LA COMUNICACIÓN VERBAL Y LA COMUNICACIÓN NO VERBAL. UNA INTRODUCCIÓN A LA IMAGOLOGÍA DE LOS LENGUAJES VERBO-CORPORALES O, LO QUE ES LO MISMO, DE LOS LENGUAJES VERBALES Y DE LOS LENGUAJES CORPORALES HUMANOS. PARTE 2.

PANORAMA EXPUESTO POR EL FILÓLOGO E IMAGÓLOGO FERNANDO ANTONIO RUANO FAXAS: ruanofaxas@gmail.com

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PARTE 2
 
 
 

 

[…] Los seres humanos no sólo somos un lenguaje verbal –un cerebro, una mente– y un lenguaje corporal –el cuerpo, con un lenguaje corporal interno y un lenguaje corporal externo, con códigos corporales comunicacionales internos, como el ADN, y códigos corporales comunicacionales externos, como la raza y los rasgos físicos–; somos también un ser inconsciente cargado de emociones –y no me refiero aquí a  “modelos emocionales ideales”, sino de toda una variedad diversísima y compleja de emociones que regulan nuestras relaciones sociales y nuestro comportamiento en general (Dantzer, 1989)–, tenemos un comportamiento inconsciente, que constantemente se manifiesta en nuestra vida social, en nuestra vida laboral o especializada y, por supuesto, en nuestra vida de intimidad, en determinados casos sin control, no sabemos cuándo o cómo puede aparecer, porque las circunstancias sociales y ecosistémicas son muy variables, cambian con bastante frecuencia. En este sentido hay que señalar que esas emociones “resultan fundamentales en la toma de decisiones humanas, por mucho que se presenten como asépticamente lógicas y racionales. Puede afirmarse sin asomo de duda que una mente no influida por las emociones [un individuo, un cuerpo, que no refleja emociones] es la mente de un enfermo […]”[1] Lo más que podemos hacer es educar al extremo nuestro cuerpo –algo prácticamente imposible para las personas normales, en condiciones normales– de manera tal que las demás personas no puedan “leer” los sutiles mensajes que a veces envía nuestro cuerpo cuando estamos en situaciones desajustadas, buenas o malas, nos referimos a los extremos del comportamiento, cosa que es prácticamente “lo normal” en el mundo occidental o civilizado. Aquí el verdadero inconveniente –¿o conveniencia?– aparecería cuando estemos en presencia de aquellos individuos –que no necesariamente tienen que ser los especialistas universitarios, científicos, en esas lecturas sutiles– que pueden decodificar esos mensajes con un nivel de perfección elevadísimo, mucho más si pertenecen a la cultura social, a la etnia, al grupo, la ciencia, la técnica, etc., del emisor.

 

El lenguaje del cuerpo puede ser independiente del lenguaje de las palabras cuando se actúa conscientemente con gestos y mímicas en la vida cotidiana o en el ámbito artístico. Habitualmente se utiliza el lenguaje corporal para la producción de mímicas y gestos esquemáticos, técnicos, codificados o simbólicos como un lenguaje sustitutorio cuando la comprensión verbal no es posible, no se desea o no se solicita. El estudio del lenguaje corporal es ya antiguo. Entre los primeros investigadores de este tema están el diplomático y escritor italiano Baltasar de Castiglione (1478-1529), con su genial libro El cortesano; el escritor y moralista francés Jean de la Bruyère (1645-1696), con el libro Los caracteres; el médico, anatomista, fisiólogo y teólogo natural escocés Charles Bell (1774-1842) con su libro Essays on the Anatomy of Expression in Painting, escrito en 1806; el naturalista británico Charles Darwin (1809-1882), con su libro La expresión de las emociones en el hombre y el animal, en 1873, y el antropólogo estadounidense Ray L. Birdwhistell, que en 1952 escribe su Introducción en la cinética y en 1970 Kinesics and Context. Essays on Body Motion Communication, que en lengua española se conoce como El lenguaje de la expresión corporal, a partir de una edición que en 1979 hizo la editorial Gustavo Gili. El lenguaje del cuerpo se ha investigado a partir de la herencia: “el cerebro de todos los hombres está programado para levantar las extremidades de la boca cuando se sienten felices, volverlas hacia abajo cuando se hallan descontentos, fruncir la frente, levantar las cejas, levantar un lado de la boca, y así sucesivamente según la sensación que llega al cerebro”, y del aprendizaje:

 

[las normas] determinan lo que hay que hacer en relación con la manifestación de cada sensación o sentimiento en los diversos ambientes sociales; varían con el papel social a desempeñar y las características demográficas, y deben de variar asimismo de una cultura a otra […] podemos heredar en nuestra constitución genética ciertas reacciones físicas básicas. Nacemos con los elementos de una comunicación no verbal. Podemos dar a conocer a otro ser humano sensaciones básicas de odio, miedo, agrado, tristeza, etc., sin haber aprendido nunca cómo hacerlo.

 

Por supuesto, esto no se halla en contradicción con el hecho de que tenemos también que aprender muchos gestos que significan una cosa en una determinada sociedad y otra cosa en otra sociedad. Nosotros, en el mundo occidental, movemos la cabeza de un lado a otro para significar no y de arriba a abajo para significar sí, pero hay sociedades en la India [y en Italia y Bulgaria] que hacen exactamente lo contrario. De arriba a abajo significa no, y de un lado a otro significa sí.

 

Podemos comprender entonces que nuestro lenguaje no verbal es en parte instintivo, en parte enseñado y en parte imitativo (Fast, 1999: 18-20).

 

Los elementos fundamentales del lenguaje corporal son: espacio, tiempo y energía. El lenguaje corporal es innato, se aprende por imitación y se asimila por medio de la alabanza o el reproche. Las señales corporales son gestos de significado constante.

 

Generalmente hacemos distinciones entre:

 

1.     Gesto. Movimiento parcial del cuerpo. Los más llamativos son los de brazos y manos (Davis, 1995: 102-111). Los gestos de expresión proporcionan ininterrumpidamente informaciones sobre las personas que gesticulan con facilidad por cualquier motivo.

 

·     Gestos expansivos: movimientos amplios, proyectados hacia adelante.

·     Gestos centrífugos: van más bien desde el cuerpo hacia el exterior que desde el exterior hacia el cuerpo.

·     Gestos intensivos: el movimiento se refuerza.

 

Hay un sinnúmero de gestos, y si algunos son deliberados y otros casi deliberados, algunos como rascarse la nariz por perplejidad o cruzarnos de brazos para protegernos, son casi inconscientes.

 

2.     Ademán. Movimiento expresivo del cuerpo entero.

 

3.     Mímica. Son movimientos de los ojos y movimientos de la musculatura facial. Recordemos que hay muchas formas de expresión del rostro que son innatas y que tienen el mismo significado en todos los ámbitos culturales. Son las contracciones de los músculos faciales ante:

 

·     El dolor.

·     La alegría.

·     El miedo.

·     La ira.

·     La felicidad.

·     El asco.

 

4.     Pero también hay gestos mímicos. Se realizan casi siempre de forma consciente, puesto que su cualidad simbólica radica en imitar sucesos reales. Se pueden almacenar en el subconsciente, debido a su frecuente repetición.

 

5.     Gestos esquemáticos. No se persigue reflejar la realidad, sólo una parte o característica principal de la información no verbal, como saludar con la mano como si estuviéramos quitándonos un sombrero. Si fuera un gesto mímico, entonces intentaríamos también ilustrar el atuendo ficticio.

 

6.     Gestos técnicos. Por determinadas funciones profesionales: aviación, ferrocarriles, inmersión, etc.

 

7.     Gestos codificados. Sólo son entendidos por un grupo especial: sordomudos, presos, gamberros, ladrones, prostitutas, homosexuales, etc.

 

8.     Gestos simbólicos. Generalmente, estos gestos tienen una significación distinta del movimiento mostrado realmente. Presentan por abstracción un sentimiento o un pensamiento. Estos gestos son inteligibles solamente para el círculo de personas que ha fijado los signos y su significado en algún momento dado.

 

9.      Gestos sonoros:

 

Imitaciones y traslaciones sonoras incorporan una impresión exterior a la lengua. Un sonido se hace inmediatamente lenguaje; otro fenómeno, tan pronto como ha sido traducido en sonido. Pero el origen de la relación natural entre palabra y cosa puede basarse también en el hablante mismo, puede ser expresión. Una de las formas de apoderarse el hombre  de la realidad es el gesto. Éste puede ser de dos maneras diferentes por su efecto: un gesto o apunta hacia algo (por ej., un dedo índice extendido), o representa algo (por ej., un puño cerrado amenazando). Indicar es una atenuación de agarrar, y por medio del gesto representativo se apropia uno algo en cierto modo corporalmente. Ahora bien, para los gestos se utilizan tanto los músculos de las extremidades como los de la cara. Y así los labios o la lengua. A su vez, los gestos de los órganos del habla pueden ser sonoros. Son, pues, sonidos que surgen simplemente por medio de los gestos de los órganos parlantes. Por eso se les llama gestos sonoros.

 

Donde estos gestos sonoros pueden más claramente observarse es en el lenguaje de los niños. El ta o tata con que responden los niños a impresiones que despiertan su atención o su deseo, nace de un movimiento indicador de la lengua. Los movimientos de la lengua concomitantes del indicar son de observar aún en los adultos. A este respecto merece notarse que los pronombres demostrativos se caracterizan en muchas lenguas por sonidos dentales, como también en pronombre personal de la segunda persona, […] (Porzig, 1986: 27-28).

 

Nosotros creemos que debido a las particularidades de este curso, es mejor hablar de las variantes mímico-gestuales del cuerpo humano o de los diferentes sistemas de signos o sistemas de códigos que presentan los diferentes lenguajes del mundo que nos rodea […]

 

En la actualidad, en el estudio del lenguaje corporal, el aspecto que presenta el cuerpo en general, la apariencia física, de hombres y mujeres, ya sea en los diferentes periodos de la historia o en nuestros días, en las variadas áreas del planeta, es un tema latente, complejo y muy preocupante en las diferentes culturas, tanto al nivel  de la cultura popular[2] –con todos sus matices de creencias, mitos e imaginerías– como al nivel científico –al nivel de los estudios que están relacionados con la convivencia de los individuos en determinados espacios de socialización, ecosistémicos, geográficos, arquitectónicos, laborales y empresariales–, en especial debido a los diferentes enfoques que aparecen a la hora de hablar del mismo origen y evolución del hombre.[3] Los lenguajes corporales de los hombres, de los grupos sociales, están relacionados directamente con la tradición, con la cultura, con la herencia de los pueblos, con las particularidades del nacimiento y la evolución del mismo hombre, y hasta con el lenguaje por tropos y con la poesía –como expliqué más arriba–, según haya sido el contexto circundante, lo que quiere decir tomar en cuenta la función de la religión, los mitos –conjunto de creencias y de imágenes idealizadas que se forman alrededor de un personaje, un fenómeno, un acontecimiento histórico o una técnica y que les otorgan una fuerza y una importancia particulares; o, al decir de Vico, “un medio de presentar cosas grandes a la mente de los pueblos niños”– y las creencias y refranes en las actitudes de los hombres:

 

Un planteamiento que se hace cierto tipo de historiador de las ideas en el análisis del desarrollo histórico de las sociedades latinoamericanas en proceso de cambio, es la necesidad de comprender la función que representan los mitos y creencias en las realidades históricas y las actitudes populares que a través de ellos son impulsadas con vigor y emotividad.

 

Los mitos y creencias reflejan la objetivación de las fuerzas vitales de gran dimensión que los pueblos encuentran en los fenómenos naturales y humanos. Esas fuerzas han sido aprehendidas por los pueblos en su inconsciente colectivo y expresadas en forma de imágenes, para el caso de los mitos, que ellos veneran apasionada y emotivamente, y que impulsan su voluntad a la acción. Nos explicamos “las creencias” en esas fuerzas que reflejan el vigor de determinados hombres, ideas y fenómenos naturales; y asimismo esa necesidad de los pueblos de integrarse en un todo al mundo circundante, recibir las fuerzas de vigor y establecer una acción recíproca.

 

Esa “fuerza vital” que expiden determinados hombres, ideas y fenómenos naturales, puede cumplir una función de mitos hacia los cuales se orientan determinadas actitudes. En este caso cumplen una función como formadores de una tradición y de una fuerte creencia capaz de controlar la conducta de los individuos. Podemos así convertir en mitos a determinados hombres caudillos que poseen  “un carisma” o fuerza vital humana; o a determinadas ideas y conceptos que se mitifican como formas más precisas de integración política: los mitos de patria y sus símbolos, libertad, igualdad, república, revolución, pueblo modelo para el futuro, regreso al pasado, etcétera.

 

La función de los mitos y creencias se presenta, asimismo, en aquellas épocas de crisis, cuando los pueblos se enfrentan a circunstancias difíciles y a desesperanzas en las posibles soluciones: dependencia externa e interna, desigualdades económicas, injusticias sociales, indecisiones políticas, bajo nivel de vida, alto costo de la vida, guerras, violencia, persecuciones, hambre, miseria, etc. En aquellas épocas en que se introduce la angustia en la sociedad y se hace vigente un pensamiento de evasión de la realidad presente.

 

En las angustias sociales, algunos pueblos buscan el refugio en movimientos mesiánicos, en donde los “mesías”, “profetas” o “caudillos” anuncian el fin apocalíptico de la sociedad que oprime, prometen la dirección de la comunidad hacia los grandes logros y anuncian la esperanza del futuro risueño en la anhelada “sociedad ideal”. En dichos movimientos la idea de los “cataclismos” y las “revoluciones” se convierten en mitos del camino para llegar a la meta.

 

La gente piensa que la búsqueda, imitación y posesión de la “sociedad ideal”, “la tierra sin mal” o “el reino feliz” será la satisfacción plena a sus problemas y la felicidad en su tono de vida. En esa sociedad ideal, la vida de los hombres estará regida por la igualdad, la justicia, la seguridad y la prosperidad en todos los órdenes. En otros casos, piensan que el regreso al pasado que les dio origen representa la evasión del nefasto presente y la única forma posible para una renovación de la vida.[4]

 

[…] fábulas y mitos constituyen recursos para que los hombres de pensamiento poco desarrollado asimilen, por medio de la fantasía, lo que aún les es imposible comprender a través de la razón. Es algo que uno comprueba, justamente, con los niños con frecuencia, cuando preguntan cosas difíciles de explicar en abstracto: en esos casos, acudir a ponerles un ejemplo concreto, les permite entender lo que de otro modo  no comprenderían. Sólo que, el ejemplo concreto hoy utilizado por nosotros, es ya un ejemplo proveniente de un pensamiento desarrollado; y lo que podríamos considerar el ejemplo de las etapas primitivas del desenvolvimiento humano, era una invención ingeniosa, novelesca, producto de imaginaciones vivas, con aptitudes para crearlas.

 

De ahí que la mitología, aunque mentirosa, parte de hechos reales y deba ser considerada no como un simple rosario de invenciones caprichosas sino, en verdad, como un titánico esfuerzo de la mente humana para vencer la propia ignorancia […] Lo que nos sucede  con las fábulas y mitos más antiguos es que hemos perdido el conocimiento de su punto de origen; y con frecuencia les hemos dado interpretaciones que distan mucho de ser las que tuvieron en sus inicios (Aguirre, 1979: 79-80).

 

A lo largo de este recorrido surgen los mitos que los mexicanos usan para vivir tranquilos y dormir bien por las noches. Allí están a todo color y disponibles también en versión pirata. El mito del país mestizo, incluyente, tolerante (mientras no seas indio, homosexual o mujer). El mito del país que no es racista con los negros (porque por suerte sólo hay cuatro, incluyendo al “Negro” Durazo). El mito del país que abolió la esclavitud y con ello eliminó la discriminación (excepto hacia las mujeres, los extranjeros, los discapacitados y los vendedores de chicles). El mito del país progresista donde la Secretaría de Salud distribuye la “píldora del día siguiente” (pero el partido en el gobierno la condena). El mito del país con instituciones sólidas que vigilan el interés público (bueno, por lo menos tenemos el IFE).

 

Al sitio donde se educa a los mexicanos para que memoricen estos mitos se le conoce como escuela primaria y secundaria. Las escuelas públicas mexicanas son algunas de las instituciones que precedieron a los programas de Big BrotherTM  y La AcademiaTM. En ellas, aprendemos un sinnúmero de formas  de entretenimiento y distracción. Aprendemos que Hidalgo fue súper buena onda, que Porfirio Díaz fue súper mala onda, que Lázaro Cárdenas fue a todo dar y ya. La historia oficial acaba con la expropiación petrolera, que fue nuestra única victoria del siglo XX. Nos enseña también a colorear figuras de héroes mexicanos muertos (Dresser y Volpi, 2006: 21-24).

 

Los orígenes, tradiciones y estado actual de la cultura americana, del comportamiento del hombre americano, los consideramos desde cuatro perspectivas. Aquí recordamos las palabras del brillante mexicano José Vasconcelos (1926):

 

La raza que hemos convenido en llamar atlántida prosperó y decayó en América. Después de un extraordinario florecimiento, tras de cumplir su ciclo, terminada su misión particular, entró en silencio y fue decayendo hasta quedar reducida a los menguados Imperios azteca e inca, indignos totalmente de la antigua y superior cultura. Al decaer los atlantes la civilización intensa se trasladó a otros sitios y cambió de estirpes; deslumbró en Egipto; se ensanchó en la India y en Grecia injertando en razas nuevas. El ario, mezclándose con los dravidios, produjo el Indostán, y a la vez, mediante otras mezclas, creó la cultura helénica. En Grecia se funda el desarrollo de la civilización occidental o europea, la civilización blanca, que al expandirse llegó hasta las playas olvidadas del continente americano para consumar una obra de recivilización y repoblación. Tenemos entonces las cuatro etapas y los cuatro troncos: el negro, el indio, el mongol y el blanco. Este último, después de organizarse en Europa, se ha convertido en invasor del mundo, y se ha creído llamado a predominar lo mismo que lo creyeron las razas anteriores, cada una en la época de su poderío. Es claro que el predominio del blanco será también temporal, pero su misión es diferente de la de sus predecesores; su misión es servir de puente. El blanco ha puesto al mundo en situación de que todos los tipos y todas las culturas puedan fundirse. La civilización conquistada por los blancos, organizada por nuestra época, ha puesto las bases materiales y morales para la unión de todos los hombres en una quinta raza universal, fruto de las anteriores y superación de todo lo pasado. La cultura del blanco es emigradora; pero no fue Europa en conjunto la encargada de iniciar la reincorporación del mundo rojo a las modalidades de la cultura preuniversal, representada, desde hace siglos, por el blanco. La misión trascendental correspondió a las dos ramas más audaces de la familia europea; a los dos tipos humanos más fuertes y más disímiles: el español y el inglés.

 

1. la amerindia –especialmente la maya, la azteca, la incaica y las de Norteamérica: Canadá y Estados Unidos, inclusive con la interpretación que se dio acerca de los orígenes en los momentos de la conquista-colonia[5]–; 2. la europea –especialmente la idea judeocristiana de los orígenes, aparte de otras variantes del área–; 3. la africana –con su inmensa variedad de ideas en torno a los orígenes y su marcada presencia en toda América, un poco menos en Canadá y un poco más en el Caribe, Brasil, etc.[6] Otra teoría que considera los orígenes del hombre a partir de África es la de Spencer Wells (2007a; 2007b), en la que se plantea que todos los hombres del mundo somos africanos y que de ahí, de África, el hombre pasó posteriormente, y con diferencias de tiempos muy grandes, a poblar la otra parte del mundo, como se representa en el siguiente atlas–. Véase imagen […]; 4. la asiática: no podemos olvidar la tremenda influencia de Asia en la América actual, especialmente debido a los matices religiosos que presentan muchos grupos en América, como es el caso del Judaísmo; el Cristianismo, religión fundada en Israel;[7] del Hinduismo, la religión más importante de la India, especialmente a través del Yoga, que es una disciplina espiritual y corporal destinada a liberar el espíritu  de las presiones del cuerpo mediante el dominio de los movimientos, el ritmo y la respiración; el Islam, religión originaria de Arabia, la religión más numerosa y con mayor crecimiento en el mundo, y el Budismo, también originario de la India.

 

Es imposible tratar la vida y la conducta de los seres humanos sin tomar en cuenta las ideas científicas y mítico-religiosas que tienen los hombres acerca de la misma creación, formación y desarrollo de la Humanidad, de sus propias vidas, tanto al nivel de una misma teoría científica como al nivel de una misma teoría socioconfesional, como al nivel de teorías sincréticas, es decir teorías en torno a creaciones, hombres, dioses y diosas, vidas y muertes, que son el resultado de evoluciones lógicas de la historia de la Humanidad, de cambios bruscos en la vida y la cultura de los pueblos, de encuentros de culturas diferentes, de influencias de todo tipo, de sincretismos de todo tipo, de interpolaciones, de agregados, de interpretaciones “varias” y “manipuladoras”, de “batidillos”… (Vallejo, 2007: 81-82, 101-104; Ruano, 2003e). Todo esto afecta, claro está, las creencias religiosas de los grupos humanos y de las personas en particular. Así, por ejemplo, se ha hablado con bastante frecuencia y desde hace mucho tiempo ya cómo la vida de varios dioses pueden crear la vida de un dios todopoderoso y omnipotente que controla las mentes, las decisiones, las conductas, los actos de una buena parte de los habitantes del planeta (Vallejo, 2007: 101-104, entre muchos otros autores). En este sentido, es necesario destacar que en la actualidad este asunto de cómo la religión o las religiones o las sectas actúan sobre los seres humanos, concretamente en la religión judeo-cristiana, se debate entre creacionistas y evolucionistas, en donde está presente especialmente un elevado desconocimiento y analfabetismo en torno a los orígenes del hombre (Eldredge, 2000; Vallejo, 2007). Los orígenes de los habitantes del Continente Americano tienen una larguísima y compleja historia, ya sea a partir de las teorías del génesis en el período prehispánico o a partir de las teorías del génesis en el período colonial y posterior (Clavijero, 1987: 422-442; Ruano, 2003e). Es conocido por todos que la teoría más acertada acerca del poblamiento de América es la de la presencia mongoloide en el área[8]–; pero todavía hay más antes de la misma llegada de Colón,[9] como se muestra en la siguiente figura. Véase imagen:

 

Para tener una idea rápida, funcional, pero no totalmente precisa, de cómo se clasifican los grupos humanos, los hombres, según el área geográfica de procedencia, según sus figuras corpóreas, sus características físicas y sus tradiciones, veamos el siguiente esquema: […]

 

Muchos pueblos presentan “por dentro” prácticamente lo mismo, es decir, tienen la misma dotación genética, y “por fuera” son diferentes. En este sentido de las particularidades genético-hereditarias, queremos recordar que la historia de la Humanidad siempre ha presentado grandes huecos difíciles de rellenar, que la historia de la evolución de los seres humanos tiene muchas páginas en blanco que hoy empiezan a llenarse gracias a los estudios de antropología y genética, y particularmente gracias a un sensacional programa científico internacional, dirigido por National Geographic e IBM, llamado Genographic: El mapamundi de la historia migratoria, que puede ser consultado en  la siguiente dirección electrónica: https://genographic.nationalgeographic.com/genographic/index.html .

 

Los grupos humanos también se clasifican según sus lenguas o idiomas y sus dialectos. Así, por ejemplo, la gran familia lingüística indoeuropea se distribuye de la siguiente manera. Véase imagen:

 

Las formas o configuraciones –dimensiones, tamaños–, los colores[10] –razas, grupos étnicos, mestizajes– que presentan los seres humanos, sus culturas o subculturas, es decir todo el complejo de la apariencia física, siempre han sido un importante y decisivo medidor en las relaciones sociales,[11] la discriminación[12] y el racismo[13]:

 

La medida en que las personas están dispuestas a compartir relaciones de intimidad, así como a aceptar la interrelación misma, depende siempre de la distancia social [y en esa distancia social aparece, por supuesto, la raza o grupo étnico] que existe entre ellos; es decir, tiene que ver con el número de experiencias y de características sociales que comparten. Se afirma que hablamos con los órganos vocales, pero conversamos con el cuerpo entero. El comportamiento no verbal que acompaña y complementa la producción lingüística está también relacionado con los dos aspectos de poder y solidaridad […] (Bolaño, 1982: 143).

 

Cuando se ha eliminado todo diálogo y toda idea, el color de la piel se erige como único criterio. Así lo prueba mi experiencia. Fue la única cualidad por la que se me juzgó. Tenía la piel oscura, y esa fue razón suficiente para que se me negaran los derechos y libertades sin los cuales la vida pierde significado y se convierte en apenas algo más que una supervivencia animal.

 

Busqué alguna respuesta y no la hallé. Había pasado un día entero sin comida ni agua por la única razón de que tenía la piel negra. Era la única razón por la que yo estaba allí, sentado sobre un barril, en un pantano.[14] 

 

En la historia de la Humanidad la apariencia física siempre ha sido un asunto de trascendental importancia, según los momentos históricos, las culturas, las modas, las tradiciones, etc. Hoy, el cuidado de la apariencia física es, en las sociedades civilizadas, una obsesión (Rodin, 1992).

 

En América, y especialmente en Latinoamérica, y más concretamente en este caso en México, “si algo tenemos que lamentar de nuestra historia, es ese temor de nuestros antepasados –tal vez por efecto de la «autodegeneración»– de no haber sido ellos mismos, sinceramente, con sus cualidades y defectos, sino de haber ocultado la realidad bajo una retórica de ultramar” (Ramos, 2001: 27-28), lo que ha conducido la mayor de las veces a absurdas distorsiones de nuestras realidades americanas –como también ha sucedido con las absurdas distorsiones de las realidades europeas, de las realidades greco-latinos (Semerano, 1984; Semerano, 2001; Semerano, 2005;[15] Dussel, 2007: 25-26), y concretamente en este caso con las realidades peninsulares: de España y Portugal, los países que conquistaron y sometieron (e inclusive en algunos casos “creen” seguir “controlando” [Ruano, 2007b]) a la hoy llamada Iberoamérica–, según las particularidades que han tenido y siguen teniendo los procesos de formación de nuestros pueblos (Arispe; 1993; Depestre, 1993; Rodríguez, 1993; Carrión, 1993; Ocampo, 1993; Weinberg, 1993; Bareiro y Rojas, 1993; Magis, 1993; Ramos, 2001: 28-40), todo lo cual, finalmente, ha llevado a seculares falseamientos de las verdaderas historias del área. Las verdaderas historias de América Latina arrojan crudos panoramas que a muy pocos les interesa reconocer y que, además, muy pocos pueden entender conscientemente, especialmente debido al elevado índice de analfabetismo y analfabetismo funcional: http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/analfabetismo-funcional-analfabetismo/19j6x763f3uf8/6# –también llamado analfabetismo de segundo grado y analfabetismo de grado superior– que presenta la región. Ha sido –y sigue siendo en muchos casos– tanta la barbarie y el dolor en Iberoamérica a través de sus generaciones, que no creo que estos pueblos puedan vivir hoy sin la acostumbrada dosis de corrupción[16] y delincuencia: http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/calidad-calidad-de-vida-y-corrupci%C3%B3n/19j6x763f3uf8/23# , a la que ya estamos habituados y de la que todos somos partícipes, algo que es habitual en nuestras vidas y que se refleja evidentemente en nuestras conductas sociales y sicológicas, en nuestras emociones y sentimientos, en la vida pública, en la vida laboral y en la vida íntima, y, por supuesto, en nuestros lenguajes verbo-corporales. En síntesis, las verdaderas historias de América Latina, y en este caso concreto la de México, arrojan muchos datos que afectan en todos los sentidos nuestros pasados, nuestros presentes y, peor aún, nuestros futuros inciertos (Meyer y Bizberg, 2004):

 

“¿Qué es lo que ha fallado entre nosotros?, ¿la corrupción?, ¿la injusticia social? […] Todo. La corrupción no es privativa [ni] de México [ni de un partido en especial], pero, como cualquier cosa, es asunto de cantidades: aquí hay más [como muestran la mayoría de las estadísticas y encuestas confiables nacionales e internacionales]. [Cualquier partido que aspire al poder, que organice una campaña presidencial, que tome el poder, aquí en América Latina, en los mismos primeros momentos de su dirección, de su administración, muestra alguna de las tantas caras de la corrupción; sólo hay que esperar muy poco tiempo para que alguien, o algún grupo o alguna familia, y justamente de “los grandes”, “se salga del guacal”, “muestre el cobre”, “se cague fuera del cajón”, y así aparezca toda una explosión de fetidez política, un borbotonazo de hediondez política…] En algunas partes del mundo hablan de “mexicanización” cuando crecen las corrupciones” (Antaki, 2000: 259). No pueden existir “corruptos” sin “corruptores”, y justamente es con estos últimos con los que hay que acabar. Solamente eliminando de una buena vez a los corruptores, se acabará con los corruptos, y por consecuencia con la corrupción. ¿Puede América Latina acabar con los corruptos? ¡Claro que no! La corrupción en América Latina es enfermedad letal, grave, mortal… Cualquier vistazo a la historia actual de cualquiera de los países de América Latina así lo demuestra. En Cuba, en donde la corrupción y los corruptos pagan muy caro estos delitos, inclusive hasta con la pena capital, y en donde hay una vigilancia total y absoluta de toda la actividad humana que se desarrolla dentro del país, tanto al nivel del pueblo como al nivel del gobierno y de las autoridades, hay corrupción y el estado cubano no ha podido acabar con los ilícitos que tanto daño causan al país. Por decirlo de alguna manera, la ingeniosidad del cubano para la corrupción es sencillamente sorprendente. En Cuba la corrupción está en todos lados, en los más bajos estratos poblaciones y también en la más elevada cúspide gubernamental; pero una vez detectados los corruptos y los ilícitos, la sanción es ejemplar, sin duda alguna […]

