Abstract
“Vosotros dijisteis [señores frailes de la Conquista] que nosotros [los hombres de aquí de la América conquistada] no conocemos al Señor del cerca y del junto, a aquel de quien son los cielos y la tierra. Dijisteis que no eran verdaderos nuestros dioses [indígenas]. Nueva palabra es ésta, la que habláis, por ella estamos perturbados, por ella estamos molestos. Porque nuestros progenitores, los que han sido, los que han vivido sobre la Tierra, no solían hablar así” (Parte de un discurso de los tlamatinimes o “principales señores sabios mexicanos” en su encuentro con los frailes de la Conquista, según Miguel León Portilla. La filosofía náhuatl. Estudiada en sus fuentes. México, UNAM, 1993:130-133)
CONTINÚA DE LA PARTE I: http://knol.google.com/k/las-creencias-las-religiones-los-cultos-y-los-mitos-y-su-relaci%C3%B3n-con-las#
[…] Muchas religiones del mundo están llenas de dioses y semidioses, con figuras y atributos de animales y de humanos, y con figuras y atributos de plantas y de humanos, como muestran la zoolatría y la fitolatría. Estos cultos, por amor o temor, aparecen en todas las culturas. La astrología, por ejemplo, está plagada de signos zoomórficos: los signos del zodíaco. De una manera u otra, en un tiempo histórico u otro, el antropomorfismo, es decir el atribuir características humanas o nombres humanos o denominaciones humanas a los dioses, a los semidioses, a los animales, a las plantas, a las cosas y a los lugares; el fitomorfismo, es decir el atribuir características vegetales o nombres vegetales o denominaciones vegetales a los dioses, a los semidioses, a los animales, a los humanos, a las cosas y a los lugares; el zoomorfismo, es decir el atribuir características animales o nombres animales o denominaciones animales a los dioses, a los semidioses, a los humanos, a las plantas, a las cosas y a los lugares, son comunes en todas las culturas de la Humanidad:
FITOLATRÍA. Adoración de las plantas. Acción mágico-religiosa de carácter universal, debida a que los vegetales satisfacen las necesidades humanas básicas (comida, vestido y sustento) y además adornan, curan, matan y forman parte del simbolismo lírico y social. Acompañan al hombre en cada momento de su vida, desde que nace hasta que muere, y en todas las culturas se les ha atribuido un alma y un valor cultural. Están presentes en los mitos, los ritos y los cultos, no sólo como ornamentación sino como personajes con vida propia; y se les asignan propiedades mágicas y atributos muy ajenos a su condición biológica. En el México prehispánico, las deidades de la vegetación eran innumerables; las principales estaban vinculadas a las plantas alimenticias. El maíz tenía varios númenes [divinidades, dioses]: Xilonen para el tierno, Iztaccentéotl para el blanco, Tlatlauhquicentéotl para el colorado, grande y duro, Centli para la mazorca cortada y seca, y para todos Centéotl, la deidad representativa, con personalidad dual: si masculina, su esposa era Xochiquetzal, llamada en algunas regiones Chicomecóatl. Las plantas-dioses parecen ser tempranas en la historia, pues a la llegada de los españoles eran ya demasiadas para ser recientes. En las regiones áridas los grandes cactus eran a menudo adorados, y las especies alucinógenas, cuando no eran consideradas deidades, eran el medio para llegar directamente a ellas, como el peyote y el teonanácatl. Plantas consideradas alimento divino o hechas con materiales sobrenaturales, son, entre otras, el ololiuhqui, el cuetzpaltzin y el itzalcoliuhqui. El tabaco (piciete) y el estafiate servían para aliviar enfermos y practicar “limpias” [“despojos”]. En la adivinación se utilizaban muchas, especialmente el tabaco masticado y el ololiuhqui; y los granos de maíz, arrojados en un plano rectangular, eran interpretados según quedaban dispuestos. Árboles sagrados relacionados con el origen de la humanidad, son las ceibas en el Sur, que unían al cielo con la tierra (v. Códice Féjérvary-Mayer). La humanidad, según los mitos, desciende de una pareja que se salvó protegiéndose en un tronco hueco que flotó durante el diluvio. La flor de cempoalxóchitl se dedicaba a la muerte y con ella se han adornado hasta hoy los altares dedicados a los antepasados. La cabeza despedazada de la Coyolxauhqui, en el bajorrelieve del Templo Mayor de Tenochtitlan, aparece ornamentada con esa flor. Xochipilli, príncipe de las flores, presenta cara de muerto, el cuerpo grabado en flores alucinógenas, un pectoral que representa al monstruo de la tierra, y mariposas en su trono, evocadoras de las almas de los guerreros, que después de cuatro años de acompañar al Sol en el cielo, regresaban a la tierra en esa forma. Así, las flores presidían la vida y la muerte, y permitían alcanzar a los dioses con sus poderes disociadores. Xochiquétzal, diosa de las flores, también tenía una personalidad múltiple y se relacionaba, igual que Xochipilli, con la vida, la muerte y la metempsicosis; su signo calendárico regía a la gente de muy buena ventura: pintores, orfebres y artesanos limpios, trabajadores y excelentes en sus oficios. Las plantas curativas eran adoradas, y también las que servían para adivinar la causa de las enfermedades (piciete, ololiuhqui o peyote). De otras se creía que provocaban problemas de salud si se les olía, brincaba, cortaba o escupía. Desde épocas muy antiguas, la flor representó la sangre, según se ve en los llamados “danzantes” de Monte Albán, sacerdotes emasculados de cuyas partes mutiladas brotan pétalos y corolas. Las flores tenían usos distintivos: las que sólo eran lucidas por determinadas clases sociales, las que señalaban a las mujeres vírgenes o a las adúlteras, las que connotaban fiestas y las que se colocaban en los sitiales de los altos dignatarios y de los dioses (petates finos y asientos o icpallis hechos de tule).
Desde los tiempos más antiguos el pensamiento simbólico desarrollado por los hombres ha prestado especial atención a los animales. Ellos son nuestros compañeros en el mundo y de ellos se ha aprendido, con ellos se ha rivalizado y a algunos incluso se les ha domesticado.
El comportamiento y la actitud particular de cada especie ha sido el elemento determinante de su simbología, pero, en general, han personificado tanto las fuerzas del universo como las inquietudes propias de la sensibilidad humana.
También la forma en que los diferentes animales repercutían en las civilizaciones de su entorno ha condicionado las interpretaciones que sobre ellos se creaban. Quizá no sea demasiado aventurado decir que, dentro de la tradición occidental, la sociedad que mejor consideración dio a sus vecinos animales fue la del Egipto faraónico.
Además de todo lo visto, los animales fabulosos han sido una frecuente creación de la imaginación humana. Habitualmente son el producto de una serie de asociaciones de ideas que tienen por objeto personificar los miedos, anhelos o concepciones profundas de los grupos humanos.
Animales en el mito, la religión y la magia. En todos los tiempos el hombre se ha identificado con los animales y éstos siempre han estado presentes en manifestaciones culturales básicas; muchos grupos humanos afirmaron descender de ellos, lo que llamó la atención de los antropólogos, psicólogos y sociólogos de fines del siglo XIX y principios del XX que estudiaron el totemismo. La conciencia de la propia animalidad se plasmó en mitos, y a través de ellos se dieron explicaciones del universo, por lo que los animales resultan fundamentales en la historia de la filosofía, la ciencia, la religión y la magia. Las mitologías abundan en seres zoomorfos, antropo-zoomorfos, en transformaciones y en manifestaciones duales (alter ego), que en México se suelen llamar nahuales. A los animales se les ha visto como antepasados, dioses, compañeros, avatares de deidades y encarnación de hombres muertos. Se les encuentra en múltiples ritos: sacrificios, tabúes, ofrendas, danzas, vestimentas. En la magia se usan para la adivinación y para hechizos; se exageran sus cualidades y defectos para actos de brujería; así, por ejemplo, los felinos son encarnación de la fiereza; la zorra, de la astucia; y las aves blancas, de la pureza.
En el México prehispánico, las culturas aldeanas (hacia 1200 a.C.) sacrificaban, para que acompañaran a los muertos, perros, venados y aves acuáticas […] En la cerámica se encuentran representaciones de serpientes, tigres, coyotes, patos, zarigüeyas, pescados, perros, conejos, armadillos, puercos salvajes y ranas. Desde la aparición del Estado teocrático (hacia 600 a.C.) se dio a los dioses aspecto antropo-zoomorfo, pero algunos animales representaron fuerzas de la naturaleza o planos del universo. Ejemplos tardíos son: el águila, que era el Sol y el cielo; la serpiente, las corrientes acuáticas; la pantera (Tepeyolohtli), las profundidades de la tierra; el tigrillo pinto, el cielo y las estrellas; el zopilote real, en la zona maya (Popol Vuh), el fin de la noche, el despuntar de la aurora; las abejas, la masa de soldados. Nahuales de dioses fueron el colibrí, de Huitzilopochtli; el perro, de Xólotl; y la serpiente, de Quetzalcóatl. La vestimenta de los sacerdotes mayas eran pieles de venado y de jaguar. En el sur de Mesoamérica el murciélago era el nahual del sacerdote sacrificador, mientras que en el centro mesoamericano, en la época teotihuacana, el tecolote estaba en los tocados de los personajes que se relacionaban con el sacrificio en que se sacaban los corazones; a raíz de la Conquista aún se hablaba de que la presencia de esa ave nocturna significaba derramamiento de sangre indígena. Las codornices fueron, después del hombre, la carne sacrificial preferida de los dioses, y mes a mes mataban muchas en honor de las deidades que presidían las fiestas calendáricas. Los conejos se relacionaban con la Luna, igual que el guajolote. La rana y el lagarto se confundían con Cipactli, el monstruo de la tierra, que también solía tener aspecto de pantera y, en algunos códices, de pez espada.
Los mitos de la creación se diferenciaron por regiones; casi en todas partes se habló de varias creaciones o soles, en las que los habitantes de la Tierra no eran necesariamente hombres, y en cambio siempre había animales. En el centro de México, el primer sol terminó por la acción del agua y las gentes se volvieron peces; en el segundo, las gentes eran gigantes y fueron devorados por tigres; en el tercero, todo se acabó por el fuego; el cuarto terminó por grandes vientos y los seres vivos se convirtieron en monos; y el quinto es el que se vive y terminará con temblores y hambruna (Anales de Cuauhtitlán). El Popol Vuh habla de una sola creación, en la cual los animales estuvieron presentes en la tierra antes que el hombre, y éste fue hecho con sangre de culebra y masa de maíz. En los Anales de los cakchiqueles, para la carne del hombre se requirieron maíz y sangre de tapir y de culebra. El Códice Chimalpopoca cuenta que, para los mexicas, la carne humana fue hecha con los huesos de los hombres anteriores (huesos preciosos) y la sangre del miembro viril de la serpiente emplumada (Quetzalcóhuatl).
