Ayer, 30 de enero de 2019, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, llamado “AMLO”, recibió al presidente de España Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Es la primera vez que AMLO, ya como presidente mexicano (lleva 2 meses en el poder, desde el 1 de diciembre de 2018), se encuentra oficialmente con otro mandatario, con otro jefe de gobierno extranjero. Tanto López Obrador, del partido político mexicano MORENA (de izquierda), como Sánchez, del partido político español PSOE (de centro-izquierda), ambos progresistas, tienen el reconocimiento de la inmensa mayoría del pueblo de México y de España y de los gobiernos del mundo, principalmente porque absolutamente todos los presidentes anteriores a López Obrador: Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, están involucrados en todo tipo de delitos, empezando por la corrupción, el desvío o robo de dinero, el narcotráfico y siguiendo con los asesinatos, los crímenes, los secuestros, las desapariciones, concretamente de periodistas, comunicadores, líderes sociales, líderes comunitarios, defensores de derechos humanos, y en el caso de Pedro Sánchez, pues ya sabemos cómo fue que él llegó al poder: luego de la Moción de Censura (es decir impeachment, destitución, residenciamiento, juicio político) contra el inepto y corrupto presidente Mariano Rajoy por el Caso Gürtel, una tremenda y amplísima red de corrupción del Partido Popular, PP, en el que altos funcionarios de ese partido estaban involucrados, de muy variadas maneras, incluyendo a ese “bicho repugnante, hipócrita y acomplejado” expresidente español José María Aznar.
Muchos en el mundo entero han quedado admirados al ver que el presidente de México Andrés Manuel López Obrador paseó al presidente de España Pedro Sánchez no en una limusina presidencial ni en un carrazo de lujo, sino en su carrito viejo Volkswagen Jetta 2013 blanco. ¡Ése justamente es AMLO, así de sencillo y humilde es, como el expresidente uruguayo José Mujica!
Y cuando el presidente español Pedro Sánchez dijo: “Ningún gobernante es virtuoso y ningún gobernante tiene legitimidad si sus ciudadanos se ven obligados a marcharse de su país” (en el video aparece a partir del minuto 10), claro que se refería ante todo a Venezuela, a los venezolanos, a Nicolás Maduro, a Hugo Chávez, también a los millones de españoles y mexicanos que se han tenido que ir de sus respectivos países, que migraron de España y México a donde pudieron, que fueron al exilio, por muchísimas razones, pero sobre todo huyendo de las dictaduras del militar dictador y asesino Francisco Franco y de los gobiernos corruptos y narco-políticos mexicanos, pero también esto hace referencia al plano internacional, a los demás países, gobiernos y presidentes, y en este sentido “al que le caiga el sombrero, que se lo ponga”: Cuba, Honduras, Nicaragua, Colombia, Guatemala, El Salvador, Argentina, Chile, Puerto Rico, Haití, Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia… ¿Qué las palabras del presidente de España ha molestado a algunos gobiernos? Como se dice en México: “¡Ni modo…!” “¡Lástima, Margarito…!”
¿Por qué ustedes creen que en las ofensas que todos los días se hacen Donald Trump y Nicolás Maduro nunca mencionan ni a Rusia ni a Putin ni al Kremlin? “Donde manda capitán, no manda soldado”.
Pero no solamente el presidente español Pedro Sánchez puso el dedo sobre la yaga al mencionar a los dictadores, a las dictaduras, a los tiranos, a las tiranías, a Nicolás Maduro, a la migración forzada de venezolanos huyendo del Chavismo. También el presidente mexicano López Obrador lo hizo “sutilmente”, “literariamente”, al hablar del escritor cubano Leonardo Padura. Y parece que muy pocos se han dado cuenta de esto, considerando que al respecto no ha habido comentarios importantes en los medios:
“Hablamos también del literato este que espero que como Hemingway llegue a ser Premio Nobel de Literatura, ojalá no le estemos echando aquí la sal. Este gran escritor cubano, Padura, que escribió ese extraordinario libro: El hombre que amaba a los perros, que tiene que ver con el exilio de Trotski, en México, en esa época. Es un gran libro, es un gran escritor. Ojalá y no le vayan a hacer lo que le hicieron a Carpentier que por sus posturas políticas no le dieron el Nobel de Literatura.”
Los que conocemos cómo es la vida de los escritores, de los periodistas, de los intelectuales, de los artistas cubanos en Cuba, enseguida entendimos los alcances del comentario del presidente mexicano. Padura es un sutil disidente, ¡por supuesto que no puede estar de acuerdo con una dictadura, la que sea!:
“Es una situación absurda. Yo camino por Cartagena o Medellín y la gente se me acerca porque me conoce. Sin embargo, en Cuba, alguien decidió que esa visibilidad mía no era la mejor. No hay derecho a que los cubanos, que son mi público natural, tengan tan difícil leer mis libros. Eso me duele”. Leonardo Padura.
Su libro El hombre que amaba a los perros no solamente se refiere a Trotski, sino también a la terrible vida que viven los intelectuales en las tiranías, y esto lo detalla Padura a través de su personaje Iván. ¿Acaso alguien no entiende lo que quiere decir Padura cuando le preguntaron que por qué no se iba de Cuba? “Pienso que no, tendrían que botarme. Yo soy del equipo de Dulce María Loynaz; a ella le preguntaron en una ocasión por qué no se fue de Cuba y ella respondió: ‘Porque yo llegué primero’. Yo también llegué primero.” Y les aseguro que estos comentarios de AMLO acerca de Leonardo Padura molestaron a unos cuantos “pinchos” del gobierno cubano, en especial entre aquellos que “dirigen (¿o controlan?)” a los intelectuales y a los artistas dentro del país.
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