 

Creemos necesario destacar que en América hay casos de corrupción y corruptos que son más que inconcebibles, inexplicables, que son asqueantes. Y uno de estos casos de alta corrupción en los últimos tiempos de la historia de América se asocia con el Perú y con Alan G. L. García Pérez, quien, tras ocupar la presidencia del Perú entre 1985 y 1990 y postularse otra vez en 2001, pero ser derrotado por Alejandro Toledo, aparece de nuevo ya como “otra vez” presidente del Perú en el 2006. ¿Necesitamos explicar esto? ¡Claro que no! ¿Cómo entender la conducta, la cultura, la preparación y los valores cívicos, morales y políticos de un pueblo que valora a Alan García como el presidente que sumió al Perú en la crisis económica más severa que vivió el país hasta esos momentos, con un saldo de miles de ultrajados y asesinados y decenas de actos de represión, no obstante lo elige en 2006 otra vez como presidente? ¡Inconcebible para el mundo civilizado; pero concebible para América Latina! Aquí, ya está demostrado, todo puede pasar y en grandes dosis […]

 

La corrupción deportiva en América, como sabemos muy bien todos, es sencillamente inconmensurable: http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/mil-felicidades-a-brasil-r%C3%ADo-de-janeiro/19j6x763f3uf8/42# […]

 

 

Obviamente, en este sentido, entre los escándalos más grandes del área, con alcances internacionales, se encuentran los casos de pederastia y violaciones sexuales en general producidos por altísimos miembros del clero en Estados Unidos y México. El caso del cura pederasta Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, que hoy dirigen toda una red de centros educativos, en especial la Universidad Anáhuac, ha concluido con una ejemplar sanción por parte del Vaticano (Ruano, 2003a).[17]

 

Los países hispanoamericanos –de donde somos la mayoría de los iberoamericanos, hispanos o latinos, grupos con características muy bien definidas pero también controvertidas (Cartagena, 2005)[18]– siempre adoptaron –y señalamos aquí que algunos grupos en particular lo siguen haciendo hoy desesperadamente–, en mayor o menor medida, los modelos de España –hasta que se empezaron a adoptar modelos de Francia, Estados Unidos y la Unión Soviética, según los países, las épocas, las culturas y las  líneas políticas–, de “los españoles [que] como personas, así como la historia de España o la cultura española, se distinguen […] sobre todo por presentar en forma exagerada y dramática, y casi siempre con violentas contradicciones, [sus] características humanas […] [de una] España [que] se opuso al mundo moderno: a la Reforma, a la ciencia, al progreso, a la libertad de conciencia y al libre comercio, al auge de la burguesía y al desarrollo industrial” (Sánchez Barbudo, 1980: 181), de una España que en “palabra hablada” y “palabra escrita” era la más fanática, que juraba defender el catolicismo a como fuera lugar, creando así una interminable lista de horrores contra el mismo pueblo español y su historia –muestra genuina de lo cual es el Franquismo, entre 1939 y 1975: se calcula que fue medio millón de muertos, aparte de los perseguidos, exiliados y desplazados–, contra las pueblos conquistados por España, contra las colonias españolas, y contra la evolución del pensamiento científico nacional e internacional (Figueroa, 2002) y los más elementales derechos humanos,[19] de una España con una “masa popular” que no tenía otra cultura superior o enriquecedora que no fuera la religiosa (Alatorre, 1991: 189-192) y que todavía hoy, en pleno siglo XXI, sigue teniendo grandes problemas educativos (Ruano, 2007b; Sánchez Dragó, 2008), de una España y unos españoles –que como la mayoría de los pueblos, claro está– han vivido y viven aún cargados de “mitos” y “mitoides”, de una peculiar mitología bélica, que condicionan pensamientos y actos de la mayoría de los españoles, al nivel nacional e internacional;[20] de una España marcada dolorosamente en la actualidad por los horrores de esa época terrible y fascista llamada Franquismo: http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/la-xvii-cumbre-iberoamericana-en-chile/19j6x763f3uf8/11# ,[21] de una España y unos españoles que en pleno siglo XXI siguen confundiendo “dictadura” con “movimiento político y social de tendencia totalitaria” (Ruano, 2007b); de una España simbólico-franquista desdibujada, principalmente en la persona del “rey espurio”, del “rey impuesto” por Franco: Juan Carlos de Borbón;[22] de un suelo español en donde todavía, a estas alturas, se oyen los gemidos de los cientos de cuerpos que fueron sepultados clandestinamente por Franco,[23] de una España sin autorespeto (Sánchez Dragó, 2008; http://www.youtube.com/watch?v=pZRe78L-W_k ). Pero hay que aclarar que es verdad que “Era imposible que las nuevas razas americanas hicieran su propio camino y desaprovecharan las rutas que ya estaban trazadas en el mundo. Los descendientes de los conquistadores tenían a través de la sangre española un vínculo con Europa y […] no podían ser indiferentes a los platillos que estaban servidos. Sentían, al contrario, gran deseo de comerlos […] Pero, en aquel momento, sí se encontraban en medio de un mundo primitivo que no respondía a sus necesidades” (Ramos, 2001: 33). Sencillamente, al decir de Alfonso Reyes, fuimos “convidados al banquete de la civilización cuando ya la mesa estaba servida”. La decisión, o única opción, de adoptar muchos modelos españoles la seguimos pagando muy caro los hispanoamericanos, pero también los mismos españoles de España. Esa obstinación, esa soberbia, han creado odios y rechazos a España y los españoles. Por eso muchos pueblos del mundo han visto a España y a los españoles, y a sus descendientes conquistados, con desprecio, y con satisfacción, por los tantos fracasos de España y las colonias españolas a través de la historia y en la actualidad. Es un desacierto fatal copiar los modelos de vida de pueblos que a través de su historia han permanecido en la angustia de vivir en laberintos de fantasmas históricos, inquietudes, dudas, inseguridades…, y encima de todo eso, desenfrenados egotismos. Es un desacierto fatal cifrar esperanzas en pueblos y gobiernos que proyectan futuros fundamentados en nociones fabulosas del pasado:

 

Único entre los pueblos de Occidente, el español se rige, en cuanto al conocimiento de su pasado y de sí mismo, por una historiografía fundada en nociones fabulosas. El español se considera casi como una emanación del suelo de la península Ibérica, o por lo menos tan antiguo como los moradores de sus cavernas prehistóricas […] Según las vigentes creencias, la esencia del español cruzó incólume e inafectada  a través de las varias gentes y de todo lo acontecido en la Península desde que existe tradición de ella [tal parece que los españoles a través de su historia y en su comportamiento habitual, especialmente los españoles (?) que tuvieron que emigrar a América, siguen creyendo en la imaginería popular y tradicional de que] Túbal, hijo de Jafet, fue el primer hombre que vino a España […] No tendría sentido gastar tiempo en calificar de quimérica tal forma de concebir al español y las dimensiones historiables de su vida pasada […][24]

 

Habría tal vez que agregar, para acabar el retrato de ese español […] que junto a la seguridad de que ese español alardea, o, más bien, por debajo de esa aparente seguridad, de esa enfática afirmación del propio yo, hay en realidad, hoy al menos, casi siempre, una profunda inquietud, una gran duda, un gran temor. Lo que sucede en verdad no es tanto que el español hoy se crea superior, sino que quiere serlo, que no se conforma con su pequeñez e insignificancia.

 

Bien pudiera pensarse que ese orgullo injustificado, esa soberbia extraordinaria, no es sino consecuencia de la derrota, sublimación del fracaso personal y de su país […] Quizás el desmesurado egotismo de tantos españoles se puede explicar en gran parte por ser muy frecuente entre ellos lo que hoy llamaríamos un agudo «complejo de inferioridad» […]

 

Claro está que no todos los españoles son así. Y además en España, como en todas partes, hay un gran número de personas que no parecen interesadas en nada, ni en sí mismas siquiera; personas que están, o parecen estar, sólo absortas en las menudas complicaciones y dificultades de su vida diaria. Esto ocurre en todas partes, y en los pueblos pobres muy especialmente. Mas estas personas no son las que dan carácter propio a un país, ni las que determinan su destino […]

 

Mas ese afán de grandeza, ese huir de la realidad buscando una realidad superior, dificulta, creo yo, la solución de los problemas prácticos que España tiene planteados. Puestos los ojos en el infinito, es claro que ante la idea del trabajo necesario para lograr un progreso material surge, inevitablemente, la pregunta: «¿Y para qué?». Y no es que los españoles todos tengan siempre sus ojos puestos en lo infinito. Muchos, la mayoría, como en todas partes, los tienen puestos sobre todo en los bienes materiales que desean. Mas ese deseo que el individuo aislado tiene de satisfacer sus necesidades, no basta para mover una nación. Se necesita alguien que dirija, y se necesita la convicción profunda, arriba tanto como abajo, en los que dirigen tanto como en la masa del pueblo, de que la consecución del bienestar material es, por sí misma, un digno objetivo, una meta nacional suficiente. Y esto es lo que, me parece a mí, en España no ocurre. La consecución de la felicidad en este mundo nunca ha sido, y probablemente nunca será, en España, una idea nacional […]

 

[…] Y volviendo ahora, para acabar, […] observemos que, a la crítica de los extranjeros corresponde casi exactamente la que desde dentro los propios españoles hacen de su país (Sánchez Barbudo, 1980: 194-200).

 

[…] la gran lacaya de [la Iglesia Católica Romana] […] [es] España la cerril. La cerril, la prepotente, la obtusa, la cabra tumbamontañas y el país más bruto de Europa y el más cruel con los animales incluyendo a las cabras que desbarrancan por escarnio. Raza perseguidora de judíos, de moros, de herejes, de brujas, de protestantes, de indios americanos, dispuesta siempre a abrazar las causas más innobles de sus reyezuelos zánganos en el nombre de Dios en quien (al menos de palabra, que no de obra pues como su nombre lo indica el Altísimo les queda muy arriba en el cielo) de cuando en cuando se cagan. Porque además de zafia y cerril esta raza patipuerca es blasfema. La llamada raza hispánica no son en última instancia sino los criados de Fernando e Isabel, de Carlos V, de Felipe II, de los Borbones, una chusma arrodillada capaces de gritar, como cuando los franceses los estaban liberando del tirano Fernando VII, “¡Vivan las cadenas!” De este monstruo de maldad y cerrazón mental desciende el actual cazador furtivo Su Majestad Don Juan Carlos, don bellaco, don Borbón, un hombre frívolo y casquivano que se divierte matando osos a mansalva. En estos zánganos reales, en sus principitos e infantas y en tauromaquia se agota la hispanidad, que nos hincha de orgullo el alma (Vallejo, 2007).

 

España, hoy, todavía, no ha podido “cerrar con siete llaves el sepulcro del Cid”. Cuando vemos los terribles problemas de la España actual –principalmente esa triste participación de España (dirigida en su momento por un desgastado, aturdido, torpe y desinformado José María Aznar) en el ataque a Iraq–, la mayoría heredados del pasado, no podemos hacer otra cosa que recordar las palabras de Ortega y Gasset: “Dios mío, ¿qué es España?”[25]

 

En México el tema de las divisiones sociales y económicas, de las clasificaciones humanas por razas y jerarquías, ha sido muy discutido y, en algunos casos, estos análisis son el resultado de una imaginación fantasiosa o artística, mucho más que el resultado de una verdadera reflexión científica. La realidad racial de México tiene muy variadas caras y enfoques, la mayoría de ellos desconocidos, debido, entre otras cosas, a las pocas investigaciones científicas confiables que han tocado este tema tan tabuizado, complejo y comprometido en el ámbito iberoamericano. No obstante, hay que destacar que ya comienza a trabajarse el tema de las razas en este país con una óptica más abierta y partiendo de  resultados de investigaciones muy bien documentadas multidisciplinariamente (Urías, 2007). Recordemos que México, este extenso, variado y polémico país, también ha vivido y sigue viviendo en muchos aspectos –como han vivido a su vez o siguen viviendo aún muchos otros países– tras una cortina de mitos y fantasías, algunos de ellos heredados del mundo indígena; otros, creados y estratégicamente implantados en la mente y la conducta de la población actual, de todos los estratos en mayor o menor medida, a partir del prodigio artificioso de las clases dominantes.[26] En este sentido, creemos pertinente recordar lo que nos comenta Gonzalo Aguirre Beltrán en el capítulo IX, intitulado “Características somáticas”, de su libro La población negra de México:

 

Al concurrir en la Nueva España amerindios, africanos y españoles, entraron en contacto individuos de las tres grandes razas –caucasoides, negroides y mongoloides– en que se acostumbraba dividir la humanidad. Como resultado de la convivencia de tales diferentes tipos de la especie humana en un estrecho territorio, hubo un intercambio de genes que desembocó en la formación de una población mestiza que, constituyendo la base biológica de la nacionalidad mexicana, participa, en grados diversos de las características de sus progenitores. El estudio de estas características –anatomo, fisio, psico y patológicas– tal como aparecen en los híbridos de la Colonia, es la meta de los siguientes párrafos.

 

Durante el primer siglo de la dominación española en México la distinción entre las diferentes poblaciones que la integraban fue sencilla y su estratificación lógica: 1) conquistadores y pobladores españoles, 2) vencidos aborígenes y 3) negros esclavos importados. Al verificarse el cruzamiento de estas tres poblaciones se presentó el problema de colocar a los productos en alguno de los tres casilleros antecedentes, y en ocasiones esto no era fácil.

 

Para la corona española los únicos sujetos que le merecían confianza eran desde luego, sus súbditos peninsulares; por las poblaciones dependientes, indios y negros, tenía un gran recelo que se extendía a los productos de mezcla. Nació así para la Administración Colonial la necesidad de verificar una rígida separación de grupos sociales, basada en las diferencias raciales principalmente que condujo a la formación de una sociedad dividida en castas, como medio para asegurar el dominio sobre las tierras recién ganadas. Esta sociedad dividida en castas, que caracterizó el virreinato, tomó forma definitiva hasta los primeros años del siglo XVII, cuando las posibles mezclas entre las poblaciones conquistadoras, vencida y esclava, y sus productos, se habían llevado a cabo. Para entonces la casta superior había quedado constituida por los españoles de procedencia española [un grupo de por sí altamente mestizado en su historia y en la actualidad[27]], quienes usufructuaban los puestos de responsabilidad en la Colonia; venía en seguida la casta de los llamados españoles americanos, más comúnmente conocidos por criollos, que en ocasiones eran hijos de padre y madre españoles, pero que en la mayoría de las veces eran mestizos, preponderantemente blancos, resultado del cruzamiento del español peninsular y de alguno de los individuos de la casta inmediatamente inferior, constituida por los híbridos. Los indígenas, que gozaban de un status legal particular, formaban otra casta, casi podríamos decir que una nación separada dentro de la nacionalidad en integración; y finalmente los negros constituían la casta más baja, la casta infame por la sangre (Aguirre, 1984: 153-154).

 

Continúa este autor diciendo que los taxonomistas que radicaban en México crearon a principios del siglo XIX unas clasificaciones raciales muy complicadas: “Todas estas clasificaciones eruditas pasaron a la posteridad por haber sido cuidadosamente estampadas en cuadros etnográficos, algunos de los cuales se conservan en los museos del mundo y otros, los restantes, obran en poder de personas particulares” (Aguirre, 1984: 175).

 

Veamos algunos ejemplos:

 

    I.      Colección Riva Palacio.

 

1.       De español e india                                     mestizo

2.       De mestizo y española                               castizo

3.       De castiza y español                                  español

4.       De española y negro                                  mulato

5.       De español y mulata                                   morisco

6.       De morisca y español                                albino

7.       De español y albina                                    torna atrás

8.       De indio y torna atrás                                 lobo

9.       De lobo e india                                            zambaigo

10.      De zambaigo e india                                  cambujo

11.      De cambujo y mulata                                  albarazado

12.      De albarazado y mulata                             barcino

13.      De barcino y mulata                                    coyote

14.      De coyote e india                                        chamiso

15.      De chamiso y mestiza                                coyote mestizo

 

 

  II.      Colección Larrauri Montaño.

 

1.          De español e india                                     mestizo

2.          De español y mestiza                                 castizo

3.          De español y castiza                                  español

4.          De español y negra                                    mulato

5.          De español y mulata                                   morisco

6.          De español y morisca                                albino

7.          De español y albina                                    torna atrás

8.          De español y torna atrás                            tente en el aire

9.          De indio y negra                                          cambujo

10.         De chino cambujo e india                          lobo

11.         De lobo e india                                            albarazado

12.         De albarazado y mestiza                           barnocino

13.         De barnocino e india                                  zambaigo

14.         De mestizo y castiza                                  chamiso

15.         De mestizo e india                                      coyote

 

 

  III.      Colección del Museo Nacional de México.

 

1.       De español con india                                 mestizo

2.       De mestiza con español                            castizo

3.       De castizo con española                           mulato

4.       De español con negra                                mulato

5.       De mulata con español                              morisco

6.       De morisco con española                          chino

7.       De chino con india                                      salta atrás

8.       De salta atrás con mulata                          lobo

9.       De lobo con china                                       gíbaro

10.      De gíbaro con mulata                                 albarazado

11.      De albarazado con negra                          cambujo

12.      De cambujo con india                                zambaigo

13.      De zambaigo con loba                               calpa mulato

14.      De calpa mulato con cambuja                   tente en el aire

15.      De tente en el aire con mulata                   no te entiendo

16.      No te entiendo con india                            torna atrás (Aguirre, 1984: 175-177).

 

Hoy las cosas no han cambiado mucho. El racismo en toda nuestra América, como he comentado más detalladamente en otros momentos, como por ejemplo en http://knol.google.com/k/una-blanca-para-casarse-una-negra-para-la-cocina-y-una-mulata-para-la-cama# y http://knol.google.com/k/una-blanca-para-casarse-una-negra-para-la-cocina-y-una-mulata-para-la-cama# , ha sido y sigue siendo una terrible marca social, una terrible marca cultural, como muestra, por ejemplo la serie televisiva Ser negro en las Américas, trasmitida por CNN en Español: http://www.youtube.com/watch?v=BM0vnEHR_Aw . No podemos olvidar que desde hace más de dos siglos los “mexicanos” comparten, junto a otros grupos bastante diferentes, la América del Norte. La mayoría de los signos importantes que a primera vista distinguen a una sociedad, a un grupo y a los individuos en particular, han sido y seguirán siendo diferentes en esta “área globalizada”. Las cinco grandes culturas que pueblan esta región, que son:

 

1.     Mexicanos.

2.     Anglosajones.

3.     Latinos.

4.     Estadounidenses.[28]

5.     Quebequenses.

 

establecen líneas divisorias que no pueden pasarse por alto. Estas divisiones pueden resumirse de la siguiente manera:

 

1.     La que separa a México de los otros países y de las otras culturas.

2.     La que separa a los anglosajones de los latinos.

3.     La que separa a los Estados Unidos de los otros dos países y de las otras tres culturas.

4.     La que separa a Canadá francoparlante de los otros dos países y de las otras tres culturas.[29]

 

Además de otras muchas diferencias, que desde mi punto de vista son irreconciliables, por lo menos por ahora y en el futuro durante un gran tiempo, tal y como andan las cosas.[30] ¿Semejanzas de Estados Unidos con América Latina? ¿Semejanzas de Estados Unidos con México? ¿En qué? Queda claro que la mayoría de nosotros los latinoamericanos quisiéramos ser estadounidenses. ¿¡Ellos como nosotros…!?: “Sé, como todo el mundo, que entre estadounidenses y mexicanos hay muchas semejanzas, y también sé que muchos mexicanos quisieran ser como sus vecinos del Norte, y que hay estadounidenses que pretenden que seamos como ellos” (Zavala, 2001: 16).

 

En los mismos discursos presidenciales que a través de la historia se han producido en Estados Unidos, se ha expresado abierta o encubiertamente el papel de “pueblo elegido” del gigante del Norte, la “misión” (?) estadounidense de unificar a América en una misma raza y un mismo idioma. ¿Cuál será esa “misma” raza? En el área tenemos tres opciones de raza: amerindia, negra y blanca. ¿A cuál raza cree usted que se refieren? En cuanto a idiomas, son tres los más relevantes en esta parte del mundo: inglés, español y francés. ¿A cuál idioma cree usted que se refieren? Aquí no tenemos otra cosa que decir que “tiempo al tiempo”.

 

En el caso de Cuba el racismo llegó a situaciones tan desajustadas que a finales del siglo XIX era muy popular la siguiente copla en las calles de La Habana:

 

Un negro conservador

es música que no suena,

es un parche en una nalga

cuando el dolor es de muela

 

Al respecto nos dice Manuel Moreno Fraginals:

 

[A finales del s. XIX, todavía periodo colonial en Cuba] La masa de población negro-mulata conformaba un estrato social sumamente difícil de caracterizar. Las particularidades del proceso esclavista cubano hacen imposible encerrarla en una definición; ahora bien, en una sociedad dramáticamente dividida por el color de la piel, no podían escapar de su condición fundamental: en primer lugar, eran negros. Este hecho los fijaba en una categoría social más cercana al concepto de casta que de clase: para el negro todo era extraordinariamente más difícil que para el blanco. La sociedad global señalaba su color como un estigma y perseguía la huella negra hasta el más remoto antepasado. Quien investigue en los archivos parroquiales cubanos encontrará centenares de partidas de bautismo arrancadas y libros completos perdidos en un esfuerzo por saltar la línea del color que dividía la sociedad. Los obispos se cansaron de dictar preceptivas sobre los libros parroquiales, pero no pudieron evitar su frecuente alteración. Como se llevaban libros separados para Españoles (eran los blancos) y para Pardos y Morenos, hoy es relativamente fácil a un investigador encontrar personas que al nacer son pardos y mueren blancos. Todos los libros parroquiales de pardos y morenos de la catedral habanera han desaparecido. La historia de la sociedad habanera está llena de esa obsesión de blanqueamiento que afecta a los más ennoblecidos apellidos. Y el folklore cubano recoge decenas de coplas y décimas, proverbios, refranes y frases sobre el tema.[31]

 

¿Y que el gobierno “comunista” cubano, el gobierno de los Castro, ha acabado con el racismo en Cuba? ¡Para nada…! ¡Tremenda mentira…! ¡Señores…, por favor…, hasta cuándo ese cuento…, hasta cuándo “la guayaba”, como se dice en Cuba y en buena parte de América! Y nos mentimos porque o nos hacemos pendejos o porque de plano lo somos: el racismo nunca se acabará, mientras haya razas habrá racismo,en donde sea, como demuestra la historia y la actualidad. Sólo a través del exterminio de las razas se acabará el racismo, y con ello se acabará también la especie humana: así de sencillo. Esta idea de que en la Cuba castrista se ha acabado con el racismo es tan estúpida como estúpido es el sueño guajiro de la unión de Latinoamérica y la hermandad de los pueblos del mundo. En la Cuba actual el racismo sigue a la orden del día: degradante, humillante, terrible, cruel… (Moore, 2008):
 
Esta penosa, triste, división entre blancos y negros, arrojaba una tercera variante sociocromática, la de pardos y morenos, es decir, los mulatos y “jabados o jabaos”, personas que enfrentaban y siguen enfrentando en muchos países una crisis de identidad: “Todo el tema del color de la piel se ha complicado por el hecho de considerar a todos los individuos de piel oscura como negros. Aquellos que no se ven tan «negros», sino un poco morenos, pueden tener que enfrentarse con problemas suplementarios de crisis de identidad” (Knapp, 1999: 159).

 

Es más, suponiendo que los problemas de las divisiones raciales se pudieran superar, que llegáramos a un estado de razón –cosa que nunca ha sido y difícilmente será, ni a través de la ley bíblica ni a través de la ley de los hombres, ni a través de muchas de las leyes de la genética y la biología, como lo ha demostrado, por ejemplo, la vacunación en algunos casos, especialmente la última vacuna contra el SIDA, que actúa positivamente, que protege, a negros y asiáticos, pero no a “blancos”–, el conflicto social de las castas siempre estará presente: “¿Por qué, Dios mío, es posible que Tú hagas esto?”, pregunta Gloria. “Él no lo hace”, dijo Daniel con melancolía. “Estamos tocando la obra de ciertas sociedades perfeccionadas, que, juzgándose dueñas de la verdad absoluta, conservan las leyes de casta como en tiempo de los filisteos”.[32]

 

Sucede lo mismo también con los grupos marginados, no instruidos, cuando se insertan en las esferas civilizadas, cultivadas, con marcada diferencia:

 

Sin la cultura […], acostumbrados desde su nacimiento al trabajo bruto […] sin los valores y las normas de comportamiento de la sociedad llamada libre, muchos ex esclavos carecieron de los mecanismos socioculturales para sobrevivir en el nuevo mundo de lobos al cual ingresaban y que en ciertos aspectos podía ser tan inhumano como aquel del cual salían [por tal motivo, y desesperados por aquel mundo “libre” que desconocían y no entendían] abandonaban el ingenio [central azucarero] como huyendo en masa hacia los campos y ciudades […] y las mujeres se dedicaban a la prostitución […] Hay documentos dramáticos de la época en que las autoridades municipales preguntan al gobierno central qué hacer con decenas de negros  que llegan en masa a un pueblo a sobrevivir o simplemente a la espera cotidiana de la muerte […] La situación fue especialmente trágica para los niños y los viejos no productivos.[33]

 

La marginación, la segregación, la discriminación y el racismo son, también, temas muy importantes en la vida laboral moderna. Se dice que en los países civilizados ya no existen ni marginación, ni segregación, ni discriminación, ni racismo, y que esto no es otra cosa que una secuela del pasado, ya superada en los grupos civilizados, debido a que con la Nueva Cultural Laboral –NCL– es evidente la diversidad, en todos los sentidos en las empresas, en los trabajos, etc., es decir la no existencia, supuestamente, de discriminación por origen étnico o raza, por condición social, por capacidades diferentes o ciertas limitaciones sico-corporales, por edad, por religión o preferencias socioconfesionales, por afiliación política o ideas políticas, por opiniones o criterios diferentes, por sexo, por estado civil, etc. Creemos necesario recordar que tanto la marginación, como la segregación, como la discriminación, como el racismo, siguen palpablemente presentes en la vida de los países desarrollados –imaginemos entonces esta situación en los países subdesarrollados–, en especial en el área laboral, –cualquiera que ésta sea y concretamente en las actividades más importantes y mejor remuneradas, de mayor prestigio  y demanda socio-laboral–, y que no debemos confundir diversidad con inclusión. En muchas empresas, instituciones y organizaciones puede existir la diversidad de razas, de etnias, de grupos, de sexos, etc.; pero sabemos que esto no quiere decir que los grupos tradicionalmente marginados, por los motivos que sean, se incluyan en las tomas de decisiones de las empresas, de las instituciones, y que tengan derecho a alcanzar los niveles directivos o ejecutivos de esas empresas, instituciones y organizaciones por las vías normales y legales, y que en el caso de que lo logren, tendríamos que preguntarnos cuál ha sido el verdadero costo de sus esfuerzos y si en realidad ha valido la pena librar esas tortuosas batallas laborales que nunca terminan. Claro, estamos de acuerdo en que existe, en teoría, una Nueva Cultura Laboral, con perspectivas muy interesantes, lo que puede resumirse a través del siguiente esquema. Véase imagen:

 

Pero también estamos de acuerdo en que la cara positiva de esa Nueva Cultural Laboral (?) aplica, generalmente, para las élites raciales, económicas y nepóticas, y que la cara negativa de ella sigue aplicando a los grupos en desventaja. ¿Es que acaso esto es un secreto? ¿Cómo es posible que algunos no quieran ver o no puedan ver los variados rostros de la marginación, de la segregación, de la discriminación y del racismo?

 

Aparte del estudio de las formas o figuras que pudiera presentar el cuerpo humano por su origen propiamente dicho, podríamos analizar otro aspecto de la figura del hombre moderno, del “hombre globalizado”, que constantemente se está considerando, especialmente en el mundo occidental. En este sentido, en el sentido del “análisis estético según Occidente” del hombre moderno, es justamente el desequilibrio en el peso corporal, en la figura, un gran problema, que afecta médica y sicológicamente a una gran cantidad de personas a nivel mundial. Nos referimos específicamente a la obesidad,[34] al raquitismo,[35] a la bulimia,[36] a la anorexia,[37] a la ortorexia[38] y a la estresorexia,[39] todo lo cual se relaciona, a su vez, de una u otra manera, con  la dismorfobia.[40]

 
Las señales corporales emitidas de forma inconsciente dicen siempre la verdad; por el contrario, esas mismas señales efectuadas de forma consciente pueden mentir igual que lo hace el lenguaje verbal. Las señales corporales comunes, de uso habitual, que hace la gente en su país, en su pueblo, en su región, en su grupo, según el orden público[41] que en esa comunidad o grupo se haya establecido, son plasmadas en el humorismo, en las caricaturas, que son expresiones literarias y gráficas, con el objetivo de evidenciar, ridiculizar, exagerar, burlarse de algo o de alguien, y tienen una gran fuerza en la formación de la opinión pública. En los grandes sistemas lingüísticos, donde existen variantes dialectales que presentan en muchos casos grandes diferencias léxicas y semánticas, este tipo de texto icónico-verbal es de gran utilidad para la comprensión de los problemas concretos de cada área geográfica, económica, política y social, debido a que lo que no se comprende por la palabra puede quedar claro gracias a la imagen.[42]

 

Existen muchos recursos para conocer a las demás personas, para conocer otras culturas. Nosotros creemos que los recursos más importantes, de partida, que debe tener en cuenta un especialista que trabaja el comportamiento de grupos diferentes, especialmente a la hora de valorar la expresión oral, la expresión escrita y la expresión corporal de las personas son: el área geográfica y los climas, las esferas socioculturales, los estilos, la edad, el sexo y el tabú […] 

 

En nuestra relación diaria con las demás personas parece que a veces olvidamos que de la misma manera que nosotros observamos a los demás, también los demás nos observan a nosotros. Esta observación se hace más complicada cuando somos servidores públicos, cuando desempeñamos determinadas funciones que por sus características son sometidas a las constantes valoraciones de públicos muy variados. Por tal motivo, tenemos que recordar que el lenguaje corporal depende de:

 

·  Condiciones anatómicas previas.