La medicina mágica también manejó animales […]
Los calendarios mesoamericanos utilizaron los animales como símbolos o representantes de los días […]
El México colonial tuvo un giro completo en sus relaciones ideológicas con los animales, aun cuando los grupos indígenas conservaron mucho de sus tradiciones prehispánicas. La imposición del cristianismo obligó a no pensar en ascendencia animal [no obstante] El escudo nacional de la República Mexicana conserva el águila solar y la serpiente terrestre en su lucha cósmica, cuya simbología ideológica fue heredada de los indígenas.
[En los momentos de la Conquista de México] Las fiestas, por su parte, traían consigo bailes y regocijos, entremeses graciosos que aprovechaban el dramatismo de quienes llegaba a pedir a pedir salud al ídolo o al santo. El zoomorfismo, tan frecuente en las culturas prehispánicas, también hizo acto de presencia en estas festividades rituales y teatrales, adoptando las personas que representaban no sólo actitudes de un sapo o de un coyote sino también su nombre propio […]
El zoomorfismo, común en las culturas antiguas, se estudia en la imagología, en la heráldica, en la onomástica, en la onomasiología, en la semasiología, en la toponimia, en la antroponimia y la antropotoponimia, en la zoonimia y la zootoponimia, en los apodos… El zoomorfismo es evidente en los nombres propios, en la literatura y el arte, en el deporte, en la política, en la medicina… De tal manera, buscando relacionar de una forma u otra, a los grupos, a las personas, a los nombres propios, con determinadas cualidades animales –claro está que a partir del contacto directo con las naturalezas, los entornos faunísticos, los rasgos…–, tanto los grupos, equipos o personas en particular llevan nombre de animales. Y de aquí que el zoomorfismo se pueda clasificar también en: zoomorfismo lingüístico, zoomorfismo teológico, zoomorfismo artístico, zoomorfismo deportivo, zoomorfismo político, etc. Así, en los nombres propios tenemos: Toro Sentado, Caballo Loco, Cuauhtlatoatzin o Águila que Habla –nombre original del mexicano Juan Diego–… En el arte tenemos: Sor Juana Inés de la Cruz, “El Fénix de México”; Grace Kelly, “El Cisne de Mónaco”; Tom Jones, el “Tigre de Gales”… En el deporte, tenemos a los Pumas, las Chivas Rayadas de Guadalajara, los Jaguares de Chiapas, los Tiburones Rojos de Veracruz… En la política: el expresidente cubano Gerardo Machado, “El Asno con Garras”; el mandatario cubano Fidel Castro Ruz, “El Caballo”; el gobernador del estado de Chiapas Roberto Albores Guillén, “El Perro”; el dirigente campesino boliviano Felipe Quispe, “El Mallku” –término aymará que significa ‘Gran Cóndor’–; el expresidente boliviano Hernán Siles Zuazo, “El Conejo”; el expresidente boliviano Víctor Paz Estenssoro, “El Mono”; el presidente de México, Vicente Fox, “Chachalaca”; el presidenciable mexicano Andrés Manuel López Obrador, “Pejelagarto”; gusano –contrarrevolucionario cubano–… En la medicina, la anatomía, la biología, la botánica, la imagología, el lenguaje popular: síndrome de la vaca loca, fiebre caprina –bruselosis–, fiebre porcina, gripe aviar, posición con manos de hámster, patas de gallo o patas de gallina –arrugas alrededor de los ojos–, boca de dragón –una planta–, boca de escorpión –maldiciente–, boca de perro –persona que dice cosas indebidas–, boca de lobo –lugar muy oscuro–, ojo de pescado –tipo de verruga–, ojo de carnero –ojos saltones–, ojo de sapo –ojos hinchados–, pata de perro –callejero–, pata de cabra –instrumento–, gato –instrumento–, toro –individuo robusto o potente sexualmente–, majá –el majá es una culebra, y así se le dice a una persona holgazana– […] (Ruano, 2003a).
Las religiones, en especial las religiones imperantes de gran impacto, ampliamente extendidas y con control absoluto en todos los sentidos: social, político, económico, informativo…, han manejado a su antojo y conveniencia tanto a los seres humanos como a los gobiernos y a las riquezas, antes y ahora (Martín, 2006). Las religiones siempre han tenido un vínculo estrecho, directo y total con las masas populares y con los gobiernos y los partidos políticos, con absolutamente todas las esferas de la vida y de la actividad del hombre y de la mujer, ya sea abiertamente o a través del espionaje y las infiltraciones. Las religiones imperantes siempre han tenido una estrechísima relación manipuladora con las esferas y los personajes más relevantes de la actividad empresarial, mercantil y los negocios, a partir de lo cual queda más que claro el nivel de influencias y los imperios del poder y el control que las religiones llegan a tener entre los grupos sociales, en especial en los grupos sociales más pobres e ignorantes. Muchos hechos lamentables y bochornosos de la historia de la Humanidad se han vinculado con estos tipos de relaciones religiones-empresarios. Y esto es necesario y vital para las religiones, porque solamente mediante el control de la vida y del pensamiento de los pueblos ellas pueden subsistir y regir, controlar, mandar, manipular. De lo contrario, si no se produjera el control constante de las masas populares y los gobiernos y las autoridades y los empresarios, si no se espiara constantemente la vida humana, si no se infiltrara a miembros entrenados de las religiones en absolutamente todos los ámbitos de la actividad de los seres humanos, entonces sería muy fácil que otras religiones, posturas religiosas, corrientes partidistas, corrientes políticas, posiciones filosóficas y corrientes del pensamiento, incluyendo el agnoscitismo, el nihilismo, el ateísmo –pragmático o militante–, el comunismo, etc., substituyeran a las religiones que ejercen el control en un momento determinado. A muchas religiones, sectas, corrientes religiosas, órdenes religiosas, no les vasta con sus doctrinas tradicionales y sus templos de oración, sino que llegan a crear multimillonarios emporios educativos en todo el mundo, con el objetivo de controlar y manipulares a los grupos humanos desde la misma infancia, con los niños primero, y así, después, a sus padres, familiares, grupos sociales, etc. Pero el asunto va más allá del control y la manipulación religiosa o socioconfesional, por supuesto. En algunos países es inconcebible que en pleno siglo XXI, siglo de la multiinfomación digitalizada, algunas órdenes religiosas y grupos religiosos –que más que religiosos se parecen a la Mafia, a la Cosa Nostra, al Crimen Organizado…–, que están más que desprestigiados internacionalmente y hasta sancionados por el mismo Vaticano por sus actividades ilícitas e inmorales, todavía conserven estos emporios educativos y los inmensos poderes políticos y sociales (Campos y Rodríguez, 2008; Vera, 2008a; Gutiérrez, 2008). Por eso estos grupos religiosos mantienen todo un extenso servicio de espionaje a nivel internacional, que ha permeado las más elitistas esferas del aparato político y del aparato empresarial, a la burguesía, a la nobleza… Los servicios secretos y de espionaje de las autoridades y gobiernos religiosos han tenido una larga y compleja historia. Entre los servicios secretos y de espionaje de los grupos religiosos tiene un lugar destacado el de la religión católica (Frattini, 2005; Frattini, 2006; Martín, 2006; Vallejo, 2007; Verbitsky, 2005; Yallop, 2008a; Yallop, 2008b). Y es más que conocido cómo funciona la actividad de espionaje y sondeo de estos grupos religiosos, muy semejante a la ya tradicional premisa de “cultivar, pedir y reconocer…” (Gutiérrez, 2008: 12). El poder que tienen y ejercen algunos de estos grupos religiosos, inclusive los más desmoralizados al nivel de todo el Orbe, inclusive hasta en el Vaticano, inclusive hasta sancionados por el mismo Papa: http://knol.google.com/k/annimo/sexo-pederastia-paidofilia-pedofilia/19j6x763f3uf8/22 , http://knol.google.com/k/annimo/sexo-pederastia-paidofilia-pedofilia/19j6x763f3uf8/19# , http://openlibrary.org/b/OL23531218M/Hacia_una_historiografía_vergonzosa_de_las_grandes__fichas__de_la_podredumbre_social_y_moral_en_México__Marcial_Maciel__los_Legionarios_de_Cristo_y_sus__gatos___cómplices___fieles_devotos__y_encubridores. , es inconmensurable […] E inclusive con todo el desprestigio que tiene el Catolicismo, el Cristianismo, por sus sonados y más que sucios escándalos internacionales por las violaciones sexuales a menores, varones y hembras, por la reconocida pederastia clerical: http://www.youtube.com/watch?v=5ba64jVPUvM , http://www.youtube.com/watch?v=dX91bO9xbSw&feature=related , http://www.youtube.com/watch?v=ghkXMPmNKwg&feature=related […] en lo que Estados Unidos de América y México van a la cabeza en América, inclusive así, se atreven estos “fieles devotos” a criticar ciertas conductas sexuales: http://www.bbc.co.uk/mundo/lg/america_latina/2009/12/091229_2314_mex_gays_jaw.shtml […] ¡Eso es llamarse desfachatados, descarados, o, bueno, también borregos y acarreados! […] porque todos sabemo quiénes son “los fieles” que salen a manifestarse a las calles en estos casos, todos sabemos “de dónde” vienen estos “fieles” […] basta mirarles “la finta”, mientras “la élite clerical” vive a todo dar y siguen “en lo suyo” […]
El 12 de mayo de 1997 Canal 40 [televisora de México] trasmitió los testimonios de algunos ex seminaristas que aseguraban haber sido abusados sexualmente por el padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, una de las órdenes religiosas más poderosas del mundo.
El programa había sido filmado varios días antes y, de algún modo, en el círculo cercano de Marcial Maciel se enteraron de que iban a ser difundidas espinosas declaraciones sobre el legionario mayor. Desfilaron por la oficina de Javier Moreno Valle, director del canal, representantes de la Universidad Anáhuac [universidad mexicana propiedad de los Legionarios de Cristo, de Marcial Maciel], primero, jerarcas de la congregación religiosa, luego, y finalmente Roberto Servitje [un reconocido empresario mexicano]. Moreno Valle también recibió una llamada telefónica de Carlos Ruiz Sacristán, entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, y amigo de los religiosos.
Todos ellos alertaron al director del canal: la difusión de tales testimonios será interpretada como una falta de respeto al clero. Pero fueron los Servitje quienes lanzaron la advertencia más dura: la divulgación del programa causará que Bimbo retire su publicidad […]
El cabildeo de los Servitje trajo consecuencias: otras diez empresas dejaron de publicitarse. Y comenzó la crisis […]
En los años siguientes los anunciantes no aparecían por ningún lado. Nunca más aparecieron. Se acentuó la crisis. Se cerró el canal.
La historia de la presión de los Servitje –y de los legionarios– a Canal 40 quizá sea la máxima expresión del poder de esta familia. En 1997 encendieron una mecha que explotó cinco años después: contribuyeron decididamente para que cerrara un canal que en poco tiempo había ganado fama de independiente. Sin embargo, no lograron frenar la transmisión de los testimonios de los ex legionarios que, a fin de cuentas, desataron una serie de acusaciones que derivaron en que el Vaticano ordenara que Maciel se retirara a reflexionar sobre sus actos, un castigo que algunos especialistas han interpretado como la tácita aceptación de los abusos del religioso (Zepeda, 2007: 246-247).
