PAISOLOGÍA CUBANA. LA HISTORIA DE CUBA QUE NO TE HAN CONTADO.
PARTE III: LOS INDIOS CUBANOS.
Filólogo, imagólogo, lingüista y paisólogo cubano Fernando Antonio Ruano Faxas.
[…] Los europeos, los españoles, Cristóbal Colón (que era italiano, no español, porque nació en Génova, en Italia, y que muchos historiadores consideran que era judío, de origen sefardí o sefardita), llegaron a Cuba, que en ese tiempo se llamaba “Colba”, el sábado 27 de octubre de 1492, “cuando, cayendo la noche, el almirante Cristóbal Colón, al servicio del reino de Castilla, fondea sus naves en una zona de la costa norte de la antigua provincia de Camagüey”, es decir hace 5 siglos. Y con la llegada de los españoles, de los europeos, a Cuba llegó también el catolicismo, el cristianismo, por tanto la presencia del cristianismo en Cuba tiene también 5 siglos de existencia. Pero resulta que Cuba está poblada desde el año 6000 a. C., es decir desde el VI milenio a. C. [que son los siglos LX (60) al LI (51) a. C.], es decir 60 siglos antes de la aparición del cristianismo, es decir también 75 siglos antes de la llegada de Cristóbal Colón a Cuba, y estos primeros pobladores de la isla eran “indios”, indígenas, amerindios, que procedían de México y Estados Unidos, particularmente de Misisipi, Florida y Bahamas (“uno de los trece países que forman la América Insular o Islas del Caribe, uno de los treinta y cinco del continente americano”), y también procedían del área desde Venezuela y Colombia. Los tres grandes grupos de amerindios, de indios, de primeros pobladores de Cuba fueron los guanahatabeyes, siboneyes o ciboneyes y taínos, a los que me he referido ya en múltiples ocasiones […] Los antiguos indios cubanos tenían una palabra para designar dios, diosa, deidad, espíritu ancestral, espíritu sagrado, que era “cemí” o “zemí” […] Uno de los primeros europeos en registrar el modo de vida de los taínos de las Antillas fue Ramón Pané, quien acompañaba a Cristóbal Colón en su segundo viaje a las Indias Occidentales. De hecho, él es quien introdujo el uso del término autóctono para denominar un fenómeno que los europeos no conocían. De acuerdo con Pané, la religión taína estaba centrada en el culto a dos principales divinidades. Yúcahu era el dios de la yuca y de los mantenimientos, y Atabey era diosa de la lluvia, los ríos y el mar. Otros dioses menores gobernaban otras fuerzas naturales. Todos ellos eran concebidos como cemíes. Por ejemplo, Boinayel, el dador de la lluvia, era un cemí que tenía el poder de hacer llover. Los espíritus de los antepasados también eran considerados como cemíes, y de tal manera eran honrados. Entre estos cemíes, ocupaban un lugar muy especial los caciques antiguos. Los huesos y cráneos de estos personajes eran incorporados en la escultura o eran alojados en relicarios que recibían el culto correspondiente. Algunos cemíes eran alojados en santuarios, pero de acuerdo con Pané, cada familia podía poseer sus propios cemíes a los que ofrendaban con alimentos. El poder de los cemíes era invocado en el caso de enfermedad y en rituales adivinatorios. En esas ocasiones, se dibujaban o tatuaban imágenes de los cemíes en el cuerpo del sacerdote, a quienes los taínos llamaban bohuti o buhuithu. Los miembros de un linaje podían invocar especialmente a los propios cemíes relicarios […] La principal “ceremonia religiosa”, el principal “acto ceremonial religioso” de los antiguos indios cubanos era el “areíto”, que se hacía con bailes, cantos y música, y con frecuencia en un “caney”, o cerca de un caney. En general, caney es una “Casa del cacique [jefe, líder] indígena y los señores, hecha en forma rectangular, de maderas y hojas de palma, a dos aguas, con más habitaciones que el bohío [tipo de cabaña la cual tenía forma circular, utilizada por los taínos, construida en madera, paja y barro, y carente de ventanas] y de mejor vista.” En los areítos se consumía comida, se hacían “banquetes”, y se tomaba licor de maíz, bebida embriagante hecha de maíz […]