·  Tipo caracterológico del individuo: sereno, triste –melancólico–, torpe, arrebatado –colérico.

·  Ser extrovertido –persona de hecho– o introvertido –persona perceptiva.

·  El sexo.

·  Entorno correspondiente.

·  Estrés.

·  El significado expresivo y el significado funcional.

·  Hábitos y dolencias corporales, psíquicas y mentales.

·  El ritmo y la energía del movimiento.

·  La técnica.

·  El área geográfica.

 

Podría imaginarse que el conocimiento de estos parámetros en la cultura moderna, del siglo XXI, no es tan importante, pero si consideramos que con frecuencia no sabemos o no podemos medir la conducta, la verdadera conducta, del otro de al lado, que pertenece a mi mismo grupo real o a mi supuesto mismo grupo,[43] entonces podremos dimensionar la inmensa importancia que estos parámetros revisten a los efectos del comportamiento de un ciudadano global, de un hombre globalizado: “Aprender a conocer. La cultura universal sirve de pasaporte para una educación permanente, en la medida en que supone un aliciente y sienta además las bases para aprender durante toda la vida.”[44] Hoy es habitual que hablemos del “ciudadano globalizado”, de los criterios, las opiniones y el comportamiento del “hombre universal”, y al respecto se pueden consultar cientos de libros, de materiales que han inundado el mercado de las librerías y las estanterías bibliotecarias, pero sabemos que en las mayoría de los casos estos comentarios son utopías, son ilusiones, porque confundimos el comportamiento y las opiniones públicas con el comportamiento y las opiniones populares, dos cosas distintas. Dentro de mi mismo grupo real los hombres son diferentes, las actitudes son diferentes, los criterios son diferentes, a veces en extremo, entonces imaginemos las inmensas diferencias que aparecerán entre los hombres de mi supuesto mismo grupo.[45] Esto por un lado, y, por otro lado, es una pena que no tomemos en cuenta que cuando hablamos del comportamiento de los “hombres globalizados”, de los “hombres mundializados”, también tenemos que pensar en que ese hombre, “el ciudadano global, el ciudadano del mundo, está dispuesto a abrazar causas de toda naturaleza y de todas partes [, que] nuestra proyección hacia el mundo [en esta globalización] nos deja sin sentido de lugar […] [y esto hace] de cualquier causa o cuestión un objetivo válido de interés y de preocupación  para cualquier persona del mundo”, como lo muestran, por ejemplo, las migraciones, legales o ilegales, en los tiempos presentes, o los votos o vetos de un miembro o miembros de un grupo, de un grupo inclusive, a favor o en contra de una causa o ideal de un grupo o un individuo “ajeno” a él o ellos. Y lo que sucede es que “cada lugar del mundo [de donde es un individuo “de ese mundo”], no tiene sólo un valor de hecho, tiene además un valor potencial y psicológico” (Sartori, 2002: 122), independientemente de esa llamada “cultura universal”. El estar a favor o en contra de algo no sólo se expresa con la palabra, hablada o escrita; también se expresa con el silencio y mucho más con el comportamiento corporal, con el gesto, con la mueca y la risa, con las emociones, porque “las emociones desempeñan una función decisiva en la atención selectiva, la percepción, la cognición, la motivación, el aprendizaje y la creatividad del ser humano.”[46]

 

Cuando se analiza el lenguaje corporal, enseguida pensamos en el protocolo y la etiqueta. Llamamos protocolo al conjunto de reglas de cortesía y de urbanidad establecidas para determinadas ceremonias. También se le llama así al servicio encargado de aplicarlas. El protocolo se relaciona con la etiqueta, que si bien en un principio se refería al ceremonial de los estilos y costumbres que se debía observar en las casas reales y en actos públicos solemnes, hoy se refiere a toda ceremonia que se produce en la manera de tratarse las personas particulares o en actos de la vida privada, a diferencia de los actos de confianza y familiaridad. Los “buenos” protocolos están relacionados con las “buenas” educaciones y las “buenas” instrucciones. Los países y grupos con evidentes desajustes educativos e instruccionales no pueden tener buenos protocolos y buenas etiquetas, especialmente en situaciones de globalizaciones occidentalizadas. La ciudadanización de los buenos protocolos y las buenas etiquetas está en dependencia de las buenas educaciones y las buenas instrucciones desde la niñez, desde los primeros momentos de la formación cultural del niño (Ruano, 2000; Ruano, 2002a; Ruano, 2003e). Los grandes problemas comunicativos verbo-corporales que presenta la mayoría de los pueblos del mundo, en especial los pueblos que pertenecen al llamado “mundo occidental” (?), están relacionados con las disfunciones educativas e instruccionales que aparecen en los niños a temprana edad. Una buena educación y una buena instrucción no pueden confundirse con “cualquier cosa para enseñar” y “cualquier cosa para aprender”. Si queremos adultos educados, instruidos, portadores de buenos protocolos y de buenas etiquetas, entonces, irremediablemente, necesitamos de buenas escuelas y no de “ficciones educativas”.

 

Recordemos que la sociedad es un sistema de relaciones entre los individuos que tiene por objeto la procreación, la defensa, los intercambios, la producción, etc. Con ese fin, la situación de los individuos en el seno del grupo y de los grupos en el seno de una colectividad debe ser significada. De tal manera, los ritos, las ceremonias, las fiestas, las modas, los juegos (Arizpe, 2009), son modos de comunicación por medio de los cuales el individuo se define en relación al grupo y el grupo en relación a la sociedad, a la vez que ponen de manifiesto el papel que allí cada uno asume. A través de sus actos, de su participación o su no participación, el individuo pone de manifiesto su identidad y su pertenencia al grupo. El protocolo y la etiqueta determinan la ubicación de las personas en un cortejo, alrededor de una mesa, etc. En este sentido hay que destacar la función de los saludos, que tienen por objeto iniciar o romper la comunicación según la relación que tengan los interlocutores: igualdad, superioridad, inferioridad, amistad, enemistad, indiferencia, deseo o negativa de comunicar. Los buenos modales, las buenas maneras[47] y el saber estar son los signos por medio de los cuales el individuo manifiesta su pertenencia al grupo. Su conocimiento y su respeto por los usos lo identifican como un “hombre de mundo” o un “rufián”; son “contraseñas” y “signos de reconocimiento”. En este sentido tenemos que señalar que sería ideal, sería magnifico, que las personas pudieran combinar de manera armoniosa el “buen hablar”, según, por supuesto, las normas lingüísticas de su lengua y su dialecto, y el “buen estar” o “buenas maneras” de conducta, según las normas más elementales y universales de cortesía y protocolo. Una de las ciencias que ha logrado relacionar exitosamente los comportamientos sociales con los comportamientos lingüísticos es la Sociolingüística.[48] […]

 

El primer país de la América conquistada por Europa, y también uno de los primeros del mundo, que reflexiona en torno a las “buenas maneras de hablar” y las “buenas maneras de comportarse” considerando la cultura occidental, casi al mismo tiempo, algo así como si al juntar estas dos partes aparecieran las raíces de la sociolingüística en nuestro Continente, considerando las particularidades del entonces –lo que todavía tiene, después de siglo y medio, mucha vigencia–, fue Venezuela. En 1847, aparece la obra más célebre que se ha escrito en América acerca del buen uso del idioma español en este continente: Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos, del filólogo y jurista venezolano radicado en Chile Andrés Bello [Caracas, Venezuela, 1781-Santiago de Chile, 1865], y, en 1853, aparece el sensacional Manual de urbanidad y buenas maneras, del músico y pedagogo venezolano Manuel Antonio Carreño [Caracas, Venezuela, 1812-París, Francia, 1874].   

 

Todos los grupos humanos siempre han establecido una serie de distinciones,  de  criterios,  de gustos, de cualidades[49] ¿comportamiento ideal?que supuestamente deben observar los componentes del grupo según sea su ubicación en los estratos sociales, en las clases socioculturales, en el rango, en la categoría, según sean los status y los roles a desempeñar, según sea el sexo, la edad, la jerarquía, etc. En el mundo occidental estas cualidades están bien definidas, lo que no quiere decir que sean conocidas por los grupos y, mucho menos, que sean observadas.

 

Por otro lado, hay que considerar cómo es que se produce la comunicación entre los grupos[50] –tema que ampliamos más adelante–, debido a que en situaciones de globalización o mundialización es muy posible que se susciten ciertas confusiones, ciertos malentendidos, tanto en la comunicación habitual u ordinaria como en la comunicación especializada o empresarial, dado el empleo de lenguas y dialectos diferentes y sistemas de comunicación no verbal, corporal, diversos, que a su vez responden a culturas diferentes, en donde por muy semejantes que sean las lenguas –y los gestos universales– o los dialectos –y los gestos grupales– pueden aparecer diferencias léxicas y semánticas, diferencias de contenido, que pueden crear complicados “ruidos” en la comunicación. Lo primero que haremos aquí es aclarar algunas confusiones en torno a lo que es comunicación y lo que es información.

 

Tenemos que partir de que en nuestros días, y hace ya más de cinco siglos –en algunos casos, mucho más tiempo–, no existen naciones “puras”, “exclusivas” o “aisladas”, por lo menos en el mundo civilizado. Muchos estados son, como Gran Bretaña, Rusia, la ex Unión Soviética, Estados Unidos de América, Australia, India, China, Italia, España, Brasil, Israel, Cuba o México, un conglomerado de naciones, de pueblos, que pueden llegar a tener unas distancias genéticas y culturales históricas inmensas. Hay naciones y pueblos que llegan más allá de sus fronteras estatales históricas y actuales. Hay naciones que están incorporadas a otros estados. Hay naciones y pueblos que ni siquiera tienen su propio territorio, como es el caso de Palestina. Como vemos, el territorio no define a una nación, y tampoco lo hace la raza –eso lo han demostrado perfectamente la antropología, la etnobiología, la paleontología humana y la genómica–, la etnia, la lengua o la cultura, debido a que la inmensa mayoría de las naciones modernas son multirraciales, pluriidiomáticas, pluridialectales y pluriculturales. También la composición genética, la información genética, de estas naciones es muy variada. Tal es el caso de México, aunque al parecer los mismos mexicanos no tienen plena conciencia de esto, tal vez debido a que las políticas oficiales –por más de setenta años priístas y hace unos años panistas– y las políticas educativas –en promedio muy diferentes en comparación con las políticas educativas primermundistas avanzadas, y también diferentes en este país según sean las instituciones estatales o privadas, laicas o religiosas, urbanas o rurales, capitalina o provincianas– no se refieren a estos asuntos tan importantes, que ayudarían en mucho a que los mismos mexicanos se entendieran más entre ellos, y a que, en un final de cuentas, hubiera un mayor respeto a los componentes de los variadísimos grupos del área –nacionales y extranjeros–, a la gente en general, a los miembros de la comunidad, a los grupos marginados y en especial a los grupos indígenas. Si se le prestara mayor atención a todo esto por parte del gobierno y las familias, desde la infancia, en la casa, y los primeros momentos de la instrucción del individuo en la escuela, entonces los mismos contactos rutinarios y habituales entre los mexicanos portarían una menor fricción y el orden público se vería mucho menos afectado, en la calle y el trabajo, y también en la intimidad, en el seno familiar.

 

Aclarados estos problemas comunitarios elementales, vemos que comunicación e información son dos palabras muy usadas en el lenguaje habitual, pero no podemos olvidar que estas dos palabras de uso común pasan a ser dos términos, o palabras especializadas (Ruano, 1989), cuando se habla de procesos comunicativos. Es por esto que los especialistas en el tratamiento de la comunicación, cualquiera que sea ésta, deben conocer las relaciones y diferencias entre estos dos vocablos.

 

Al respecto nos dice Ignacio H. de la Mota Oreja en su magnífico Diccionario de comunicación audiovisual:

 

Comunicar: Trasmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor para hacer participar a éste de los conocimientos o sentimientos de aquél.[51]

 

Informar: Contar un hecho noticiable en forma verbal o audiovisual, con la técnica precisa del medio utilizado y con la mayor brevedad posible, incluso en el momento mismo de producirse o conforme se va produciendo, en conexión directa y ofreciéndolo en vivo.[52]

 

Comunicación: Transmisión de un mensaje directa o indirectamente de un emisor a un receptor y de éste a aquél, a través de medios personales o masivos, humanos o mecánicos, mediante un sistema de signos convenidos y que constituye un elemento básico para el nacimiento de una comunidad y de su fortalecimiento en el desarrollo futuro, realizada por medio del oído, la vista o de ambos sentidos. En retórica, figura que consiste en consultar la persona que habla el parecer de aquella o aquellas a quienes se dirige, amigas o contrarias, manifestándose convencida de que no puede ser distinto del suyo propio.[53]

 

Información: Acción y efecto tanto de informar como de informarse, tendiente a alumbrar el conocimiento sobre lo desconocido o a reducir o anular la incertidumbre, así como comunicación o adquisición de conocimientos que permiten ampliar o precisar los que se poseen sobre una materia determinada y, muy concretamente, sobre los hechos que se producen cada día en el mundo respecto de todas las actividades humanas y de especial interés para el público, difundida de la forma más inmediata por los medios habituales con cuyo conocimiento y asimilación surge realmente la comunicación.[54]

 

Y trata estos vocablos en una amplia clasificación terminológica y de significaciones. Acerca de “comunicación” lo hace desde la página 107 hasta la 110, destacándose a nuestros efectos:

 

Comunicación antidialógica: La que se trasmite en sentido vertical, sin que el receptor tenga opción alguna de respuesta.

 

Comunicación corporal: La que se efectúa mediante un gesto o movimiento del cuerpo, normalmente inconsciente, y que tiene valor para el interlocutor.

 

Comunicación en primera fase: La recibida por el líder de opinión directamente desde el medio y que luego se extiende a los demás de su grupo o comunidad.

 

Comunicación en segunda fase: La recibida por un grupo o comunidad a través de su líder de opinión, no directamente desde el medio.

 

Comunicación fática: La que se realiza por medio de frases hechas establecidas por la sociedad y que no responde a objetivos de comunicación informativa.

 

[Es una comunicación dirigida más a mantener y fortalecer relaciones sociales que a trasmitir información o a producir textos originales o creativos. Es una comunicación redundante, su forma está determinada por convenciones sociales y textuales, y tiene como base una experiencia social y cultural común. La conversación trivial es en su mayoría fática, casi todo el arte folklórico es fático, la cortesía es fática. La mayor parte de la cultura popular tiene una importante función fática, como la tiene un determinado tipo de vestido, el lenguaje especial y el gusto musical de subculturas del tipo hippie o punk. La comunicación fática contribuye a mantener unidas las comunidades y las culturas, porque es el medio con que ellas cuentan para expresar su comunidad de gustos, de expectaciones y de experiencias y, por lo tanto, para identificar y afirmar la condición cultural de ser miembro de ellas. Jakobson caracteriza la función fática de un mensaje como su orientación hacia el canal, es decir, como la función de establecer y mantener contacto con el destinatario.]

 

Comunicación gestual: La que se hace a través de gestos.

 

Comunicación gráfica: La que se produce a través de signos o símbolos icónicos.

 

Comunicación humana: Base de las relaciones y de la actividad intelectual del hombre, cualquiera que sea su forma de expresión, y que refleja una doble relación del hombre con cuanto le rodea o con sus semejantes para conocerse y, por ello, identificarse o enfrentarse en sus posiciones, y que sigue al proceso informativo una vez asimilado, utilizando los elementos de conocimientos que tienen en común y que responden a un mismo código de signos.

 

Comunicación informativa de actualidad: La que trasmite noticias de un hecho noticioso que acaba de producirse o se está produciendo en ese mismo momento, como ocurre en la emisión en directo a través de la radio y de la televisión.

 

Comunicación interactiva: La recíproca entre emisor y receptor, sea personal, electrónica o por cualquier otro procedimiento.

 

Comunicación lingüística: Intercambio verbal que se establece entre un locutor que produce un enunciado con destino a otro locutor o interlocutor y del que espera la respuesta correspondiente.

 

Comunicación no verbal: La que se realiza por cualquier sistema que no sea el de la voz humana, utilizada como complemento del habla, e incluso como sustitución.

 

Comunicación perfecta: Aquella en que tanto la codificación como la decodificación responden a un criterio único y totalmente conocido por el emisor y el receptor.

 

Comunicación plural: La que tiene a grupos como emisor y receptor, en oposición a aquella en la que dichos papeles los ocupa un solo individuo.

 

Comunicación total: La que utiliza todos los medios y sistemas para la difusión de un mensaje que pretende llegar a todos en un espacio de tiempo determinado y en la mejor forma posible de comprensión.

 

Comunicación verbal: La que se realiza exclusivamente por medio de la palabra, en forma directa: conversación, discurso, conferencia, etc.; o en forma indirecta: programa radiofónico, casete, disco.

 

Comunicación visivogestual: La que se establece de una forma peculiar por medio de los signos ostensivos. Recordemos que lo “ostensible” es aquello que puede manifestarse o mostrase por ser claro y que la “ostensión” es una comunicación por el simple hecho de mostrar o de exhibir alguna cosa, que permite observar directamente los objetos y personajes que se muestran. También es una modalidad de producción de un tipo peculiar de signos visivogestuales llamados extensivos.

 

Comunicación visual: La que se realiza a través de imágenes, estáticas o en movimiento, que conlleva un mensaje, así como la interpersonal a través de la mirada y capaz de expresar todos los sentimientos.

 

Díada: Se llama así cuando existe una comunicación en la que dos personas están comprometidas en una interacción cara a cara. En tanto es el grupo más pequeño, la díada se caracteriza por el grado de reciprocidad y de comunicación entre los miembros. Las díadas pueden incluir las parejas de marido y mujer, de abogado y cliente o de maestro y alumno, y la comunicación diádica se caracteriza por una virtual retransmisión directa de la información entre dos individuos. Evidentemente, en ese intercambio se emplea el habla en la mayor parte de los casos, pero también hay elementos no verbales que pueden complementar y hasta remplazar por completo el lenguaje hablado; es lo que sucede en la interacción de la madre y el bebé recién nacido.

 

Acerca de “información” este autor habla desde la página 259 hasta la 261, destacándose a nuestros efectos:

 

Información adicional: La que se difunde como complemento de otra que lo fue con anterioridad.

 

Información ahuecada: La que ha sido aumentada con palabras o hechos que no aportan nada a la noticia y que persigue, exclusivamente, darle mayor extensión en cuanto a su duración.

Información amplia: La que facilita, correctamente expuesta, la totalidad de lo ocurrido sobre un acto, suceso o acontecimiento.

 

Información audiovisual: La que se comunica por medio de los medios audiovisuales, principalmente radio y televisión.

 

Información bumerán: La que al hacerse pública produce efectos contrarios a los pretendidos y, muy especialmente, contra la persona que la dio a conocer y el medio que la difundió.

 

Información codificada: La traducida a un determinado lenguaje conocido y aceptado por el emisor y el receptor.

 

Información completa: La que recoge la totalidad de los detalles que rodean a un hecho.

 

Información educativa: La que difunde los conocimientos, las ideas y las opiniones que integran el patrimonio cultural de las civilizaciones.

 

Información expresiva: La que une al hecho noticioso la carga emotiva que la misma pueda haber producido al comunicador o con intención de que la produzca en la audiencia.

 

Información gráfica: La que, en forma de fotografía o dibujo, acompaña a un texto, ilustrándolo, cuando se carece de imagen real sobre el hecho o suceso de referencia.

 

Información manipulada: La que llega a la audiencia después de haber sufrido cambios en sus hechos fundamentales respondiendo a determinados intereses.

 

Información objetiva: La que narra los hechos tal como se han producido sin pretender influir en el ámbito del lector con comentario alguno o juicio de valor.

 

Por su parte, Tim O’Sullivan, John Hartley, Danny Saunders, Martin Montgomery y John Fiske, dicen acerca de la “comunicación”:

 

De una manera general, existen dos verdades de definición de este término. Según la primera, la comunicación es un proceso en virtud del cual A envía un mensaje a B, que provoca en este un efecto. La segunda definición ve en ella una negociación y un intercambio de sentido, donde mensajes, gente perteneciente a una cultura y “realidad” interactúan para que se produzca un sentido o un entendimiento.

 

La primera variedad se propone averiguar las fases de la comunicación, de modo que se pueda estudiar adecuadamente cada una, la función que cumplen y el efecto que producen en el proceso general claramente deslindado. Lasswell (1948) [[55]]: «¿Quién dice qué en qué canal, a quién y qué efecto le produce?» Naturalmente, dentro de este enfoque hay desacuerdos: uno concierne a la importancia de la intención de comunicar. MacKay (1972) [[56]] sostiene que un geólogo puede obtener una cantidad de información de una roca, pero que la roca no le comunica esa información porque carece de intención y de capacidad de elección. Otros autores incluyen todos los medios simbólicos por los cuales una persona (u otro organismo) influye sobre otra. Véase Nilson, en Sereno y Mortensen (1970), [[57]] donde se ofrece un buen resumen de este enfoque.

 

La segunda definición es estructuralista porque pone el acento en los nexos constitutivos necesarios para que se produzca un sentido. Estos elementos entran en tres grupos principales:

 

1.    El texto, sus signos y sus códigos.
 
2.    La gente que “interpreta” el texto, la experiencia cultural y social que la ha formado a ella misma y ha formado los signos y códigos que ella emplea.
 
3.    La conciencia de una “realidad externa” a la que se refieren tanto el texto como el que lo recibe. Por “realidad externa” entendemos aquello a lo cual se refiere el texto que no es el texto mismo.

 

Algunas autoridades, como De Saussure, ponen el acento en el grupo “texto” (signos, códigos, lenguaje); otras, como Barthes, insisten en la interpretación texto/cultura; en tanto Peirce u Ogden y Richards, prestan atención a la “realidad externa” a la que llaman objeto o referente. El principal asunto que estudia la semiótica es precisamente el modo en que surge el sentido de la interacción entre estos tres grupos (O’Sullivan y otros, 1995: 66-67).

 

Y continúan diciendo estos autores en torno a la comunicación no verbal:

 

Comunicación no verbal. Comunicación entre personas por medios que no sean el habla. La comunicación no verbal procede de estas principales fuentes:

 

1.    Contacto visual (observación detenida del cuerpo y el rostro de una persona).

2.    Boca (especialmente las sonrisas y las muecas en relación con el contacto visual).

3.    Postura (por ejemplo, sentarse echado hacia delante o echado hacia atrás).

4.    Ademanes (como el movimiento de los brazos y las manos al hablar).

5.    Orientación (del cuerpo del que habla hacia el destinatario).

6.    Distancia corporal.

7.    Aromas.

8.    Piel.

9.    Pelo.

10.   Ropa (O’Sullivan y otros, 1995: 70).

 

Con frecuencia oímos decir que comunicación no verbal es lo mismo que lenguaje corporal, pero no, no es precisamente lo mismo: http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/qu%C3%A9-es-en-realidad-la-comunicaci%C3%B3n-no/19j6x763f3uf8/13# , http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/comunicaci%C3%B3n-no-verbal-cnv-y-lenguaje/19j6x763f3uf8/47 :
 

Comunicación no verbal no es exactamente lo mismo que “lenguaje corporal”, porque cualquier afirmación sobre un lenguaje debe referirse a una gramática y a una sintaxis acordadas e identificables. La comunicación no verbal no siempre es tan precisa y avanzada, el vocabulario de signos no verbales es más limitado que el habla. Aun así, es un error considerar la comunicación no verbal como una forma de comunicación aislada del habla, porque, en realidad, se establece una compleja interacción entre la palabra y la señal corporal. Interacción que no siempre es complementaria. Imaginemos a un gerente que debe seleccionar aspirantes a un trabajo. Seguramente no ofrecerá el trabajo a un candidato que evita mirarlo a los ojos, que frunce el ceño permanentemente, se encoge de hombros, transpira en exceso y lleva el pelo al estilo mohicano, aun si esta persona responde de manera reflexiva e interesante a las preguntas que se formulan. Como lo señala Argyle,[58] tanto el lenguaje corporal como la comunicación no verbal pueden constituir un intrincado proceso.

 

[…] En la comunicación no verbal hay muchos factores determinantes y variaciones culturales […] No es fácil hacer predicciones sencillas sobre conducta no verbal, que depende en gran medida de los tipos de relación y de comunicación que se establezcan entre las personas. La intimidad y el contenido de la conversación se deben considerar referidos a las situaciones que vivimos. Parece que al hablar con nuestro cuerpo tratamos a menudo de alcanzar algún equilibrio en la comunicación. Y la principal consideración se refiere a la reciprocidad: responder a las preguntas corporales del otro. A medida que la conversación se desarrolla, se produce una sutil negociación entre los interlocutores, negociación que implica el registro constante de las acciones del otro y el permanente ajuste a ellas: así se garantiza la reciprocidad. Si alguien a quien acaban de presentarnos permanece demasiado cerca de nosotros, tendemos a alejarnos de él [por lo menos en la cultura occidental]: en ese caso, el otro puede creer que nos ha ofendido y mostrarse desorientado o dispuesto a pedir disculpas con un menor contacto visual y un mayor rubor. Podemos reaccionar a su confusión turbándonos a nuestra vez, y así sucesivamente. Todo este proceso no puede dejar de afectar a la comunicación verbal; es probable que el encuentro, sumando todos estos factores, sea un verdadero desastre (O’Sullivan y otros, 1995: 70-72).

 

Además, en la misma comunicación verbal existen muchos detalles, a veces extremadamente sutiles, que condicionan esta actividad comunicativa. Pragmáticamente[59] hablando, en la comunicación humana aparecen elementos de naturaleza material, física: 1. el emisor, 2. el destinatario, 3. el enunciado, 4. el entorno o situación espacio-temporal;[60] y elementos de naturaleza inmaterial o componentes relacionales, que tienen tanta importancia como los propios elementos de naturaleza material: 1. la información pragmática:

 

[…] conjunto de conocimientos, creencias, supuestos, opiniones y sentimientos de un individuo en el momento cualquiera de la interacción verbal. Emisor y destinatario, en cuanto sujetos, poseen una serie de experiencias anteriores relativas al mundo, a los demás, a lo que les rodea. Hay una interiorización de la realidad objetiva. Pero no se trata sólo de conocimientos; la información pragmática comprende todo lo que constituye nuestro universo mental, desde lo más objetivo a las manías más personales […] los interlocutores [inclusive de áreas geolingüísticas y sociolingüísticas disímiles, pero globalizadas] suelen compartir enormes parcelas de información, que comprenden los conocimientos científicos, las opiniones estereotipadas o la visión del mundo que impone la pertenencia a una determinada cultura […] [Estas parcelas incluyen] también ciertos conocimientos y creencias sobre el uso que se presumen compartidos, y especialmente la idea de que tras lo que se dice hay una intención comunicativa determinada. Además de esa parte común, la información de cada uno de los interlocutores también contiene una “teoría” sobre el otro, sobre la información pragmática del otro, y sobre lo que se comparte (Escandell, 1996: 31-32).

 

2. la intención, 3. la relación social: pertenencia a una sociedad, una organización o estructura social; la relación social impone una serie de selecciones que determinan la forma del enunciado, 4. los problemas que se presentan con las “imágenes” o la misma “naturaleza de las imágenes” (Ullmann, 1968: 206-238).

 

El mundo que nos rodea está compuesto de signos. Un signo[61] es un elemento que tiene significación y que está contenido en un sistema, es decir en un conjunto o estructura en donde todos los signos están relacionados entre sí de alguna manera. Los signos que pertenecen a un mismo tipo forman conjuntos de signos, a los que llamamos códigos, en donde hay reglas particulares, propias. Todo lo que nos circunda, y también los idiomas y los actos de los hombres, está codificado por normas o leyes: la vida, la muerte, el clima, la ciencia, la cultura, el arte, la danza, la música, el amor, la política, los movimientos del cuerpo humano, la existencia y los actos de los insectos, etc. Todo esto, además, está en dependencia del tiempo y del espacio. En las sociedades humanas si pertenecemos –o conocemos– de manera activa a la cultura o al grupo en donde se generan esos códigos, entonces podemos decir que entendemos el mensaje que emana de esos signos gracias a la comunicación que se ha establecido, entendiendo aquí como comunicación las señales trasmitidas mediante un código común al emisor y al receptor para hacer participar a éste de los conocimientos o sentimientos de aquél, todo lo cual está condicionado por los contextos de situación, contextos extralingüísticos o medios, es decir las variaciones posibles que puede tener la comunicación según la situación en la que se produce. La comunicación entre los hombres se da a través de:

 

1.     Comunicación verbal. “Las palabras utilizadas se consideran comunicación verbal” (Ellis y McClintock, 1993: 57). Se produce entre las personas por medio de la lengua, del idioma, del sistema lingüístico, en cualquiera de sus formas o estilos, ya sea de manera hablada o de manera escrita. Las formas o variaciones que adquieren las lenguas se llaman dialectos o subsistemas. El idioma español tiene muchos dialectos, prácticamente uno en cada país hispanófono, y dentro de cada país, a su vez, existen varios dialectos del español. En México hay 17 grandes dialectos del idioma español o formas de hablar y escribir el idioma español, es decir, 17 formas de uso de la lengua nacional que diferencian a los hablantes, a los usuarios de este idioma por regiones o áreas geográficas. La comunicación verbal constituye un 7% de la comunicación entre las personas (Gordoa, 2002: 73; Ribeiro, 2001: 12-16). La comunicación verbal tiene una función unificadora, porque une colectivos de usuarios lingüísticos en una comunidad del lenguaje verbal; pero también tiene una función separadora, porque separa a “una comunidad idiomática” de las demás comunidades idiomáticas. Una función presupone la otra función, pues el unificar un grupo social o étnico supone separarlo de los demás.