Claro está que algunos de estos grupos de poder empresarial, una vez que se salen con las suyas, se vuelven a lanzar a la carga, envalentonados por sus “logros moralistas” (?); pero, como se dice en México coloquialmente, “no siempre es chicle y pega”:
[…] Lorenzo Servitje […] En 2002 se opuso a la transmisión de Big Brother, un reality show de Televisa. Protestó. Habló personalmente con los productores del programa y, como no logró convencerlos, les advirtió que Bimbo podía optar por no anunciar con ellos […] (Zepeda, 2007: 247).
¿Pero ahora, en este caso, qué usted cree que pasó? Muy sencillo, ¿¡sí recuerda usted quién es el dueño de Televisa…!? ¡Ahhhhhh…! ¡Ajá…, nada más y nada menos que el hijo de “El Tigre”…! ¿Y acaso, como reza el dicho popular mexicano, el hijo de tigre no sale tigrito…? Pues claro que sí: “¡hijo de tigre, pintito…!” Así mismo fue, tal y como cree usted, y ahora también uso palabras coloquiales del español de México…: ¡a este señor, Servitje, esta vez Televisa y “El Tigrito” “lo mandaron por un tubo…”!:
Nosotros invitamos a muchas empresas diciéndoles: “Lo que Big Brother va a ofrecer es esto, les dejamos a ustedes la responsabilidad de anunciarse o no anunciarse”. Cerca de 45 empresas grandes no se anunciaron en ese programa, ese fue un asunto muy importante, como definición, aunque Big Brother duró cinco años, de tal manera que poco a poco ellos fueron metiendo pequeños anunciantes, otras compañías, ofertas de todo. Y Big Brother, como se demostró, fue primero algo inculto, luego fue algo muy pésimo, luego los artistas… acabó como acabó, una miseria de programa. Emilio Azcárraga Jean y sus ejecutivos lograron convencer a otros anunciantes de que se mantuvieran en sus pautas comerciales y, al menos en las primeras emisiones, el programa reportó buenas ganancias a Televisa (Zepeda, 2007: 247-248).
Si empleamos, otra vez, el uso coloquial del español de México, entonces esto quedará claro: “¡Asústame….!” “¿No que no tronabas, pistolita…?” Dicen en Cuba que “cerdo cimarrón sabe del palo que se rasca…”
¿Pero cómo conocemos los secretos y detalles del espionaje de las autoridades religiosas católicas a través de la historia si sabemos que sus redes son altamente sofisticadas, cuidadosas, encubiertas, secretas…? Muy sencillo: porque así como en la vida diaria todos nos espiamos y el vecino espía al otro vecino, y el alumno fraudulento espía el examen del otro alumno para copiarle, y el marido espía a la mujer y viceversa, y el niño espía al otro niño para observar de cerca su nuevo juguete o sus zapatos tenis de marca, y el hermano espía al otro hermano para acusarle ante los padres o manipularlo, y el comprador espía los cálculos del vendedor para que no le robe, y los pasajeros del metro o del tren o del autobús o del barco se espían para ver si hay algún terrorista a bordo, y el seudoescritor espía al escritor para plagiarle, etc., sucede también que todo el mundo se espía, porque a través de la historia también todos los grupos humanos se han sentido amenazados y por eso se han espiado. Y esto ha pasado con todos los gobiernos, con todas las tribus y clanes, con todos los grupos económicos, con todos los grupos políticos, con todos los partidos, con todas las empresas, con todas las religiones, con todos los gremios, con todos los grupos secretos: sectas, logias, alquimistas, magia, santería, brujería, artistas, con todos los movimientos revolucionarios y los movimientos independentistas… y para tener y mantener el poder hay que recurrir a todos los medios. También conocemos todos los datos de los espionajes y las infiltraciones religiosas debido a las mutuas, habituales y por todos conocidas “traiciones” (?) que se producen entre autoridades religiosas y feligreses o creyentes o acólitos: o la autoridad religiosa traiciona –o supuestamente traiciona– las creencias y expectativas religiosas del creyente, o el creyente traiciona –o supuestamente traiciona– a la autoridad religiosa, y de ambas partes entonces brotan, como interminables y caudalosas cascadas, informaciones, declaraciones, documentos escritos, libros, grabaciones telefónicas, grabaciones de conversaciones, videos, fotografías, dibujos, diseños, mapas, etc., de todo tipo y en todos los estilos, en donde aparecen los “secretos” y “supuestos secretos” de ambas partes: traidores y traicionados, en absolutamente todos los vínculos imaginables, pasados y presentes. Con frecuencia se habla de cómo las religiones han reclutado a cientos de espías de todo tipo de gobierno, de partido político y de núcleos sociales, incluyendo aquí a otras religiones y sectas; pero pocas veces hablamos de la tremenda capacidad de los gobiernos y los partidos políticos para reclutar espías religiosos, lo tan fácil que es esto, inclusive de los más elevados cargos religiosos, por la vía que sea este reclutamiento:
[Por ejemplo, la SB o Sluzba Bezpieczenstwa o Policía Secreta Polaca y sus archivos han demostrado lo fácil que es reclutar sacerdotes católicos como espías y por eso tanto el régimen comunista polaco como todo el aparato comunista internacional conocía a la perfección cada uno de los pasos del Catolicismo europeo] En un momento dado, más de mil sacerdotes [polacos] trabajaban como espías e informantes del gobierno comunista polaco. En una escalofriante traición a la confianza, la confidencialidad de la confesión se infringía con regularidad. Los archivos revelan que al más preciado elemento [es decir, el sacerdote Wladyslaw Kulczycki] entre los que trabajaban para los comunistas le fue encomendada la labor de espiar e informar sobre Karol Wojtyla [futuro papa Juan Pablo II] […]
[Fue fácil reclutar a este sacerdote Kulczycki como espía porque] la policía secreta polaca descubrió que estaba envuelto en una apasionada aventura amorosa y lo chantajeó para que se convirtiera en espía […] (Yallop, 2008a:26-27).[14]
Por otro lado, recordemos que no todo el mundo, que no todo grupo y que no toda persona se presta o se deja reclutar –o tiene la necesidad imperiosa de un trabajo para poder subsistir y alimentarse a sí mismo y a su familia, cualquiera que sea este trabajo por degradante, inmoral o riesgoso– para ciertas actividades que históricamente han sido consideradas de alto riesgo para la “moral” –actos inmorales–, para los “principios” y para la vida misma: propia o de la familia o del grupo –persecución, hostigamiento, rechazo social, deportación, destierro, ejecución…– y que son despreciadas y estigmatizadas por los usos y costumbres sociales tradicionales; por lo que entonces, dadas estas circunstancias, hay que reclutar a quien se deje o a quien se pueda, al “disponible”, y sucede que, a veces, y en particular en determinadas zonas del mundo y en determinados contextos sociales, los reclutados para el espionaje y las infiltraciones en los diferentes grupos objetivos son individuos “confusos”, no ideales para el desempeño, mercenarios de baja estofa, fácilmente sobornables, desesperados, que portan elevados niveles de frustraciones espirituales o físicas fácilmente detectables, o que son portadores de ciertos protocolos, etiquetas y apariencias que les delatan fácilmente, en uno u otro momento (Dimitrius y Mazzarella, 1999; Ekman, 2005).
Justamente por eso, por este delirio persecutorio que se observa en la historia y la actualidad al nivel mundial –lo que se asocia con situaciones reales e imaginarias o manipuladas, sociales, políticas, económicas, religiosas…, y también con ciertas patologías o trastornos como es el caso de los síndromes persecutorios, los síndromes confusionales, la intermetamorfosis (cuando se cree que los conocidos intercambian sus identidades y comportamientos), el Síndrome de Capgras (los que nos rodean no son realmente ellos, sino algo así como impostores-actores), el Síndromne de Charles Bonnet (alucinaciones visuales complejas benignas), el Síndrome de Fregoli (los desconocidos son conocidos), etc.– es que también las más altas cúpulas y los grupos menos destacados, “los de la sombra”, del catolicismo –y de todas las religiones del mundo, inclusive al nivel de tribus y clanes– han sido y siguen siendo espiados e infiltrados, en todos los lugares del mundo, sin excepción alguna, por hombres, mujeres y hasta niños (Raddenkeefe, 2006; García, 2002; Delgado, 2005). Los espionajes, las infiltraciones y las traiciones ya son tan comunes y frecuentes en nuestros días y se tiene tanto conocimiento de ellos –por lo menos en lo que concierne a las personas cultas, actualizadas y comprometidas con un futuro mejor– que han pasado a ser algo “normal” en la vida de las sociedades, forman parte de un “protocolo especializado” de la sociedad humana, lo que no quiere decir que aceptemos tranquilamente este rejuego perverso y malsano, que en ciertos casos se da a discreción y según las conveniencias, entre traidores y traicionados.[15] Por otro lado, “el pueblo”, que tiene que trabajar de sol a sol para comer y subsistir, y que ocupa en esto la mayor parte de su tiempo, no puede prestarle mucha importancia a este tipo de traición que se produce entre personas que tienen asegurado el pan nuestro de cada día y “aún mucho más”; es decir que a las claras le roban, por muy variadas vías y en muy variadas formas, “el pan nuestro” a las grandes masas, desposeídas de absolutamente todo lo relacionado con una vida y una existencia dignas y justas. Por eso es que “el pueblo”, si es que ve y entiende lo que sucede entre estos tipos de “traidores y traicionados”, entonces olvida rápidamente… No obstante, “el pueblo” dispone, de una u otra manera, de mecanismos eficientes de información, como Internet y las bibliotecas, que le brindan la posibilidad de consultar, en muy variadas lenguas, dialectos, géneros y estilos, la documentación de los espionajes, las infiltraciones, las traiciones, y las versiones de todo tipo de individuo, incluyendo las versiones de los hombres de bien, de los individuos comprometidos con el bien de la Humanidad.
En el pasado era muy fácil borrar toda esta “documentación reveladora y comprometedora”, tanto en la versión de los traidores como en la versión de los traicionados: sencillamente se le daba candela a los textos, a las bibliotecas, a los archivos, y también se exterminaban las fuentes humanas, se les mataba o se les desaparecía, que era la práctica común… Hoy esto no puede suceder porque toda esa documentación está registrada en todo el mundo, en todos los centros de información, en todas las bibliotecas, hemerotecas, videotecas, filmotecas, redes de Internet, etc., y especialmente en los países civilizados la humillante mano del inquisidor ya no tiene fuego… Toda esta documentación reveladora ni se ha perdido ni se perderá ya, al contrario, porque aparece en la más eficaz y rápida vía de información del mundo moderno: Internet, en donde solamente hay que poner una palabra y ya, aparecen cientos y miles de documentos en torno al dato buscado, ya sea un documento o el nombre del traidor o el nombre del traicionado. Por eso Internet es el terror de los “inculpados”, de los “culpables”; y contra ella ya nadie ni nada puede luchar, su fuerza es muy grande y su alcance es mundial. Lo que hizo el “culpable”, antes o ahora, se difunde en segundos por todo el mundo. Por eso la vergüenza y el desprestigio del culpable y de su grupo son mayores, porque son universales: su imagen y su culpa están en todas las computadoras del mundo, en todos los idiomas del mundo, ¡y cómo hay computadoras e idiomas en este planeta!
