¿Qué significa “cantinflear” y “cantinfleo”, quiénes cantinflean y cómo se cantinflea?
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA. Partes de la conferencia impartida por el paisólogo, filólogo, imagólogo y lingüista cubano Fernando Antonio Ruano Faxas
[…] Cantinflear, cantinfleo, cantinflada, es algo que he definido como el ESTADO DEL PAPALOTEO MENTAL, PAPALOTEAR MENTALMENTE […] En el lenguaje verbal y en el lenguaje corporal de los mexicanos, en general y en cualquier contexto, tal pareciera que por encima de la precisión siempre imperará la imprecisión: nunca un “el”, nunca un “la”, nunca un “los”, nunca un “ese”, nunca un “esa”, nunca un “esos”, y siempre un “un”, un “una”, un “unos”… Como decía Antaki (1996): siempre lo general y confuso: “flor y fruta”, nunca lo particular y claro: “jacaranda y ciruela”. ¿Y por qué siempre “lo general”? Muy sencillo, porque a los mexicanos no les enseñan “lo particular”. Les enseñan a dar rodeos para todo, y lo directo se ve como feo, como grosero, como no mexicano, aunque todos sabemos lo que hay verdaderamente detrás de todo esto: “las máscaras mexicanas que tanto daño le han hecho a México y a los mexicanos, y también, de paso, a los países extranjeros y a los extranjeros”: mentir y mentir y mentir […]
El concepto es sencillo: el lenguaje tiene vida propia, casi como si las palabras, y no las personas, se comunicaran entre sí. Incluso las pinturas prehispánicas ilustraban la conversación por medio de globos que revoloteaban en suspenso frente a los oradores. Las promesas huecas y las mentiras francas salen fácilmente, puesto que las palabras no tienen valor intrínseco propio […]
[…] Y en México se cantinflea en todos los lugares, se cantinflea con todos los lenguajes habidos y por haber, con los lenguajes verbales y con los lenguajes no verbales, con la comunicación lingüística, ya sea hablada o escrita, y con la comunicación no lingüística, que abarca absolutamente todo, desde el lenguaje corporal, con sus gestos, sus ademanes, hasta la arquitectura y el tratamiento de absolutamente todos los espacios […] En México todos cantinflean, y en el cantinfleo mexicano no hay respeto ni por nada ni por nadie, es decir el famoso “todos contra todos” […] Es como si fuera “el discurso del carnaval del sinsentido” […]
[…] Los discursos, las comunicaciones, en México, se producen como si los usuarios de la lengua que está establecida en el país como idioma oficial, es decir el idioma español, estuvieran dentro de la novela llamada Epepe o Metropole, del autor Ferenc Karinthy, es decir “nadie nunca entendió a nadie” […], ahhh, pero eso sí, aquí todo se aplaude, en México todos aplauden todo lo que haya que aplaudir, y aplauden el tiempo que haya que aplaudir, aunque no se entienda nada ni en lo absoluto se sepa de qué se trata, y hasta si hay que llorar se llora, y si hay que gritar se grita […] –”Oiga, ¿y por qué usted aplaude y grita?” –”¡Mande…!” […] Y cuando logramos tener especialistas buenos, entonces qué pasa […] una buena parte se va […]
[…] El que dice lo que no debe tiene que oír lo que no quiere […] El que hace lo que no debe recibirá lo que menos imagina […]