 

2.     Comunicación no verbal. “Todos los otros signos [que no sean palabras] entrarán en la categoría de comunicación no verbal” (Ellis y McClintock, 1993: 57). Se produce entre las personas por medios que no sean la lengua, el idioma. Este tipo de comunicación es un vasto campo de investigación y tratamiento, especialmente en las circunstancias actuales de nuestras sociedades globalizadas. La comunicación no verbal se relaciona principalmente con:

 

·     El cuerpo humano. Ésta es la comunicación no verbal de tipo corporal o comunicación corporal o lenguaje corporal –así le llamaremos en lo adelante a este tipo de comunicación.

 

·     El tono de voz.

 

Aun cuando tengamos ideas claras y precisas acerca de lo que se quiere decir, la comunicación verbal no se inicia hasta que el emisor se dispone a hablar ante el grupo específico, que se apresta a escucharlo y que asume ante él una actitud más o menos expectante.

 

Con razón se habla de pronunciar una charla, un discurso o una conferencia. Es sin duda porque en esta fase de la comunicación está envuelto un aspecto físico y en cierta forma material, constituido por la voz que hemos de emitir, lo que explica la importancia de una buena dicción.

 

A su vez la voz depende en gran medida de que el emisor pueda respirar bien, lo cual ayudará no sólo a atenuar o suprimir su tensión nerviosa, sino que le permitirá además disciplinar su voz, de suerte tal que pueda variarla a su antojo de intensidad, expresión y entonación, al mismo tiempo que graduar los ritmos y pausas, que son obligados en la comunicación oral.

 

Una buena voz, además de proyectar una imagen favorable del emisor, contribuye a que éste pueda presentar sus palabras en forma más interesante y significativa […]

 

El orador o un emisor de otra naturaleza se comunica con sus oyentes o receptores, no solamente por medio de las palabras, sino también mediante un elemento sonoro no verbal: la entonación, que juega un papel muy importante en la comunicación oral, sobre todo en la oratoria.

 

Para dar más sentido y mayor expresividad a la palabra deben graduarse, con pequeños matices diferentes, la intensidad y el volumen de la voz. A menos que debamos asumir el carácter de otro para dar mayor vivacidad a la narración o a una anécdota, debemos hablar en el tono de voz normal, que ofrece un registro considerablemente ancho. Quienes no saben aprovechar la oportunidad que les ofrece poder variar su voz dentro del tono que le es normal, sino que por el contrario hablan siempre en el mismo tono, producen una exposición monótona, carente de la vivacidad que puede proporcionar la variación del tono si es aplicada hábilmente. Alguien ha dicho: “La entonación no debe adormecer a causa de su monotonía, herir por la vehemencia o molestar por la ironía… a no ser que esa sea la intención del orador por motivos determinados. Es preciso meditar bien en las entonaciones para que se correspondan con el sentido que se quiere dar a las palabras, duplicando, a veces, la fuerza de la persuasión”.

 

La entonación puede ser ascendente, descendente y aun mixta. La ascendente sugiere interrogación, indecisión, incertidumbre, duda o “suspenso”. La descendente sugiere firmeza, determinación, certeza, decisión o confianza. Una inflexión doble o mixta, esto es, que sea a la vez ascendente y descendente, nos puede sugerir una situación de conflicto o una contradicción de los significados, y se usa frecuentemente para denotar ironía o sarcasmo, o para exponer una sugerencia.

 

Estas variaciones súbitas o inflexiones graduales del tono, se usan principalmente para transmitir las ideas con mayor facilidad, más que para expresar un matiz emocional. Por medio del empleo adecuado de estas variaciones podemos lograr que el significado de una frase sea más claro y preciso (Fernández de la Torriente, 1997: 27-39).

 

·     Signos y símbolos del medio circundante, especialmente los llamados signos internacionales, como las señales de advertencia –no acústicas, como las señales del tránsito vial, marítimo o aéreo, y acústicas, como el claxon,[62] la trompeta, el fotuto, el silbato, el timbre (de bicicletas, triciclos, caseros, de equipos electrodomésticos como el horno, la lavadora, la lavavajillas o lavatrastes), el interfón y la sirena; lumínicas, como el semáforo, los faros y los bastones y paletas de señales de tráfico–, la información pública, las marcas de control de calidad, los símbolos matemáticos, físicos y químicos, las notas musicales, los signos de las organizaciones internacionales, las etiquetas de lavado y planchado que aparecen en toda la ropa, y los signos y símbolos generados por las ciencias y las técnicas en general.[63] Esta es la comunicación no verbal sígnica especializada.

 

La comunicación no verbal también tiene una función unificadora, porque une colectivos de usuarios en una comunidad que emplea “esa determinada comunicación no verbal”; pero también tiene una función separadora, porque separa a “una comunidad de usuarios de una determinada comunicación no verbal” de las demás comunidades que no emplean “esa determinada comunicación no verbal y que emplean otra u otras”. Una función presupone la otra función, pues el unificar un grupo social o étnico supone separarlo de los demás.

 

La comunicación no verbal constituye un 93% de la de la capacidad de influir en los demás, en contraste con la comunicación verbal, que representa solamente un 7%. Se dice más a través de la comunicación no verbal que mediante la comunicación verbal […]

 

Pero, a su vez, tanto la comunicación no verbal de tipo corporal como la comunicación no verbal sígnica especializada, están estrechamente relacionadas con la comunicación verbal. En primer lugar, porque todo, finalmente, se “traduce” en el lenguaje verbal y, más concretamente, porque:

 

1.     Es imposible “hablar normalmente” sin hacer gestos, sin emplear la comunicación corporal. Entonces aquí vemos claramente comunicación verbal + comunicación corporal.

 

2.     En los lenguajes especializados científicos y técnicos aparece la estrecha relación entre las palabras especializadas, a las que les llamamos términos, y los símbolos o signos no verbales. Es de tal manera que se forman ciertas unidades especializadas, ciertas estructuras lingüísticas especializadas, del tipo Ácidos Grasos Omega-3, Boeing 767-300 ER, Monitor en color MV740 de Compaq, MAK-500, Sistema MX 902 A, PHC Loran, VGN-FJ150F de SONY, Procesador Pentium® M 740 con Tecnología Móvil Intel® CentrinoTM, en donde vemos una nomenclatura, unas combinaciones de palabras con letras-símbolos, de combinaciones de palabras con cifras-símbolos, de nombres de dispositivos, equipos, aparatos, firmas, sistemas, medicamentos, etc. Estas estructuras especiales del vocabulario científico y técnico se llaman nomenas –de nomenclatura–. Entonces aquí vemos claramente comunicación verbal + comunicación no verbal sígnica especializada (Ruano, 1989).      

 

Dentro de la comunicación no verbal de tipo sígnica especializada hay que destacar algunos códigos, dada la trascendental importancia que tienen en la vida diaria de los seres humanos. Los signos no verbales de las ciencias exactas –de la misma manera que los signos verbales de esta área–, como los de la matemática o la física, tienden a la universalidad, se entienden fácilmente por el grupo de individuos conocedores de esta ciencia o estas ciencias; pero los signos no verbales de las ciencias o las esferas sociales, del arte, de la cultura –de la misma manera que sucede con los signos verbales de las ciencias sociales y las humanidades– tienden a la confusión, a la ambigüedad, a veces no son entendidos acertadamente ni por los mismos especialistas del área. Esto es bastante frecuente en el tratamiento de los signos que se relacionan con los ámbitos sociales, humanísticos y artísticos e inclusive deportivos.[64]

 

También recordemos que cuando vamos a hablar de comunicación entre los seres humanos, tenemos que considerar que en el cuadro comunicacional intervienen cuatro prácticas que están muy poco desarrolladas de manera positiva en nuestra culturas latinoamericanas: 1. Oír –y aquí aclaro que en realidad me refiero a “escuchar”, cuestión que trato más detalladamente  más  abajo–,  2. Hablar  –lo que implica la presencia del lenguaje no verbal: los gestos y las mímicas–, 3. Leer –también implica la presencia del lenguaje no verbal: desde la posición que adopta nuestro cuerpo al leer y la forma  en  que  colocamos  el  texto  de  lectura,  hasta la posición que adoptan los ojos en el mismo acto de lectura–  y 4. Escribir, y que en el mundo desarrollado es necesario que sepamos desenvolvernos de manera óptima en estas prácticas y sus ritmos.

 

Otro problema común es que pensamos que “comunicar” entre las personas implica exclusivamente un emisor, un receptor, un canal, y ya, con este modelo la hicimos, ¡problema resuelto! Este asunto no es tan sencillo, y el estar conscientes, desde temprana edad, de su complejidad nos permite salir o no airosos de los diversos procesos comunicativos a los que nos obliga la modernidad. Específicamente me gustaría hacer algunos comentarios en torno al tan mencionado, pero poco entendido, modelo de comunicación. Es bueno conocer que existen los modelos de comunicación porque así sabemos cuáles son los componentes “básicos” de la comunicación, pero en la práctica o las prácticas comunicativas el asunto se comporta de manera bastante diferente: cada modelo de comunicación, y estamos hablando de más de cuatro importantes, persigue sus objetivos particulares y, el modelo habitual, más conocido, que trata al emisor, al canal y al receptor, contiene muchos submodelos, especiales, porque son varios los aspectos a medir, unos diecisiete, como veremos posteriormente, que funcionan en diapasones circunstanciales disímiles. Por otro lado, el mismo canal, es decir, los medios físicos que se emplean para trasmitir la señal, en especial en las culturas sin adiestramiento discursivo adecuado –hablan todos a la vez, no escuchar al que habla en su turno, interrumpir constantemente a los otros, hablar en grupo en un salón cerrado en una conferencia o clase–, puede presentar una sobrecarga –demasiadas señales al mismo tiempo– o ruido –mecánico y semántico[65]–, anormal, que limita totalmente el proceso comunicativo, porque el oído humano tiene una capacidad limitada de recepción de las ondas sonoras. Todo esto aparte del ruido mecánico como tal, del medio ambiente, que siempre estará presente en la comunicación, verbal y no verbal, sobre todo en las culturas urbanas, cuestión que trataremos posteriormente. Por otro lado, es un error pensar que tanto en la comunicación verbal como en la comunicación no verbal que se producen “inclusive dentro de un mismo grupo sociolingüístico” la “interpretación” de los mensajes comunicativos se producen siempre de manera fluida y lógica. Los problemas aquí pueden ser varios y complejos, lo que nos explica la Teoría de la atribución, según la cual en situaciones comunicativas normales los emisores tienen o pueden tener conductas comunicativas diferentes a las conductas comunicativas de los receptores, especialmente en las áreas sociolingüísticamente complejas, en las comunidades políglotas, pluriculturales, pluridialectales, etc., lo que provoca, entre otras cosas, los habituales malentendidos (McEntee, 1998: 338-340).

 

En los procesos de comunicación que tienen lugar entre grupos de usuarios de las grandes culturas o lenguas: chino, hindi, inglés, español, ruso, etc., o en áreas pluriculturales y plurilingües, como por ejemplo la Comunidad Europea, que en el 2004 tendrá ya a 24 países, o México, con 63 lenguas, el Cáucaso o Nigeria, o una universidad con estudiantes de diferentes partes de un gran país o de diversos países de una misma lengua, no se puede ver como mal la redundancia sígnica, es decir, el uso de dos o más palabras, que son sinónimos, o de dos o tres gestos, desiguales pero que designan lo mismo. Con mucha frecuencia esto lo realiza el codificador o emisor –frecuente en los traductores orales o intérpretes– para asegurarse de que la comunicación se producirá de manera satisfactoria, independientemente de las barreras lingüísticas o mímico-gestuales.

 

Ya sabemos que cuando nos comunicamos con las demás personas podemos influir en ellas y a su vez ser influidos debido a tres componentes esenciales de la comunicación: 1. La palabra, 2. El tono de voz, y 3. El lenguaje corporal.

 

Pero todavía hay más en cuanto a la comunicación humana. Los procesos de comunicación que se producen entre los seres humanos presentan características, verbales y no verbales, diferentes según se produzca esta comunicación entre usuarios de una misma región o de regiones diferentes, de una misma cultura o de culturas diferentes; entre usuarios de una misma lengua o de lenguas diferentes, de un mismo dialecto o de dialectos diferentes. En nuestros días de “vida globalizada” las comunicaciones entre los seres humanos que habitan en las más extremas zonas de los cuatro puntos cardinales se producen las 24 horas del día, los 365 días del año, constantemente, sin interrupción, en los idiomas más diversos y tratando temas inimaginables para el individuo común de los países subdesarrollados, atrasados e incivilizados: desde los temas de los desastres naturales, el calentamiento global, la destrucción de la flora y la fauna, la medicina, la educación, la política y las relaciones internacionales, los negocios, la actividad bursátil, el pirateo cibernético, etc., hasta los temas de las redes de pederastas internacionales –no religiosas y religiosas…–, el contrabando de seres humanos, el narcotráfico, el terrorismo, el aborto, la vida lésbico-gay, etc. Recordemos que en la actualidad Internet constituye, por ejemplo, un medio de comunicación altamente sofisticado, asequible, funcional, muy barato y de un monitoreo casi total de la vida y la conducta de las personas en cualquier contexto: la vida pública, la vida laboral, la vida íntima o familiar, que permite eliminar complejas barreras comunicativas humanas y acercar a las personas en su vida diaria, especialmente en la vida laboral y en la vida familiar, sobre todo en las áreas densamente pobladas en donde se presentan complejas vías de comunicación terrestres, constantes congestionamientos viales por múltiples razones pero en especial debido a marchas, protestas y manifestaciones, situaciones de inseguridad y delincuencia, en áreas en donde se observa una conducta laboral promedio negligente y delincuente, y en donde “el tiempo es –como reza el dicho popular y en un final de cuentas– oro.”[66] Hay individuos, grupos, pueblos, países, comunidades y hasta continentes que, por alguna razón histórica, han sido evaluados de una manera positiva o de una manera negativa por los demás grupos, debido a su conducta, a su manera de ser, a su proceder, a su carácter, a sus hábitos, a sus formas comunicativas: “Es desde luego aventurado, como es bien sabido, hablar del carácter de los habitantes de un cierto país. En todas partes hay personas de todas clases. Pero lo que es indudable es que en cada país, en cierta época, prevalecen ciertas actitudes: modos característicos de enfrentarse a la vida, y a la muerte, así como de enfrentarse a la propia nación o ante uno mismo. Hay modos de ser característicos del español, hoy día; como hay modos de ser característicos del francés, el americano o el hombre de cualquier otra nacionalidad” (Sánchez Barbudo, 1980: 189). Son tan variadas y significativas estas particularidades del comportamiento y la comunicación de los humanos, que muchas culturas –y especialistas de diferentes ramas del conocimiento– han llegado a comparar, de varias maneras y en múltiples sentidos, a personas, animales y plantas,[67] con resultados no solamente interesantes sino también sorprendentes (Waal, 1998). Estas comparaciones entre humanos, de diferentes razas, y animales y plantas, de diferentes especies, no solamente se han referido al físico, a los rasgos, a la parte externa del cuerpo de animales, plantas y humanos, sino que también han abordado todo tipo de atributo, real o imaginario, de animales, plantas y humanos, y, más concretamente, la parte interna del cuerpo humano, la sicología humana, las conductas humanas, las formas de vida del ser humano (Diamond, 2000). La historia, las artes, las ciencias y las literaturas habladas y las literaturas escritas, en su conocida y tradicional interconectividad, han expresado las mil y una facetas de las comparaciones entre humanos y animales (Kemp, 2007). Cualquier mirada al mundo de las religiones, a las mitologías, a la literatura, al cine, a la televisión, a los teatros, a los circos, a las carpas, a los cómics, a los juegos interactivos, a los cuentos infantiles, a los mimos y funámbulos callejeros, nos muestra las transformaciones físicas y sicológicas de seres humanos en animales y plantas, y de animales y plantas en seres humanos. En cada cultura concreta los animales y las plantas –en algunos casos todavía incontados, todavía no clasificados, por su gran cantidad, variedad y características, como sucede en México y Brasil– han tenido y tienen significaciones muy variadas, como nos muestran, por ejemplo, Bernardino de Sahagún (op. cit.) y Francisco Javier Clavijero (op. cit.) para el caso de México, significaciones que, casi siempre por causas de las habituales tabuizaciones de las tradiciones del pasado prehispánico y del folclor negro que ha impuesto “el catolicismo desorientado”, son desconocidas inclusive por la llamada “clase culta” (?) de la sociedad. ¡Inconcebible…!; pero, contra viento y marea, ahí están esas tradiciones y ahí están esas significaciones día a día… Como dijera alguna vez Alejo Carpentier: “¿Qué sabían los blancos de cosas de negros?”    

 

Muchas religiones del mundo están llenas de dioses y semidioses, con figuras y atributos de animales y de humanos, y con figuras y atributos de plantas y de humanos, de humanos descendientes de animales y de animales descendientes de humanos, como muestran la zoolatría y la fitolatría:  http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/antropomorfismo-fitomorfismo-y/19j6x763f3uf8/16# :

 

[…] ¿Qué sabían los blancos de cosas de negros? En sus ciclos de metamorfosis, Mackandal se había adentrado muchas veces en el mundo arcano de los insectos, desquitándose de la falta de un brazo humano con la posesión de varias patas, de cuatro élitros o de largas antenas. Había sido mosca, ciempiés, falena, comején, tarántula, vaquita de San Antón y hasta cocuyo de grandes luces verdes. En el momento decisivo, las ataduras del mandinga, privadas de un cuerpo que atar, dibujarían por un segundo el contorno de un hombre de aire, antes de resbalar a lo largo del poste. Y Mackandal, transformado en mosquito zumbón, iría a posarse en el mismo tricornio del jefe de tropas, para gozar del desconcierto de los blancos […]

 

[…] A veces se hablaba de animales egregios que habían tenido descendencia humana. Y también de hombres que ciertos ensalmos dotaban de poderes licantrópicos. Se sabía de mujeres violadas por grandes felinos que habían trocado, en la noche, la palabra por el rugido […]

 

[…] El manco Mackandal, hecho un houngán del rito Radá, investido de poderes extraordinarios por varias caídas en posesión de dioses mayores, era el Señor del Veneno […]

 

[…] Detrás del Tambor Madre se había erguido la humana persona de Mackandal. El mandinga Mackandal. Mackandal Hombre. El Manco. El Restituido. El Acontecido. Nadie lo saludó, pero su mirada se encontró con la de todos. Y los tazones de aguardiente comenzaron a correr, de mano en mano, hacia su única mano que debía traer larga sed. Ti Noel lo veía por vez primera al cabo de su metamorfosis. Algo parecía quedarle de sus resistencias en misteriosas moradas; algo de sus sucesivas vestiduras de escamas, de cerda o de vellón. Su barba se aguzaba con felino alargamiento, y sus ojos debían haber subido un poco hacia las sienes, como los de ciertas aves de cuya apariencia se hubiera vestido […]

 

[…] Ahora recordaba que, años atrás, aquel rubicundo y voluptuoso abogado del Cabo que era Moreau de Saint Méry había recogido algunos datos sobre las prácticas salvajes de los hechiceros de las montañas, apuntando que algunos negros eran ofidiólatras. Este hecho, al volver a su memoria, lo llenó de zozobra haciéndole comprender que un tambor podía significar, en ciertos casos, algo más que una piel de chivo tensa sobre un tronco ahuecado. Los esclavos tenían, pues, una religión secreta que los alentaba y solidarizaba en sus rebeldías. A lo mejor, durante años y años, habían observado las prácticas de esa religión en sus mismas narices, hablándose con los tambores de calendas, sin que él lo sospechara. ¿Pero acaso una personas culta podía haberse preocupado por las salvajes creencias de gentes que adoraban una serpiente?… […] (Carpentier, 1949).

 

Estos cultos, tan diseminados, tan variados, tan mestizados, a veces tan crípticos o herméticos, en donde se comparan, por el motivo que sea y con las asociaciones de ideas que sean, imágenes de humanos con animales y plantas y fenómenos naturales como el viento, el agua, la lluvia, la tempestad, el fuego, la sequía, el trueno, el ciclón, la tormenta, el terremoto, etc., aparecen en todas las culturas, en todos los tiempos, incluyendo por supuesto “nuestros tiempos”, “estos tiempos” y en todos los grupos sociales, en todas las esferas sociales, en todos los núcleos sociales, incluyendo a los más elevados de la economía y la política –al respecto búsquese bajo el término SANTERÍA en mis artículos: (1990) y (1997)–. Claro que aquí “ciertas personas” –entiéndase personas culturalmente ciegas, ciertos analfabetos con títulos universitarios y algún que otro hipócrita “mocho” (es decir, en el español de México, ‘gazmoño’)– podrían pantlear que “¡para nada…!”, que una cosa es “su” religión, con “sus” signos y símbolos y protocolos, y que otra cosa son “las otras” religiones y cultos y sectas, con sus signos y símbolos y protocolos, etc., así, sin ningún tipos de relación, de interconexión, sin ningún tipo de influencias unas sobre otras, sin ningún tipo de mestizaje religioso, sin ningún tipo de sincretismo religioso; en fin, que podrían plantear esas “ciertas personas”, como se dice en México, que “una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”… ¡Pues sorpresas…! El asunto es justamente lo contrario: la influencia de unas religiones o cultos o credos o sectas sobre otras no solamente es inmensa, sino que está presente inclusive en todo momento religioso, en todo signo y símbolo religiosos, debido al mestizaje religioso, debido a los sincretismos religiosos, debido a las asociaciones de ideas en el ámbito religioso, debido a las trasvases religiosas. En este sentido, pueden consultarse otros textos míos, disponibles en: http://openlibrary.org/b/OL23576608M/La_traducción_y_la_interpretación_de_la_Biblia._Una_disquisición_filológico-lingüística  ,   http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/las-creencias-las-religiones-los-cultos/19j6x763f3uf8/41 .

 

La astrología, por ejemplo, está plagada de signos zoomórficos: los signos del zodíaco. De una manera u otra, en un tiempo histórico u otro, el antropomorfismo, es decir el atribuir características humanas o nombres humanos o denominaciones humanas a los dioses, a los semidioses, a los animales, a las plantas, a las cosas y a los lugares; el fitomorfismo, es decir el atribuir características vegetales o nombres vegetales o denominaciones vegetales a los dioses, a los semidioses, a los animales, a los humanos, a las cosas y a los lugares; el zoomorfismo (Pedrosa, 2002), es decir el atribuir características animales o nombres animales o denominaciones animales a los dioses, a los semidioses, a los humanos, a las plantas, a las cosas y a los lugares, son comunes en todas las culturas de la Humanidad. En este sentido, consúltese: http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/antropomorfismo-fitomorfismo-y/19j6x763f3uf8/16# […]

 

Siempre ha habido grupos de personas bien vistos y grupos de personas mal vistos, tribus y clanes mejores y tribus y clanes peores, reinos e imperios buenos y reinos e imperios malos, gremios buenos y gremios malos, sectores con buena fama y sectores con mala fama (ENCUP 2001;[68] ENCUP 2003;[69] ENCUP 2005;[70] ENCUP 2008: http://www.encup.gob.mx/encup/index.php?page=encup ),[71] asociaciones prestigiosas y asociaciones desprestigiadas. A veces estas valoraciones se han realizado sin conocimiento ni razón; otras veces sí… Y también así ha sucedido con las valoraciones que se han realizado y se realizan acerca de los animales, y más concretamente de ciertas especies de animales, en todas las culturas y en todos los tiempos. En Occidente, por ejemplo, Aristóteles consideró que aquellas personas que se parecían a determinados animales tenían un poco del carácter de esos animales: “El carácter no es independiente de la constitución física. Está condicionado por el estado de nuestro cuerpo, como también el cuerpo está influido por las enfermedades del alma […] Los que conocen bien a los animales juzgan también de su carácter a través de su apariencia física. El especialista en caballos, el que lo es en perros, escogen así consecuentemente los mejores animales. Y si se piensa que todo esto es cierto (y esto sigue siendo cierto), la fisiognomía puede ser útil.” El británico George Orwell, uno de los más grandes satíricos, periodistas y ensayistas de todos los tiempos, ha comparado a hombres y animales con una precisión singular en Rebelión en la granja, texto y film  http://www.youtube.com/watch?v=YBwBc0XSxeg – que recomendamos ampliamente para el trabajo de la imagen política. En Francia, un célebre pintor del siglo XVII, Charles Le Brun, dejó interesantes trabajos de las fisiognomías animal y humana: “miraba a los hombres con ojos de pintor de animales” […]
 
La literatura artística está llena de comparaciones entre personas y animales, según las épocas, las modas, los estilos y los contextos. Una  las comparaciones más interesantes que se han realizado en nuestros días entre humanos y animales es la de Richard Conniff, en su libro Historia natural de los ricos. El destacado escritor mexicano Julio Torri[72] ha hecho comparaciones de la mujer con los animales:

 

MUJERES.

 

Siempre me descubro reverente al paso de las mujeres elefantas, maternales, castísimas, perfectas.

 

Sé del sortilegio de las mujeres reptiles –los labios fríos, los ojos zarcos– que nos miran sin curiosidad ni comprensión desde otra especie zoológica.

 

Convulso, no recuerdo si de espanto o atracción, he conocido un raro ejemplar de mujeres tarántulas. Por misteriosa adivinación de su verdadera naturaleza vestía siempre de terciopelo negro. Tenía las pestañas largas y pesadas, y sus ojillos de bestezuela cándida me miraban con simpatía casi humana.

 

Las mujeres asnas son la perdición de los hombres superiores. Y los cenobitas secretamente piden que el diablo no revista tan terrible apariencia en la hora mortecina de las tentaciones.

 

Y tú, a quien las acompasadas dichas del matrimonio han metamorfoseado en lucia vaca que rumia deberes y faenas, y que miras con tus grandes ojos el amanerado paisaje donde paces, cesa de mugir amenazadora al incauto que se acerca a tu vida, no como el tábano de la fábula antigua, sino llevado por veleidades de naturalista curioso 

 

No podemos olvidar en una exposición de este los dos modelos de la comunicación humana[73] más habituales, algo que ya he tratado en varios textos, como por ejemplo: http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/comunicaci%C3%B3n-no-verbal-cnv-y-lenguaje/19j6x763f3uf8/47# .

 

Aparte de estos dos grandes modelos de comunicación humana, también tenemos que considerar los niveles de la comunicación humana (McEntee, 1998: 116-121). Véanse imágenes en mi libro.

 

Dentro de la comunicación humana se registran los lenguajes del silencio o la comunicación silenciosa (Ruano, 2003a; Ruano, 2008c; Urpi, 2004; Pujol y Vega, 2006; Breton, 2007; Zarraluki, 2007; Verbitsky, 2005; Martí García, 2005; Grun, 2004; Puzo, 2008; Poyato, 2003).

 

En cualquier proceso comunicativo que se realice entre los seres humanos hay que considerar a los hablantes ideales, a los discursantes ideales, es decir aquellos hablantes o discursantes que son portadores de todas las condiciones socio-lingüísticas, de todas las condiciones verbo-corporales, de todos los protocolos discursivos que un hablante o discursante o usuario de los lenguajes verbo-corporales “del contexto en cuestión” considera como ideales, suficientes, adecuadas, pertinentes, etc. La toma en consideración de las particularidades sociolingüísticas que porta un hablante es muy importante si recordamos que de ellas dependen en mucho la potencial atracción o el potencial rechazo que experimentarán los hablantes o usuarios de los lenguajes a la hora de establecer su comunicación (Abraham, 1981:244; Katz, 1966). Así por ejemplo, cuestiones como el origen de los hablantes, la cultura de los hablantes, la ideología de los hablantes, la categoría de los hablantes, la reputación, el prestigio, el liderazgo positivo, el liderazgo negativo, la raza, la imagen física o belleza o fealdad, la religión, el geolecto, el sociolecto, la pronunciación, el acervo léxico adecuado, el sexo o género, la simpatía, la pesadez, la versatilidad, el carisma, el poder de concentración y la no distractibilidad, el respeto, los problemas relacionados con la percepción, los rasgos y los elementos que se tienen en común, la gesticulación, la profesión, la especialización, los gustos, etc., afectan la competencia de los usuarios de los lenguajes y su sincronía interaccional, según sean los contextos discursivos públicos, especializados o laborales e íntimos o familiares, y según también la intercomunicación que se produce en las diferentes clases socioculturales y socioeconómicas. 

 

En la comunicación humana no sólo cuentan los idiomas, las lenguas, los dialectos, los lenguajes hablados y escritos, los lenguajes del silencio, los criterios en torno a los hablantes ideales, todos ellos con sus particularidades dentro de un mismo grupo sociolingüístico o en la comunicación intercultural, la comunicación interlingüística y la comunicación interdialectal, y con los conocidos problemas de equivalencias lingüísticas y gestuales:

 

[…] las unidades semánticas [así como también muchos de los gestos y mímicas] en el idioma o lengua original y al que se traduce tienen raramente significados iguales, pero ellos pueden funcionar igualmente en una u otra situación. […] El texto en el idioma de llegada debe corresponder, aunque sea con algunos rasgos distintivos, con el idioma de partida, y cuantos más rasgos distintivos de una situación dada coincidan con la significación contextual de los textos en las lenguas de partida y llegada, tanto mejor será la traducción (Chernávina y Ruano, 1987a: 45).