Las religiones, las sectas, las creencias, tienen una marcada presencia en las esferas socioculturales –y obviamente en las esferas políticas y económicas–, en las formas no verbales, corporales y verbales a través de las cuales se expresan los usuarios de los diferentes lenguajes. Y, como sabemos ya, debido a nuestras mismas vida y experiencia práctica en estas sociedades tan variadas, tan desiguales, tan globalizadas, no siempre sabemos cuáles son los “verdaderos significados” de determinados lenguajes no verbales, corporales y verbales en religiones con las que convivimos diariamente o que profesamos devotamente, no siempre conocemos el verdadero significado de muchos signos religiosos de nuestra propia religión o de nuestras propias religiones, el verdadero significado de las palabras y los gestos de alabanzas religiosas, de las tradiciones y los ritos religiosos de nuestras culturas.[16] Pero peor aún, desconocemos cómo se manifiesta la “fe” de manera concreta y práctica, cuáles son sus rasgos en las diferentes religiones, cómo pueden reaccionar los grupos religiosos –y los no religiosos– en determinadas situaciones (Eco y Martini, 1999), especialmente cuando se sienten amenazados por una u otra razón. ¡Y las amenazas pueden ser múltiples y variadas! ¡Y las reacciones pueden ser muy diversas! ¡Y esas reacciones pueden ser extremas y crear conflictos seculares y sangrientos! Esto es algo que, a estas alturas del siglo XXI, parece que el mundo moderno todavía no ha aprendido bien. ¿Cuánta sangre se necesita derramar todavía para acabar de entender esto? ¿Cuántos desastres humanos y materiales todavía son necesarios para que la Humanidad escarmiente? ¿Es que acaso hay “grupos” interesados en que estos conflictos religiosos no terminen? Si fuera así, entonces que esos “grupos” anden con mucho cuidado y, finalmente, que se atengan a las consecuencias de sus decisiones y sus actos.
La religión y las religiones, y sus conflictos y desaciertos, han decidido y siguen decidiendo los futuros de los hombres, de los grupos humanos, de la Humanidad; la religión y las religiones han decidido y siguen decidiendo la vida y la muerte a destiempo, las frustraciones y las infelicidades de grupos, de pueblos, de continentes (López, 2003; Greenfield, 1979; Deschner, 1990; Pereira, 1969; Clark y otros, 1981; García, 1993; Guerra, 1993; Meyer, 2005; Reboul, 1981; Rodríguez, 1985; Rodríguez, 1992; Montero, 1961; Martín, 2006; Vallejo, 2007; Verbitsky, 2005). Quien tenga alguna duda al respecto que recuerde: 1. La función de las religiones en la historia y la actualidad, y los sacrificios humanos de diversos tipos, y aquí, entre otras cosas, la antropofagia y el canibalismo; 2. Los conflictos, las persecuciones, los pogromos, los crímenes, los criterios poblacionales de pueblos, de países, de regiones, de continentes, y los exterminios masivos en nombre de “religiones”, “dioses” y “creencias”: las matanzas de nativos, y concretamente de indígenas americanos, en todo periodo de conquista y colonia; las Cruzadas, la Inquisición, las guerras entre católicos romanos y católicos ortodoxos, entre católicos romanos y protestantes, entre católicos y musulmanes, entre católicos y otros grupos sectarios, entre católicos y todo lo que no sea católico, la persecución de judíos y otras culturas, en la historia y en la actualidad, la Cristiada… Las cifras de muertos que arrojan los conflictos religiosos han sido y siguen siendo alarmantes en cualquier continente: ¡aquí nadie se salva! A las elevadas cifras de muertos ya conocidas por estos motivos religiosos se suman las recientes, en varias zonas del mundo, pero en especial en este siglo XXI en Irak: en este país –o más bien, lo que queda de “país morgue”– cada día hay 30 muertos o más, cada mes hay 1000 muertos, o más…, solamente en un día, el 16 de agosto de 2007, en una sola ciudad, Sinyar, al norte, en la provincia de Ninive, murieron unas 500 personas por atentados terroristas relacionados con conflictos religiosos. ¿Qué es esto? ¿Qué estamos haciendo? ¿Es que no vemos hacia dónde vamos? Tiempo al tiempo…
No olvidemos que dioses y ritos, que las mitologías, han sobrevivido al paso del tiempo y han sido asimilados por el lenguaje, por los lenguajes, ya sea de una manera clara o de una manera obscura o encubierta. Las mitologías, las creencias, los dioses, etc., aparecen en las literaturas orales y escritas, en la arquitectura, en la escultura, en la pintura, en el cine, en la música, en la danza… Desgraciadamente, en la mayoría de los casos ignoramos, por el motivo que sea –ceguera intelectual o ceguera sicológica–, el verdadero sentido de determinados lenguajes verbales religiosos de religiones que nos son familiares, ignoramos qué matices religiosos, misterios y secretos yacen en esos discursos. En otros casos, la ignorancia que en promedio tienen los grupos en este sentido es extrema, en especial cuando las religiones son impuestas a los individuos y a los grupos por presión y en situación de analfabetismo o analfabetismo funcional.[17] Aquí nadie entiende, pero tampoco nadie pregunta, nadie cuestiona, aquí el silencio se manifiesta en sus tres tipos (Ruano y Rendón, 2006). ¿Y si cuestionas y te tachan de “réprobo peligroso”?
Algunos presidentes mexicanos y actuales dirigentes políticos como Beatriz Paredes, el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, o el ministro de Seguridad, Genaro García Luna, recurren a la magia, a los brujos o chamanes para lograr poder político, dijo este viernes a Efe el escritor y periodista José Gil Olmos.En su nuevo Libro “Los brujos del poder 2” (Random House Mondadori, 2009), Gil desveló las costumbres de los políticos que apelan al esoterismo y a fuerzas sobrenaturales para despejar su camino de adversarios y enemigos, así como lograr sus metas personales “cueste lo que cueste”.En su primer libro “Los brujos del poder 1”, Gil describió las andanzas y peripecias con brujos, hechicerías y pócimas de Marta Sahagún, esposa del ex presidente Vicente Fox, así como de Elba Esther Gordillo, líder vitalicia del sindicato de maestros de México, la mayor organización sindical latinoamericana.Gil indicó que en este segundo libro relata cómo la actual presidenta del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Beatriz Paredes, recurrió al brujo Wenceslao Flores Xala, conocido como “El Gato Negro”, para que con un hechizo pudiera superar “las malas vibras” y recuperar el poder político.El autor contó cómo el brujo que atendió a Paredes la llevó a un “lugar sagrado” en un bosque cercano a Catemaco, en el estado de Veracruz (en el Golfo de México), donde realizó un hechizo de magia negra e invocó a los “espíritus de los grandes hombres” para que le ayudaran a alcanzar el poder que tanto deseaba.Asimismo, Flores Xala afirmó al autor que rezó a la Santa Muerte para reforzar los planes políticos de la actual líder nacional del PRI.“La llevé a mi templo y ahí realizamos el rito; sacrifiqué una gallina negra y lancé los conjuros necesarios”, dijo el brujo a José Gil.El hechicero explicó que los conjuros se prolongaron por nueve días seguidos para que Beatriz Paredes tuviera poder y para hacer a un lado a sus enemigos.El brujo consideró que el cargo actual y el poder que ostenta Paredes es resultado de la intervención de su magia.Gil destaca que el libro muestra que la clase política “es muy inculta, y en momentos de crisis como éste tiene mucho más auge el misticismo y esoterismo”.Entre otros personajes que desfilan por el libro está el actual ministro de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, quien, afirmó Gil, cada vez que sale a alguna misión se encomienda al “Ángel de la muerte”, una figura que, según el autor, tiene en un altar instalado en su oficina junto con otra de la Santa Muerte.Un personaje que se perfila como fuerte contendiente para las elecciones presidenciales de 2012 es el actual gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, quien, según el autor, confía en una profecía de una vidente que predijo hace varias décadas que un miembro de la agrupación Atlacomulco, a la que él pertenece, se convertiría en presidente.Entre los acérrimos creyentes en el ocultismo y los brujos está el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, quien fue asesorado por dos brujos durante la crisis política en su estado en 2006 por el movimiento de la Asociación Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que mantuvo cercado el centro de la capital durante casi seis meses.Una de las poblaciones más conocidas como sede de chamanes es Catemaco, en el estado de Veracruz, sitio al que han asistido la mayoría de los políticos y funcionarios de diversas posiciones ideológicas como Carlos Salinas de Gortari, José Córdoba Montoya, Pedro Aspe, Beatriz Paredes, Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.El autor destaca que en todo México existe un auge del misticismo, de la creencia en los brujos, en la magia, debido al influjo de las religiones que mantienen un parte mística y la creencia en el más allá y en la existencia de lo sobrenatural.Por este motivo los políticos y la población en general son creyentes y fácil presa de chamanes, hechiceros, espiritistas, masones, neurolingüistas, brujos y curanderos.
[…] Me siento muy decepcionado porque me equivoqué, pero en aquel entonces no tenía elementos de juicio sobre la moralidad de los Salinas; me di cuenta después que es conveniente que los presidentes estén mejor informados de la moralidad de sus colaboradores […] [Salinas] Terminó muy mal […] Permitió una gran corrupción de parte de su familia, sobre todo de su hermano […] Permitió también que Raúl y Enrique consiguieran de manera indebida contratos de licitación […] [Carlos Salinas de Gortari] es cómplice de delitos de sus hermanos [que entre otros delitos está el del narcotráfico] […] (según Carmen Aristegui y Ricardo Trabulsi, en el libro Transición. Conversaciones y retratos de lo que se hizo y se dejó de hacer por la democracia en México, publicado en 2009 por Grijalbo, páginas 96-105).
