[…] Durante 59 años Fidel Castro Ruz lo controló todo en Cuba. Un país rodeado de mar, una isla, salir de ahí huyendo implicaba la probabilidad de muerte segura en el mar, por eso siempre digo que cuando se menciona a las grandes fosas comunes, las fosas ilegales, en donde las dictaduras, las tiranías, los regímenes represivos, echan a la gente que asesinan, echan a los desaparecidos, también hay que mencionar al Océano Atlántico, al Golfo de México y al Mar Caribe: TRES GRANDES FOSAS COMUNES, en donde el poder castrista arrojó a miles de cubanos. De la inmensa mayoría de estos cubanos desaparecidos en el mar nunca se ha sabido nada. ¿Cuántos han sido los cubanos tragados por el mar al querer huir de Cuba? ¿12.000, 14.000, 119.578…? ¡Nadie sabe! ¡Y qué barbaridades no le hicieron los Castro y el mercenario argentino Ernesto Che Guevara a los escritores, periodistas y artistas de Cuba! ¡Solamente mencionar el campo de concentración llamado UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción) es suficiente! ¡Qué horror, qué vergüenza, qué humillación, qué crimen! Durante décadas Fidel Castro borró del panorama cubano a todos los cubanos que se iban de Cuba, los llamados “gusanos”, pero, eso sí, el poder comunista de la Isla recibía con tremendo placer las remesas de dólares y los paquetes que llegaban de Estados Unidos y otros países, enviados por los migrantes cubanos, por los “balseros”, y gracias a lo cual Cuba ha venido subsistiendo todos estos años. Esto no lo sabe el que no quiere, o al que no le conviene admitirlo. ¡Y pobre de aquel intelectual o artista que cayera en desgracia en el Castrismo y se quedara dentro de la Isla! ¡Le hacían la vida un infierno! […] Pero en su afán de tener sometido al pueblo cubano a Fidel Castro le falló calcular el tiempo: “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, y a Cuba llegó Internet en septiembre de 1996. De ahí para acá, ya no se pudo controlar tan fácilmente la mente de los cubanos de la Isla. Hoy, ya sea de manera legal o ilegal, los cubanos se enteran de todo, en detalles, sacan la información por vía de todos los canales informativos habidos y por haber. Con la llegada de Internet a Cuba ¡se acabó la desinformación y la manipulación gubernamental! ¡Basta con que un cubano se entere de algo para que el mensaje vaya de boca en boca, casa por casa, cuadra por cuadra, manzana por manzana…, y así “a lo largo y ancho del país”! […] Claro, Fidel Castro y su camarilla no controlaron solos dictatorialmente, tiránicamente, al pueblo cubano; junto a Fidel Castro también estaban muchos intelectuales del mundo, muchos escritores y periodistas, que en un principio apoyaban a la Revolución Cubana, pero eso sí, desde el extranjero, viviendo a todo dar, con libertad para decir y escribir lo que querían, sin las limitaciones de todo tipo en las que vivían los cubanos, y aquí la lista de estos intelectuales es muy, pero muy larga. Obviamente, a la inmensa mayoría de estos “intelectuales cómplices”, al pasar los años, ya no les convino seguir apoyando a la dictadura de la Isla, vieron que no habían obtenido lo que imaginaron que sacarían del Castrismo, es decir trascendencia, fama, adaptadas a sus modelos ideológicos personales y según sus conveniencias, es decir “el panorama se estaba poniendo feo”, principalmente porque el apogeo del Castrismo se estaba apagando hasta que el derrumbe de la Unión Soviética, de la URSS, entre el 11 de marzo de 1990 y el 25 de diciembre de 1991, con Mijaíl Gorbachov a la cabeza, le dio la estocada final al auge comunista cubano. Y entonces esos intelectuales cómplices dijeron como se dice popularmente: “Más vale aquí corrió que aquí murió”, “Paticas pa’ qué te quiero”. Y como muestra un botón: Mario Vargas Llosa […] El 16 de abril de 1961 Fidel Castro establece el socialismo (comunismo) en Cuba, a la imagen y semejanza de la URSS. Los “intelectuales cómplices” de Fidel conocían perfectamente de qué se trataba, y quien lo niegue estaría asegurando entonces que esos escritores tan destacados, tan ilustres, tan cultos, tan conocedores del mundo, no sabían lo que pasaba durante 40 años en la Unión Soviética. ¡Imposible! ¡Claro que sabían muy bien lo que estaban haciendo! […] ¿Y quiénes fueron estos intelectuales cómplices de Fidel Castro? Mucho se ha escrito al respecto, pero ahora ha aparecido un libro llamado La polis literaria: El boom, la Revolución y otras polémicas de la Guerra Fría, del historiador y escritor cubano Rafael Rojas Gutiérrez, que se fue de Cuba y reside en México. Excelente material de referencia para entender uno de los laberintos más complejos y poco conocidos de la historia de Cuba, la relación de Fidel Castro con los intelectuales extranjeros […]
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