 

Aquí es muy necesario que tomemos en cuenta los lenguajes corporales, debido a que éstos nos amplían la capacidad de entender el medio que nos rodea, la capacidad de entender al “otro”, a los “otros”, que interviene e intervienen en la comunicación diaria, habitual o especializada. Son muchos los grupos especializados que tienen que considerar este aspecto de la comunicación corporal, de los lenguajes corporales, en particular pedagogos, funcionarios, directivos, gerentes, sicólogos, sociólogos, siquiatras, trabajadores de aerolíneas y otros medios de transporte internacional que trabajen con grupos lingüísticos, grupos culturales y grupos étnicos diferentes, docentes, especialistas y grupos en general que trabajan con personas con discapacidades y limitaciones de todo tipo, etc., ya sean éstos niños, adultos o ancianos. El lenguaje corporal o lenguaje no verbal de tipo corporal transmite muchos significados y tiene diferentes objetivos, tales como:

 

1.    Interés en otras personas.
 
2.    Inicio y fin de una conversación.
 
3.    Expresar sentimientos.
 

4.    Impresionar e influir en otras personas.

 

La imagen corporal, por sí misma, le “habla” a todos los componentes del “grupo”, personas que en promedio comparten códigos semejantes, de igual forma, parejo en promedio, salvo para aquellos “lectores” especializados, personas que pueden detectar signos especiales, que no todos pueden ver, y leerlos, decodificarlos, correctamente, en el mejor de los casos. Las imágenes corporales, las imágenes físicas de los seres humanos, han sido estudiadas desde muchas perspectivas, que han resultado en tipologías de gran ayuda para los especialistas en la imagen humana al nivel concreto de una ciencia y al nivel de la interdisciplinariedad. Es por esto que la imagen corporal, la imagen no verbal que se refiere al cuerpo humano, ya sea por la forma que presentan esas imágenes de manera general o debido a su estrecha relación con el discurso oral, debe ser explicada, en especial cuando el asunto es abordado por especialistas de una rama muy concreta de la imagen humana: comunicólogos, periodistas, pintores, escultores, dramaturgos, artistas, asesores de imagen, intérpretes, traductores, antropólogos, etnólogos, etólogos, filólogos, lingüistas, semióticos, semiólogos, traductólogos, cosmetólogos, cirujanos estetas, docentes y adivinadores. Tenemos que analizar, que estudiar, la comunicación corporal, la imagen corporal. Leer a la gente no es difícil, pero tampoco es como manejar un carro; no es una sola ciencia, sino el conjunto de conocimientos prácticos que se van adquiriendo con el tiempo, junto a muchos criterios y teorías salidas de muchas ciencias; es cuestión de saber mirar y escuchar; de tener paciencia para sacar, para extraer los datos necesarios de la persona o las personas analizadas, para identificar y comprender los patrones del lenguaje corporal, la voz y la conducta de cada individuo, la correlación comunicacional verbo-corporal en sus contextos específicos. En la práctica científica de “leer” a los demás no hay magia, no hay imaginería, sólo hay evaluaciones de patrones generales de comportamiento y desciframientos, evaluaciones que se han aprendido, a su vez, a través del tiempo, de la experiencia, y de muchos estudios y reflexiones interdisciplinarios y pluriculturales. También es verdad que algunas personas son algo así como lo que decía Sir Winston Churchill de Rusia: “un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”; pero éstas no son las muchas, sino las pocas, las extremadamente pocas personas; pero cuidado, que lo que sí sobra son los hipócritas y enmascarados, y a ésos sí que hay que dedicarles mucho más tiempo, y mucha más atención, en especial si se trata de pseudolíderes o líderes negativos o líderes fraudulentos que deciden la suerte de nuestras comunidades, que deciden la suerte del mundo. Si no puedes trabajar de manera profesional una imagen verbal, entonces abandona el trabajo y deja que otro colega (?) lo haga. Si no puedes trabajar de manera profesional una imagen corporal, entonces abandona el trabajo y deja que otro colega (?) lo haga. ¡Imagina entonces si pretendes trabajar la imagen “verbo”-“corporal” de una persona…! Si te metes en camisas de once varas, puedes pagar caro tu osadía con el desprestigio dentro del gremio. A la mayoría esto no le importa, pero si eres comprometido y sensato sé que sufrirás por estos errores, y creo que justamente de eso no se trata en la vida del profesional de la imagen verbal, del profesional de la imagen corporal, del profesional de la imagen verbo-corporal. En mi caso particular, como filólogo y sociolingüista de profesión, como imagólogo de profesión, después de más de treinta años de practicar de manera activa estas profesiones, desde muchos ángulos, lo que ya es una gran ganancia en este extenso campo, tengo que confesar que todavía paso trabajo a la hora de evaluar el lenguaje corporal de muchas personas y comunidades, en especial en estos tiempos de globalización, con tantos cambios de hábitos, tantas modas, tantas adopciones de protocolos foráneos, tanta pérdida de la cortesía tradicional, tantos “ires y venires” de clases sociales y clases económicas, tantas mascaradas, tantas pirotecnias discursivas… Esta tarea se me hace difícil en el trabajo y en la calle, en las consultas y en las reuniones sociales. Por eso, es imposible pretender que un curso exprés, que un estudio superficial y rápido, sin consultas de textos de clásicos del tema, sin análisis complejos de casos, de todo aquello que atañe al 93% de la comunicación, es decir la comunicación no verbal, la comunicación no verbal de tipo corporal, el lenguaje corporal, pueda convertir a un inexperto en un especialista del día a la noche. Esto sería utópico, por eso hay que trabajar duro y leer mucho, y leer, por supuesto, interpretando lo leído, sacándole la sabia del conocimiento a la lectura. Sé que esto en ciertos casos es un sueño guajiro, pero son mis pretensiones que mis alumnos lean, que investiguen, aunque su ubicación en países con barbáricos atrasos en la lectura, con deficientes sistemas educativos, con librerías tercermundistas, constituye el gran Goliat con el que tendré que enfrentarme…  

 

Sé que para muchas personas el estudio y análisis del lenguaje corporal, así como su uso correcto según sea el contexto –del mismo modo que sucede con el lenguaje verbal y sus variantes estilísticas y dialectales– podría considerarse como “una banalidad propia de un elitismo ocioso que finalmente no resuelve nada”, precisamente en estos tiempos en donde, tristemente, la mayoría de las personas tiene que luchar tanto para alcanzar las condiciones elementales de la vida, sin tiempo para “reflexionar” acerca de las conductas habituales de los seres que les rodean. Si usted cree que no es necesario tomar en cuenta el qué hablamos, cómo hablamos, dónde hablamos, con quién hablamos y, de la misma manera, cómo reaccionamos y cómo nos movemos ante los variados estímulos que recibimos en la vida pública, en la vida laboral y en la vida íntima, si piensa que no son tan importantes los protocolos, las cortesías y ciertos modales pertinentes según sean el contexto, las jerarquías, las categorías, si es de los que cree que a los demás no les importa lo que decimos y lo que hacemos, que las cosas no deben cambiar porque siempre han sido así y así deben seguir porque así nos las enseñaron y porque así las aprendimos, entonces recuerde que 9 de cada 10 conflictos o altercados que tenemos se deben, justamente, a problemas de la comunicación verbo-corporal. Partiendo de aquí, le recomendamos leer y reflexionar un poco en torno a esta guía, en torno a aquella parte o partes que más le llamen la atención, y podrá encontrar solución a muchos de los problemas que le han afectado y le afectan en su tratamiento social, profesional e íntimo con los demás, que le afectan de manera negativa su imagen social, su imagen pública. Sin duda alguna, este libro le permitirá recapacitar acerca de muchos aspectos tanto de su propia imagen social, de su propia imagen pública, como acerca de la imagen social, de la imagen pública, de su grupo y de la gente que le rodea. Sabemos que nuestros comentarios no pueden ser resolutivos –eso nunca pasa con las reflexiones que se producen en el ámbito sociológico, lingüístico, imagológico o humanístico–; pero sí estamos seguros de que serán preventivos: una u otra conducta verbo-corporal, una u otra imagen verbo-corporal, puede o no conducir por los caminos del triunfo en la vida social. ¿Qué algo le falta a este libro? No, a este libro no le falta “algo”, sino “mucho”. A ningún individuo sensato se le ocurriría pensar que en unas 808 páginas se puede exponer “el todo” de la comunicación verbo-corporal, de la comunicación corporal, de los lenguajes corporales, en las actuales situaciones de mundialización y migraciones aceleradas, tumultuosas y desesperadas: Occidente y Oriente en contacto continuo, Sur y Norte en contacto continuo; en contacto continuo los 6 continentes: África, América, Asia, Antártida, Europa y Oceanía; en contacto continuo “los de arriba” y “los de abajo”, los “ricos” y los pobres”, los primermundistas y los tercermundistas y cuartomundistas, los “alfabetizados”, los “semialfabetizados” y los “analfabetas”, los inteligentes y los estúpidos, los aptos y los ineptos, los de las ciencias exactas y los de las ciencias sociales y humanísticas; en contacto continuo los “seres de este mundo” y los “seres –al parecer– de otro mundo”; en contacto continuo los individuos portadores de inteligencias múltiples o de alguna inteligencia muy marcada y los individuos portadores al parecer de 0 inteligencia, es decir individuos realmente “tarados”; en contacto continuo los blancos y los no blancos; en contacto continuo los funcionales o válidos (?) y los disfuncionales o inválidos o minusválidos (?); en contacto continuo los fuertes, armados, agresores, ofensores y perseguidores con los débiles, desarmados, agredidos, ofendidos y perseguidos; en contacto continuo los gordos y los flacos, los flacos y los raquíticos y los gordos, los raquíticos y los “normales” –por lo menos “al parecer”–; en contacto continuo los altos y los bajos; en contacto continuo los sanos y los enfermos; en contacto continuo las mujeres y los hombres y las personas del tercer sexo; en contacto continuo los viejos y los jóvenes y los viejos que no quieren ser viejos pero que nunca serán jóvenes; en contacto continuo los bonitos y los feos; en contacto continuo los sexis y sensuales y los frígidos; en contacto continuo los triunfadores y los frustrados; en contacto continuo los educados y los rústicos; en contacto continuo los inocentes y cándidos con los perversos… Esto por un lado, y, por otro lado, quién, de la ciencia que sea, del área de investigaciones que sea, puede darse el lujo de decir en nuestros días de multidisciplinaridad que es un “todólogo”, un “único etcétera”, el “non plus ultra”. Bueno, en realidad sí oímos, de vez en cuando, a algunos predicar su “todología” y su “únicaetceteridad”; pero sabemos que esto es, ni más ni menos, que la expresión de la frustración y la ignorancia, entre otras cosas: ¡vivir de ilusiones para morir de desencanto!

 

Si luego de todo lo comentado hasta aquí todavía tiene dudas en torno a la importancia de la imagen pública, de la imagen social, en especial a través de los actos verbales y no verbales que producimos, a través de los lenguajes corporales, en cualquiera de las tres grandes esferas del desempeño de la comunicación humana: 1. Esfera pública, 2. Esfera laboral o especializada y 3. Esfera íntima, entonces sencillamente pregúntese por qué hasta los dioses se han preocupado por su imagen ante los demás, se han preocupado del qué dirán, del cómo son percibidos por los demás:

 

13 Viniendo después Jesús al territorio de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que soy Yo? 14 Respondieron ellos: Unos dicen que Juan Bautista, otros Elías, otros, en fin, Jeremías, o alguno de los profetas. 15 Les dice Jesús: Y vosotros ¿quién decís que soy yo? 16 Tomando la palabra Simón Pedro dijo: Tú eres el Cristo o Mesías, el Hijo del Dios vivo (Mateo, 16).

 

A continuación consideraremos el lenguaje corporal a partir de diecisiete aspectos:

 

1.       Cabeza.

2.       Contacto visual.

3.       Postura o cinestesia.

4.       Ademanes o gestos. Los brazos y las manos en acción.

5.       Piernas y pies.

6.       Sincronía interaccional u orientación del cuerpo.

7.       Boca.

8.       Voz.

9.       Pelo.

10.      Ropa, adornos y joyería.

11.      Proxémica o distancia corporal o distancia física.

12.      Olfato y aromas.

13.      Piel o nivel áctico o sentido del tacto o comunicación táctil o comunicación háptica.

14.      Tiempo.

15.      Medio ambiente o territorialidad o lugar.

16.      Las relaciones sociales y la cortesía en público, en el trabajo y en la intimidad.

17.      Las formas de alimentarse como objeto de análisis en la comunicación no verbal.

 

Veamos los detalles […]
 
 
 

Filólogo        e    imagólogo                  Fernando Antonio Ruano Faxas 
Philologist and Image Consultant     Fernando Antonio Ruano Faxas
Филолог     и   консультант           Фернандо Антонио Руано Факсас
 
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Hacia la calidad integral sin fronteras

 
 
 

http://fernandoantonioruanofaxas.blogspot.com/

  

 


[1] Román Gubern (2000). El eros electrónico. México, Taurus, 100.

[2] La variedad, alcance y comportamiento de la cultura popular puede tratarse a través de un pequeño y práctico texto: Adolfo Colombres (comp.) (1997). La cultura popular. México, Diálogo.

[3] Solamente  acerca  de  los orígenes  del hombre  americano  aparecen  más  de  cinco  grandes teorías:  1. El origen autóctono,   2. El origen  único:  Hrdlička, 3. Hipótesis del origen múltiple: Rivet, 4. Origen africano, 5 Origen oceánico. En torno a este tema pueden consultarse, entre otros materiales: Alba González Jácome (comp.) (1987). Orígenes del hombre americano. México, SEP; México Antiguo (1978). México, Salvat, t. 1, 27-54; José Imbelloni. Poblamiento primitivo de América e Investigaciones sobre la etnogénesis americana.

[4] Javier Ocampo López (1993). “Mitos y creencias en los procesos de cambio de América latina”, en América Latina en sus ideas. México, Siglo Veintiuno Editores, 413-414. Para el tratamiento de los mitos políticos, recomendamos: Manuel García Pelayo (1964). Mitos y símbolos políticos. Madrid, Taurus. Otro texto que trata los mitos es: Martín Sagrera (1967). Mitos y sociedad. Barcelona, Labor.

[5] Acerca de la interpretación que dieron conquistadores y sacerdotes en torno a los orígenes de los amerindios, y en este caso concreto de los mexicanos, véase, por ejemplo: Francisco Javier Clavijero (1987). Historia Antigua de México. México, PORRÚA, “Quiénes fueron los pobladores de América”, 427-432; “De dónde y cómo pasaron los pobladores y los animales a América”, 432-442.

[6] Al respecto véase, por ejemplo: Miguel Rojas Mix (1990). Cultura afroamericana. De esclavos a ciudadanos. Madrid, Anaya.

[7] Israel es un estado de Asia, situado en el Oriente medio, a orillas del Mediterráneo. Este estado posee unos 20 770 km2 de extensión y unos 5 millones de habitantes.

[8] Al respecto puede verse el video El poblamiento de América, disponible en http://www.youtube.com/watch?v=Es0RAo5kyng&feature=related .

[9] Para considerar la posible presencia de los chinos en América, mucho antes de que llegaran los europeos con Cristóbal Colón, véase, por ejemplo: Gavin Menzies (2004). 1421. El año en que China descubrió el Nuevo Mundo. España, Random House Mondadori.

[10] El tratamiento del color en todos sus aspectos y temas puede hacerse a través de: Rosa Gallego y Juan Carlos Sanz (2001). Diccionario del color. España, Akal; Eulalio Ferrer (2000). Los lenguajes del color. México, FCE. Para los especialistas en Ingeniería en Imagen de México recomiendo, en especial, los siguientes capítulos de Los lenguajes del color: capítulo II: “El color en la historia de México”, 49-73 y el capítulo XI: “El color en la moda”, 313-368.

[11] Mark. L. Knapp, op. cit., 151-165.

[12] Carlota Solé (1995). Prevenir contra la discriminación. Actitudes y opiniones ante la inmigración extranjera. España, Consejo Económico y Social. Para considerar las particularidades de la discriminación en México, véase Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México: http://www.sedesol.gob.mx/subsecretarias/prospectiva/subse_discriminacion.htm#  . Para considerar cómo se produce la discriminación entre los niños y las niñas, y los adolescentes, véase: Gina Solari y Marco Sotelo (coords.) (2006). Lucha contra todas las formas de discriminación en niños, niñas y adolescentes en Centroamérica. Suecia, Save the Children, disponible en  http://www.scslat.org/web/publicaciones/interna.php?xid=295&xfontmore=1&xleng=e&xopcp=5  .

[13] Teun A. van Dijk (2003). Racismo y discurso de las élites. España, Gedisa.

[14] J. H. Griffin (1960). Black Like Me. Boston, Houghton Mifflin, 121-122, apud  Mark. L. Knapp, op. cit., 159. El racismo ha estado presente en la historia y la actualidad, y en las más variadas esferas de la vida humana. El racismo, a través de los llamados “filtros raciales”, marca la vida de los individuos y las comunidades de manera “positiva” o “negativa”. Los individuos que pertenecen a las “razas en desventaja” son condicionados, manipulados, rechazados y hasta agredidos verbal y corporalmente, y en el mercado y la actividad de compra-venta inmobiliaria estadounidense, por ejemplo, son tratados de manera deshonesta y estafados por los agentes de venta y los bancos. Algunos de los problemas que pueden presentar las “razas en desventaja” pueden ser consultados en www.ftc.gov/espanol .   

[16] Para tratar algunos de los problemas de la corrupción en América y concretamente en México, véanse, por ejemplo, los siguientes textos: Hugo Vargas (1997). Cuando la derecha nos alcance. México, PANGEA EDRS; Hugo Salinas Price (2000). Mis años con Elektra. México, Diana; Germán Dehesa (2002). “¿Cómo nos arreglamos?”. Prontuario de la corrupción en México. México, Diana; Alan Riding (2002). “La corrupción: lubricante y engrudo”, en Vecinos distantes. Un retrato de los mexicanos. México, Joaquín Mortiz, 140-164; José González González (1983). Lo negro del Negro Durazo. México, Posada; Jorge Carpizo (2000). Anatomía de perversidades. Reflexiones sobre la moral pública en México. México, Aguilar; Marco Antonio Castillo López (2002). Con las botas puestas. Encuentros fortuitos con la corrupción. México, Libros para Todos; Rafael Loret de Mola (1984). El juicio. México, Grijalbo; Rafael Loret de Mola (1999). Los escándalos: un ensayo donde los culpables de los desórdenes tienen nombres y apellidos. México, Grijalbo; Rafael Loret de Mola (2001). Los cómplices. México, Océano; Héctor Cervantes Choza (2002). Descentralización VS corrupción. México, Taller Abierto; Claudio Lomnitz Adler (coord.) (2000). Vicios públicos, virtudes privadas. La corrupción en México. México, Porrúa; Luis Pazos (2000). Ineptitud presidencial. México, Diana; Luis Pazos (2002). Herencia del PRI, reto de Fox. México, Diana; Elliott Kimberly Ann (2001). La corrupción en la economía global. México, Limusa; J. Jesús Blancornelas (1997). Una vez nada más. México, Océano; Eduardo R. Huchim May (1996). El sistema se cae: últimos escenarios de la crisis política. México, Grijalbo; Andrés Manuel López Obrador (1995). Entre la historia y la esperanza. Corrupción y lucha democrática en Tabasco. México, Grijalbo; Andrés Manuel López Obrador (1999). Fobaproa, expediente abierto. Reseña y archivo. México, Grijalbo; Francisco Martín Moreno (1994). La respuesta. México, Planeta; Beatriz Martínez de Murguía (1999). La policía en México: ¿orden social y criminalidad? México, Planeta; José Martínez (1999). Las enseñanzas del profesor: indagación de Carlos Hank González: lecciones de poder, impunidad y corrupción. México, Océano; Rafael Menjívar Ochoa (1999). Manual del perfecto transa o de cómo vivir del presupuesto para no vivir en el error. México, Patria; Juan Pablo Moreno (1999). Guanajuato: donde la justicia no vale nada. México, Plaza y Valdés; Stephen D. Morris (1992). Corrupción y política en el México contemporáneo. México, Siglo Veintiuno; Andrés Oppenheimer (1996). México: en la frontera del Caos. México, J. Vergara; Andrés Oppenheimer (1998). Crónicas de héroes y bandidos. México, Grijalbo; Felipe Ruanova Zárate (1995). Hank: el sello de la impunidad. México, Posada; Julio Scherer García (1997). Salinas y su imperio. México, Océano; José Luis Trueba Lara (1996). Raúl Salinas de Gortari. El abuso del poder. México, Planeta; Carlos Elizondo (1987). La silla embrujada: historia de la corrupción en México. México, Edamex; Oscar Flores Tapia (1983). José López Portillo y yo: historia de una infamia. México, Grijalbo; William Michael Reisman (1981). ¿Remedios contra la corrupción?: cohecho, cruzada y reformas. México, FCE; Roberto Blanco Moheno (1979). La corrupción en México. México, Bruguera; Nelson Arteaga Botello y Adrian López Rivera (1998). Policía y corrupción. México, Plaza y Valdés; Fernando Mota Martínez (1999). ¡LAi se va!: el rostro oscuro de México. México, Times; Juan Lozano y Valeria Merino Dinari (comps.) (1998). La hora de la transparencia: manual de anticorrupción en la función pública. Buenos Aires, Gránica; José Vasconcelos (1937). Ulises Criollo; Laureano Vallenilla Lanz (1919). Cesarismo democrático; ENCUP 2001, ENCUP 2003, ENCUP 2005, ENCUP 2008:  http://www.encup.gob.mx/encup/index.php?page=encup ; José Manuel Villalpando y Alejandro Rosas (2003). Historia de México a través de sus gobernantes. México, Planeta; Lino Corrodi (2003). Me la jugué. El verdadero amigo de Fox. México, Grijalbo; Erick Guerrero Rosas (2004). Los demonios de la transición. ¿Cómo exorcizarlos? México, Diana; Julia Preston y Samuel Dillon (2004). El despertar de México. México, Océano; Harris Godfrey (2004). Corrupción. Cómo lidiar con su impacto en los negocios y la sociedad. México, Panorama; Olga Wornat (2005). Crónicas malditas desde un México desolado. México, Grijalbo; Anabel Hernández y Arelí Quintero (2005). La familia presidencial. El gobierno del cambio bajo sospecha de corrupción. México, Grijalbo; Julio Derbez (2005). La fábula de Amatlán. México, Grijalbo; Julio Scherer García (2005). La pareja. México, Plaza y Janés; Julio Scherer García (2008). La terca memoria. México, DEBOLSILLO; Raúl Monge (2005). El tango de Ahumada. México, Grijalbo; Lydia Cacho (2005). Los demonios del edén. El poder protege a la pornografía infantil. México, Grijalbo; César Mascareñas (coord.) (2005). El círculo del poder y la espiral del silencio. La historia oculta del padre Marcial Maciel y Los Legionarios de Cristo. México, Grijalbo; Esteban David Rodríguez (2005). Los dueños del Congreso. El poder legislativo secuestrado por dinastías familiares y clanes del dinero. México, Grijalbo; Héctor Aguilar Camín (2005). La conspiración de la fortuna. México, Planeta; Andrés Oppenheimer (2005). Ojos vendados: Estados Unidos y el negocio de la corrupción en América Latina. Uruguay, Editorial Sudamericana; Amnistía Internacional (2005). Amnistía Internacional. Informe 2005. El estado de los derechos humanos en el mundo. México, Amnistía Internacional; Federico Arreola (2006). La lucha de la gente contra el poder del dinero. México, Aguilar; Alfonso Durazo (2006). Saldos del cambio. Una crítica política de la alternancia. México, Plaza & Janés; Denise Dresser y Jorge Volpi (2006). México. Lo que todo ciudadano quisiera (no) saber de su patria. México, Aguilar; Joseph Contreras (2006). Tan lejos de Dios. El México moderno a la sombra de Estados Unidos. México, Grijalbo; José Reveles (2006). Las manos sucias del PAN. Historia de un atraco multimillonario a los pobres. México, Temas de Hoy; Ricardo Ravelo (2006). Los narcoabogados. México, Grijalbo; Anabel Hernández (2006). Fin de fiesta en Los Pinos. México, Grijalbo; Miguel Badillo (2006). Isosa, fraude transexenal a la nación: la historia completa y los documentos. México, Contralínea; Socorro Díaz (2007). Reporte 2006. El desquite. México, Tinta; Andrés Manuel López Obrado (2007). La mafia nos robó la presidencia: sólo le han quitado una pluma a nuestro gallo. México, Grijalbo; Lorenzo Meyer (2007). El espejismo democrático. México, Océano; Ricardo Raphael (2007). Los socios de Elba Esther. México, Planeta; Salvador García Soto y Christian Ahumada (2007). Los cuentos del Duende. Libro y Audiolibro. México, Editorial Endira; Brozo, “El Payaso Tenebroso” (Víctor Trujillo) (2007). Cuentos asquerosos. México, Grijalbo; Luis Mandoki (2007). Fraude. Film. México; Gregory Nava (2006). Verdades que matan o Bordertown (Las muertas de Juárez, cifra que se ha llegado a estimar hasta en 5000 muertas y/o desaparecidas). Film. U.S.A., con la participación estelar de Jennifer López, Antonio Banderas, Sonia Braga y Martin Sheen; Sanjuana Martínez (2007). Prueba de fe. La red de cardenales y obispos en la pederastia clerical. México, Planeta; Jorge Castañeda y Rubén Aguilar (2007). La diferencia. Radiografía de un sexenio. México, Grijalbo; José Agustín Ortiz Pinchetti (2006). Andrés Manuel y sus claves. México, PORRÚA; Manuel Espino Barrientos (2008). Señal de Alerta: Advertencia de una regresión política. México, Planeta; José Antonio Crespo (2008). 2006: hablan las actas. Las debilidades de la autoridad electoral mexicana. México, Debate; Proceso, No. 1323 de 2008, en su edición especial No. 22, Beijing 2008. China; José Antonio Ortega Sánchez y Fernando Guzmán Pérez (2008). La verdad os hará Libres, no tengan miedo. México, Arquidiócesis de Guadalajara; Luis Carlos Ugalde (2008). Así lo viví. Testimonio de la elección presidencial de 2006, la más competida de la historia moderna de México. México, Grijalbo; Carlos Ahumada (2009). Derecho de réplica. Revelaciones de la más alta pantalla política en México. México. Grijalbo; Roberto Madrazo Pintado (2009). El despojo. México, Planeta… La corrupción y la estafa han llegado a tal nivel, que existen manuales que instruyen acerca de cómo detectar y tratar a los corruptos y estafadores, como, por ejemplo: Frank W. Abagnale (2003). El arte de la estafa. México, Diana.

[17] Para considerar más detalladamente la corrupción, los abusos sexuales y la pederastia en la Iglesia católica de América, véase: Fernando Antonio Ruano Faxas (2003e). Algunos recursos para valorar la comunicación a través del lenguaje oral, del lenguaje escrito y del lenguaje corporal: El área geográfica y los climas, Esferas socioculturales, Los estilos, La edad, El sexo, El tabú  y la Comunicación no verbal. México, Ediciones ЯR. Consúltense, además, las siguientes páginas en Internet: http://conlajusticia.wordpress.com/ y http://conlajusticia.wordpress.com/about/ .

[18] Creo que la gran controversia de nosotros los hispanoamericanos radica en nuestras raíces, en nuestros orígenes étnicos, en nuestros mestizajes, en nuestros traumas raciales, poblacionales, culturales, lingüísticos y dialectales, y de aquí una vida de contraposición histórica entre hispanófilos e hispanófobos. ¡Qué empeño de replicantes alterados! ¡Ese afán por ser lo que nunca has sido ni nunca serás, por ser parte de aquello que inclusive desconoces, algo a lo que no perteneces! ¡Ese afán de no ser lo que en realidad eres, por no ser parte de tu verdadero mundo! ¿Qué es lo que racialmente le preocupa a un latinoamericano común: ¡el “ser” o el “no ser”!? Pero si los españoles son tan mestizos como nosotros los americanos: “Los españoles son desde el punto de vista antropológico la resultante final de un complicadísimo proceso de mestización entre distintas razas: los iberos, los semitas fenicios, los romanos, los godos de origen germánico, los moros –árabes y negros–, etc., de tal modo que la mezcla de tan distintos elementos raciales dentro de la nación  –el mestizaje interior– no había llegado todavía a un grado que permitiera considerar  al español como un grupo étnico homogéneo” (Siegfried Askinasy [1939]. México indígena. México, Cosmos, 147). ¡Qué gran pena y cuánta confusión! ¡Pero así siempre ha sido, así es y… así será! Para tratar más detalladamente los problemas de la hispanofilia y la hispanofobia en América, véase, por ejemplo: Manuel Gamio (1916). “España y los españoles”, en Forjando Patria. México, PORRÚA.

[19] España hoy persigue, furiosamente, y menciono aquí en especial el nombre del magistrado Baltazar Garzón Real, a los “criminales” de América: Augusto Pinochet, Henry Kissinger, Adolfo Scilingo…; pero pregúntenle a los familiares de las víctimas del franquismo qué ha hecho, realmente, España para lavar esta afrenta: ¡nada!  Al respecto véase, por ejemplo: P. Aguilar (1996). Memoria y olvido de la Guerra Civil española. Madrid, Alianza.

[20] Acerca de los mitos de España y los españoles véase: Fernando García de Cortazar (2003). Los mitos en la historia de España. España, Planeta. Para tratar las diferencias entre “mito” y “mitoide”, consúltese: Francisco Miró Quesada (1993). “Ciencia y técnica: ideas y mitoides”, en América Latina en sus ideas. México, Siglo XXI, 72-94.