[…] La luz de África
La Maestra [Elba Esther Gordillo, Presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de México, desde hace ya 20 años, para la pena y el bochorno de absolutamente toda la educación en este país y en el Continente Americano] tomó sus providencias. Consultó con sus asesores, con sus colaboradores magisteriales, y dada su afición por la brujería, el esoterismo, la santería y otras prácticas de magia negra, acudió también a cartomancianas, videntes, mediums y consejeros espirituales, quienes le aconsejaron hacer una carta astral del mandatario [Ernesto Zedillo] “para saber exactamente lo que se necesitaba y calmar sus ánimos, había que diagnosticar su aura, sus fijaciones, todo lo que le gusta y disgusta. Para eso se tomaron fotos… para ver sus demonios, vicios y debilidades”, escribe Gil Olmos.Las consultas se prolongaron durante un año, hasta que decidió viajar al continente africano en busca de brujos y magos que le ayudaran a “ahuyentar las amenazas presidenciales”. El reportero recogió las declaraciones de gente cercana a la dirigente magisterial, testimonios de primera mano, para trazar la instantánea de Elba Esther cuando se sintió acorralada.En su itinerario, La Maestra tocó Marruecos, donde visitó a un “lector” de caracoles, quien le reveló que tenía que ir a otro país: Nigeria. Ahí participó en un ritual donde el brujo de ese país le preguntó simplemente, dice uno de los entrevistados, “si el color de los ojos del jefe de nuestra tribu era café. Eso fue todo”. Cuando la maestra le contestó, el brujo dijo, a través del intérprete, que iba a cazar un león para desollarlo y transportar toda la energía del animal a Elba Esther Gordillo.Ahí terminó la sesión. Al día siguiente el felino había sido sacrificado, agrega uno de los testigos de esa ceremonia. Un grupo de 10 personas comenzaron a despellejar al animal y recolectaron su sangre.Relata el testigo: “Metieron a la maestra en una choza de paja y barro. Sin quitarle ni la blusa ni los shorts, le empezaron a untar los testículos del animal, las vísceras y la sangre, le amarraron la piel de la fiera y con las pezuñas le dibujaron signos, todo esto en medio de muchos cánticos…“La colocaron junto a la pared y la levantaron, poniéndola en una especie de pedestal donde no tocaba el piso. Debajo de sus pies pusieron diversas figuras de barro negro y hierbas. Le pidieron que agarrara fuerte una de las fotos del presidente Zedillo, que la abrazara y que dijera siete veces lo que deseaba.”La ceremonia duró cuatro horas. Al final, La Maestra pagó 45 mil dólares. El brujo le dijo, riendo, que ella no tenía idea de lo que le iba a costar esto, que no se trataba de dinero, sino que iba a pagar con lo que más le iba a doler, con lo más querido. Poco después, ya de regreso en México, Francisco, su nieto preferido, se desnucó mientras jugaba con otros niños en el elevador del departamento en el que vivía.“Mas allá de lo increíble que pueda parecer esta historia –escribe Gil Olmos–, lo cierto es que el poder de la maestra Gordillo no se terminó con el sexenio de Zedillo. A partir de entonces éste aumentó hasta alcanzar niveles cada vez más y más altos, primero con Vicente Fox, cuando hizo amistad con Marta Sahagún y operó desde la Cámara de Diputados las propuestas de reformas constitucionales, y luego con Felipe Calderón, a quien, incluso antes que su partido, el PAN, le levantó la mano como ganador de la campaña presidencial de julio de 2006.”[33] […]
La palabra [magia] deriva del antiguo término “mago”, que significa sabio [La magia] ha existido desde siempre en la mente humana, como una alternativa […] no exige pruebas, sino eficacia […] Se proyecta a la sociedad a través de mitos, ritos, cultos y supersticiones; pero en contraste con la religión, no origina santorales ni martirologios […] (Álvarez, 1987, t. VIII:4892).
Tomada la gran Tenochtitlan (1521), durante los tres siglos siguientes se hizo “la mezcla de las mezclas”. Sobre las bases esotéricas prehispánicas se sobrepuso la magia española, mezcla a su vez de las celtas, ibera y romana, de la brujería medieval, del oscurantismo oriental llevado por los árabes durante la larga ocupación de la Península, del esoterismo judío –especialmente la Cábala– y de los sistemas de adivinación y astrología desarrollados en algunas cortes, como la de Alfonso el Sabio; todo esto atemperado por la Iglesia católica, por medio de la Inquisición. Después se añadió la magia africana introducida por los esclavos negros y, por último, la del siglo XVIII, que aportó nuevos métodos en la alquimia, la medicina, la física y la astrología, una interpretación distinta de la demonología y de la Cábala, y la organización de sociedades secretas político-esotéricas.
Del Cercano y Lejano Oriente procedieron las prácticas adivinatorias más comunes, como la interpretación del vuelo de las aves y de las entrañas de los animales, la hepatoscopía, los oráculos, el gnosticismo, la rabdomancia, la numerología, la interpretación de los sueños y de los fenómenos de la naturaleza (granizos, rayos, centellas, cometas), los pases para el control de las influencias ajenas, el poder del verbo (la palabra), la invocación, el concepto de la otra vida y el principio de las sociedades secretas. Esto se unió a las costumbres de las ordalías, al culto de los espíritus y del cráneo, a los sacrificios de ahorcamiento para propiciar la tierra, a los amuletos y talismanes, y a la preparación de los elíxires, todo lo cual practicaban los bárbaros […]
Estas prácticas fueron fácilmente asimiladas por los indígenas [mexicanos] conquistados […]
A principios del siglo XVII, cuando empezaban a llegar los esclavos negros [a México] procedentes de las costas del golfo de Guinea, se advirtió, por acusaciones del Santo Oficio, la presencia de nuevas formas de brujería […] Los negros se consideraban rodeados por los espíritus de sus antepasados, quienes hacían bien o mal según se comportaban los hombres, propiciándolos u olvidándolos. La forma más común de propiciarlos era permitirles la posesión [o monta]. Ésta se manifiesta con convulsiones y estados de epilepsia, individual o colectiva, lograda a base de danzas frenéticas y semioscuridad. El punto culminante de la ceremonia (vodú o vudú) es el éxtasis del mago o de la persona que desea curarse […] En el siglo XVII los inmigrantes negros se vieron obligados a cambiar sus dioses por santos católicos: así, Shangó se convirtió en Santa Bárbara, o en San Cosme, o en San Patricio, según la intención de belicosidad, medicina o defensa que tuviera. Sus altares se impregnaron de papel indígena mexicano; sus ofrendas fueron el aguardiente, el pan o las flores, y entre las representaciones de animales (a veces los animales mismos) abundaban el cocodrilo y la serpiente. Para los sacrificios, que siempre formaron parte de las ceremonias, usaron desde un principio el gallo negro y el chivo [también la gallina, el pollo y la paloma]. La idea del muerto que trabaja (zombie) no prosperó en México, pero sí en el sur de América y las Antillas.
Los oscurantismos indígena, español y africano, mezclados en el siglo XVII, constituyeron complejos mosaicos en el XVIII. Se guardaron, sin embargo, las distancias de clase y casta: los peninsulares y criollos se manifestaban reacios a la magia y aparecían como verdaderos cristianos, aunque en la intimidad de sus hogares manejaban laboratorios alquimistas, o sus altares estuvieran penetrados de significados mágicos (palmas [o yarey], agua y pan bendito, y flores de cempasúchitl para el culto a los muertos [y magueyes o tunas atravesadas por cuchillos o lanzas para el mal de ojo]). Los mestizos –las incipientes clases medias– practicaban formas de brujería sincretizada. Y los indios y negros conservaban sus religiones antiguas, consideradas diabólicas por los misioneros españoles. Estas diferencias se acentuaban en la aplicación de la medicina (advertencia de Aguirre Beltrán): los peninsulares conservaban sus tradiciones, que impusieron a los criollos; los mestizos y los indios usaban la medicina prehispánica, y los negros guardaban la suya, cien por ciento mágica. Los médicos españoles aportaron las técnicas de sangría, lavados intestinales y elíxires de plantas europeas; los indígenas, las propiciaciones, sahumerios, brebajes, ungüentos, ofrendas, conjuros, cortes de pelo, cataplasmas y magia homeopática; y los negros el llamado del alma, la búsqueda del espíritu que está enfermando, y el uso de restos humanos y de tierra de camposanto.
Siglo XIX. Un criterio hermético, que forma parte de la mentalidad mágica, presidió la formación de las sociedades secretas, basadas en ideas esotéricas de la antigüedad, sobre todo del helenismo y en relación con el culto a Hermes […] En el siglo XVIII proliferaron las agrupaciones herméticas, entre ellas los rosacruces y los masones o francmasones. Su principal acción consistió en enfrentarse a la Iglesia católica y a los poderes hereditarios. Se formaron con las nuevas clases burguesas y con aristócratas de segunda línea. Sus raíces mágicas se nutrieron en la alquimia, la gnosis, la numerología, la geometría, la Cábala y otros métodos de adivinación.
En la segunda mitad del siglo XIX se desarrollaron el hipnotismo, la telepatía, nuevas formas de adivinación, amuletos y talismanes, y sobre todo el espiritismo […] La clase media adoptó nuevas formas de adivinación: las cartas españolas; la lectura de los restos del café en las tazas; la quiromancia a la llegada de los gitanos españoles y de la Europa Oriental; la astrología y la formación de horóscopos, aunque en pequeña escala; las bolas de cristal, usadas por los profesionales; la grafología y la rabdomancia, o búsqueda de agua con una vara. Los sueños, los presentimientos, los muertos aparecidos y las voces siguieron siendo cuadros muy frecuentes. Por ello se acudía también a la magia costumbrista: limpias con hierbas [despojos] o con huevos, o forzar el amor y el odio con brebajes y objetos portables. La Iglesia disimulaba el carácter de los escapularios de tela como amuletos, lo mismo que las medallas con efigies de santos, y el agua bendita continuó con sus efectos apotropaicos y el pan y las palmas [o yareyes] siguieron como talismanes. Las masas populares, a su vez, conservaron sus formas de pensamiento sobrenatural.
Siglo XX. Coincidiendo con una época de inseguridad, a los primeros 30 años corresponden los charlatanes, videntes, médicos mágicos, adivinos e iluminados […]
Hacia 1920 apareció en México el espiritualismo, que no concibe a las deidades ni a los santos en el cielo, sino alrededor de los hombres […]
Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, las clases altas han adoptado de preferencia formas de magia oriental: el éxtasis, las filosofías yogas, los horóscopos hechos por astrólogos, la adivinación por el Tarot y el I Ching, la portación de fetiches y amuletos exóticos, y la consulta a grandes adivinos preparados en el esoterismo de la India y de Egipto. Muchos de estos practicantes han cambiado el cristianismo por el hinduismo y el budismo. Las drogas alucinantes no les son tampoco desconocidas. En virtud de las oportunidades de viajar, han abandonado casi definitivamente la tradicional magia popular mexicana y han buscado más amplias respuestas en el ocultismo extranjero. La clase media también ha incorporado a su mentalidad mágica nuevas técnicas: amuletos con signos del zodiaco, plantas para la buena suerte, cruces de Caravaca, el espiritismo, el espiritualismo, la lectura del iris del ojo, la tabla güija y los caracoles de la santería.
La prensa, la radio y la televisión [así como Internet] le proporcionan a diario los horóscopos. El pueblo en general ha aumentado, asimismo, sus formas de protección mágica: los mercados expenden toda clase de remedios herbolarios, hasta dar la apariencia de producción industrial, por las preparaciones y el empaque […] La superstición colonial sobrevive […]
Entre los grupos indígenas actuales son notables las supervivencias prehispánicas […] (Álvarez, 1987, t. IX:4892).