[…] Y por supuesto que estos primeros indios cubanos no conocían el cristianismo, una religión que apareció en Asia, al sur de la actual Palestina, y como variante o secta del judaísmo, entre mediados y finales del siglo I d. C., es decir una “religión nueva” si la medimos con la escala de la historia de las religiones. Entonces aquí tenemos que considerar cuál religión o grupo de religiones tenían estos diversos indios que habitaban Cuba ya hacía 75 siglos antes de que llegaran los españoles. Acerca de las creencias o religiones de los indios cubanos tenemos que decir que las investigaciones que se han hecho y publicado antes del castrismo son las mejores, las más amplias y confiables, “libres de trabas ideológicas dictatoriales”, y eso que hace 60 años no existían las actuales técnicas de investigación tan desarrolladas y los amplios y multiculturales estudios multi-disciplinarios acerca de la vida y el comportamiento de los seres humanos, no existía Internet, que es un arma esencial entre los investigadores de nuestros días, con Internet puedes encontrar inmediatamente las más actualizadas informaciones acerca de lo que quieras, en los idiomas que quieras, en Internet está todo lo que puede ser trascendental, importante, para todos. Claro, los países, los pueblos, que en la actualidad no tienen Internet para todos, que imponen censura o limitaciones informativas a sus habitantes, siguen hundidos en “el mundo de las tinieblas informativas”. Ya en el castrismo vemos que estas investigaciones historiográficas, etnológicas, antropológicas, folclóricas, sobre las religiones amerindias cubanas no solamente son escasas, sino también mediocres. Obviamente, ya sabemos el porqué de esto: “sin libertad plena, los investigadores y estudiosos no pueden encontrar lo que se pretende descubrir o ampliar, mucho menos en situaciones de dictadura, de tiranía, de control intelectual y académico, de Inquisición.” A grandes rasgos, estos indios que vivían en Cuba antes de la conquista, antes de la colonia, practicaban un tipo de religión o unos tipos de religiones o unos tipos de creencias que se pueden englobar en el llamado “animismo” (animism, анимизм), es decir creencias acerca de la vida animada de toda la naturaleza, en la animación de todo el medio circundante, entre vivos y muertos, entre seres animados e inanimados, incluyendo tierra, cielo, mar, animales, objetos, todo, es decir que todo en este mundo “tiene movimiento, vida, alma o consciencia propia” […] Como dijera en el siglo XIX el antropólogo inglés Edward Burnett Tylor, uno de los pioneros de la antropología: “[El animismo es] uno de los primeros conceptos de antropología, si no el primero”, “[Animism is] one of anthropology’s earliest concepts, if not the first”. El animismo está presente en la formación de todas las primeras creencias y religiones de todas las culturas del mundo, y en especial de las religiones de las primeras seis sociedades que han dado origen a las civilizaciones más antiguas del mundo: 1. Mesopotamia (actual Iraq o Irak), 2. Egipto, 3. India, 4. China, 5. Perú (Caral) y 6. México […]
[…] En África existen 3 grandes religiones: 1. Islam, en toda la zona septentrional y parte de Sudán y Somalia; 2. Cristianismo, en África central y meridional; 3. Creencias animistas, practicada por la mayoría de la población negra. Generalmente se llama así a la concepción que atribuye a los seres del universo, orgánicos e inorgánicos, un alma análoga al alma humana. El primer empleo especializado de este término se debe al médico alemán Georg Ernst Stahl (1660-1734) que amplió el concepto de alma, principio abstracto y religioso, hasta hacerle abarcar todas las partes del cuerpo del ser vivo. Pero el concepto de animismo ha logrado su mayor fortuna en el campo de la antropología. A fines del s. XIX, E. B. Taylor propuso una teoría evolucionista según la cual toda la humanidad pasaría por el estado “animista” al plantearse la diferencia existente entre un cuerpo vivo y un cuerpo muerto y la razón de la aparición de personas muertas en los sueños. La conjunción de estas dos cuestiones impondría la idea de que las almas subsisten, después de la muerte del cuerpo, en alguna parte de la naturaleza, por lo que habría que rendir culto a los muertos. En todas las partes del mundo, en algún momento, ha existido la creencia de que todas las cosas de la naturaleza poseen un alma o espíritu. Los espíritus de los árboles, montañas, cosechas, ríos y rocas están siempre presentes, y se respetan para que el hombre y la naturaleza puedan existir en armonía. También los espíritus de los ancestros son el núcleo de las creencias de muchos pueblos. Cuando alguien muere, se reúne con sus ancestros y se cuida de la conexión de la comunidad con el pasado. Algunos espíritus son protectores y se encargan de salvaguardar a la comunidad o a algún miembro determinado en momentos de peligro. Pueden presentarse en la proa de un barco, sobre un escudo, una lanza o un yelmo, y en ocasiones con una apariencia muy feroz […]
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