[21] Como he comentado en otro de mis trabajos (Ruano, 2007b), hasta la Iglesia española hoy se deslinda de Franco y del franquismo:

 

La Iglesia española pide perdón por su papel en la Guerra Civil. El titular de la Conferencia Episcopal solicitó disculpas por “actuaciones concretas” de la institución hace 7 décadas. Es un significativo cambio ya que entonces la cúpula eclesiástica era aliada del dictador Franco […] La Iglesia española fue un firme apoyo de los militares sublevados contra la República que originó la Guerra Civil. Encabezada por el cardenal Primado arzobispo de Toledo, Isidro Gomá, la jerarquía proclamó su apoyo a la “Cruzada Nacional” del dictador fascista Francisco Franco, aliado a Adolf Hitler y Benito Mussolini […] El apoyo eclesiástico se convirtió además una presencia en los poderes del estado franquista. En las Cortes de 1943 eran procuradores (diputados) los arzobispos de Sevilla (Segura), Toledo (Pla y Daniel), Granada (Parrado), Santiago de Compostela (Muñiz), Burgos (Castro) y los obispos de León (Ballester) y Barcelona (Mondrego). También estaban presentes altos prelados en el Consejo de Estado, supremo órgano consultivo del régimen. El Cardenal Primado, Isidro Gomá, fue el principal ideólogo del apoyo irrestricto de la Iglesia a Franco. Una foto lo muestra haciendo el saludo fascista junto al tirano. El Cardenal recibió la “espada vencedora” que Franco ofrendó a Dios y ordenó que fuera custodiada en el Tesoro de la Catedral Primada de Toledo […] En el seno de la jerarquía católica española existen dos visiones para afrontar el pasado y el presente: por un lado, la liderada por Blázquez, que aboga por la reconciliación entre españoles y por asumir íntegramente el espíritu del Concilio Vaticano II, que proclama la separación de la Iglesia de cualquier poder político y económico. El segundo grupo, mayoritario y que tiene como principal exponente al cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, se niega a reconocer su responsabilidad en la guerra fratricida y en la dictadura, además de que apuesta por una abierta pugna con el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

 

En Alejandro Gutiérrez (2007). “Memoria convulsa. España se dirige hacia sus elecciones generales en medio de una intensa polémica por el contenido de su llamada Ley de Memoria Histórica […]”, en Proceso, No. 1626:46, se lee lo siguiente:

 

Contradicción eclesiástica.

 

En medio de la polémica por el desmantelamiento del franquismo, una declaración cimbró a la Iglesia católica, acusada de colaboracionismo con la dictadura franquista: El Presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez Pérez, sugirió que la Iglesia debía pedir perdón […] fueron los curas los que dieron los nombres de “los rojos” en cada pueblo, los que inmediatamente fueron fusilados por el ejército franquista. Y teniendo en cuenta este último aspecto, la Iglesia bien podría callarse o pedir perdón, y no parece que tengan esa actitud.

[22] Jesús de Andrés Sanz (2006). Los símbolos y la memoria del Franquismo. España, Fundación Alternativas, en http://www.falternativas.org/base/download/9372_31-01-07_EP%2023.2006.pdf .

[23] Silva, E. y S. Macías (2003). Las fosas de Franco. Madrid, Temas de Hoy; J. Rodrigo (2005). Cautivos: campos de concentración en la España franquista, 1936-1947. Barcelona, Crítica.

[24] Américo Castro (1982). La realidad histórica de España. México, PORRÚA, 1-4.

[25] José Ortega y Gasset (1990). Meditaciones del Quijote. Madrid, Cátedra. Véanse también: La realidad histórica de España, de Américo Castro; La sociedad española en el siglo XVIII, de Antonio Domínguez Ortiz; El individualismo español, de Miguel de Unamuno; El español y su tradición, de María Zambrano, entre cientos de textos que tratan los temas de la tradición, el carácter, las frustraciones y el individualismo de España y los españoles. El individualismo español ha llegado a ser considerado en estos términos: “El individualismo es, en efecto, la nota dominante en todos los aspectos de la historia española. La Conquista de América, por ejemplo, no fue obra de España como nación, sino una hazaña de aventureros individuales que obraban por propia cuenta. Ya en los iberos primitivos que vivían en tribus, se señalaba, entre los individuos, un gran orgullo contrario a toda unión o disciplina. Lo curioso de España es que allí se puede ser individualista hasta lo extremo sin dejar de ser español. Parece que en aquel país, mientras más exaltado es el individualismo, se es más profundamente español. La inestabilidad de la vida española […] es el efecto de la fuerza centrífuga de los individuos que dificulta toda acción colectiva uniforme […] Cada español parece un átomo rebelde cuyo movimiento tiende a separarlo de su centro natural de gravitación […] «El español de ultramar –dice Madariaga– era tan individualista como su hermano europeo» […] Cada una de las colonias tendía a convertirse en otras tantas Españas. No obstante que la revolución de independencia enarbolaba la bandera contra España al grito de «mueran los gachupines», en esta misma actitud de negación se revelaba la psicología hispánica. No hacíamos otra cosa que emanciparnos de España a la española” (Ramos, 2001: 31-32).

[26] Para tratar los mitos mexicanos véanse, por ejemplo: Enrique Florescano (coord.) (2003). Mitos mexicanos. México, Taurus; Jorge Carrión (1975). Mito y magia del mexicano. México, Nuestro Tiempo; Gabriel Careaga (1998). Mitos y fantasía de la clase media en México. México, Cal y Arena; Macario Schettino (2007). Cien años de confusión. México en el siglo XX. México, Taurus; Alfredo López Austin (1990). Los mitos del tlacuache. Caminos de la mitología mesoamericana. México, Alianza Editorial; Michel Graulich (1990). Mitos y rituales del México antiguo. Madrid, Colegio Universitario de Ediciones Istmo.

[27] Acerca de los grandes problemas de la interpretación del origen y la vida de los peninsulares ibéricos, pueden consultarse los siguientes materiales: Américo Castro (1982). La realidad histórica de España. México, PORRÚA; María Luisa Ruiz-Gálvez Priego (1990). Prehistoria de España. México, REI; Rafael Lapesa (1991). Historia de la lengua española. Madrid, Gredos, especialmente las páginas 13 a la 52, en donde se plantea que en España hay “nombres de multitud de pueblos y tribus de diverso origen, que pulularon en abigarrada promiscuidad”; Antonio Sánchez Barbudo (1980). “Sobre España y los españoles: una visión desde fuera y desde dentro”, en Ensayos y recuerdos. Barcelona, LAIA.

[28] Para considerar las particularidades geográficas y socioeconómicas en los Estados Unidos, véase: Eva S. de Kras, op. cit., XII-XIV.

[29] Iván Zavala (2001). Diferencias culturales en América del Norte. México, UNAM-PORRÚA, 51-60, 376-403.

[30] Este tema de las diferencias abismales entre latinoamericanos y estadounidenses, entre mexicanos y estadounidenses, es viejo, como puede verse en Waldo Frank (1942). Ustedes y nosotros. Buenos Aires, Losada; Luís Alberto Sánchez (1945). ¿Existe América Latina? México, FCE; Russell Humke Fitzgibbon y Flaud C. Wooton (1946). Latin America, past and present. Boston, Heath and Co; Daniel Cosío Villegas (1949). “Los problemas de América”, en El ensayo: siglos XIX y XX. México, Promexa, 316-331. Más recientemente, se puede consultarse a: Alan Riding (2002). Vecinos distantes. Un retrato de los mexicanos. México, Joaquín Mortiz; Eva S. de Kras (1990). Cultura gerencial México-Estados Unidos. México, Grupo Editorial Iberoamericana; Iván Zavala (2001). Diferencias culturales en América del Norte. México, UNAM-PORRÚA; Fernando Antonio Ruano Faxas (2003). Qué entender por calidad y calidad de vida en el trabajo. México, Ediciones ЯR; Robert H. McBridge (1981). Mexico and the United States. EE. UU., Prentice Hall; Lorenzo Meyer (1982). México-Estados Unidos. México, El Colegio de México.

[31] Manuel Moreno Fraginals (1996). Cuba/España, España/Cuba. Historia común. Barcelona, Grijalbo, 263-264. Sobre este tema, también recomiendo consultar: Miguel Rojas Mix (1990). Cultura afroamericana. De esclavos a ciudadanos. Madrid, Anaya, especialmente el capítulo 4, “En la América hispana, el negro se hace moreno”, 63-65, y el capítulo 5, “Se puede ser negro y querer ser blanco”, 66-69.

[32] Benito Pérez Galdós. Obras completas. España, Aguilar, t. I, 561.

[33] Manuel Moreno Fraginals (1996). Cuba/España, España/Cuba. Historia común. Barcelona, Grijalbo, 264-265.

[34] La obesidad se ha convertido en un tremendo problema mundial, que afecta a la población desde la misma formación fetal –debido a la herencia– y la infancia, como se muestra en el siguiente libro: Claudia González y Lourdes Alcañiz (2006). Gordito no significa saludable. Lo que toda madre latina debe saber para criar niños felices y saludables. New York, Berkley Books.

 

El país que registra el mayor por ciento de obesos adultos a nivel mundial es Estados Unidos. Y en segundo lugar está México, buscando el primer lugar ya para el cercano año 2018, según afirman varias fuentes informativas, entre ellas EFE, a través del periódico mexicano El Universal, información disponible en http://www.el-universal.com.mx/articulos/44874.html :

 

México, será el país con más gordos del planeta en 2018

 

Advierte especialista que los problemas de obesidad son ya más comunes desde edades tempranas, cada vez es más frecuente ver a un niño de 7 u 8 años con el peso de un adulto de sesenta kilos.

 

Casi el 70% de los mexicanos, algo más de 70 millones de personas, tiene problemas con su peso, ya se trate de obesidad (cerca del 40%) o de sobrepeso (sobre el 30%), de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud 2006.

 

La razón hay que buscarla principalmente en la influencia de la comida rápida estadounidense o “comida chatarra” en la dieta tradicional mexicana, especialmente en las zonas urbanas, dijo la experta.

 

Hamburguesas, pizzas y refrescos, de los que México es el primer consumidor mundial por persona, han restado espacio en el plato a los tradicionales maíz, frijol, vegetales y carne típicos de la gastronomía local, según el IMSS […]

 

En este país es común que los trabajadores recurran habitualmente al taco, las quesadillas y otros “antojitos” (pinchos) mexicanos en puestos callejeros a la hora de la comida o en cualquier momento que sientan hambre en lugar de tener una alimentación más regular y equilibrada. Donde los especialistas mexicanos de nutrición se muestran más preocupados es con respecto a niños y adolescentes ya que entre 1999 y 2006 la incidencia de sobrepeso y obesidad en este grupo aumentó del 21,9% al 28,7%. Paradójicamente, la zona sur del país sigue luchando contra la desnutrición infantil, que ha logrado reducirse del 6 al 1,6 por ciento en el mismo período, según datos oficiales. Estados como Chiapas y Oaxaca, de los más pobres y con mayor presencia indígena del país, son los que más sufren este problema.

 

En obesidad infantil, el primer lugar a nivel mundial lo tiene México, según:  http://publicalpha.com/obesidad-infantil-epidemia-silenciosa/  ,  http://lavozeneldesierto.com/2008/08/16/mexico-y-sus-medallas/  ,  http://www.mundodehoy.com/2008/08/01/Nacional/M.E.xico/4166.html  ,  http://conade.gob.mx/conade_10/informacion_10_noticia.asp?id=17608  , etc.

 

Por lo pronto, para ir preparando el cercano lugar de la victoria –si tomamos en cuenta las estadísticas de la Secretaría de Salud de México acerca de la obesidad en este país– en obesidad de adultos, ya tenemos en México al ser humano más gordo del mundo, récord Guinness de gordura humana. La imagen fue tomada de http://spanish.peopledaily.com.cn/31614/6355977.html :

 

El mexicano Manuel Uribe Garza, de 43 años de edad, originario de la ciudad de Monterrey, en el estado de Nuevo León

Récord Guinness de obesidad humanidad: 560 kilogramos de peso

 

En Estados Unidos son los afronorteamericanos el grupo más afectado por esta enfermedad, seguidos por los hispanos y finalmente los caucásicos –blancos–. Con mucha preocupación hemos recibido los datos que en septiembre de 2002 presentaron la ONU y las autoridades mexicanas acerca de que en México más de 30 millones de personas son obesas y, muchos otros millones, debido a sus hábitos alimenticios y la misma información genética, tienden a la obesidad. ¡Claro que hay que tomar medidas! No es ya un problema estético; es un grave problema de salud. La obesidad es una epidemia, es una enfermedad progresiva, que no se quita con el tiempo, que afecta a todo el mundo, y a niños y a adultos. La obesidad está condicionada, en mucho, por los malos hábitos alimenticios, y hay que distinguir entre los dos tipos de obesidad: 1. Obesidad exógena, es decir la obesidad relacionada con la alimentación, y en donde el individuo puede tener un mejor control de la gordura, de la obesidad, llevando de manera adecuada los hábitos y protocolos de ingesta, de comida, y 2. Obesidad endógena, que es una obesidad relacionada con causas metabólicas, es decir con los procesos físico-químicos que se producen en el cuerpo, y obviamente esto ya es muy complejo para tratarlo, y se requiere de excelentes especialistas médicos para investigar las causas endógenas concretas de la obesidad en cada cultura en particular y en cada individuo en particular. Todos los países presentan sus estimados o estadísticas de obesidad en mujeres y hombres, como se puede apreciar consultando la siguiente página de Internet: http://www.who.int/infobase/report.aspx?rid=118&redirected=reporter_id_1 .

 

Desgraciadamente, existen culturas como la estadounidense y la mexicana, en donde las causas endógenas de la obesidad están a la orden del día, aparte de, por supuesto, las causas exógenas. En los Estados Unidos estas causas han sido investigadas de manera adecuada, aunque todavía falta mucho por hacer. En México, país atrasado y tercermundista, las causas endógenas de la obesidad están todavía en una situación de investigación en pañales, debido a la gran variedad de culturas o etnias o razas que habitan este país, y que son afectadas por igual, un poco más o un poco menos, por la obesidad. En nuestros días de modernidad o hipermodernidad estamos en un gran problema alimenticio, si tomamos en cuenta, entre otros múltiples factores alimentarios, el hecho de que los hábitos de ingesta, de comida, de alimentación, del mundo desarrollado han sido copiados por los países subdesarrollados, concretamente y sobre todo –aunque no exclusivamente– por las clases medias y las clases altas. En los últimos 20 años, por ejemplo, la obesidad infantil se ha triplicado. Se han llegado a manejar cifras como las siguientes: el 70% de las mujeres mexicanas con edad entre los 18 y los 40 años padece sobrepeso. La historia de la obesidad data de la edad de piedra, aunque la interpretación que se ha dado a este Síndrome ha variado de una época a otra. El primero en identificar a la obesidad como un riesgo para la salud fue Hipócrates, quien afirmó que la muerte súbita era más frecuente en el obeso que en el delgado, y recomendó algunas medidas terapéuticas. Tal y como nos comenta el Dr. Cuauhtémoc Rossell Castañeda, actualmente se considera la obesidad como un grupo de enfermedades heterogéneas con un origen multifactorial y que constituye un serio problema de salud pública, con tendencia al incremento, entre otras cosas por una dieta deficiente y hábitos sedentarios. Es menester educar desde la infancia a la población para prevenir la obesidad, ya que el mejor tratamiento de esta condición es la profilaxis, haciendo énfasis sobre una dieta idónea y fomentando el ejercicio, para que esto conlleve a la adquisición de buenos hábitos que puedan ser aplicados durante toda la vida. Dependiendo de los criterios utilizados para definir la obesidad, del 30 al 40% de la población en Estados Unidos es obesa y cerca de un 25% de los adultos se encuentran en un programa de reducción de peso. Esto nos da una idea de la magnitud del problema. La obesidad es un exceso en el tejido adiposo. En el hombre el contenido de grasa varía del 15 al 18% del peso corporal. La mujer tiene un mayor porcentaje de grasa, cerca del 20 al 25%. El exceso de peso puede ser expresado en varias formas, pero el más útil y sensible es el Índice de Masa Corporal (IMC) o Índice de Quetelet. Éste consiste en relacionar el peso corporal en kilogramos con el cuadrado de la estatura en metros: 

 

IMC =    PESO (KG)

             TALLA (M2)

El peso ideal del ser humano es el peso corporal relacionado con la talla, edad, sexo y complexión física. En general, se considera como obesidad, tanto en hombres como en mujeres, cuando el IMC es mayor de 27 kg/m2, lo cual corresponde a un exceso de peso mayor al 20% de su peso ideal. Estos parámetros excluyen a fisicoculturistas y otros atletas. En este sentido es bueno recordar la importancia que presenta la antropometría, la antromorfología, la carametría y la caramorfología (Gordoa, 2002: 114-142) en cualquier tratamiento del lenguaje corporal. El estudio de las medidas y proporciones del cuerpo humano es muy importante. La simple inspección visual, aunque subjetiva, es un buen inicio para considerar la obesidad. Recomendamos la consulta del texto Lizardo Vargas Ancona, Hugo Laviada Molina y Raúl Bastarrachea Sosa. La obesidad en México. México, FUNSALUD.

 

Entre la altura o tamaño del individuo y su peso corporal tiene que haber una relación ideal. El siguiente cuadro, tomado de Día Siete, 138: 62, ilustra esta correlación. Véase imagen:

 

Algunos científicos e investigadores de la obesidad han llegado a afirmar que ésta se relaciona directamente con los lugares en donde se vive, con  los repartos, colonias y códigos postales y con las posibilidades económicas de las personas. Así, Adam Drewnowski, Colin D. Rehm y David Solet, en su investigación “Disparities in obesity rates: Analysis by ZIP code area”, que aparece en Social Science & Medicine, de agosto de 2007, plantean  que debido a que, entre otras cosas, la obesidad es un  problema económico, entonces al estudiar las capacidades físicas y económicas de las personas se puede establecer una carta, un mapa, de la población obesa correspondiente a sus códigos postales. Ellos aseguran a través de sus investigaciones que el valor de las propiedades, utilizado como un criterio socio-económico, se convirtió en un dato más significativo que la información de sus ingresos, “el principal activo financiero de los estadounidenses es su casa”, afirmó el investigador. De esta manera el estudio permite determinar que la obesidad decrece un 2% por cada 100.000 dólares suplementarios del valor de una casa. La tasa de obesidad trepa hasta el 30% en las áreas más deprimidas pero alcanza solo cerca del 5% en aquellas zonas más prósperas, según el trabajo académico. Otros estudios han demostrado que la obesidad afecta más fácilmente a las minorías étnicas, las personas con ingresos bajos o las que tienen un nivel escolar flojo. Otros autores han llegado a plantear que la obesidad se contagia, que es “socialmente contagiosa”, como se asegura en The New England Journal of Medicine en agosto de 2007.

 

Con frecuencia oímos que “los gorditos” son felices y que una barriga abultada es nada más y menos que “la curva de la felicidad”. ¿Cómo imaginar que un “gordito” o una “gordita” puede ser feliz en las sociedades occidentales y modernas con sus parámetros físicos, con sus parámetros de belleza, con sus parámetros de imágenes masculinas y femeninas? ¡Todo lo contrario! Los triunfos sociales de “los gorditos” son cosas de películas como Hairspray (2007), del director Adam Shankman… ¡Y hasta ahí, nada más, desgraciadamente! ¿¡Qué, lo duda!? Vea entonces el cortometraje La suerte de la fea a la bonita no le importa, en  http://www.youtube.com/watch?v=N4BFuVXT5nU&feature=related  . Ahora, queda más que claro que todos los gordos y gordas no tienen la misma suerte… Aquí cuenta mucho “el dinero” y “el poder”. No es lo mismo ser “un gordo cualquiera”, “una gorda cualquiera”, que ser “un gordo de pegue”, “un ‘súper’ gordo con lana”, “una ‘súper’ gorda con lana”… ¿¡Usted lo duda!? Vea entonces, por ejemplo, los simpáticos capítulos de “Chicas VIP”, del conocido programa televisivo mexicano Desde Gayola, intitulados “La boda de la gorda Sansores” y “El secuestro de la gorda Sansores”, en  http://www.youtube.com/watch?v=x3AmB5qkmtk  y  http://www.youtube.com/watch?v=2KAEQsZ5mE4&feature=related  .

 

¿Cómo imaginar que un gordo puede ser feliz y estar tranquilo en países, como México, que tienen un índice de dismorfobia tan elevado? Y si usted piensa lo contrario, no discuta sin saber, vea primero el film mexicano Los malos hábitos: http://www.youtube.com/watch?v=xzocbB2607g :

 

México.- Con el premio a la Mejor Película Mexicana en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara 2007 bajo el brazo, la cinta “Malos hábitos”, del mexicano Simón Bross, ganó el premio Silver Zenith de Opera Prima Largometraje de Ficción del World Film Festival de Montreal.

 

El primer proyecto de largometraje de Bross, quien ha realizado otros trabajos, con los que ha participado en varios concursos, se hizo acreedor al galardón del festival de competencia más prestigiado de Canadá.

 

De acuerdo con sus publicistas, la cinta es “la historia de una familia unida por diversos desórdenes alimenticios. La fe, el amor y la vanidad son puestos a prueba en la mesa del comedor”.

 

Se trata de la vida de “tres mujeres y la manera en que sus hábitos alimenticios dominan y determinan sus vidas hasta el extremo”, añadieron […]

 

Según NOTIMEX, en MILENIO.COM, http://www.milenio.com/index.php/2007/09/05/116633/ 

 

Lo más terrible de todo esto es que los mismos obesos, los padres y familiares de los obesos, tienden a negar la obesidad del afectado, niegan su realidad. Justamente esa irrealidad contribuye al desarrollo de la obesidad, por supuesto: http://www.univision.com/contentroot/wirefeeds/50noticias/7365505.html  ,  http://www.elnuevoherald.com/257/story/135071.html  , http://www.mundohispanico.com/portada/content/gen/ap/Salud/AMN_GEN_OBESIDAD_INFANTIL.html .

 

¿Qué hay que hacer para combatir la obesidad? Ante todo y en principio, combatir, eliminar, evitar, los ambientes obesígenos o ambientes obesogénicos.

 

Con la obesidad se relacionan síndromes como la obesofobia o pocrescofobia, es decir el miedo a engordar y el temor a relacionarse con todo lo que tiene que ver con gordura, obesidad, tendencia a engordar, etc., y también el rechazo a los gordos, a los obesos.

 

También la obesidad, la gordura, se relaciona con la cibofobia o ciborofobia o sitofobia, es decir el miedo a comer, el miedo a los alimentos.

 

Veamos, por ejemplo, la situación que presenta la obesidad en los países miembros de la  OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, según  http://es.wikipedia.org/wiki/Obesidad  .

 

[35] El raquitismo, y la desnutrición, es una enfermedad producida por déficit nutricional, caracterizada por deformidades esqueléticas. El raquitismo está causado por un descenso de la mineralización de los huesos y cartílagos debido a niveles bajos de calcio y fósforo en la sangre. El raquitismo y la desnutrición en América Latina tienen, en pleno siglo XXI,  un rostro terrible. Debido a que a nivel internacional los elevados índices de raquitismo y de desnutrición se asocian principalmente con la pobreza y con los bajos Índices de Desarrollo Humano, todo parece indicar que en México estos índices irán en aumento. Para más información al respecto, consúltese, por ejemplo: Iliana Chávez M. (2006). “En pobreza alimentaria sobreviven 6.9 millones de niños mexicanos”, en Diario Monitor, jueves 23 de noviembre. Veamos el mapa internacional de la desnutrición, tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Pobreza  . Véase imagen:

[36] La bulimia es el desorden alimenticio causado por la ansiedad y por una preocupación excesiva por el peso corporal y el aspecto físico. Se caracteriza por episodios repetidos de ingesta excesiva seguidos de provocación del vómito, uso de laxantes, dietas exageradas y/o abuso del ejercicio para controlar el peso. A veces el comportamiento bulímico se observa en los enfermos de anorexia nerviosa o en personas que llevan a cabo dietas exageradas, pero la bulimia por sí misma no produce pérdidas importantes de peso. Lo que sí produce a veces, debido a los vómitos provocados, son problemas gastrointestinales e hipopotasemias –concentraciones bajas de potasio en sangre– graves, así como lesiones en los dientes debido a la acidez de los vómitos. La bulimia aparece sobre todo en adolescentes, en especial en las mujeres, debido a diferentes mecanismos psicológicos; el más obvio es la respuesta a la presión social que valora la delgadez como atractivo físico –y todos conocemos perfectamente la importancia y trascendencia del atractivo físico (Knapp, 1999: 144-158)–, pero también por las dificultades para asumir un cuerpo sexuado. Para tratar la enfermedad se utilizan diversas terapias de grupo y terapias de acondicionamiento. Los antidepresivos pueden también ser efectivos, pues muchos de los bulímicos sufren también depresión y distimia. Con frecuencia nos preguntamos ¿por qué motivo aparecen cada vez más tantos bulímicos?, ¿por qué han cambiado tanto, al extremo, en el mundo moderno los modelos de belleza?, ¿de dónde se sacan los parámetros desajustados de la delgadez? Es muy sencillo…, de la realidad inmediata, del nuevo mundo que nos circunda, de los modelos establecidos por la cultura occidental… Entre otras causas, recordemos que, por ejemplo, la televisión, ese medio a través del cual son copiados tantos modelos verbales y corporales, no es ya solamente un medio sensacional de comunicación en todos los sentidos, que trae el sonido y las imágenes a la “tranquilidad” y la comodidad del hogar… La televisión “es también paideía –proceso de formación del adolescente–, un instrumento «antropogenético», un medium que genera un nuevo ánthropos, un nuevo tipo de ser humano […]  nuestros niños ven la televisión durante horas y horas, antes de aprender a leer y escribir (Sartori, 2002: 40). Y no puede ser de otra manera, debido a que si en situaciones culturales desarrolladas, en Europa, por ejemplo, “Los jóvenes caminan en el mundo adulto de la escuela, del Estado […] de la profesión como clandestinos. En la escuela, escuchan perezosamente lecciones […] que enseguida olvidan. No leen periódicos […] Se parapetan en su habitación con carteles de sus héroes, ven sus propios espectáculos, caminan por la calle inmersos en su música. Despiertan sólo cuando se encuentran en la discoteca por la noche, que es el momento en el que, por fin, saborean la ebriedad de apiñarse unos con otros, la fortuna de existir como un único cuerpo colectivo danzante (Francesco Alberoni [1997]. “Profeti e eroi della internazionale degli adolescenti”. En Coorriere della Sera, 10 de febrero), entonces imaginemos qué no puede suceder en América Latina, con los desajustes económicos, sociales y culturales tan frecuentes y castrantes. Al respecto apunta Sartori que Alberoni “No podría describir mejor al vídeo-niño, es decir, el niño que ha crecido ante un televisor. ¿Este niño se convierte algún día en adulto? Naturalmente que sí, a la fuerza. Pero se trata de un adulto sordo de por vida a los estímulos de la lectura y del saber transmitidos por la cultura escrita. Los estímulos ante los cuales responde cuando es adulto son casi exclusivamente audiovisuales. Por tanto, el vídeo-niño no crece mucho más. A los treinta años es un adulto empobrecido, educado por el mensaje: ‘la cultura, qué rollazo’ […], es pues, un adulto marcado durante toda su vida por una atrofia cultural” (op. cit., 42). La bulimia está relacionada directamente con el “síndrome bimbo” –The Bimbo Syndrome– o “síndrome pepilla”, etc. Para tratar los problemas de la bulimia y la anorexia en relación con las conductas que asumen los afectados, recomendamos consultar: Gloria Serrato Azat, op. cit. Es inconcebible que en el mundo actual, más concretamente en los países civilizados y desarrollados, se pueda estimular abiertamente la bulimia y con ella los desórdenes de salud e imagen relacionados; y esta publicidad y mercadotecnia de la bulimia destinadas a jóvenes y niños, es todo un crimen. Tal es el caso del juego británico llamado Miss Bimbo –recordemos el significado de la palabra “bimbo” en inglés: http://es.wikipedia.org/wiki/Bimbo_%28chica%29  –,  que atrae a las niñas y jóvenes al traumático mundo de la “bella imagen” (?). Para considerar las particularidades de este “juego-monstruo” de moda consúltese http://www.missbimbo.com/  . Claro está que las denuncias de una maquinaria tan perversa como ésta no se han hecho esperar: http://technology.timesonline.co.uk/tol/news/tech_and_web/the_web/article3613881.ece .

[37] La anorexia es la pérdida del apetito. Debe distinguirse del trastorno psicológico específico conocido como anorexia nerviosa, y también de la ingestión relativamente baja de alimentos; esta última no resulta peligrosa para la salud mientras la dieta sea variada y el peso corporal se mantenga, y no debe contemplarse como un trastorno que requiera tratamiento médico. Las condiciones médicas y psicológicas que pueden causar anorexia incluyen los trastornos emocionales, el estrés, el exceso de trabajo, la ansiedad, la depresión, el dolor agudo, las enfermedades graves de cualquier clase –especialmente las infecciosas–, los trastornos del sistema digestivo como la gastritis, las enfermedades hepáticas, los trastornos en el riñón y el cáncer. También puede producirse anorexia como resultado de la toma de medicamentos, como opiáceos, diuréticos y aquellos que se emplean para tratar la hipertensión –betabloqueantes– y la insuficiencia cardiaca. Debido a esta gran variedad de causas, la anorexia es de poca utilidad para diagnosticar una enfermedad subyacente. En los niños suele producirse una fase de rechazo de la comida, que es un estadio normal del desarrollo y no resulta perjudicial. Esa condición no se considera anorexia, a menos que se produzca pérdida de peso y languidez. En los adolescentes, en cambio, la anorexia puede ser señal de anorexia nerviosa o del consumo de anfetaminas u otras drogas estimulantes. En una persona de cualquier edad, una anorexia persistente, con pérdida ininterrumpida de peso, puede ser indicativa de una enfermedad grave, como cáncer de estómago, y requiere un examen médico.