[…] Pobreza imaginativa, decía Unamuno, es aprenderse códigos de memoria [como hacen muchos religiosos con sus textos, con sus discursos, y no esa imaginación inconmensurable del mundo mágico-fantástico-maravilloso; pobreza imaginativa es la educación que se les da, en pleno siglo XXI y de “globalización competitiva” a la inmensa mayoría de los pueblos de América y del mundo, marcada por ese estúpido, arcaico, frustrante e inservible memorismo] […] Para empezar, la sensación de lo maravilloso presupone una fe. Los que no creen en santos no pueden curarse con milagros de santos, ni los que no son Quijotes pueden meterse, en cuerpo, alma y bienes, en el mundo de Amadís de Gaula o Tirante el Blanco. Prodigiosamente fidedignas resultan ciertas frases de Rutilio en Los trabajos de Persiles y Segismunda, acerca de hombres transformados en lobos, porque en tiempo de Cervantes se creía en gentes aquejadas de manía lupina. Asimismo el viaje del personaje, desde Toscana a Noruega, sobre el manto de la bruja. Marco Polo admitía que ciertas aves volaran llevando elefantes entre las garras, y Lutero vio de frente al demonio a cuya cabeza arrojó un tintero. Víctor Hugo, tan explotado por los tenedores de libros de lo maravilloso, creía en aparecidos, porque estaba seguro de haber hablado, en Guernesey, con el fantasma de Leopoldina. A Van Gogh bastaba con tener fe en el Girasol, para fijar su revelación en una tela. De ahí que lo maravilloso invocado en el descreimiento –como hicieron los surrealistas durante tantos años– nunca fue sino una artimaña literaria, tan aburrida, al prolongarse, como cierta literatura onírica «arreglada», ciertos elogios de la locura, de los que estamos muy de vuelta. No por ello va a darse la razón, desde luego, a determinados partidarios de un regreso a lo real –término que cobra, entonces, un significado gregariamente político–, que no hacen sino sustituir los trucos del prestidigitador por los lugares comunes del literato «enrolado» o el escatológico regodeo de ciertos existencialistas […] Esto se me hizo particularmente evidente durante mi permanencia en Haití, al hallarme en contacto cotidiano con algo que podríamos llamar lo real maravilloso. Pisaba yo una tierra donde millares de hombres ansiosos de libertad creyeron en los poderes licantrópicos de Mackandal, a punto de que esa fe colectiva produjera un milagro el día de su ejecución. Conocía ya la historia prodigiosa de Boukman, el iniciado jamaiquino. Había estado en la ciudadela La Ferrière, obra sin antecedentes arquitectónicos, únicamente anunciada por las Prisiones Imaginarias del Piranesi. Había respirado la atmósfera creada por Henri Christophe, monarca de increíbles empeños, mucho más sorprendente que todos los reyes crueles inventados por sus surrealistas, muy afectos a tiranías imaginarias, aunque no padecidas. A cada paso hallaba lo real maravilloso. Pero pensaba, además, que esa presencia y vigencia de lo real maravilloso no era privilegio único de Haití, sino patrimonio de la América entera, donde todavía no se terminado de establecer, por ejemplo, un recuento de cosmogonías. Lo real maravilloso se encuentra a cada paso en las vidas de hombres que inscribieron fechas en la historia del Continente y dejaron apellidos aún llevados: desde los buscadores de la Fuente de la Eterna Juventud, la áurea ciudad de Manoa, hasta ciertos rebeldes de la primera hora o ciertos héroes modernos de nuestras guerras de independencia de tan mitológica traza como la coronela Juana de Azurduy. Siempre me ha parecido significativo el hecho de que, en 1780, unos cuerdos españoles, salidos de Angostura, se lanzaran todavía a la busca de El Dorado, y que, en días de la Revolución Francesa –¡vivan la Razón y el Ser Supremo!–, el compostelano Francisco Menéndez anduviera por tierras de Patagonia buscando la Ciudad Encantada de los Césares. Enfocando otro aspecto de la cuestión, veríamos que, así como en Europa occidental el folklore danzario, por ejemplo, ha perdido todo carácter mágico o invocatorio, rara es la danza colectiva, en América, que no encierre un hondo sentido ritual, creándose en torno a él todo un proceso iniciado: tal los bailes de la santería cubana, o la prodigiosa versión negroide de la fiesta de Corpus, que aún puede verse en el pueblo de San Francisco de Yare, en Venezuela.
Hay un momento, en el sexto canto de Maldoror, en que el héroe, perseguido por toda la policía del mundo, escapa a «un ejército de agentes y espías» adoptando el aspecto de animales diversos y haciendo uso de su don de transportarse instantáneamente a Pekín, Madrid o San Petersburgo. Esto es «literatura maravillosa» en pleno. Pero en América, donde no se ha escrito nada semejante, existió un Mackandal dotado de los mismos poderes de la fe de sus contemporáneos, y que alentó, con esa magia, una de las sublevaciones más dramáticas y extrañas de la Historia. Maldoror –lo confiesa el mismo Ducasse– no pasaba de ser un «poético Rocambole». De él sólo quedó una escuela literaria de vida efímera. De Mackandal el americano, en cambio, ha quedado toda una mitología, acompañada de himnos mágicos, conservados por todo un pueblo, que aún se cantan en las ceremonias del Vaudou. (Hay, por otra parte, una rara casualidad en el hecho de que Isidoro Ducasse, hombre que tuvo un excepcional instinto de lo fantástico-poético, hubiera nacido en América y se jactara tan enfáticamente, al final de uno de sus cantos, de ser «Le Montevidéen».) Y es que, por la virginidad del paisaje, por la formación, por la ontología, por la presencia fáustica del indio y el negro, por la Revolución que constituyó su reciente descubrimiento, por los fecundos mestizajes que propició, América está muy lejos de haber agotado su caudal de mitologías […] (Carpentier, 1949).
Del inmenso y críptico mundo de las religiones, del ocultismo, no se sabe mucho, si tomamos en cuenta que los lenguajes religiosos son “verbales” y “no verbales”, y que ambos lenguajes están marcados por el tiempo, por la “historia selectiva”:
[…] la historia la escriben siempre los vencedores. Cuando se produce un choque entre dos culturas, el perdedor es erradicado y el vencedor escribe [o pinta o dibuja] los libros de historia, libros que cantan las glorias de sus causas y denigran al enemigo conquistado. Como dijo Napoleón en cierta ocasión, «¿Qué es la historia sino una fábula consensuada?» […] Dada su naturaleza misma, la historia es siempre un elato unilateral de los hechos […]
[…] al final, escoger con qué lado de la historia nos quedamos se convierte en una cuestión de fe y de exploración personal, pero al menos la información ha sobrevivido (Brown, 2003: 317-318).
y por la “geografía”. En este sentido señalamos que lo verbal ha recibido amplia atención –pero por supuesto no la necesaria, no la adecuada– por parte de los investigadores de las diferentes disciplinas que se relacionan con las religiones, mientras que lo no verbal –signos, símbolos y en general variantes corporales del ámbito religioso, liturgia, protocolos, etiquetas–, en especial lo relacionado con los actos litúrgicos según los contextos en los que se producen, todavía sigue siendo, en la mayoría de los casos, tema de controversia, de investigación, de reflexión y hasta de tabú y secrecía (Gutiérrez y Arocena, 2007; Dumas, 2003; Escalera, 2005; Vera, 2007). En cualquier tipo de discurso es importante investigar no solamente “lo verbal” o “lo no verbal”, por separado, sino investigar ambas esferas en su correlación y, de ser posible, en los actos prácticos y verdaderos. ¿Por qué? Muy sencillo: porque, entre otras cosas, sabemos que hay grupos y personas en particular que pueden discursar durante horas, que pueden dar discursos verbo-corporales “bonitos” (?), pero atendiendo a las formas y no a los contenidos, es decir, hablar y gesticular mucho, pero no decir nada o muy poco. Y esto es un gran problema en los discursos, en cualquier discurso en el mundo civilizado:
[…] El mexicano no sólo no se abre; tampoco se derrama.
A veces las formas nos ahogan […] En cierto sentido la historia de México, como la de cada mexicano, consiste en una lucha entre las formas y las fórmulas en que se pretende encerrar a nuestro ser y las explosiones con que nuestra espontaneidad se venga. Pocas veces la forma ha sido una creación original, un equilibrio alcanzado no a expensas sino gracias a la expresión de nuestros instintos y quereres: Nuestra formas jurídicas y morales, por el contrario, mutilan con frecuencia a nuestro ser, nos impiden expresarnos y niegan satisfacción a nuestros apetitos vitales.
La preferencia por la forma, inclusive vacía de contenido, se manifiesta a lo largo de la historia de nuestro arte, desde la época precortesiana hasta nuestros días (Paz, 2000: 36-37).
