¿Pueblo, raza o grupo? En fin, ¡el mismo problema de siempre!
[…] http://knol.google.com/k/reflexiones-acerca-de-la-imagen-ambiental-mundial-o-la-imagen-de-los# Pero el asunto de clasificar o considerar lo que es “pueblo”, “raza” o “grupo” no es tan sencillo. Detrás de estas denominaciones hay todo un complejo de “confusiones de sentimientos e identidades” y también de tristeza y de desespero por tratar, por todos los medios posibles, de no ser parte de las “malas razas” (?) o de las “razas malditas” (?) –o si, evidentemente, se es parte de ellas, entonces buscar la “limpieza de la sangre” (Moreno, 1996: 105-118)–, o, lo que es lo mismo, ser parte de las “buenas razas” (?), algo que es muy notorio a través de la historia, en todos los lugares, en todos los grupos humanos, en las comunidades que han sido conquistadas alguna vez –o que siguen siendo conquistados– y que esa conquista, en cualquiera de sus formas: política, económica, social o cultural, ha marcado la idiosincrasia nacional, la vida nacional, y, por ende, la división entre “buenos” y “malos”, “aptos” e “ineptos”, “bonitos” y “feos”, “nacos” y “no nacos”, “cheos” y “no cheos”, “elegidos” y “rechazados”. ¡Hasta en el Cristianismo el problema de “las sangres” es motivo de gran controversia y de gran confusión (Baigen, Leigh y Lincoln, 1996; Baigen, Leigh y Lincoln, 2004; Brown, 2003; Picknett, 2005; Prince y Picknett, 2004)!
Las conquistas siempre traen consigo los contactos diversos, y entre esos contactos están las relaciones entre individuos de diferentes razas, y de ahí el mestizaje o los mestizajes, las imagologías de “los buenos” y de “los malos”. Pero cómo se consideran esos mestizajes humanos. ¿Nos queda claro quiénes somos los humanos justamente debido a esos mestizajes? ¿Y nuestros orígenes? Al respecto hay de todo. Gracias a las “investigaciones científicas” hoy sabemos quiénes somos (Ruano, 2003a), aunque todavía hay mucho que hacer en este sentido. Nuestros verdaderos orígenes, con certeza científica, se conocieron hace muy poco. Desde el siglo XIX se difundieron muchas teorías acerca de los orígenes de la Humanidad, y en este caso concreto del hombre de América, y a principios del siglo XX las cosas al respecto quedaron bastante claras (González, 1988). ¿Pero en la masa del pueblo quién sabe quiénes somos? ¡En América –al igual que en la mayoría del planeta–, prácticamente nadie, salvo las élites realmente ilustradas, una mínima cantidad! ¿Amnesia? No, más bien falta de cultura, de instrucción, de conciencia histórica; y de exceso de la fantasía populachera y la permanencia de la ignorancia de la humanidad primitiva. Vamos a la primaria, a la secundaria, al bachillerato, a la universidad y a los postgrados… ¡Y seguimos en las mismas! ¡No sabemos quiénes somos, ni por fuera ni por dentro! ¿¡Qué eso no importa mucho!? Bueno, creo que sí importa, y mucho, si consideramos que hay que enfrentar el presente, este presente tan competitivo, y pronosticar y planear el futuro, para nosotros, para nuestras familias, y para nuestros pueblos. Pero, además, hay que interpretar racionalmente el pasado. Si no conocemos nuestras raíces, nuestros pasados, nuestras herencias, nuestros cuerpos por fuera y por dentro, con sinceridad, sin traumas, sin tapujos y mentiras, sin mitos, sin mitoides[54] y sin mitotes, entonces, desgraciadamente y a causa de ese desconocimiento, vamos a enfrentar nuestros presentes con mucho trabajo, con miedos, dando tumbos, con inexperiencias e inseguridades, con desconciertos, sorpresas desagradables y lamentaciones, con muchos errores sociales y biológicos que se pudieron prevenir para no lamentar, y todo eso se reflejará en nuestros futuros, en nuestros descendientes, si es que llegamos vivos a esos “futuros” […]
http://knol.google.com/k/fernando-antonio-ruano-faxas/la-comunicaci%C3%B3n-verbal-y-la/19j6x763f3uf8/48# El futuro de la raza humana y de las particularidades de las variantes raciales, de las variantes corporales, tanto en su aspecto interno como en su aspecto externo, de las particularidades de las variantes cognoscitivas humanas (Burke y Ornstein, 2001) está en dependencia, principalmente, de los procesos evolutivos (Lewontin, 2000), de los cambios o variaciones genéticas que se producen en los diferentes grupos humanos a través de los siglos de evolución humana,[3] de la suerte que corran los ecosistemas y de la selección en el apareamiento. En los pronósticos que se han generado respecto del futuro de la especie humana aparecen la ciencia y también la ficción (?): ¿ciencia-ficción?[4] […] Para considerar criterios de ciencia y de ficción (?) en torno al futuro de la raza humana podríamos consultar textos como los siguientes: Herbert George Wells (1895). La máquina del tiempo; Daniel Turbón Borrega (2006). La evolución humana. Barcelona, Ariel; Jon Erickson (2006). La vida en la tierra: origen y evolución. Madrid, Mcgraw-Hill; Stephen Oppenheimer (2004). Los senderos del edén: orígenes y evolución de la especie humana. Barcelona, Crítica […]
“UNA BLANCA PARA CASARSE, UNA NEGRA PARA LA COCINA Y UNA MULATA PARA LA CAMA”. RECORDANDO UN POCO LA HISTORIA Y LA ACTUALIDAD DEL RACISMO EN CUBA. https://ruanofaxas.wordpress.com/article/una-blanca-para-casarse-una-negra-para-19j6x763f3uf8-97-2/
RACISMO EN MÉXICO https://ruanofaxas.wordpress.com/article/racismo-en-mexico-19j6x763f3uf8-102-2/
UN NEGRO CONSERVADOR ES MÚSICA QUE NO SUENA, ES UN PARCHE EN UNA NALGA CUANDO EL DOLOR ES DE MUELA
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