[38] La palabra ortorexia proviene del griego orthos (justo, recto) y exía (apetencia), con lo que podría definirse como apetito justo o correcto. El creador del vocablo es el médico estadounidense Steven Bratman, y se refiere a una preocupación irracional por la calidad de los alimentos, lo que, finalmente pone en peligro la salud del paciente y su equilibrio síquico y emocional.

[39] Estresorexia. Es un síndrome, es una enfermedad, es un trauma…, que se relaciona con las personas que buscan por todos los medios tener siempre éxito en todos y cada uno de los ámbitos en los que se desenvuelven: vida social, trabajo, educación, desarrollo personal, atención a la familia, compromisos sociales, laborales, religiosos, etc.; pero que nunca les alcanza el tiempo para cumplir con todos su programas y objetivos. La estresorexia se observa más frecuentemente en las mujeres, que por lo general tienen una carga de trabajo muy grande, incluyendo aquí los múltiples trabajos relacionados con la casa y con la educación de los hijos, aparte de sus actividades laborales e intelectuales. La estresorexia aparece, principalmente, por la falta de tiempo para comer, de aquí que, literalmente hablando, se engaña al cuerpo, al estómago, con cualquier cosa de comer: una fruta, un poco de leche, una galleta, un café, un jugo, un yogurt, etc. Creo que no es necesario comentar aquí las grandes desventajas físicas y psíquicas que se observan en las personas estresoréxicas. Recordemos que, por ejemplo, en el caso de México algunas estadísticas muestran que 1 de cada 4 personas, es decir más o menos el 30 % de la población, padece algún trastorno mental comprobado, como se informa en, por ejemplo:  http://www.jornada.unam.mx/2007/07/17/index.php?section=ciencias&article=a02n1cie .

[40] Dismorfobia. La dismorfobia es una enfermedad, es un desequilibrio siquiátrico; es fobia, temor o rechazo a la fealdad. Se padece dismorfobia cuando se entra en conflicto con la apariencia física personal, en particular, y con la misma persona y la raza a la que se pertenece, en general, y así se buscan constantemente defectos en el cuerpo, en la imagen, en el imagotipo, en el tipo de personalidad, que pueden ser reales o no, considerando los parámetros y las exigencias de belleza y de “buena imagen” modernos, actuales, de moda, lo que conduce al afectado, al enfermo, al dismorfóbico, a un desequilibrio sicológico marcado por la “obsesión” de cambiar su figura por el medio o los medios que sean. La vida del dismorfóbico gira en torno a los cirujanos plásticos, a los fisicoculturistas, a los gimnasios, a los dietistas o dietólogos, a las dietas, a los cosmiatras o cosmetólogos, a los dermatólogos, a los asesores de imagen, a los múltiples y variados productos de belleza, a la ropa, a la vanidad, etc. Indiscutiblemente, la vida de los dismorfóbicos es obsesiva y triste, debido principalmente a que el afectado presenta una elevada falta de autoestima, de respeto por sí mismo. En determinados casos, la conducta del dismorfóbico puede ser repugnante, repulsiva, antipática, debido a que todos sus temas de conversación se convierten en un auténtico culto a la personalidad y al físico, dejando a un lado los tantos y maravillosos temas de la vida y la convivencia humanas, en especial en las sociedades avanzadas, desarrolladas, civilizadas, globalizadas, cultivadas… Con bastante frecuencia el afectado de dismorfobia pone en riesgo la propia vida al someterse a tratamientos corporales invasivos, sobre todo cuando estos tratamientos se realizan en países atrasados y por profesionales inexpertos, faltos de ética profesional, novatos o carentes del talento científico y artístico requerido para trabajar la imagen física del cuerpo humano. En el entorno o mundo circundante del dismorfóbico siempre están presentes las negativas barreras raciales o étnicas, las barreras imagológicas, las barreras genotípicas y fenotípicas, etc., que desgraciadamente siempre vienen acompañadas de las terribles barreras y limitaciones psicológicas y sociológicas, todo lo cual se refleja, evidentemente, en los actos comunicativos verbo-corporales interaccionales cotidianos y en los protocolos y las etiquetas. La vida convulsa, incierta y confundida de la mayoría de nuestras “¿sociedades modernas?” conduce a una buena cantidad de personas, en especial a los jóvenes y mucho más especialmente a las jóvenes, a las muchachas, a las hembras, a las mujeres, a tomar los caminos fáciles pero en extremo peligrosos, desde todos los puntos de vista, para tener una imagen física atractiva o “supuestamente atractiva” –aquí tenemos que destacar que en una inmensa cantidad de casos, sobre todo en los países en donde la cirugía estética no es más que un negocio de ventorrillo, un negocio tianguero, las cirugías estéticas mal hechas, o que por las características biológicas particulares del paciente han tenido complicaciones, han deformado grotescamente los rostros de las personas, como se puede apreciar claramente en el mundo artístico y hasta inclusive en concursos de belleza como Miss Universo y Miss Mundo, y que hay países en donde estas cirugías estéticas mal hechas, con resultados deplorables, han llegado a transformarse en una verdadera comparsa de cuerpos distorsionados, de imágenes físicas distorsionadas, de imágenes corporales deformadas–, como se muestra en la impactante y de elevado rating –en español “cuota de pantalla”– serie televisiva colombiana, vista a nivel internacional en muchos otros países aparte de Colombia, como en Estados Unidos, España, etc., llamada Sin tetas no hay paraíso: http://www.youtube.com/watch?v=xY7eP7PTGQU , basada en el best seller –en español “superventas”– homónimo del escritor y guionista colombiano Gustavo Bolívar Moreno. Afortunadamente muchos países, instituciones, organizaciones y grupos sociales han comenzado a reaccionar positivamente en torno a los conceptos de belleza y en general acerca de la valoración del cuerpo humano, de la imagen corporal. Así, por ejemplo, España, Italia, Brasil, entre otros países, han creado leyes que sancionan a los grupos e individuos que estimulan la extrema delgadez, la anorexia, la bulimia, la ortorexia, entre las y los modelos. En Asia son comunes las protestas contra todo tipo de publicidad que estimule estas terribles enfermedades, generalmente frecuentes en mujeres blancas de clases socioeconómicas media y alta. Recientemente, la marca comercial de productos para el cuidado personal Dove ha lanzado una campaña publicitaria que busca cambiar los criterios de valoración de la imagen corporal en Occidente. Al respecto consúltese la siguiente página en Internet: www.doveproage.com .

[41] Flora Davis (1995).  La comunicación no verbal. España, Alianza Editorial, capítulo 19, “El orden público”, 223-233.

[42] La caricatura en México parece que data de 1812, con la revista satírica El juguetillo, o de 1826, con una imagen llamada “Tiranía”, que apareció en el periódico Iris. Al final de este texto pueden verse algunos ejemplos de problemas concretos de la realidad mexicana que gracias a las imágenes pueden entenderse por parte de otros hablantes de lengua española de otros países. Recordemos que, por ejemplo, México es un país que emplea mucho su llamado “albur”, ese juego de palabras tan especial que es evidente en todos los medios y clases de este país y sus gestos particulares del área. Muchas palabras, o combinaciones de palabras, del español de México que no se conocen en otros dialectos del español, o que tienen otra significación, en algunos casos totalmente opuesta al significado mexicano, pueden entenderse gracias a las imágenes. Ejemplo de esto son los conocidos materiales de José Guadalupe Posada, que desde finales del s. XIX y hasta su muerte, en 1913, dio proyección universal a las costumbres y fantasías del pueblo mexicano; Abel Quezada, quien hace algo más que trabajar personajes específicos: trabaja estereotipos de grupos, esquematiza el comportamiento, y crea personajes típicos de la idiosincrasia mexicana: Charro Matías y Gastón Billetes; Eduardo del Río (Rius), de El Fisgón; y de A. Jiménez –especialmente su genial Dichos y dicharachos de la picardía mexicana–. No por casualidad el aparato político y administrativo, a nivel mundial, teme tanto a la caricatura.

[43] Para considerar algunos de los problemas que enfrentan los individuos que “supuestamente pertenecen a un mismo grupo”, recomendamos consultar, en el aspecto socio-político y socio-económico: Alan Riding (1996). Vecinos distantes. Un retrato de los mexicanos. México, Joaquín Mortiz. Con respecto a los matices no fácilmente perceptibles de una conducta tan cuestionada como es la del machismo y el macho, véase: Marina Castañeda (2002). El machismo invisible. México, Grijalbo. Véase, además, Desmond Morris (1993). El zoo humano. Barcelona, RBA, “Grupos propios y grupos extraños”, 104-127.

[44] Jacques Delors (s/f). La educación o la utopía necesaria. París.

[45] Al respecto considérense, por ejemplo, los comentarios de Giovanni Sartori (op. cit., 163-166). Acerca del pensamiento occidental de los mexicanos se puede consultar: Guillermo Tovar y de Teresa (1993). “Los mexicanos a fines del siglo XX: ¿somos occidentales?”, en México en la década de los 90. México, Estudios económicos y sociales-Banco Nacional de México, 17-21.

[46] Román Gubern (2000). El eros electrónico. México, Taurus, 100. 

[47] “La educación, cortesía, urbanidad [protocolos, etiquetas, etc.] son términos que todos conocemos y que no han variado [sustancialmente] su significado con el paso de los años [aunque sí se han ampliado, y mucho, las variantes significativas de estos términos según las culturas y las esferas de desempeño de los grupos humanos] La educación es un largo proceso, que comienza al nacer. Se refleja en cada actitud ante la vida, en nuestros gestos, en nuestra forma de hablar, en el tono de voz, en nuestra imagen física, en el respeto a nuestros semejantes… Supone la asunción de lo que llamamos modales, los comportamientos de cada persona que particularizan su personalidad entre el resto, que la distinguen y que reflejan su buena o mala educación. El diccionario de la Real Academia Española define “urbanidad” como «cortesía, comedimiento, atención y buen modo» y, en este sentido, el significado práctico del término ha ido perdiendo importancia con el paso del tiempo. Hace algunos años, en las escuelas, los profesores impartían a los niños una asignatura llamada urbanidad, en la que se les enseñaba cosas como la manera de sentarse o levantarse, tratar a los demás, utilizar los cubiertos en la mesa… las mínimas reglas básicas de educación. Esta asignatura se eliminó de los planes de estudio para que se abriera paso a otras materias, más útiles y de moda en los tiempos que corren. Ahora, en los colegios e institutos de secundaria se aprende informática, idiomas extranjeros, nuevas tecnologías, etc., y se obvia una materia imprescindible, necesaria para andar por la vida: la educación. Para convivir con el resto de los de nuestra especie hay que respetar una serie de reglas, normas que se incumplen en demasiadas ocasiones por pequeños, mayores y por miembros de todas las esferas sociales. Pautas sociales tan básicas como pedir las cosas por favor y dar las gracias, dar prioridad a las personas de mayor edad o no abusar de las palabras malsonantes se dejan de lado. Sin embargo, los modales nos distinguen y posicionan como personas. La cortesía y el saber estar se llevan allí donde uno va: en el hogar (con la familia), en la escuela, en el trabajo o en las relaciones de negocios. La persona que carece de estas virtudes, que ni siquiera las tiene en cuenta ni les da la importancia que realmente merecen, no es apta para convivir en armonía. La educación no puede ser una pose y debe surgir de manera espontánea, como un modo de ser inherente a cada persona. Debe ser un ejercicio diario, desde los primeros años de vida, una condición que se adquiere o no, que se aprende a tiempo o se convierte en una carencia difícil de cubrir. En 1853, Manuel Antonio Carreño publicó el llamado Manual de urbanidad y buenas maneras, libro que llegó a ser un referente en [México,] Venezuela, en Sudamérica y en el resto del mundo. Desde entonces ha pasado siglo y medio, pero el texto de sobra podría valer para reflejar los comportamientos que la sociedad debe tener en cuenta para ser una sociedad “educada”. Éstas son palabras de Arantxa García de Castro, autora española de un texto excelente, que recomendamos en general a cualquier ciudadano, de cualquier país de cultura occidental y a personas que se desempeñan en situaciones de biculturalidad y pluriculturalidad, por el motivo que sea, a los maestros, a los educadores, a los instructores, a los comunicólogos, etc., pero que tiene que ser de consulta obligatoria para los especialistas en Imagen Pública, Ingeniería en Imagen Pública, Imagología, Sociología, Etología, Paisología, Protocología, Etiquetología, Hermenéutica Intercultural, Culturología, Traductología, Interpretología –es decir la ciencia que trata las técnicas, los modos, los procesos y los protocolos de la interpretación verbo-corporal en todas sus variantes”–, etc. Nos referimos al Manual de las buenas maneras, que tiene su primera edición en Madrid, a cargo de la editorial LIBSA. Para considerar las particularidades pragmáticas de la cortesía, recomendamos: M. Victoria Escandell Vidal (1996). “El estudio de la cortesía”, en Introducción a la pragmática. Barcelona, Ariel, 135-154.

[48] Existen excelentes manuales, materiales prácticos, textos, ensayos, artículos, conferencias, que pueden servir de manera útil a los especialistas en Ingeniería en Imagen Pública: http://knol.google.com/k/an%C3%B3nimo/imagen-p%C3%BAblica-o-imagen-social/19j6x763f3uf8/8# , a los efectos de considerar las particularidades y relaciones entre los comportamientos sociales de los grupos y sus comportamientos lingüísticos. En este sentido recomiendo, entre otros textos: Humberto López Morales (1989). Sociolingüística. Madrid, Gredos; Gaetano Berutto (1979). La sociolingüística. México, Nueva Imagen; R. A. Hudson (1981). La sociolingüística. Barcelona, Anagrama; Sara Bolaño (1982). Introducción a la teoría y práctica de la sociolingüística. México, Trillas; Fernando Antonio Ruano Faxas (1986). “¿De qué trata la comunicación no verbal?” Cuba, Ministerio de Educación Superior-Universidad de Oriente; Fernando Antonio Ruano Faxas (1987). Panorama de la lengua española. Cuba, Universidad de Oriente; Fernando Antonio Ruano Faxas (1988). “Sociolingüística y traducción: presencia de rusismos y sovietismos en el léxico cubano”, en Actualidades de la información científica y técnica. Academia de Ciencias de Cuba, 3 (140): 132-150; Fernando Antonio Ruano Faxas (1989). “Algunas reflexiones en torno al término científico y técnico”, en Revista Santiago, 72: 21-29; Fernando Antonio Ruano Faxas (1992). “Rusismos en el español de Cuba: un estudio sociolingüístico”, en Estudios de Lingüística Aplicada, Universidad Nacional Autónoma de México, 15 y 16: 234-241; Fernando Antonio Ruano Faxas (1992). “Literatura artística, literatura periodística y literatura científica y técnica. Reflexiones para su traducción”, en Actas de Expolingua Habana 92. La Habana, Academia de Ciencias de Cuba, 446-456; Fernando Antonio Ruano Faxas (2002). “Comunicación y conducta. Reflexiones en torno a los protocolos comunicativos de los mexicanos de nivel culto en las áreas administrativas de empresas transnacionales del Distrito Federal”. Conferencia impartida en el marco de la Semana de la Comunicación: Nuevas Tecnologías y Cambios Culturales, México, D. F., 2-6 de septiembre de 2002; Fernando Antonio Ruano Faxas (2003). “La semiótica lingüística. Los estudios lingüísticos en México: historia y actualidad. El español hablado y escrito en México”, en Crestomatía para el Curso de Comunicación no Verbal. México, Ediciones ЯR; Fernando Antonio Ruano Faxas (2003). “Comunicación no verbal”, en Víctor Gordoa (coord.). Imagología. Todo lo que necesita saber para crear su Imagen Pública. México, Grijalbo.

[49] Para considerar los problemas de la distinción y las particularidades del gusto a través de la historia y en la actualidad, consúltese: Pierre Bourdieu (2002). La distinción. Criterios y bases sociales del gusto. México, Taurus.

[50] Lo que a simple vista podría aparecer como un sencillo análisis de las formas de comunicación es, en realidad, todo un complejo en el que intervienen no solamente lingüistas, filólogos, comunicólogos, semióticos, semiólogos, etólogos, etc. Sociolingüistas, psicolingüistas y psiquiatras han llevado este asunto mucho más allá. En el mundo de la comunicación verbal y verbo-gestual cada cual selecciona o prefiere un medio o una forma comunicativa no sólo porque accidentalmente esa fue la que le tocó en un determinado periodo histórico o que conoce. Existen muchos otros factores que condicionan las formas comunicativas de los seres humanos, especialmente en el mundo moderno. Para tratar este tema recomendamos la lectura de, por ejemplo: Román Gubern (2000). El eros electrónico. México, Taurus, capítulo V, “La red emocional”, 121-154.

[51] Ignacio H. de la Mota Oreja, op. cit., 110.

[52] Ibid., 262.

[53] Ibid., 107.

[54] Ibid., 259.

[55] Estos autores se refieren a: H. D. Lasswell (1948). “The structure and function of communication in society”, en L. Bryson (ed.) (1984). The Communication of Ideas. Nueva York, Harper & Row.

[56] Se refiere a D. M. MacKay (1972). “Formal analysis of communicative process”, en R. A. Hinde (ed.) (1972). Non Verbal Communication. Cambridge, Cambridge University Press.

[57] Se refiere a: K. K. Sereno y C. D. Mortensen (1970). Foundations of Communication Theory. Nueva York, Harper & Row.

[58] Se refiere a: M. Argyle (1978). The Psychology of Interpersonal Behaviour. Harmondsworth, Penguin.

[59] La pragmática es una de las disciplinas que estudian los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, es decir, las condiciones que determinan tanto el empleo de un enunciado concreto por parte de un hablante concreto en una situación comunicativa concreta, como su interpretación por parte del destinatario. Toma en consideración los factores extralingüísticos que determinan el uso del lenguaje, justamente aquellos factores a los que no puede hacer referencia un estudio puramente gramatical. Nociones como las de emisor, destinatario, intención comunicativa, contexto verbal, situación y conocimientos del mundo, contexto de situación, etc., son de trascendental importancia en el tratamiento de la pragmática (M. Victoria Escandell Vidal, op. cit.). Aclaro aquí lo referente a los contextos de situación o contexto extralingüístico: el contexto de situación o contexto extralingüístico se refiere a las variaciones que puede tener una lengua según sea la situación en la que se emplea.

[60] El entorno, contexto o situación espacio-temporal es el soporte físico, el “decorado”, en el que se realiza la enunciación. Sus principales factores son las coordenadas de lugar y tiempo.  Pero  estos  “contextos”  tienen  un  significado  mucho  mayor  que lo que habitualmente pensamos.  Los contextos pueden ser: 1. contexto físico: las cosas que están a la vista o a las que un signo se adhiere, 2. contexto empírico: los estados de cosas objetivos que se conocen por quienes hablan en un lugar y en un momento determinados, aunque no estén a la vista; 3. contexto natural: totalidad de contextos empíricos posibles; 4. contexto práctico u ocasional: la particular coyuntura objetiva o subjetiva en que ocurre el discurso; 5. contexto histórico: las circunstancias históricas conocidas por los hablantes; 6. contexto cultural: la tradición cultural de una comunidad (Eugenio Coseriu [1967]. “Determinación y entorno”, en Teoría del lenguaje y lingüística general. Madrid, Gredos, 282-323).

[61] La clasificación del “signo” ha sido tarea ardua, por lo menos para los que tienen que intentar entender los criterios de los especialistas que los crean. Así, por ejemplo, solamente el norteamericano Charles Sanders Pierce elaboró durante cuarenta años toda una clasificación con 66 variedades de signos, además de sus intermedios e híbridos. En la actualidad, sólo unos 6 tipos de signos se identifican con regularidad y se utilizan comúnmente (Sebeok, 1996: 19-56; Gordoa, 2002: 188-199).

[62] Debido a las connotaciones negativas, no pertinentes, que ha alcanzado la comunicación a través del claxon en nuestros días, abordaremos más adelante este tema con más detalles.

[63] Al respecto, véase: Miranda Bruce-Mitford, op. cit.; Otl Aicher y Martin Krampen, op. cit.; Adrian Frutiger, op. cit.; Alfonso Serrano Simarro y Álvaro Pascual Chinel, op. cit.

[64] Los problemas concernientes al tratamiento y la ambigüedad de la comunicación en las ciencias sociales y humanísticas los trato en Ruano Faxas y Adam Makoviétsky, 1984 y en Ruano Faxas, 2000.

[65] El ruido semántico o lingüístico se produce por la disonancia de sentido. Generalmente se debe a diferencias sociales o culturales entre el codificar y el decodificador. También las formas dialectales geográficas y sociales son causa de ruido lingüístico.

[66] Para considerar algunas particularidades del nivel de sofisticación de las comunicaciones actuales a través de Internet y de telefonía móvil, puede consultarse la siguiente página: http://www.monitoruno.com/bienvenida.aspx  .

[67] Las comparaciones de humanos y animales con las plantas están presentes en el lenguaje popular, en los proverbios, dichos, dicharachos, refranes, adivinanzas, piropos, trabalenguas, pegas, nombres propios, apodos, etc., y en el léxico botánico vulgar, es decir los nombres que el pueblo, vulgo o populacho, y no la ciencia y la técnica, le da a las plantas. La imaginación y la imaginería populares o vulgares para nominar, en todos los ámbitos, es sencillamente inmensa, artificiosa y trópica. Basta consultar un diccionario de voces populares o vulgares de la flora (Roig, 1988, t. I y t. II). Así, por ejemplo, se asocia a los seres humanos, a los animales y a las cosas, para bien o para mal, con plantas y frutos. Por ejemplo, se dice que una persona es como el “moriviví” –planta llamada científicamente mimosa púdica, significando que se recupera fácilmente de enfermedades y dolencias; que una persona es un “roble” –principalmente en Cuba, en Oriente, se le llama así a dos árboles científicamente nominados como Tabebuia hypoleuca y Tabebuia oligolepis , es decir que es muy fuerte.

[68] Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, ENCUP, 2001: http://www.gobernacion.gob.mx/archnov/Resumen_de_resultados.pdf  .

[69] Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, ENCUP, 2003: http://www.cddhcu.gob.mx/cesop/doctos/Publicaci%F3n%20de%20Tabulados%20de%20Segunda%20ENCUP.pdf#search=’encup%202003′ .

[70] Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, ENCUP, 2005: http://www.e-local.gob.mx/wb2/INAFED2006/INAF_Encup .

[71] Para tratar los resultados de la ENCUP 2001, de la ENCUP 2003, de la ENCUP 2005 y de la ENCUP 2008, se pueden consultar las siguientes páginas en Internet: http://www.encup.gob.mx/encup/index.php?page=encup , http://www.gobernacion.gob.mx/templetas/blank.php?idCont=1&subCategoria=114  .      

[72] Julio Torri (1937). “Mujeres”, en Ensayos y poemas. México, Porrúa.

[73] Ahora represento de manera esquemática y muy simplificada estos dos modelos del proceso de comunicación. Claro que la cuestión no es tan sencilla como aparece aquí. Los procesos de comunicación que se producen en culturas globalizadas o áreas políglotas, países plurilingües, como es el caso de Rusia, Canadá, México, Brasil, España, Estados Unidos, el Cáucaso, en las grandes metrópolis, etc., son muy complejos, cosa que ya he explicado detalladamente en: Liudmila Chernávina y Fernando Antonio Ruano Faxas (1987). “La traducción de la literatura científico-técnica (I)”, en Santiago, 64: 43-72; Liudmila Chernávina y Fernando Antonio Ruano Faxas (1987). “La traducción de la literatura científico-técnica (II)”, en Santiago, 65: 35-61 y Fernando Antonio Ruano Faxas (1992). “Literatura artística, literatura periodística y literatura científica y técnica. Reflexiones para su traducción”, en Actas de Expolingua Habana 92. La Habana, Academia de Ciencias de Cuba, 446-456. 

