), a los canales de distribución, a la crítica a través de la televisión, la radio, el cine, el guionismo, Internet, etc. Ello no implica, por supuesto, que se deba restar participación o poder de decisión al autor sobre el tipo de discurso a que se adscribe su obra; pero el autor que quiere escribir literatura debe conseguir que la sociedad y la cultura le otorguen la denominación que reclama. El argumento más claro a favor de esta idea es la literarización. Hay obras que, en principio, ni fueron concebidas como obras literarias, ni fueron consideradas como tales en su época; sin embargo, hoy gozan de un reconocimiento unánime como parte de la literatura. Es el caso de muchas cartas, memorias o diarios. Igualmente, una gran parte de lo que hoy consideramos literatura medieval probablemente en su momento no habría recibido tal tratamiento. Así pues, considerar que algo es literatura es fruto de una convención social. Por ello, y como ocurre con todos los tipos de convención, hay que saber cómo reconocerla y cuáles son sus implicaciones. La literatura impone una ruptura cognoscitiva con los principios que regulan el funcionamiento habitual del lenguaje, tanto en su forma como en su contenido, y cuando esta literatura es oral, pues entonces también tenemos que considerar la ruptura gestual o mímica, es decir, ese tipo de comportamiento corporal que no es habitual, que no es común, que se hace de una manera especial para reforzar claramente, ampliamente, grotescamente, etc., lo que se está diciendo, en donde los ojos, la boca, las manos, los brazos…, se mueven de manera especial, como en el teatro, como en un teatro particular.
Cuando vamos a realizar un análisis literario y el autor de la obra está vivo o sobre él y su obra se ha escrito algo, bastante –en el mejor de los casos–, entonces es mucho menos complejo el estudio que pretendemos realizar, porque tenemos ese material auxiliar que nos suministra muchos datos que serán nuestro punto de partida. Pero si el autor vivió hace muchos años, hace siglos tal vez, si ya está muerto, si sobre él y su obra no se escribió, si son muy vagos los conocimientos que se tienen al respecto, entonces estamos en presencia de un tremendo problema. Está más que claro que la literatura es escrita por los escritores; pero, desgraciadamente, a veces no se sabe quién escribió una obra o todo un conjunto de obras. A veces existe la incertidumbre, la duda, en torno a quién escribió un texto. En algunos casos un texto trascendental se les ha atribuido a cuatro autores, a hombres y a mujeres.[6] En tal caso decimos que ese texto, que esa obra, que esa literatura es anónima.
El anónimo en las obras literarias puede deberse a tres razones diferentes:
1. El azar. En este caso el anonimato se origina por un accidente material, como es la pérdida de las primeras hojas de un libro o el olvido de un copista al transcribir las rúbricas iniciales o finales. Muchas son las obras anónimas en la historia de la literatura. Estas obras pueden salir del anonimato cuando los críticos realizan profundas investigaciones, profundos análisis literarios, o cuando se halla un documento de la época que aclara el problema.
2. Temor. En la historia de la literatura ha sucedido con frecuencia que un autor ha considerado un escrito indigno de su categoría social o intelectual, lo cual se puede valorar como una cobardía del autor. A veces lo que ha sucedido es que sencillamente se teme a una persona o a varias personas, a la crítica.[7] En este caso se relaciona la vida de muchos escritores y periodistas que por temor a las autoridades gobernantes, a las represalias políticas, han preferido quedar en el anonimato o han optado por escribir con un seudónimo, ejemplo de lo cual son los cientos de textos que a través de la historia han aparecido “anónimamente” o “seudónimamente” en las dictaduras, en las muy variadas dictaduras.[8] Se relacionan aquí libelos difamatorios o políticos, libros pornográficos y homosexuales, textos críticos a las políticas y los gobiernos, a los dictadores, etc. También se considera en este punto la “humildad” (?) del escritor, que estima no adecuado poner su nombre porque su obra es el resultado exclusivo de la gloria de un dios, de Dios.[9]
3. Literatura esencialmente anónima. Todos los pueblos tienen muchas historias, cuentos, fábulas, etc. que no llevan el nombre de un autor. Son creaciones tradicionales inmemoriales a las cuales es imposible dar un autor. A veces algunas de estas creaciones se atribuyen a autores de personalidad nebulosa, como es el caso de Homero. Estas obras constituyen una manifestación de arte fundamentalmente anónima porque, entre otras razones, no se trata de libros para un lector, sino de relatos recitados o cantados ante un público auditor a través de unos intermediarios llamados aedo, rapsoda, juglar, trovador, rapsoda, tuno, sopista, goliardo…[10]