¿Y quién es el que realmente, verdaderamente, entiende bien (y no parcialmente o medianamente o erradamente) el lenguaje de la religión, los lenguajes de la religión, el lenguaje verbal de la religión y el lenguaje no verbal de la religión, es decir todo aquello que no son las palabras y que rodea a la liturgia religiosa, al acto religioso: gestos, movimientos corporales, protocolos religiosos, ambiente, decoración, arquitectura, distribución de espacios, cromatismo religioso, iconos, significado de las flores y de sus colores, etc., de una religión, de la religión o secta que sea, de la que se trate? Claro está que el que vive “realmente” en esa religión: la inmensa minoría, y no el que vive “hipócritamente” en esa religión: la inmensa mayoría. Una persona que vive una religión, que asiste al templo o lugar de culto de una religión, en calidad de borrego, de acarreado, de obligado, de vendido, de chantajeado, de manipulado, de seducido, de confundido, de engañado, de compinche, una persona que asiste al culto religioso porque no tiene otra cosa que hacer o “para no meterse en problemas”, que asiste al culto religioso como “el burro que tocó la flauta” o como “el perro que tumbó la olla”, no sabe absolutamente nada de esa religión, no conoce la historia de esa religión, sencillamente no es un verdadero religioso. Y aunque existan las buenas ganas para conocer a una religión, ¿qué acaso olvidamos el analfabetismo y el analfabetismo funcional de las grandes masas? ¿Cómo conocer realmente una religión sin leer sus textos sagrados, sus libros sagrados, sus biblias? ¿Y si los leen, los entenderán? ¡Claro que no! ¡Cómo entender libros tan complejos como las escrituras sagradas de cualquier religión o culto personas que no tienen en su acervo léxico, en su fondo léxico, más que tres palabras…! Además, en la inmensa mayoría de las religiones del mundo de hoy, todas sincréticas, mestizadas, de una forma u otra, y cargadas de mitos y mitoides –véase MITOS, MITOIDES Y MITOMANÍA en http://openlibrary.org/b/OL23665469M/¿Por_qué_las_personas_a_veces_no_se_entienden_bien__Las_cosas_que_hacen_que_la_comunicación_verbal_y_la_comunicación_no_verbal_sean_un_problema?-Las-cosas-que-hacen-que-la-comunicación-verbal-y-la-comunicación-no-verbal-sean-un-problema –, sólo el conocedor del “mundo particular” de esa religión de que se trate, el “verdadero individuo sincrético” de esa religión o secta o culto, verá lo que “otros” no pueden ver, entenderá lo que “otros” no pueden entender, asociará lo que “otros” no pueden asociar, aunque esos “otros” sean muy “leídos y escribidos”, porque en esos “veres” y “entenderes” y “asociares” del “verdadero individuo sincrético” intervienen el conocimiento práctico, generalmente trasmitido de generación en generación, y también la fe ciega, a lo que algunos llaman “el corazón”. Como decía el genial escritor cubano Alejo Carpentier (1949):
[…] ¿Qué saben los blancos de cosas de negros? […] Y es que no había que dejarse engañar por los gritos de admiración lanzados por los esclavos, cuando se encendían, en Pascuas, las luminarias de Nacimiento […] los negros se comportaban como filisteos, adorando a Dogón [¿Dagón?: http://es.wikipedia.org/wiki/Dag%C3%B3n ] dentro del Arca […] el negro hallaba en las iglesias españolas un calor de vudú que nunca había hallado en los templos sansulpicianos del Cabo. Los oros del barroco, las cabelleras humanas de los Cristos, el misterio de los confesionarios recargados de molduras, el can de los dominicos, los dragones aplastados por santos pies, el cerdo de San Antón. el color quebrado de San Benito, las vírgenes negras, los San Jorge con coturnos y juboncillos de actores de tragedia francesa, los instrumentos pastoriles tañidos en noches de pascuas, tenían una fuerza envolvente, un poder de seducción, por presencias, símbolos, atributos y signos, parecidos al que se desprendía en los altares de los houmforts consagrados a Damballah, el Dios Serpiente. Además, Santiago es Ogún Fai, el mariscal de las tormentas, a cuyo conjuro se habían alzado los hombres de Bouckman […]
Los conflictos y desastres internacionales de todo tipo, pero principalmente políticos, bélicos, de coexistencia pacífica, equidad entre grupos y géneros, respeto a los derechos de las minorías raciales, principalmente de los indígenas y de los negros, de las mujeres y de los niños, etc., todo lo cual no es nada nuevo, sino que tiene sus causas históricas bien conocidas motivadas por problemas raciales, territoriales, ecosistémicos, sociológicos y religiosos, que se siguen produciendo en nuestros días, en este siglo siglo XXI, al nivel de los cinco continentes: África, América, Antártida, Eurasia y Oceanía, reafirman una triste verdad: ninguna religión del mundo tiene en la actualidad a un verdadero líder capaz de intervenir de manera “positiva” y “decisiva” en la paz y el bienestar mundial, sino todo lo contrario, por lo menos a partir de la información que arrojan las reuniones y conferencias internacionales sobre religión[29]: tal y como están las cosas en este sentido, y ya desde hace siglos, urge que pasemos de los “diálogos” a las “prácticas”: ¿qué es lo que se necesita para que esto pase?, ¿qué desaparezca la Humanidad? […]
En lo que concierne a los protocolos y las etiquetas empresariales […] no olvidemos que en determinadas empresas, instituciones y dependencias también hay “grupos secretos” o “supuestamente y según sus miembros, ‘secretos’”, en el sentido de que son grupos de personas que se reúnen con cierta constancia y que comparten ciertos ideales, gustos o preferencias, casi siempre prohibidos, tabúes, perseguidos, mal vistos y también elitistas o exclusivos o repudiados o no deseados por populacheros, vulgares o rústicos. Veamos un ejemplo. En cierta institución […] existía una dependencia a la que todos los trabajadores le llamaban “El Arca de Noé”. Pasado un tiempo después de haber entrado a trabajar ahí, pregunté que si se llamaba así porque sus miembros tenían alguna preferencia religiosa o especializada en algún tipo de estudio de textos sagrados o algo así, considerando el perfil de aquella institución. La respuesta de tres de mis colegas cercanos y de cuatro secretarias, entre otras personas, fue que aquel grupo se llamaba así porque estaba constituido por toda una serie de “especímenes raros”, con lo cual entendí rápidamente que eso de “especímenes” se refería a los “animales” que Noé había metido en el Arca cuando se produjo el diluvio universal bíblico. Y no es que los que comentaban las características de “El Arca de Noé” fueran crueles; sencillamente tenemos que considerar la trascendencia de la comunicación no verbal en las relaciones personales: http://openlibrary.org/b/OL21783353M/El_lenguaje_corporal_humano._Un_enfoque_imagológico_en_base_a_criterios_verbales_y_no_verbales […] es decir: “o te adaptas o pereces” […] Es habitual, digamos que ya es normal, que las personas comparen a los demás, y se comparen a sí mismas, con animales de todo tipo, según los parecidos, las semejanzas “en contexto”: http://knol.google.com/k/anonymous/-/19j6x763f3uf8/0#knols […] Se referían a los protocolos populares y rústicos de aquellas personas, a sus imágenes físicas “no gratas”, desaliñadas, a veces malolientas y sudorosas debido a la obesidad y los hábitos gastronómicos de algunos de sus miembros, imágenes físicas caracterizadas por el mal gusto en el vestir y en la armonía corporal y discursiva, por sus ropas desgastadas de tianguis baratos o chinchales o timbiriches o chiringuitos o changarros o tendejones de mala muerte, por una marcada dismorfobia y por unos evidentísimos anhelos de escalar socialmente a los mejores puestos administrativos y directivos, cosa que era prácticamente imposible en aquella institución dirigida exclusivamente por caucásicos (es decir personas blancas) millonarios, elitistas y formados en las más exclusivas instituciones educativas del mundo […] pero corruptos e inmorales hasta el tuétano, ubicados en la élite, en la flor y la nata, de la historia de la corrupción y la inmoralidad mundiales […] Luego pensé que podría ser que los llamados “especímenes raros” de “El Arca de Noé” tuvieran ciertos conocimientos o preferencias intelectuales o artísticos pocos habituales o sublimes o exclusivos… La realidad era otra totalmente: aquel grupo estaba conformado por personas que o tenían marcadas deformaciones o malformaciones físicas congénitas, que inclusive habían heredado a sus hijos, o tenían marcadas deformaciones o traumas espirituales y complejos dismorfóbicos, es decir algún trastorno de apariencia y conducta debido a los “golpes de la vida” y a las “clasificaciones sociales” tan crueles que se hacen en todo el mundo y en este caso en América Latina, y se reunían diariamente, especialmente a la hora de la comida o almuerzo, con el objetivo de “conversar y trasmitirse sus frustraciones y desdichas” y darse todo el ánimo posible para enfrentar los posibles y habituales rechazos sociales dentro y fuera del trabajo. Realmente era admirable aquel espectáculo diario en donde, más o menos, unas ocho personas salían de sus cubículos, a la hora de la comida, prácticamente en fila india por los pasillos, con sus morralitos viejos de alimentos o loncheras sucias en las manos, con sus “platos caseros”, tipo escuela primaria cuartomundista (en el mejor de los casos) a la hora del lonche, para ir al comedor de la institución con el objetivo de “degustar su alimento popular” y deleitarse con las pláticas o conversaciones del querido “Jefe del Arca”. El grupo siempre estaba dirigido por el llamado “Noé”, también llamado “El Molcas”, un individuo muy obeso y desaliñado, de lentes, que había sido muy pobre, que siempre comentaba a quien fuera que su padre había sido guardaespaldas o guarura, o sea en este país del que les hablo sería algo así como “¡élite de élites!”, y que había logrado, luego de recibir una buena cantidad de humillaciones en un centro altamente elitista, un puesto con remuneración aceptable […] el pobre hombre, “o lo que fuera”, con aquella figura regordeta, tosca, obesa, repugnante y apestosa, con movimientos corporales torpes y tics por el uso de espejuelos o lentes, además de que portaba protocolos y etiquetas visiblemente rústicos, campestres, “nacos”, claramente heredados y perfectamente copiados de su padre “el guarura”, es decir “toda una gran pelusa” para un lugar en donde convivían tantas personas con niveles socioeconómicos altos, con imagotipos caucasoides (es decir blancos), ropas de marca, carros importados, en donde ahora sí que “la apariencia era la apariencia” […] Cada día “Noé” o “El Molcas” adoctrinaba al “grupo del Arca” en todos los sentidos, incluyendo los temas en torno a la educación de niños discapacitados, basándose en su experiencia con sus hijos y con él mismo, y así, por su “noble y humana labor” se ganó el aprecio y la consideración de “los miembros del Arca”, es decir los humanos zoomórficamente clasificados y nominados […] Como era de esperar, fue ascendiendo “Noé” dentro del “Arca” hasta que llegó a ser un “gran jefe grupal”. Los componentes del “Arca” le llamaban cariñosa y respetuosamente: “jefecito santo”, “jefe bendito”, “santo jefe”…; pero, como siempre sucede en esta vida de rejuegos y manipulaciones sociales, “Noé” se enfermó de poder –aparte de sus problemas cardiovasculares y de presión debido a la extrema obesidad y a la terrible genética que sus progenitores le habían trasmitido–, “y que se la creyó”, y comenzó a correr, botar o sacar de su puesto de trabajo a los “componentes del Arca” que , según él, estaban más defectuosos, que eran menos aptos para sus propósitos, que ya no servían a sus intereses, es decir “los animales que según él eran más animales”, y se dio a la tarea dentro de la misma institución de buscar “nuevas opciones faunísticas” para su equipo de trabajo, para el “Arca”, por lo que todos los componente del “Arca” se percataron de lo que tramaba “Noé”: “¡traición!”, “el gran animal del Arca traicionando a los demás animales”…, y fue así que “Noé” empezó a ser rechazado por sus allegados, los demás “animales del Arca”, al punto de que todas aquellas palabras y gestos de cariño y respeto que “su grupo” le deparaba se transformaron en “unidades tabúes” y gestos y ademanes de desprecio y rencor, y entonces “Noé” pasó de ser un “iluminado” a un “obscuro”, atravesando con cierta rapidez las tres etapas que marcan la distancia entre la grandeza y la decadencia en ese tipo de instituciones, es decir: 1. iluminado, 2. opaco y 3. apagado. Al principio, nunca se supo qué temas se trataban concretamente en el “Arca”, y luego, ya que todos los “especímenes” se desparramaron debido al conflicto que tuvieron con “Noé”, aparecieron todos y cada uno de los detalles de los asuntos del “Arca”. Así siempre pasa con las sociedades secretas, ése es el final del desleal rejuego entre traidores y traicionados… ¿Y a dónde fue a dar Noé…? Anda por ahí, pero “lo sacaron del juego” de aquellos humanos zoomórficamente clasificados […]
Philologist and Image Consultant Fernando Antonio Ruano Faxas
Филолог и консультант Фернандо Антонио Руано Факсас
ЯRConsultores de Imagen Social®
Hacia la calidad integral sin fronteras
http://openlibrary.org/a/OL807084A
http://openlibrary.org/search?q=ruano+faxas
http://openlibrary.org/search?q=ruano+faxas&offset=20
http://openlibrary.org/a/OL6500100A/Ruano-Faxas%2C-Fernando-Antonio-y-Paulina-Rend%C3%B3n-Aguilar
[14] Consúltese, además: http://www.30giorni.it/sp/articolo.asp?id=9542 y http://bitacorapi.blogia.com/2007/070201-cuando-el-kgb-llego-a-controlar-el-vaticano.php .