  1. MEXICANISMO O MEJICANISMO O MEXICANISMOS O MEJICANISMOS
  2. ¿Qué significa “cantinflear” y “cantinfleo”, quiénes cantinflean y cómo se cantinflea?
  3. ¿A QUÉ SE LE LLAMA “PRIMERA DAMA” Y “PRIMER CABALLERO” Y QUÉ PAPELES DESEMPEÑAN?
  4. México y las elecciones presidenciales del 2012. ¿Y el show del secuestro de Diego Fernández de Cevallos qué?
  5. EL PERIODISMO Y LOS PERIODISTAS EN MÉXICO PERSEGUIDOS, AMENAZADOS, SECUESTRADOS Y ASESINADOS: ENTRE EL NARCOTERRORISMO, EL GOBIERNO Y LA IGLESIA CATÓLICA MEXICANA
  6. PERCEPCIÓN, INSTINTOS Y ESTEREOTIPOS
  7. José Gutiérrez Vivó, “La voz que todo México escucha”, “La voz en español”, comenzó a trasmitir, otra vez, desde Estados Unidos
  8. CUBANISMO O CUBANISMOS
  9. REFLEXIONES IMAGOLÓGICAS EN TORNO A LOS PROTOCOLOS DE LA MUERTE
  10. Migrantes o espaldasmojadas o wet back o indocumentados o sinpapeles o balseros o ilegales… Hablemos un poco acerca de otra de las grandes vergüenzas de este continente llamado América.
  11. LA IMAGEN DE AMÉRICA A TRAVÉS DE SUS POLÍTICOS Y DE SUS POLÍTICAS. PARTE I.
  12. Abordando el tema del miedo, el temor y el terror en sus contextos situacionales
  13. LA EXPERIENCIA DEL TERREMOTO DE CHILE DE 2010
  14. La XVII Cumbre Iberoamericana en Chile: 8, 9 y 10 de noviembre de 2007. El caso Chávez, Ortega, Rodríguez Zapatero y Juan Carlos o A propósito de las nuevas elecciones 2008 en España o La trascendencia del “¿Por qué no te callas?” PARTE I
  15. México bajo el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y el PAN: entre la sangre, el miedo, el dolor, la incertidumbre, la desesperación, las traiciones, las mentiras y las migraciones de todo tipo
  16. ¿Podrán entenderse alguna vez Estados Unidos de América y América Latina? ¿Podrán entenderse alguna vez “de manera clara” México y Estados Unidos de América? ¿Usted qué cree?
  17. HABLEMOS UN POCO ACERCA DE NUESTRAS SOCIEDADES…, Y DE SEXO Y SEXUALIDAD TAMBIÉN
  18. “UNA BLANCA PARA CASARSE, UNA NEGRA PARA LA COCINA Y UNA MULATA PARA LA CAMA”. RECORDANDO UN POCO LA HISTORIA Y LA ACTUALIDAD DEL RACISMO EN CUBA.
  19. ¡ABAJO EL QUE SUBA! Sociología, psicología e imagología de la traición. El lenguaje verbal y el lenguaje no verbal de los traidores
  20. UN VISTAZO MUY POR ARRIBA, Y DESDE EL LADO GABACHO O GRINGO, AL GOBIERNO DEL MEXICANO VICENTE FOX QUESADA, “EL PEOR PRESIDENTE DE LA HISTORIA MODERNA DE MÉXICO”: DICIEMBRE DE 2000 A NOVIEMBRE DE 2006… ¿Y SUS REPERCUSIONES…?
  21. ¡Pobre Haití! ¡Pobre pueblo haitiano! ¡Los primeros y los últimos! ¡Ni los dioses quieren a Haití! ¿Y el manco Mackandal?
  22. IMAGEN PÚBLICA O IMAGEN SOCIAL
  23. SI CONSIDERAMOS LOS ALCANCES DE LA ONU Y LA OEA, ¿PARA QUÉ SIRVEN, EN REALIDAD, ESTAS ORGANIZACIONES?
  24. ¿CÓMO HABLAN Y QUÉ HABLAN LOS POLÍTICOS DE AMÉRICA?
  25. La educación y la instrucción en México. Historia y actualidad
  26. ORTOGRAFÍA DEL ESPAÑOL MEXICANO O, LO QUE ES LO MISMO, CUÁLES SON LOS PROBLEMAS MÁS COMUNES EN LA LENGUA ESPAÑOLA HABLADA Y ESCRITA EN MÉXICO
  27. LA LITERATURA O TEXTO PERIODÍSTICO Y SU CLASIFICACIÓN
  28. Panorama de la incidencia del periodismo y la literatura mexicanos en los cambios sociales en diversas etapas de la historia mexicana
  29. LA GUERRA PERDIDA DE MÉXICO CONTRA EL NARCOTRÁFICO. MÉXICO EN ESTADO DE COLAPSO
  30. LA IMPORTANCIA DE LA ROPA, LOS ADORNOS Y LA JOYERÍA. TEMAS DE IMAGOLOGÍA CORPORAL O IMAGEN FÍSICA
  31. A propósito de la imagen pública: ¿por qué las personas a veces no se entienden bien? Las cosas que hacen que la comunicación verbal y la comunicación no verbal sean un problema. PARTE III
  32. TOQUEMOS EL TEMA DE LA LECTURA: LECTURAS, TEXTOS, LIBROS, BIBLIOTECAS, INTERNET…
  33. ¿POR QUÉ EXISTEN TANTAS VERSIONES DE LA BIBLIA Y DE CRISTO O JESÚS?
  34. PREDICAR CON EL EJEMPLO: PARA IMPLANTAR CALIDAD, HAY QUE SABER DE CALIDAD Y SER UNA PERSONA DE CALIDAD. ¿QUÉ PASA CUANDO SE QUIERE IMPLANTAR CALIDAD A TONTAS Y A LOCAS? PARTE I
  35. ¡Cuidado!, no nos confundamos, que una cosa es ser jefe y otra, muy diferente, es ser líder
  36. LAS CREENCIAS, LAS RELIGIONES, LOS CULTOS Y LOS MITOS Y SU RELACIÓN CON LAS SOCIEDADES, LAS CULTURAS Y LOS COMPORTAMIENTOS. PARTE I
  37. PAISOLOGÍA, FILOLOGÍA E IMAGOLOGÍA ITALIANAS: PRERRENACIMIENTO Y RENACIMIENTO
  38. ¿CÓMO INTERPRETAR LA INFORMACIÓN POLÍTICO-GUBERNAMENTAL EN AMÉRICA? EL NUNCA ACABAR DE LAS MENTIRAS EN LA POLÍTICA LATINOAMERICANA
  39. MÉXICO Y LOS MEXICANOS VISTOS Y ANALIZADOS A TRAVÉS DE LA ÓPTICA DE ALGUNOS INTELECTUALES
  40. ¿POR QUÉ NOS LLAMAN LATINOS? ¿QUIÉNES SON LOS LATINOS Y CUÁL ES SU ORIGEN? ¿Y EL RACISMO QUÉ?
  41. PANORAMA DE MÉXICO EN EL SIGLO XXI. LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE MÉXICO. PARTE I
  42. CALIDAD, CALIDAD DE VIDA Y CORRUPCIÓN. PARTE I
  43. Abramos los ojos de una vez: es necesario poner las cosas en claro acerca de las sociedades secretas o sociedades crípticas
  44. LAS CREENCIAS, LAS RELIGIONES, LOS CULTOS Y LOS MITOS Y SU RELACIÓN CON LAS SOCIEDADES, LAS CULTURAS Y LOS COMPORTAMIENTOS. PARTE II
  45. Protected: LOS ALCANCES DE LA DEPRAVACIÓN DEL CURA MEXICANO VIOLADOR DE NIÑOS MARCIAL MACIEL DEGOLLADO
  46. NARCOTRAFICANTES Y CAPOS MEXICANOS VIVEN EN LAS ZONAS MÁS EXCLUSIVAS DEL PAÍS
  47. Un paseo por las religiones, las creencias, la magia, la brujería, la santería y todo tipo de ideas. ¿Y el sincretismo?
  48. Protected: ¿ACASO ALGUIEN PUEDE CREERLE AL CARDENAL MEXICANO NORBERTO RIVERA CARRERA?
  49. LINGÜÍSTICA EN MÉXICO
  50. ANALFABETISMO FUNCIONAL, ANALFABETISMO DE SEGUNDO GRADO O ANALFABETISMO DE GRADO SUPERIOR
  51. Educación, cultura, ciencia, técnica y fuga de cerebros en América y concretamente en México
  52. ¿A qué llamamos discurso jurídico, literatura jurídica o texto jurídico?
  53. ¿Reunión de Felipe Calderón y Barack Obama en marzo de 2011? ¿Y…? ¡Más de lo mismo!
  54. SEXO Y GÉNERO O SEXOS Y GÉNEROS
  55. ¿¡QUÉ TE CONSIDERAS INTELIGENTE!? ¿PERO DE CUÁL DE LAS INTELIGENCIAS ESTÁS HABLANDO?
  56. OPINIÓN PÚBLICA, PUBLIC OPINIÓN, ОБЩЕСТВЕННОЕ МНЕНИЕ, OPINIÃO PÚBLICA, OPINION PUBLIQUE, ÖFFENTLICHE MEINUNG, رأي عام , 舆论
  57. ¿CÓMO HABLAR CORRECTAMENTE EN PÚBLICO? LINGÜÍSTICA E IMAGOLOGÍA DEL DISCURSO HABLADO
  58. RACISMO EN MÉXICO
  59. FILMES, PELÍCULAS, DOCUMENTALES, VIDEOS ACERCA DE LOS MIGRANTES O INMIGRANTES O EMIGRANTES O ESPALDASMOJADAS O WET BACK O INDOCUMENTADOS O SINPAPELES O BALSEROS O ILEGALES
  60. ¿POR QUÉ LA GENTE NO SE ACEPTA Y SE RECHAZA CON TANTA FRECUENCIA, Y SI SE ACEPTA LO HACE HIPÓCRITAMENTE? HABLEMOS UN POCO DE LA SINCRONÍA INTERACCIONAL Y SU FUNCIÓN EN LA COMUNICACIÓN HUMANA
  61. CUIDADO CON EL SILENCIO. EL SILENCIO DICE MÁS QUE MUCHAS PALABRAS / BEWARE OF THE SILENCE. THE SILENCE SAYS MORE THAT MANY WORDS
  62. A propósito de la imagen pública: ¿por qué las personas a veces no se entienden bien? Las cosas que hacen que la comunicación verbal y la comunicación no verbal sean un problema. PARTE VI
  63. HACIA LA CALIDAD INTEGRAL SIN FRONTERAS
  64. IMAGOLOGÍA DEL ARTE COSMOGÓNICO DE LAS SEIS SOCIEDADES QUE HAN DADO ORIGEN A LAS CIVILIZACIONES MÁS ANTIGUAS DEL MUNDO: 1. MESOPOTAMIA (ACTUAL IRAQ O IRAK), 2. EGIPTO, 3. INDIA, 4. CHINA, 5. PERÚ (CARAL) Y 6. MÉXICO
  65. CALIDAD, CALIDAD DE VIDA Y CORRUPCIÓN. PARTE II
  66. LA REFORMULACIÓN Y SU RELACIÓN CON LA DIALECTOLOGÍA Y LA TRADUCTOLOGÍA
  67. ¿QUÉ ES EN REALIDAD LA COMUNICACIÓN NO VERBAL?
  68. LITERATURAS, ESCRITORES Y TRADUCTORES VISTOS POR DELANTE Y POR DETRÁS
  69. ¿QUÉ DICEN LOS GESTOS? GESTOS Y ADEMANES. LOS BRAZOS Y LAS MANOS EN ACCIÓN
  70. COMUNICACIÓN NO VERBAL (CNV) Y LENGUAJE CORPORAL HUMANO.
  71. COMENTARIOS ACERCA DE LA SEMIÓTICA COMO FUNDAMENTO PARA EL CURSO DE COMUNICACIÓN NO VERBAL. PARTE II
  72. COMENTARIOS ACERCA DE LA SEMIÓTICA COMO FUNDAMENTO PARA EL CURSO DE COMUNICACIÓN NO VERBAL
  73. RUSISMO O RUSISMOS Y SOVIETISMO O SOVIETISMOS
  74. UN PANORAMA ENSAYÍSTICO ACERCA DE LOS SECUESTROS O PLAGIOS O LEVANTONES EN MÉXICO
  75. Protected: COMPLEJO DE ADONIS O VIGOREXIA. METROSEXUALIDAD, ÜBERSEXUALIDAD Y RETROSEXUALIDAD
  76. BELLEZA Y FEALDAD
  77. EL LENGUAJE CORPORAL HUMANO Y SU RELACIÓN CON LA MÚSICA Y LA DANZA. PANORAMA DE LA MÚSICA Y LA DANZA CUBANAS Y LA MÚSICA Y LA DANZA MEXICANAS
  78. COSAS QUE NO DEBEMOS OLVIDAR LOS CONFERENCISTAS Y ASESORES. LA FUNCIÓN DE LA CLARIDAD, LA CONCISIÓN, LA COHERENCIA, LA SENCILLEZ Y LA NATURALIDAD EN LAS CONFERENCIAS Y ASESORÍAS
  79. La sociolingüística como ciencia que ayuda a entender el comportamiento verbal y corporal de los individuos
  80. Protected: LA IMPORTANCIA DE LA VOZ EN LA COMUNICACIÓN VERBO-CORPORAL
  81. CÓMO TRABAJAR CON LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CIENCIAS SOCIALES O LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES. PARTE IV
  82. TABÚ Y TABÚES
  83. HABLEMOS SIN RODEOS ACERCA DE LAS FRUSTRACIONES HUMANAS Y DE LOS FRUSTRADOS
  84. CALIDAD, CALIDAD DE VIDA Y CORRUPCIÓN. PARTE IV
  85. CALIDAD PERSONAL / PERSONAL QUALITY
  86. Protected: HABLEMOS UN POCO DE LA RICA MÚSICA CUBANA
  87. UN PANORAMA DE LA MÚSICA MEXICANA
  88. LOS ORÍGENES DE LA CALIDAD
  89. Recordando a los pioneros del tratamiento y la investigación de la comunicación no verbal
  90. OLFATOS Y AROMAS. UN TRATAMIENTO A PARTIR DE LA IMAGOLOGÍA Y PARA LOS FINES DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL
  91. ANTROPOMORFISMO, FITOMORFISMO Y ZOOMORFISMO
  92. CÓMO TRABAJAR CON LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CIENCIAS SOCIALES O LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES. PARTE III
  93. CÓMO TRABAJAR CON LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CIENCIAS SOCIALES O LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES. PARTE II
  94. CÓMO TRABAJAR CON LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CIENCIAS SOCIALES O LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES. PARTE I
  95. TEMAS DE IMAGOLOGÍA Y SOCIOLINGÜÍSTICA. LA ACTUACIÓN Y LA SOBREACTUACIÓN DISCURSIVAS TANTO AL NIVEL VERBAL COMO AL NIVEL NO VERBAL
  96. ¿Cuándo y quiénes destruyeron la inmensa mayoría de la historia escrita de la Humanidad? #ImagologíaClerical #ClericalImagology #КлерикальнаяИмагология
  97. LA CONTINUIDAD Y LA INTERDISCIPLINARIEDAD EN EL TRABAJO INDEPENDIENTE DE LOS ESTUDIANTES DE CIENCIAS SOCIALES
  98. SEXO, PEDERASTIA, PAIDOFILIA, PEDOFILIA, EFEBOFILIA O INFANTOFILIA, PEDERASTIA CLERICAL, CURAS O SACERDOTES VIOLADORES SEXUALES, RELIGIOSOS VIOLADORES SEXUALES, CELIBATO, CÓMPLICES SEXUALES. PARTE 1
  99. SEXO, PEDERASTIA, PAIDOFILIA, PEDOFILIA, EFEBOFILIA O INFANTOFILIA, PEDERASTIA CLERICAL, CURAS O SACERDOTES VIOLADORES SEXUALES, RELIGIOSOS VIOLADORES SEXUALES, CELIBATO, CÓMPLICES SEXUALES. PARTE 2
  100. PROTOCOLO Y ETIQUETA O PROTOCOLOS Y ETIQUETAS
  101. REFLEXIONES EN TORNO A LA CALIDAD Y LA CALIDAD DE VIDA EN EL TRABAJO
  102. LAS CREENCIAS, LAS RELIGIONES, LOS CULTOS Y LOS MITOS Y SU RELACIÓN CON LAS SOCIEDADES, LAS CULTURAS Y LOS COMPORTAMIENTOS. PARTE I
  103. REFLEXIONES ACERCA DE LA IMAGEN AMBIENTAL MUNDIAL O LA IMAGEN DE LOS “ECOSISTEMAS NUESTROS DE CADA DÍA”
  104. CONSIDERACIONES EN TORNO AL MEDIO AMBIENTE, LOS ECOSISTEMAS, LA TERRITORIALIDAD, EL LUGAR Y LOS IMPACTOS AMBIENTALES
  105. IMAGOLOGÍA LATINOAMERICANA. LOS SÍMBOLOS PATRIOS DE LOS PAÍSES LATINOAMERICANOS. MÉXICO
  106. CUIDADO CON EL SILENCIO. EL SILENCIO DICE MÁS QUE MUCHAS PALABRAS / BEWARE OF THE SILENCE. THE SILENCE SAYS MORE THAT MANY WORDS
  107. Conocer adecuadamente las sociedades y los grupos sociales para poder valorar sus culturas, sus ideologías y sus comportamientos lingüísticos y corporales
  108. ¿CÓMO HABLAR CORRECTAMENTE EN PÚBLICO? LINGÜÍSTICA E IMAGOLOGÍA DEL DISCURSO HABLADO
  109. La educación y la instrucción en México. Historia y actualidad
  110. COMIDA MEXICANA O GASTRONOMÍA MEXICANA
  111. IMAGOLOGÍA POLÍTICA / POLITICAL IMAGOLOGY / ПОЛИТИЧЕСКАЯ ИМАГОЛОГИЯ
  112. Abordando el tema del miedo, el temor y el terror en sus contextos situacionales
  113. ¿POR QUÉ NOS LLAMAN LATINOS? ¿QUIÉNES SON LOS LATINOS Y CUÁL ES SU ORIGEN? ¿Y EL RACISMO QUÉ?
  114. IMAGOLOGÍA AMERICANA: LOS SACRIFICIOS HUMANOS, LA ANTROPOFAGIA Y EL CANIBALISMO
  115. PANORAMA DE MÉXICO EN EL SIGLO XXI. LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE MÉXICO. PARTE I
  116. Protected: FAMILIA MEXICANA: FAMILIA, EDUCACIÓN Y CULTURA SOCIAL EN EL MÉXICO CONTEMPORÁNEO.
  117. Protected: ¿QUÉ DICEN LOS GESTOS? GESTOS Y ADEMANES. LOS BRAZOS Y LAS MANOS EN ACCIÓN
  118. ANALICEMOS UN POCO LOS LENGUAJES DE LA SEXUALIDAD HUMANA
  119. HABLEMOS UN POCO ACERCA DE NUESTRAS SOCIEDADES…, Y DE SEXO Y SEXUALIDAD TAMBIÉN
  120. SEXO Y GÉNERO O SEXOS Y GÉNEROS
  121. ¿QUÉ ES UN SEMINARIO Y CÓMO FUNCIONA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR?
  122. LA LITERATURA O TEXTO PERIODÍSTICO Y SU CLASIFICACIÓN
  123. ¿A qué llamamos literatura científica y técnica o texto científico y técnico?
  124. ¿A qué llamamos discurso jurídico, literatura jurídica o texto jurídico?
  125. UN PANORAMA DE LA MÚSICA MEXICANA
  126. LA IMAGEN DE AMÉRICA A TRAVÉS DE SUS POLÍTICOS Y DE SUS POLÍTICAS. PARTE II.
  127. Las realias y su importancia en la traducción, en la interpretación, en los doblajes, en los subtitulajes, en la creación hablada y escrita de discursos, en la lectura y en Internet
  128. ¡Pobre Haití! ¡Pobre pueblo haitiano! ¡Los primeros y los últimos! ¡Ni los dioses quieren a Haití! ¿Y el manco Mackandal?
  129. CÓMO TRABAJAR CON LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CIENCIAS SOCIALES O LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES. PARTE IV
  130. TOQUEMOS EL TEMA DE LA LECTURA: LECTURAS, TEXTOS, LIBROS, BIBLIOTECAS, INTERNET…
  131. LA CONTINUIDAD Y LA INTERDISCIPLINARIEDAD EN EL TRABAJO INDEPENDIENTE DE LOS ESTUDIANTES DE CIENCIAS SOCIALES
  132. ¿POR QUÉ UNOS GANAN Y OTROS PIERDEN? HABLEMOS UN POCO ACERCA DE LAS RELACIONES SOCIALES, LA CORTESÍA, LOS PROTOCOLOS Y LAS ETIQUETAS, ENTRE OTRAS COSAS DEL BUEN GUSTO Y EL MAL GUSTO. PARTE III
  133. ¿POR QUÉ UNOS GANAN Y OTROS PIERDEN? HABLEMOS UN POCO ACERCA DE LAS RELACIONES SOCIALES, LA CORTESÍA, LOS PROTOCOLOS Y LAS ETIQUETAS, ENTRE OTRAS COSAS DEL BUEN GUSTO Y EL MAL GUSTO. PARTE I
  134. SOCIOLOGÍA, PSICOLOGÍA, PAISOLOGÍA E IMAGOLOGÍA DE LOS LENGUAJES VERBALES Y NO VERBALES DE LOS PERSONAJES CON MALFORMACIONES O DEFORMACIONES CORPORALES EN LA HISTORIA DE LA CULTURA Y EL ARTE
  135. LA IMPORTANCIA DE LA ROPA, LOS ADORNOS Y LA JOYERÍA. TEMAS DE IMAGOLOGÍA CORPORAL O IMAGEN FÍSICA
  136. EN ESTA NUEVA GLOBALIZACIÓN TAMBIÉN VIVIMOS DEL CUENTO, DEL MITO, DEL MITOIDE Y DEL MITOTE
  137. TERMINOLOGÍA, TERMINOGRAFÍA, TÉRMINOS.
  138. Migrantes o espaldasmojadas o wet back o indocumentados o sinpapeles o balseros o ilegales… Hablemos un poco acerca de otra de las grandes vergüenzas de este continente llamado América.
  139. TEMAS DE LINGÜÍSTICA Y COMUNICACIÓN NO VERBAL: ¿CUÁNDO Y CÓMO APARECIERON EL LENGUAJE CORPORAL HUMANO O COMUNICACIÓN NO VERBAL Y LOS IDIOMAS O LENGUAS O COMUNICACIÓN VERBAL?
  140. COSAS QUE NO DEBEMOS OLVIDAR LOS CONFERENCISTAS Y ASESORES. LA FUNCIÓN DE LA CLARIDAD, LA CONCISIÓN, LA COHERENCIA, LA SENCILLEZ Y LA NATURALIDAD EN LAS CONFERENCIAS Y ASESORÍAS
  141. ¿CÓMO HABLAN Y QUÉ HABLAN LOS POLÍTICOS DE AMÉRICA?
  142. EL SIGNIFICADO DE LA BOCA HUMANA EN LOS MARCOS DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL, EL LENGUAJE CORPORAL Y LA IMAGOLOGÍA
  143. Un paseo por las religiones, las creencias, la magia, la brujería, la santería y todo tipo de ideas. ¿Y el sincretismo?
  144. A propósito de la imagen pública: ¿por qué las personas a veces no se entienden bien? Las cosas que hacen que la comunicación verbal y la comunicación no verbal sean un problema. PARTE IV
  145. Protected: ¡ACLAREMOS!, QUE UNA COSA ES SER ANTI-CLERICAL Y OTRA COSA ES SER ANTI-RELIGIOSO. A PROPÓSITO DEL RECHAZO DE LOS JERARCAS DEL CLERO, PERO NO DE LA RELIGIÓN, QUE SON DOS COSAS TOTALMENTE DIFERENTES
  146. OLFATOS Y AROMAS. UN TRATAMIENTO A PARTIR DE LA IMAGOLOGÍA Y PARA LOS FINES DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL
  147. La XVII Cumbre Iberoamericana en Chile: 8, 9 y 10 de noviembre de 2007. El caso Chávez, Ortega, Rodríguez Zapatero y Juan Carlos o A propósito de las nuevas elecciones 2008 en España o La trascendencia del “¿Por qué no te callas?” PARTE II
  148. A propósito de la imagen pública: ¿por qué las personas a veces no se entienden bien? Las cosas que hacen que la comunicación verbal y la comunicación no verbal sean un problema. PARTE I
  149. PAISOLOGÍA, FILOLOGÍA E IMAGOLOGÍA ITALIANAS: PRERRENACIMIENTO Y RENACIMIENTO
  150. Educación, cultura, ciencia, técnica y fuga de cerebros en América y concretamente en México
  151. LA EXPERIENCIA DEL TERREMOTO DE CHILE DE 2010
  152. CÓMO TRABAJAR CON LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CIENCIAS SOCIALES O LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES. PARTE II
  153. LA IMAGEN DE AMÉRICA A TRAVÉS DE SUS POLÍTICOS Y DE SUS POLÍTICAS. PARTE IV.
  154. LA IMAGEN DE AMÉRICA A TRAVÉS DE SUS POLÍTICOS Y DE SUS POLÍTICAS. PARTE III.
  155. IMAGOLOGÍA. PROGRAMA DEL CURSO El lenguaje Corporal, ANALIZADO A TRAVÉS DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL
  156. ЯRConsultores de Imagen Social® . M – Z. BIBLIOGRAFÍA EMPLEADA PARA LAS ASESORÍAS, TALLERES, SEMINARIOS, LICENCIATURAS, DIPLOMADOS Y MAESTRÍAS EN COMUNICACIÓN NO VERBAL, LENGUAJES CORPORALES, LENGUAJES VERBO-CORPORALES E IMAGOLOGÍA.
  157. ЯRConsultores de Imagen Social® . A – L. BIBLIOGRAFÍA EMPLEADA PARA LAS ASESORÍAS, TALLERES, SEMINARIOS, LICENCIATURAS, DIPLOMADOS Y MAESTRÍAS EN COMUNICACIÓN NO VERBAL, LENGUAJES CORPORALES, LENGUAJES VERBO-CORPORALES E IMAGOLOGÍA.
  158. COMENTARIOS ACERCA DE LA SEMIÓTICA COMO FUNDAMENTO PARA EL CURSO DE COMUNICACIÓN NO VERBAL. PARTE II
  159. COMENTARIOS ACERCA DE LA SEMIÓTICA COMO FUNDAMENTO PARA EL CURSO DE COMUNICACIÓN NO VERBAL
  160. ORTOGRAFÍA DEL ESPAÑOL MEXICANO O, LO QUE ES LO MISMO, CUÁLES SON LOS PROBLEMAS MÁS COMUNES EN LA LENGUA ESPAÑOLA HABLADA Y ESCRITA EN MÉXICO
  161. ¿POR QUÉ EN MÉXICO (MÉJICO) FELIPE CALDERÓN HINOJOSA HA QUITADO A FERNANDO GÓMEZ MONT DEL CARGO DE SECRETARIO DE GOBERNACIÓN? LAS REGLAS DEL JUEGO DE LA POLÍTICA MEXICANA
  162. TEMAS DE IMAGOLOGÍA Y SOCIOLINGÜÍSTICA. LA ACTUACIÓN Y LA SOBREACTUACIÓN DISCURSIVAS TANTO AL NIVEL VERBAL COMO AL NIVEL NO VERBAL
  163. LA COMUNICACIÓN VERBAL Y LA COMUNICACIÓN NO VERBAL. UNA INTRODUCCIÓN A LA IMAGOLOGÍA DE LOS LENGUAJES VERBO-CORPORALES O, LO QUE ES LO MISMO, DE LOS LENGUAJES VERBALES Y DE LOS LENGUAJES CORPORALES HUMANOS. PARTE 2.
  164. IMAGOLOGÍA DEL LENGUAJE CORPORAL HUMANO. ¿QUÉ NOS DICEN LA CABEZA, LA CARA Y EL CUELLO?
  165. LA IMPORTANCIA DE LA POSTURA CORPORAL O LA CINESTESIA EN LA COMUNICACIÓN O IMAGOLOGÍA DE LA POSTURA CORPORAL O LA CINESTESIA EN SITUACIONES DE MUNDIALIZACIÓN
  166. El lenguaje del narcotráfico, la delincuencia organizada, el crimen organizado, el narcocrimen y la corrupción
  167. Filólogo e imagólogo Fernando Antonio Ruano Faxas
  168. ¿QUÉ ES LA ADULACIÓN, LAMBISCONERÍA O GUATAQUERÍA Y CUÁLES SON SUS ALCANCES?
  169. ¿POR QUÉ UNOS GANAN Y OTROS PIERDEN? HABLEMOS UN POCO ACERCA DE LAS RELACIONES SOCIALES, LA CORTESÍA, LOS PROTOCOLOS Y LAS ETIQUETAS, ENTRE OTRAS COSAS DEL BUEN GUSTO Y EL MAL GUSTO. PARTE IV
  170. ¿POR QUÉ UNOS GANAN Y OTROS PIERDEN? HABLEMOS UN POCO ACERCA DE LAS RELACIONES SOCIALES, LA CORTESÍA, LOS PROTOCOLOS Y LAS ETIQUETAS, ENTRE OTRAS COSAS DEL BUEN GUSTO Y EL MAL GUSTO. PARTE II
  171. A propósito de la imagen pública: ¿por qué las personas a veces no se entienden bien? Las cosas que hacen que la comunicación verbal y la comunicación no verbal sean un problema. PARTE VI
  172. Imagología del falo, pene o pinga, a través de la historia y en la actualidad
  173. ¿Cuándo y quiénes destruyeron la inmensa mayoría de la historia escrita de la Humanidad?
  174. ¿QUIÉNES SOMOS LOS MEXICANOS POR DENTRO Y POR FUERA?
  175. Recordando a los pioneros del tratamiento y la investigación de la comunicación no verbal
  176. Síndrome de acoso institucional, acoso grupal, Mobbing, Bullying. ¿Qué es esto?
  177. Las actitudes mentales básicas y los lenguajes corporales y verbales en la sincronía interaccional
  178. LA COMUNICACIÓN VERBAL Y LA COMUNICACIÓN NO VERBAL. UNA INTRODUCCIÓN A LA IMAGOLOGÍA DE LOS LENGUAJES VERBO-CORPORALES O, LO QUE ES LO MISMO, DE LOS LENGUAJES VERBALES Y DE LOS LENGUAJES CORPORALES HUMANOS. PARTE 1.
  179. PANORAMA DE MÉXICO EN EL SIGLO XXI. LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE MÉXICO. PARTE II
  180. ¡QUÉ RECUERDEN MUY BIEN ÉSOS QUE HABLAN OPROBIOS DE NOSOTROS LOS LATINOAMERICANOS! ¿Y TU ABUELA, DÓNDE TA’?
  181. LA CALIDAD EN LAS EMPRESAS DE SERVICIOS
  182. HACIA LA CALIDAD INTEGRAL SIN FRONTERAS
  183. LA IMPORTANCIA DE LA VISTA Y EL CONTACTO VISUAL EN LA COMUNICACIÓN O IMAGOLOGÍA DEL CONTACTO VISUAL EN SITUACIONES DE MUNDIALIZACIÓN
  184. LA REFORMULACIÓN Y SU RELACIÓN CON LA DIALECTOLOGÍA Y LA TRADUCTOLOGÍA
  185. Comentarios en torno a la correlación entre el léxico general y los vocabularios científicos y técnicos
  186. LA PERSONALIDAD DEL ESTUDIANTE Y LA PERSONALIDAD DEL PROFESOR COMO PREMISAS PARA LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO INDEPENDIENTE EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR
  187. LA LINGÜÍSTICA. PANORAMA GENERAL DE LA LINGÜÍSTICA EN LOS SIGLOS XIX, XX Y XXI
  188. INTRODUCCIÓN EN LA LINGÜÍSTICA. PANORAMA GENERAL DE LA LINGÜÍSTICA DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA EL SIGLO XVIII
  189. ¿POR QUÉ LA GENTE NO SE ACEPTA Y SE RECHAZA CON TANTA FRECUENCIA, Y SI SE ACEPTA LO HACE HIPÓCRITAMENTE? HABLEMOS UN POCO DE LA SINCRONÍA INTERACCIONAL Y SU FUNCIÓN EN LA COMUNICACIÓN HUMANA
  190. Lingüística y filología: diferencias entre estas dos ciencias y su relación con la traductología
  191. La lexicografía: el arte de hacer diccionarios
  192. ¿Qué es lexicología?
  193. El Vaticano y Benedicto XVI están preparando su viaje al Reino Unido (Gran Bretaña, Inglaterra) en septiembre de 2010. ¿Cómo y por qué? El asunto está feo
  194. PANORAMA DE MÉXICO EN EL SIGLO XXI. LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE MÉXICO. PARTE III
  195. LAS CREENCIAS, LAS RELIGIONES, LOS CULTOS Y LOS MITOS Y SU RELACIÓN CON LAS SOCIEDADES, LAS CULTURAS Y LOS COMPORTAMIENTOS. PARTE II
  196. CALIDAD, CALIDAD DE VIDA Y CORRUPCIÓN. PARTE V
  197. CALIDAD, CALIDAD DE VIDA Y CORRUPCIÓN. PARTE III
  198. LA CALIDAD EN MÉXICO / THE QUALITY IN MEXICO
  199. CALIDAD DE VIDA EN EL TRABAJO / QUALITY OF WORKING LIFE
  200. RUSISMO O RUSISMOS Y SOVIETISMO O SOVIETISMOS
  201. ¿Cuáles son los primeros escritos en lengua española? ¿Cuándo se escribió por primera vez en lengua española?
  202. ¡ASÍ ANDAMOS…, ENTRE SECRETOS, FALSEDADES, MENTIRAS Y MEDIAS VERDADES…! PERO, TIEMPO AL TIEMPO…
  203. A propósito de la imagen pública: ¿por qué las personas a veces no se entienden bien? Las cosas que hacen que la comunicación verbal y la comunicación no verbal sean un problema. PARTE V
  204. A propósito de la imagen pública: ¿por qué las personas a veces no se entienden bien? Las cosas que hacen que la comunicación verbal y la comunicación no verbal sean un problema. PARTE II
  205. José Gutiérrez Vivó, “La voz que todo México escucha”, “La voz en español”, comenzó a trasmitir, otra vez, desde Estados Unidos
  206. Apuntes, notas y comentarios de imagología clerical. Hablemos un poco acerca de la mierda: Marcial Maciel Degollado, la Legión de Cristo y los Legionarios de Cristo
  207. PANORAMA IMAGOLÓGICO DEL SISTEMA LINGÜÍSTICO ESPAÑOL O IMAGOLOGÍA DE LA LENGUA ESPAÑOLA
  208. CÓMO TRABAJAR CON LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CIENCIAS SOCIALES O LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES. PARTE V
  209. CÓMO TRABAJAR CON LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CIENCIAS SOCIALES O LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES. PARTE VI
  210. CÓMO TRABAJAR CON LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CIENCIAS SOCIALES O LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES. PARTE VIII
  211. CÓMO TRABAJAR CON LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CIENCIAS SOCIALES O LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES. PARTE VII
  212. ¿A QUÉ LLAMAMOS DISCURSO HABLADO O DISCURSO ORAL O TEXTO HABLADO O TEXTO ORAL, Y CÓMO SE CLASIFICA?
  213. LENGUAJE CORPORAL O LENGUAJES CORPORALES O COMUNICACIÓN NO VERBAL O CNV O LENGUAJE NO VERBAL