[…] La crítica ha existido desde que apareció la primera obra literaria. Pero la denominación de crítica dada a la ciencia de juzgar acaso se deba al gramático Apolodoro de Pérgamo (Griego. Retórico c. 104-22 a.J.C.) O a Eratóstenes (Griego. Astrónomo, geógrafo, matemático y filósofo; Cirene, c. 284-Alejandría, c. 192 a.J.C.) (Sainz de Robles, 1972:242). Aquí entonces, en lo referente al arte especial de juzgar la literatura, vale la pena recordar las palabras de Oscar Wilde: “Todo cuanto es moderno en nuestra vida se lo debemos a los griegos; y todo lo que es anacrónico, a la Edad Media” (Wilde, 1991:924). La crítica literaria, ese arte de juzgar el valor, las cualidades y los defectos de una obra literaria artística, se da como resultado de un análisis especial que hace el crítico en torno a la obra –o al conjunto de obras– que desea valorar o comentar. Cuando se considera el trabajo de la crítica literaria debemos tomar en cuenta dos aspectos:
1. El análisis de la obra literaria –que ya dijimos que puede ser un texto o un conjunto de textos– como tal. Aquí se produce la descripción de la obra. Esta actividad tiene un carácter analítico. Estos análisis pueden tomar años. El tiempo de análisis estará en dependencia de muchos factores, como, por ejemplo, si la literatura es reciente o es antigua, si se conoce al autor o no, si en la obra hay más de un autor o no, si es poesía, novela, cuento o teatro, si el crítico conoce perfectamente la lengua o el dialecto de la obra que critica, si en torno a la obra que se va a analizar ya se han hecho otros comentarios, lo que implica un mayor cuidado y reflexión acerca de lo que se va a decir, etc.
2. El juicio valorativo. Este juicio valorativo lo hace el individuo o los individuos que analiza la obra. Está claro que este juicio se funda en una apreciación muy personal, muy subjetiva. Los críticos realizan sus análisis a partir de su formación, su ideología, su política, sus criterios educacionales, culturales, su filosofía, su religión y, a veces, hasta su nacionalidad. Es imposible pretender que un crítico con evidente formación católica ponga en alto los “valores” de una obra “pagana”. Es imposible pretender que un crítico de la Alemania hitleriana haya escrito favorablemente acerca de una obra salida de la Rusia comunista o de un escritor judío. Es imposible concebir que los críticos de un país conquistador como fue la España del siglo XV hubieran visto con buenos ojos la literatura de los pueblos conquistados de América. Hasta el siglo XVIII la crítica se basó, fundamentalmente, en criterios no científicos. Hasta este siglo XVIII la crítica se limitaba a comparar las obras literarias con ciertos principios ideales que se suponían inmutables y eternos. Hoy, a través de la crítica científica, se han cambiado mucho los patrones para la valoración de las obras literarias.
La misión de la crítica debe ser triple:
1. Explicar lo que se expresa en las obras, ya sea desde el punto de vista analítico o gramatical.
2. Clasificar esa obra –si es científica, si es ética, si es estética, su género, su estilo, etc.
3. Juzgar la obra tomando en consideración que ese juicio puede ser relativo o definitivo (Sainz de Robles, 1972:242).
[…] Se considera que el pionero en realizar críticas ya científicas, desprendidas de prejuicios de tipo clasistas y de inclinaciones personales muy acusadas, fue el francés Charles-Augustin Sainte-Beuve […] pero también se ha dicho que él, desgraciadamente, no supo comprender a los máximos escritores franceses de su tiempo […]
Toda expresión escrita, literatura o texto, escrito o discurso hablado, aunque aparezca en Internet, se agrupa en grandes esferas […] Las más conocidas son:
I. Literatura o texto personal o individual.
II. Literatura o texto artístico.
III. Literatura o texto periodístico.
IV. Literatura o texto publicitario.
V. Literatura o texto científico y técnico, o de técnica especializada –medios didácticos o auxiliares.
VI. Literatura o texto administrativo.
VII. Literatura o texto jurídico.
VIII. Literatura o texto humanístico o de ciencias sociales.
IX. Literatura o texto de síntesis.
X. Literatura o texto de registro.
XI. Literatura o texto para la palabra hablada […]
Filólogo e imagólogo Fernando Antonio Ruano Faxas
Philologist and Image Consultant Fernando Antonio Ruano Faxas
Филолог и консультант Фернандо Антонио Руано Факсас
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Hacia la calidad integral sin fronteras
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