[15] Entre los casos de “traiciones” y “traidores”, de “espionajes” y “espías” más sonados de la actualidad está el del arzobispo polaco Stanislaw Wielgus, uno de los tantos sacerdotes polacos que sirvieron al gobierno comunista de Polonia, que infiltró en reiteradas ocasiones a la Iglesia. Este arzobispo, nombrado recientemente por Benedicto XVI, luego de mentir reiteradamente en torno a que colaboró como espía con la policía comunista y a que fue miembro del servicio secreto de la inteligencia polaca comunista en Alemania, admitió su culpabilidad. De nada le valió negar estos deshonrosos cargos: el mismo día en que debió ser investido como Arzobispo de Varsovia, Pastor de Varsovia o Metropolitano de Varsovia, es decir el 7 de enero de 2007, tuvo que renunciar y, claro está, como están las cosas de complejas y difíciles en el Vaticano, Benedicto XVI aceptó inmediatamente su dimisión. Otro caso de espionaje que en nuestros días, junio-julio 2008, le ha dado la vuelta al mundo es el del espionaje contra el Congreso y senadores en México, denunciado particularmente por el senador Manlio Fabio Beltrones, líder del Partido Revolucionario Institucional, PRI, en el Senado Mexicano, como se registra en, por ejemplo, El Universal, el día 4 de julio de 2008, en http://www.el-universal.com.mx/notas/519971.html : “Espían a Congreso y a gobernadores. El líder del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, confirmó ayer que fue objeto de espionaje para tratar de enlodarlo. Pero el espionaje no paró ahí. También fueron investigados ocho gobernadores de PRI y PAN, así como otros legisladores.” Pueden ser consultados, en este sentido, además: http://eleconomista.com.mx/politica/2008/07/03/258/beltrones-confirma-espionaje/ , http://www2.milenio.com/node/41862 .
[16] Así, por ejemplo, la simbología religiosa de México, tanto en el periodo prehispánico, como en el periodo novohispano, como en el periodo de la Independencia y en la actualidad, es inmensa, pero en su mayoría desconocida. Para conocer detalles acerca de la simbología religiosa del México prehispánico, que a mi entender es la más compleja y controvertida en este país, véase, entre otros textos: Bernardino de Sahagún, op. cit.; Francisco Javier Clavijero, op. cit. y José Rogelio Álvarez, op. cit.
[17] Para tratar algunos de los problemas acerca del desconocimiento de ciertos lenguajes no verbales, corporales y verbales en la religión considérense las cientos y miles de anotaciones que se ubican en los textos religiosos para que los lectores puedan entender de una manera funcional estos materiales, las adaptaciones literarias que al respecto se realizan. Para considerar algunos simbolismos y significaciones socioconfesionales al nivel de la religión judeo-cristiana y de otras religiones conocidas, véanse, por ejemplo: Ean Begg (1996). The Cult of the Black Virgin. London, Arkana; Barbara G. Walker (1983). The Wommen’s Encyclopedia of Myths and Secrets. San Francisco, Harper; Martha Robles (2000). Mujeres, mitos y diosas. México, Tezontle; Jasper Ridley (2004). Los masones. La sociedad secreta más poderosa de la tierra. Argentina, Vergara; Lynn Picknett (2005). María Magdalena. La diosa prohibida del Cristianismo. México, Océano.
[18] Carlos Climati, op. cit.: “Uno de los fenómenos más alarmantes del mundo juvenil actual es el aumento del interés por el mundo esotérico. En los últimos años, estamos asistiendo a un verdadero ‘boom’ de la magia, del ocultismo, del espiritismo, e incluso del satanismo entre los jóvenes”, en http://www.carloclimati.com/libri/scheda_giovaniesoterismo_al.htm .
[19] http://www.youtube.com/watch?v=eq2_jVmJ6wA .
[20] Me refiero especialmente a la primera versión televisiva y cinematográfica de Flash Gordon, de los años 40, que puede verse en sus variados capítulos en Internet en la siguiente dirección: http://video.google.es/videoplay?docid=-3463556139541807842 .
[21] http://www.youtube.com/watch?v=dV0bRetum5g .
[22] http://www.youtube.com/watch?v=rucOc9iW2H4&feature=related .
[23] http://www.youtube.com/watch?v=LpCHw8Bxtsg&feature=related , http://www.youtube.com/watch?v=C6S9yG7aNc8
[24] http://www.youtube.com/watch?v=eTzpdKFSSrE
[25] http://www.youtube.com/watch?v=WKydMG3gUT8
[26] ¿Por qué el deporte latinoamericano, salvo muy contadas y exclusivas excepciones, es tan malo, tan mediocre? Muy sencillo: si a la defectuosa preparación integral –me refiero principalmente a la preparación deportiva, pero también a la preparación sicológica, sociológica, y cultural en general– tanto de deportistas como de entrenadores y, obviamente, de directivos –algo con lo que, por supuesto, en promedio ya se nace, por las causas conocidas: ¡ahí están los resultados de las investigaciones fisiológicas y genómicas!, pero que la misma educación nuclear y atrasada se encarga de reforzar– y a las nefastas políticas deportivas en general del área, plagadas hasta el tuétano por la “corrupción de todo tipo” (Ruano y Rendón, 2006; Ruano y Rendón, 2007) y caracterizadas por una negativa imagen social a nivel internacional, le añadimos esa ignorancia y ese fanatismo tan característicos de las áreas tercermundistas y presociales, entonces ¿en presencia de qué estamos? ¡De “la nada”! ¡Pobres pueblos que todavía, en pleno siglo XXI, con tantos adelantos en la ciencia, la técnica y la cultura, son incapaces de someter sus historias y sus contextos vitales al microscopio de la razón!
Por si esto no ha quedado claro, veamos la siguiente información:
ASESORA ESPIRITUAL LE DECÍA A LAVOLPE A QUIÉN ALINEAR CON MÉXICO
EFE.
México, 4 dic. [2006] (EFE).- El argentino Ricardo Lavolpe dependía tanto del Feng Shui, una milenaria técnica china, como seleccionador de México que alineaba jugadores con el consejo de su asesora espiritual, reveló la cadena mexicana Televisa.
La presencia constante de Oswaldo Sánchez, Pavel Pardo y Rafael Márquez en la selección y la ausencia del jugador Cuauhtémoc Blanco, fueron sugeridas por Caty Camacho a Lavolpe, se señala en un cuaderno de notas propiedad del entrenador.
Sánchez, Márquez y Pardo, jugadores con cualidades deportivas que son una garantía de titularidad en cualquier equipo y en la selección, tenían que estar en la selección porque le generaban buenas “vibras” a Lavolpe.
Las notas presentadas por el programa “La Jugada” de Televisa, muestran a un Lavolpe dependiente del Feng Shui y de los consejos de Caty Camacho, quien le decía al técnico como comportarse y qué responder en situaciones como su conflicto con el mexicano Hugo Sánchez.
Para la consejera, Cuauhtémoc Blanco tenía que estar fuera de la selección porque generaba malas “vibras” y el jugador mexicano se quedó fuera de la selección con el argumento de que no encajaba en el sistema de juego de Lavolpe.
Antes de cada partido, Lavolpe cumplía ciertos rituales y repetía frases ante el espejo por consejo de Caty Camacho y además mantenía un pequeño altar con figuras y detalles relacionados con sus creencias, se señaló en el programa.
La cadena Televisa apuntó que el ex seleccionador mexicano no quiso hablar de la autenticidad del cuaderno de notas ni hacer comentarios sobre su contenido.
La milenaria técnica china aprovecha los flujos de energía de la naturaleza para asegurar resultados positivos y prósperos.
EFE.
Véase, además, Raúl Ochoa (2006). “Los documentos secretos”, en Proceso, No. 1571: 88-90.
Aquí sólo nos queda decir lo ya sabido: “¡Pobre de los pueblos que viven de la obsesión por lo sobrenatural!”
[27] Con frecuencia se ha hablado acerca del embrujo de Mahoma: “el judío Lucaide embrujó a Mahoma, haciendo nueve nudos en una cuerda que luego habría guardado en un pozo. El profeta Mahoma cayó enfermo pero fue salvado por el ángel Gabriel que le reveló donde estaba guardada la cuerda de los nueve nudos”.
“El judío había hecho once nudos en un hilo que suspendió en un pozo; el ángel Gabriel reveló entonces a Mahoma el secreto del embrujamiento y los dos suras (CXIII, XCIV). A cada lectura de estos suras se deshacía un nudo, y Mahoma sanó”, según El Corán, en la traducción de Joaquín García-Bravo, 1982, México, Editorial Época.
En el Corán, capítulo 113: El Alba, SÛRAT AL-FÁLAQ, se dice:
El ser humano es muy impresionable, y la sugestión hace mella en él. Las supersticiones y la magia son medios que se han utilizado para dominar el ánimo de las personas. El Corán ordena a los musulmanes buscar refugio en Allah wa min shárri n-naffâzâti fî l-‘úqad, contra el mal de las que soplan en los nudos. Las que soplan (naffâzât, plural de naffâza, sopladora) en los nudos (‘úqad, plural de ‘uqda, nudo) son las brujas.
Hacer un nudo expresa en árabe la idea de tomar una decisión. Las brujas hacían nudos y soplaban en ellos, deshaciéndolos, mientras pensaban en alguien, y con ello pretendían quebrar la fuerza del individuo que tenían en mente y debilitarlo o someterlo a su voluntad. La efectividad de estos hechizos sólo Allah la sabe, y en cualquier caso es Él el que en todo momento protagoniza los acontecimientos. Volverse hacia Él es desear que nada de esto afecte de un modo u otro el ánimo del que recuerda a su Señor y se confía a Él.
Siempre se trata de lo mismo. Lo que atemoriza al ser humano es lo que desconoce, lo que no puede controlar. El supuesto poder de su enemigo, sea éste real o ficticio, le produce dudas que debe vencer. Retrotraerse es algo que el Islam censura constantemente y ofrece al musulmán fórmulas que le permitan sobreponerse.
[28] http://es.wikipedia.org/wiki/Palo_Mayombe .
[29] En agosto de 2006 se ha celebrado la Octava Conferencia Mundial sobre la Religión y la Paz, en Japón, con la presencia de más de 2200 participantes y unas 800 “autoridades religiosas” (?). ¿¡Resultados concretos!? Claro, en las “actas escritas”…, como siempre y “¡para variar!”. ¿Cómo explicar que “nadie” previó e impidió los acontecimientos bélicos, bochornosos y fratricidas que se están produciendo justamente en estos días de julio-agosto entre, por ejemplo, Israel y Líbano…? ¡Ya la Humanidad civilizada está harta de “líderes inservibles”! Hace falta un nuevo tipo de líder… ¿Usted sabe cuál? ¿Es que acaso, por lo menos en Occidente, no podemos tener verdaderos líderes religiosos que “estén libres de pecados”, libres de “alguna mancha”? ¿Qué debe caracterizar a un verdadero líder religioso? Independientemente de lo que cada cual piense al respecto, se supone que, por lo menos y de partida, un verdadero líder religioso debe estar libre de ciertas “dudas”, libre de ciertas culpabilidades…; el verdadero líder religioso en lo absoluto debe apoyar o encubrir de ninguna manera los actos ilícitos, extremistas, desvergonzados e inmorales, en especial cuando estos actos son cometidos por reconocidos y comprobados delincuentes, abusadores sexuales y pederastas.